Principal Cuaderno Nº 38 Índices

Casa de Cultura "Sánchez Díaz" 50 Aniversario.
Los primeros años de la Casa de Cultura "Sánchez Díaz" (1954-1960)

María Elena Marchena Ruiz


El párroco de Reinosa, Olegario Jorrín, bendice las nuevas instalaciones en presencia de las auoridades regionales

LOS ORÍGENES DE LA CASA DE CULTURA: EL ESCRITOR RAMÓN SÁNCHEZ DÍAZ

El 2 de octubre de 1954 se inauguró en Reinosa la Casa de Cultura "Sánchez Díaz" siendo el primer centro cultural español que llevó el nombre de Casa de Cultura y que se estableció en la casa que Ramón Sánchez Díaz había construido en Reinosa en los primeros años del siglo XX, donada al efecto por la familia del escritor a la Diputación Provincial de Santander. Sánchez Díaz, nacido en 1869 en Reinosa, fue hasta los años 30 del siglo pasado muy conocido como escritor. Formó parte de la Generación del 98 tanto por sus ideas regeneracionistas como por su interés en reflejar la realidad española de la que fue un agudo observador, criticando siempre la falta de cultura, el atraso y la pobreza de España que él achacaba al desinterés de las clases dirigentes en potenciar la enseñanza y fomentar el desarrollo económico a través de una política social basada en la industrialización y la educación.

El éxito de sus libros en los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo XX queda reflejado en sus relaciones con los más acreditados intelectuales del momento, como Joaquín Costa que prologará su libro Juan Corazón o Juan Ramón Jiménez que realizó una elogiosa crítica de uno de sus libros de cuentos. Odios, conoció y trató a Azorín, a los hermanos Machado y fue buen amigo de Gregorio Marañón hasta su muerte, también tuvo numerosos contactos dentro del mundo político, sobre todo reseñaremos su trato con el socialista Indalecio Prieto. Aunque sus negocios le impedían dedicar todo su tiempo a su vocación literaria fue un destacado articulista, colaborador habitual de los periódicos regionales y de los de su tierra de adopción como El Liberal de Bilbao.

Sánchez Díaz estudió la carrera mercantil aunque abandonó, por una serie de circunstancias, sus estudios y muy pronto tuvo que ponerse a trabajar duramente ya que su padre murió repentinamente dejando al joven Ramón, que entonces contaba veinte años; como cabeza de familia, él se comprometió a sacar adelante a sus hermanos iniciando su vida laboral como viajante de la fábrica de vidrios Santa Clara de Reinosa. Siendo como era un hombre despierto y hábil para los negocios, ya en 1897 se establece en Bilbao junto a su hermano Rodrigo, haciéndose un hueco en el mundo empresarial y pronto ponen en marcha una fábrica de cubiertos que hará olvidar a su familia las penurias del pasado. Es en estos momentos cuando construyen la "Casuca Ascensión" en Reinosa, en el solar de su antigua casa, donde veranearon hasta la Guerra Civil. Con la entrada de las tropas nacionales en Reinosa en agosto de 1937, la situación de la familia Sánchez Díaz, en nuestra ciudad, se resiente. Ramón Sánchez Díaz que nunca había ocultado sus ideas políticas y que desde diversos periódicos había proclamado sus opiniones, llegando a tener un cargo importante en el gobierno de la República (fue Director General de Comercio y Política Arancelaria en 1933) vio cómo su casa y sus pertenencias eran requisadas y poco después, con la caída de Bilbao, donde vivía, y la expropiación de la fábrica por las nuevas autoridades, la familia tuvo que exiliarse a Francia. Mientras, en Reinosa, la Falange convirtió la "Casuca Ascensión" en su sede.

Pasados algunos años los Sánchez Díaz pudieron recuperar su patrimonio, pero doloridos y desencantados, nunca volvieron a ocupar la "Casuca Ascensión". Ramón Sánchez Díaz, ya en su vejez, retirado de los negocios y tratando de poner orden en sus cosas comienza a concebir la idea de utilizar su antigua casa para poner en práctica sus propuestas de mejorar la sociedad a través de la cultura, tal y como lo había reflejado en la más lograda de sus novelas, Jesús en la fábrica.

Sánchez Díaz no volvió a Reinosa, sus amigos y parientes habían desaparecido de la ciudad, algunos de ellos habían emigrado a América, otros rehicieron sus vidas en lugares más cercanos. Reinosa había cambiado, y aunque el escritor nunca olvidó su orígenes y constantemente pedía a los escasos conocidos que le quedaban en la villa, noticias, su vida se organizó en torno a dos lugares: Bilbao, en verano, donde conservó hasta el final su casa y el Hotel Regina, en Madrid, donde toda la familia pasaba el invierno, rodeados de fieles visitantes con los que solía organiza tertulias literarias, muchos de ellos cántabros como Jesús Cancio, Luis Corona o Gerardo Diego en alguna ocasión.

 

LA DONACIÓN DE LA "CASUCA ASCENSIÓN"

Sánchez Díaz, retirado ya de los negocios, vivía junto a sus hermanos ocupado en localizar y organizar su escritos de otras épocas con la idea de recopilar su obra. Así fue como comenzó a tratar a Ignacio Aguilera, directo adjunto de la Biblioteca Menéndez Pelayo, a quien en ocasione se había dirigido para que le buscase artículos publicados en periódicos de la región; éste será su apoyo dentro de la adminis tración en el largo proceso que se iba a iniciar. Ambos teníai amigos comunes, como Jesús G. Muñoz Collantes o Bernardim Cordero Arronte que facilitaron sus relaciones, llegando a entablar una intensa y fructífera amistad tal y como demuestra su copiosa relación epistolar desde los años 1950 hasta la muerte de escritor.

Una vez recuperada la casa familiar en Reinosa, Sánchez Díaz comienza a concebir la idea de destinarla a un fin social, baraja varias posibilidades y después de discutirlo en familia y comentarlo con sus amigos Luis de Hoyos Sainz y Santiago Arenal quienes siempre le apoyaron y con los antes mencionados Muñoz Collantes y Cordero Arronte, los hermanos adoptaron un decisión, como él dice en la primera de las cartas enviadas Aguilera sobre este tema, del 31 de julio de 1951. "Tenemos la idea de dedicar aquella querida casa, que hicimos entre todos con tanto amor y trabajo e ilusiones, a algún fin social. Y después de buscar una u otra adaptación, por el espacio y por le medios económicos, creemos que lo más factible sería crear un Biblioteca Popular".

Aguilera, hombre de gran preparación intelectual, extraord:inaria capacidad de organización e interesado por la modernización y difusión de la cultura (no en vano fue el creador del Centro Coordinador de Bibliotecas de Oviedo, cuyo modelo se adoptó después en toda España) recibe la propuesta con mucho interés y comienza a estudiar la situación. Como primera medida decide proponérselo al presidente de la Diputación Provincial, Jose Pérez Bustamante, Aguilera le contesta el 21 de noviembre d 1951 informándole de que las cosas están en marcha, que sus gestiones han terminado y que es ahora el presidente de la Diputación quien se ha hecho cargo del proceso.

A partir de este momento el Presidente de la Diputación se reúne con la familia Sánchez Díaz en Bilbao y comienzan a plantearse las cuestiones más elementales de la donación y del futuro centro cultural, las cosas avanzan despacio y en algunas de las cartas conservadas por Sánchez Díaz se ponen de manifiesto las dificultades que encuentra José Pérez Bustamante, que ha hecho suyo el proyecto, para llevarlo a buen fin: las dificultades son de carácter económico, problemas presupuestarios, y también de orden político, ya que en este momento se están definiendo las líneas de la política bibliotecaria española y existen una serie de aspectos que se deben contemplar a la hora de crear una biblioteca. Por otra parte, el apoyo del alcalde de Reinosa, Vicente González Sanz, es patente y colabora de modo activo en el plan porque aunque es la Diputación quien corre con la mayoría de los gastos e iniciativas, sin embargo, el Ayuntamiento también debe asumir el compromiso de contribuir al desarrollo del centro.

El proyecto inicial tenía como idea básica la creación de una biblioteca pública, en torno a la cual se pretendía aglutinar la oferta cultural de entonces, al disponerse de distintas salas y dependencias cada una destinada a un fin concreto. Por otra parte, desde el comienzo se plantea la creación de un Museo Etnográfico campurriano o incluso un museo de piezas romanas de la cercana Julióbriga.

El 10 de noviembre de 1953 se firma la escritura de cesión y por dicha escritura conocemos el valor de la casa que fue tasada en 250.000 pesetas y su auténtica denominación: "Centro Cultural Sánchez Díaz". También se mencionan las obligaciones que contraen quienes la reciben, correspondiendo al Ayuntamiento de Reinosa y a la Diputación Provincial las obras de adaptación y el mantenimiento, con el "debido decoro", de la institución.

En la misma escritura se especifica la función y composición del patronato que habría de dirigirla, formado por seis miembros, de los cuales tres los elige la familia Sánchez Díaz y los restantes la Diputación y el Ayuntamiento. Antes de formalizarse el compromiso, Sánchez Díaz tenía decidido quiénes formarían, por parte de la familia, el organismo rector de la Casa de Cultura y que en un principio iban a ser Vicente González, alcalde de Reinosa; Nieves Hoyos, etnógrafa e hija de su gran amigo Luis de Hoyos Sainz; y el entonces notario de Reinosa Prieto Álvarez Builla; y como director del centro cultural piensa en su mejor valedor en Reinosa e íntimo amigo, el abogado y periodista Santiago Arenal. Sin embargo el futuro patronato estaba entonces muy lejos de formarse y el propio Sánchez Díaz cambia de idea con respecto a algunos de sus miembros.

En diciembre de 1953 se envían los documentos necesarios al Ministerio para la creación de la Biblioteca y Pérez Bustamante, optimista, afirma que para principios del verano la Casa de Cultura será ya una realidad, pero las obras de acondicionamiento se paralizan durante el invierno de 1954 debido a la gran nevada que cayó entre los meses de enero y febrero y esto hace que la proyectada apertura de la biblioteca se vaya retrasando. Por fin, el 2 de octubre de 1954 se inaugura oficialmente el centro cultural aunque sin estar constituido su patronato y en cierto modo, como veremos más adelante, en unas condiciones un tanto precarias con respecto al personal que la atenderá.

 

LA INAUGURACIÓN DE LA CASA DE CULTURA

Vicente González, José Pérez Bustamante y Antonio García BellidoLa inauguración de la Casa de Cultura fue un acontecimiento tanto para Reinosa como para toda la provincia. El acto fue cuidadosamente programado por Ignacio Aguilera y Pablo Beltrán de Heredia (vicedirector del Centro Coordinador de Bibliotecas en aquel momento) junto con el Presidente de la Diputación y el Alcalde de Reinosa. La prensa regional destaca el hecho con grandes titulares y amplios artículos, "Brillante inauguración de la Casa de la Cultura en Reinosa" titula Alerta su crónica.

Después de un recorrido de las autoridades e invitados por las nuevas instalaciones y la bendición de las mismas por el párroco de Reinosa Olegario Jorrín, se reunió a los asistentes en la sala de conferencias donde el alcalde comenzó las disertaciones con unas palabras elogiosas para Sánchez Díaz y la Diputación Provincial; a continuación Santiago Arenal, amigo íntimo del escritor, leyó unas cuartillas enviadas por Ramón Sánchez Díaz para la ocasión que evocaban la imagen que de su ciudad natal tenía en el recuerdo, siendo "muy emotivas", según la prensa y sus amigos. El presidente de la Diputación tomó la palabra a continuación para agradecer la donación y hacer una declaración de intenciones al pueblo de Reinosa asumiendo una responsabilidad pública, en nombre de las autoridades provinciales, hacia el proyecto iniciado en ese momento.

Santiago Arenal, de pie y Antonio García BellidoTerminados los discursos, el acto cultural se concluyó con una conferencia sobre la ciudad romana de Julióbriga a cargo del ilustre profesor Antonio García Bellido, catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Madrid y académico de la Real Academia de la Historia, que una vez terminada su charla, y a petición de Aguilera, se comprometió a confeccionar una lista de libros sobre historia y arqueología con vistas a crear un departamento de arqueología romana en la torre de la casa, aprovechando la vecindad de Julióbriga y pensando en el futuro museo.

El mismo día y como parte fundamental de la celebración se había montado una exposición con los dibujos realizados por el pintor Rafael Álvarez Ortega en 1953 para ilustrar la edición de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, por encargo de la editoria Aguilar.

La inauguración de la Casa de Cultura sólo tuvo un pequeño fallo: al parecer, ese día no estaba puesta la placa que señalaba el nombre del centro tal y como se había hecho constar en la escritura de cesión y el nombre de Sánchez Díaz no figuraba por ninguna parte, ya que la biblioteca que se había instalado recibía el nombre de "Ángel de los Ríos"; por otra parte, el cuadro que presidía la sala de conferencias era un retrato del Sordo de Proaño, enviado por el propio Sánchez Díaz. Hubo al respecto algunas cartas de amigos en las que se comenta el hecho.

Sin tener en consideración este pequeño incidente, la inauguración y el inicio de la vida de la Casa de Cultura, fueron muy halagüeños y la satisfacción de todos los actores implicados era patente, como apreciamos en las palabras del presidente de la Diputación en la carta que dirigió a Ramón Sánchez Díaz fechada el día 3 de octubre: "El pueblo de Reinosa ha respondido nuestros desvelos -a los de ustedes sobre todo- de una manera insospechada. Hubo que limitar, naturalmente, la asistencia de público al acto inaugural; pero la petición de invitaciones fue tan grande que fue preciso instalar un amplificador en el vestíbulo de la casa, para que desde él y aun desde la calle pudiera oír los discursos cuantas personas no tuvieran acceso material a la primera planta. La constante afluencia de gente, para visitar, el nuevo centro cultural, fue tan grande que la encargada de la vigilancia no pudo cerrar las puertas de la casa hasta después a las once de la noche".

El centro cultural, instalado en la "Casuca Ascensión", disponía de una serie de dependencias adaptadas a las necesida des de la población de Reinosa: constaba, en la planta baja de un amplio vestíbulo donde se emplazó la sala de periódicos revistas, y una sala de exposiciones. La primera planta la ocupaba la biblioteca con 18 puestos de lectura y el despacho de la encargada (en ese momento la biblioteca tenía unos fondos cercanos a los 3.000 volúmenes), en la misma planta se encontraba la sala de conferencias con una capacidad para 48 personas. Ya en el piso superior se había habilitado una pequeña vivienda para el conserje y dos habitaciones para investigadores y en la torre se pretendía establecer una biblioteca especializada, que en un principio, se pensó destinar a los estudios de Etnografía y Folklore regionales y donde ahora se planeaba crear una sección especializada en arqueología.

 

LA ACTIVIDAD DE LA CASA DE CULTURA EN SUS PRIMEROS AÑOS

Recorte prensa del diario "Alerta"A partir del día 2 de octubre de 1954 comienza a funcionar la biblioteca de la que se hizo cargo Josefa Gutiérrez Castañeda, licenciada en filosofía y letras, propuesta por el Ayuntamiento y muy del agrado de los donantes, ya que era de una familia conocida y tratada por ellos en otra época y con la que mantenían una cierta amistad. La relación entre la encargada y Sánchez Díaz es constante a través de cartas muy detalladas en la que ésta da cuenta de las actividades y acontecimientos que se producen en la casa. Por ellas sabemos que el 15 de noviembre, apenas mes y medio después de la apertura, se habían inscrito más de cien personas y la Naval había solicitado cien tarjetas de lector para los obreros interesados en utilizar los servicios de la biblioteca. En marzo comprobamos que había ya 262 lectores.

De forma progresiva el pueblo de Reinosa comenzaba a percibir las ventajas de contar con unos servicios en los que poder disfrutar en sus ratos de ocio y ampliar sus conocimientos. La biblioteca estaba abierta 3 horas al día, de 6,30 a 9,30 de la tarde, el carné de lector tenía un precio de 5 pesetas anuales. Además de la oferta de libros que aumentaba con aportaciones particulares, por estas fechas se recibió una importante donación, "La Biblioteca de Clásicos Castellanos" que envió Antonio Saiz Arce, un reinosano residente en Venezuela, y con las adquisiciones realizadas por el Centro Coordinador, ya en estos primeros momentos se comenzaban a organizar exposiciones que pudieran interesar a los vecinos, a veces de artistas o materiales foráneos y en ocasiones dedicadas a conocidos reinosanos como en el caso del pintor de origen francés Luis le Barbier, uno de los primeros artistas que colgaron sus lienzos en la sala de exposiciones.

La familia Sánchez Díaz edita un folleto que recoge los actos del día 2 de octubre y que distribuye entre sus amistades, a más de enviarlo a numerosas personalidades, periódicos e importantes instituciones y a la encargada de la biblioteca, Pituqui Castañeda para su reparto entre los lectores de Reinosa. También con un sentido promocional, ya en 1956, publican un artículo en ABC escrito por Simón Cabarga, donde en términos muy elogiosos se da cuenta de la labor cultural llevada a cabo en Reinosa.

Sin embargo a pesar de que el funcionamiento de la biblioteca era bueno y que los que acuden manifiestan su agrado, existen algunos cabos sueltos, pero de bastante importancia, que impiden el crecimiento y la buena gestión de la institución. Por una parte el patronato sigue sin ser nombrado; por otra, la bibliotecaria se siente molesta porque no está definida su función en la casa ni su retribución, además de tener problemas con la conserje; a esto hay que añadir el estancamiento de los proyectos que tenía el Centro Coordinador de adquirir las fincas adyacentes a la "Casuca Ascensión" para crear allí un parque (en un primer momento) y después con miras a ampliar los servicios construyendo en el solar un edificio que completara la fundación, sin embargo los propietarios de las fincas se niegan a vender al precio que se les ofrece y comienza un largo tira y afloja que terminará solucionándose con la expropiación de los terrenos.

Durante el año 1955 las exposiciones se suceden destacando la de Ángel de la Hoz y las de los vecinos de nuestra ciudad Luis Diez de los Ríos, que poco después entrará a formar parte del Patronato de la Casa de Cultura, y Manuel Ortiz.

VestibuloPara celebrar el primer aniversario se organiza una exposición de Casto del Castillo y el día 12 de octubre un recital del poeta Gerardo Diego basado en el libro "La suerte y la muerte"; gracias a Ignacio Aguilera y sus contactos derivados de sus numerosos cargos y actividades (secretario de la UIMP, miembro activo del Ateneo de Santander, etc.) los campurrianos pueden disfrutar de las aportaciones de grandes personalidades del momento.

En el verano de este año Ignacio Aguilera es nombrado Director de la Biblioteca Municipal de Santander y Director del Centro Coordinador, y como director de este último y, por tanto, responsable de la Biblioteca de Reinosa, tendrá que afrontar la primera crisis de ésta, cuando la encargada de la biblioteca deja el puesto después de 15 meses de trabajo. Las razones que alega son: que no existe un director, no tiene nombramiento oficial, no existe presupuesto, ni normas ni reglamento escrito para la biblioteca y no ha recibido aún ningún salario por su trabajo.

El 5 de enero de 1956 decide por fin abandonar su puesto ya que considera que no hay voluntad de solucionar los problemas que expone. Desde ese momento y hasta abril la biblioteca permanece cerrada y Sánchez Díaz desde Madrid trata de buscar soluciones, se produce una intensa correspondencia con los responsables hasta que por fin en abril de 1956 Aguilera forma la primera Junta de Trabajo. Por parte de la familia donante se designa a Luis Diez de los Ríos, Víctor Díaz González, un primo de los hermanos Sánchez Díaz residente en Soto, y Santiago Arenal y por parte del Ayuntamiento y la Diputación Provincial se nombra a Bernardino Cordero, Jesús G. Muñoz Collantes y al propio Aguilera.

Una vez dado este paso se asigna el puesto de bibliotecaria a Herminia Delgado, conocida por todos en Reinosa por ser durante muchos años (una vez que dejó su plaza en la biblioteca) una de las profesoras más populares del Instituto Montesclaros. Como secretario se designó a Ramón Rodríguez-Cantón, verdadero espíritu de esta institución junto con el director del Centro Coordinador y que desde esa lejana fecha nunca ha perdido su vinculación con la Casa de Cultura, primero como redactor jefe de la revista Fontibre y secretario, más tarde como jurado de las Justas Literarias y miembro del patronato y ya en los últimos tiempos, formando parte del comité de redacción de "Cuadernos de Campoo", ayudando con sus artículos a descubrir la historia y costumbres de nuestra comarca y siempre dispuesto a aclarar dudas o dar información a todos aquellos que se lo solicitaban.

Comienza en este momento, 1956, la etapa de mayor esplendor de la Casa de Cultura, con una Junta de Trabajo compuesta por personas afines a Sánchez Díaz y su idea de centro cultural y que bajo la dirección de Ignacio Aguilera comenzarán a poner en marcha una serie de iniciativas que sirven para hacei de este centro un modelo a imitar. Es ahora, con un objetivo claro de extensión cultural, cuando se sientan las bases que consiguen que, una vez superadas las primeras dificultades, se dote de contenido la labor de los patronos y de sus colaboradores.

Despacho de la encargadaSe comienza a definir las líneas de trabajo y a crearse una se rie de cursos y talleres entre los que destacan las clases de pintura impartidas por Enrique García Guinea, que tuvieron una gran repercusión entre los aficionados al arte, y que poco des pués de comenzar ya contaban con numerosos alumnos. Terminado el primer curso se organizó una exposición con sus trabajos que pudo ser apreciada no sólo en Reinosa ya que viajó por toda la provincia, terminando su periplo en el museo de Bellas Artes de Santander.

Entre 1956 y 1959 se programan cursos de otras disciplinas que complementan la oferta educativa de la ciudad, como dibujo lineal, francés e inglés, matemáticas, física y química, etc., siempre con profesores especializados y en el caso de las lenguas extranjeras contando con profesorado nativo.

Entre las numerosas propuestas de la dirección para atraer a los vecinos de Reinosa y facilitar su formación podemos destacar las audiciones de discos que tenían lugar en dos temporadas anuales y que se completaban con conciertos en los que se invitaba a importantes intérpretes, como es el caso del guitarrista Regino Sainz de la Maza o la soprano Isabel Penagos, entre otros.

La Casa de Cultura publicaba a través del Centro Coordinador las conferencias que se dictaban en sus salas e incluso en una ocasión se editó una película titulada "Campoo: Paisajes y monumentos" realizada por los doctores Pedro Josué y Fernando Bolívar dentro de la Sección de Paisaje, Fotografía y Cine, que aglutinaba a numerosos aficionados y que se inició en 1956 con la proyección la película "Por los Picos de Europa" del Dr. Pedro Josué.

La biblioteca sigue creciendo paulatinamente y ya en 1956 se establecen nuevos servicios que consiguieron atraer a muchos más lectores, se pone en marcha el sistema de préstamo con un precio de 5 pesetas al mes, y se sientan las bases para favorecer el acceso a los fondos de todos los habitantes de la comarca mediante la habilitación de locales en distintos pueblos del valle a los que se prestarían lotes de libros desde la biblioteca de Reinosa; este proyecto no cuajó pero demuestra la amplitud de miras de Ignacio Aguilera cuando aún hoy en día se practica, en muchos lugares, este tipo de servicio a través de sedes y subsedes bibliotecarias. E

Sala de conferenciasEn 1957 y gracias a la aportación de la Dirección General del Libro, que envió un lote de libros infantiles y juveniles, se crea esta sección que es parte fundamental de cualquier biblioteca y sobre todo en aquellos tiempos en los que los niños no tenían, como ahora, en sus casas la posibilidad de disponer de multitud de elementos de diversión y educación en los distintos formatos posibles en la actualidad.

Por otra parte, y casi como un antecedente de los cursos que en nuestros días proliferan en pueblos y ciudades de España, se organizó en 1957, el "Curso de Iniciación a la Investigación Etnográfica y Folclórica" que contó con tres profesores de reconocido prestigio: Nieves Hoyos, Tomás Maza Solano y José Calderón. El curso, en el que se admitió a 11 alumnos, estaba constituido por lecciones teóricas que se llevaban a cabo por las mañanas y sesiones de prácticas que se realizaban por las tardes.

La dirección del centro, interesada en el fomento de la lectura y para crear un cuerpo de lectores en voz alta que pudieran participar en los recitales y lecturas públicas que se realizaban en el ámbito de la biblioteca, organizará en 1959 un cursillo o cátedra de lectura con una duración de dos meses y medio impartido por el catedrático de lengua y literatura Ricardo Ruiz Rabre.

En estos primeros años se convocaron numerosos concursos, tanto literarios como de artes plásticas, postales navideñas etc., que fueron los antecedentes de las Justas Literarias, cuya primera edición tuvo lugar en septiembre de 1957, y del actual concurso Casimiro Sainz

Sería imposible enunciar en un artículo cada una de las actividades desarrolladas en aquellos primeros tiempos de la Casa de Cultura, sin embargo los reinosanos tienen a su disposición en la actual biblioteca "Sánchez Díaz" la revista Fontibre en la que se reseñaron todos los acontecimientos culturales que tuvieron lugar durante el periodo de actividad de esta revista 1956 -1963. No obstante, no podemos dejar de mencionar las memorables conferencias dictadas por grandes personajes de aquellos años con una proyección nacional, tales como José María de Cossío, Samuel Gili Gaya, Gerardo Diego, Ricardo Gullón, Morales Oliver, Fernández Cid, etc., como tampoco debemos dejar de citar las exposiciones de Vázquez Díaz, Eduardo Vicente, Agustín Riancho o Manuel Salces o los numerosos conciertos de importantes intérpretes solistas y orquestas que animaron la escena musical de la ciudad.

LA REVISTA FONTIBRE

En aquellos primeros años se creó un ambiente muy receptivo entre los jóvenes reinosanos que participaron activamente en las convocatorias que surgían de la dirección del centro, entre las que debemos destacar la publicación, en septiembre de 1956, del primer número de la revista Fontibre, subtitulada "Órgano de la Casa de Cultura Sánchez Díaz" y que como tal facilitaba todo tipo de información a sus lectores sobre las actividades que se realizaban en la casa, además de incluir numerosos artículos debidos a destacados intelectuales de la España de entonces, proporcionados por el Servicio Nacional de Lectura, por lo que no nos debe extrañar leer en las páginas de una revista local los textos firmados por personalidades de relieve nacional. Por otra parte la publicación trataba de satisfacer la lógica curiosidad de los campurrianos por el origen y desarrollo de sus costumbres y peculiaridades.

A partir de septiembre de 1956 la Casa de Cultura adquirió con Fontibre una voz propia que le permitió llegar mucho más allá en el espacio y en el tiempo que lo que sus límites originales determinados por su ubicación le permitían.

La revista publicada entre 1956 y 1963 fue el medio de expresión y comunicación de la Junta de Trabajo y nació con este fin que se enunció desde el primer número y que se llevó a cabo hasta su desaparición en 1963, sin embargo sus objetivos no se limitaban a constituirse en portavoz de la Casa de Cultura, se buscaba transmitir con el mismo ahínco la historia, las costumbres y noticias de Reinosa a sus muchos lectores.

Muchos reinosanos colaboraron desinteresadamente con esta publicación dirigida por Santiago Arenal (aunque nominalmente el director de la revista era Simón Cabarga, ya que para ejercer esta función era necesario estar en posesión de un carné de periodista que Santiago Arenal no tenía), siendo el redactor jefe y artífice fundamental Ramón Rodríguez-Cantón, quien en multitud de artículos, unos firmados y otros anónimos, fue desgranando la historia de nuestra comarca junto a otra figura imprescindible en el panorama cultural de Reinosa, José Calderón Escalada, el "Duende de Campoo", autor de una de las obras que más repercusión ha tenido entre nosotros, el libro "Campoo: panorama histórico y etnográfico de un valle" por lo demás el mejor escritor costumbrista del siglo XX campurriano.

Ramón Cantón era, según palabras de Aguilera, el alma de esta publicación y quien llevaba a cabo todo el trabajo de organización y composición de cada uno de sus números, acompañado por muchos otros colaboradores que formaron "Fontibre" y entre los que destacamos a José María López Tirilonte autor de una de las secciones fijas más populares, "La entrevista mensual" que siempre iba acompañada de una caricatura del personaje entrevistado realizada por él.

Entre las muchas secciones que componían la publicación destacamos, además de la anteriormente mencionada, la "Página de la Merindad" en la que se reflejaban noticias, acontecimientos y costumbres de la zona, "Flechazos" espacio de pequeñas noticias y críticas que recogía opiniones y rumores de la calle, la sección "Campurrianos ilustres" compuesta por biografías de los más célebres campurrianos, sin olvidar los espacios dedicados a dar la información relativa a las actividades de la Casa de Cultura y la biblioteca, o aquellas páginas en las que se podían leer cuentos y artículos de conocidos escritores campurrianos. En ocasiones se ofrecían números especiales centrados en un acontecimiento o una temática concreta, así debemos destacar el monográfico dedicado a la nieve que tuvo gran repercusión en nuestra ciudad.

Fontibre publicó en el número 40 de septiembre de 1960 un homenaje a Ramón Sánchez Díaz, que había fallecido poco antes, dedicando sus páginas centrales a reseñar su obra y con notas necrológicas de muchos de sus amigos que elogiaban la figura del escritor. José del Río Sainz, Gerardo Diego, Francisco Bueno Arús, Jesús Cando, Fernando de Echegaray, Luis Corona y Federico Carlos Sainz de Robles.

De entre los reinosanos que contribuyeron a sacar adelante la revista tenemos que mencionar a Saturio Diez Cayón, escritor y pintor que años más tarde fue el sucesor de Ramón Cantón en la secretaría de la Casa de Cultura, ganador de las Justas Literarias de 1966 y que participó activamente en Fontibre bajo el pseudónimo de "Andante": tampoco podemos olvidar a Salvador Iglesias, alumno de las clases de pintura de García Guinea y que es, desde hace muchos años, jurado de las Justas Literarias, y que contribuía con sus dibujos a ilustrar algunas de las secciones. Recordemos además a José Ángel de Lucio, ganador del primer concurso de cuentos organizado por la revista y después colaborador habitual, Paulino Tezanos, Ángel Gómez López, Ángel González Abad, Nicolás de Blas, Guillermo Ojanguren o José Matarrubia, entre otros muchos escritores, especialistas en temas concretos y aficionados que invitados por la dirección o de modo espontáneo hacían posible que el sueño de divulgar nuestra cultura fuera posible.

Fue también desde las páginas de Fontibre como se convocaron y materializaron las Justas Literarias en 1957 que desde entonces son una cita obligada para los habitantes de Reinosa, prologando las Fiestas de San Mateo desde hace casi medio siglo, y que son, junto con el concurso de cuentos "José Calderón Escalada" convocado por primera vez en 1973 como homenaje al Duende de Campoo. los eventos más destacados y con más repercusión de todas las actividades que ha realizado y realiza la Casa de Cultura; sin embargo y puesto que en el número 33 de Cuadernos de Campoo se publicó un artículo de Javier González Diez titulado "Las Justas Literarias: aproximación a su historia" donde se da cumplida cuenta de todos los detalles de estos concursos, en este artículo únicamente se hace esta pequeña anotación.

La calidad de la revista fue muy apreciada y elogiada en los círculos culturales del momento y como consecuencia de ello, el Instituto de Cultura Hispánica, ofreció a la dirección de la revista la posibilidad de contar, como conferenciantes, con miembros destacados de esta institución y un ejemplo es la actuación como mantenedor de las Justas Literarias del año 1957 del consejero cultural de la Embajada de Nicaragua en Madrid, José Coronel Utrecho.

Fontibre publicó 47 números a lo largo de 7 años, con una tirada de 2.000 ejemplares y cumplió su misión de poner a disposición de sus lectores una parte fundamental de la historia de la Merindad de Campoo, de sus costumbres e inquietudes y que hoy forma parte de nuestro patrimonio y sigue siendo un elemento de referencia fundamental para todos aquellos que deseen conocer nuestro pasado más reciente.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

AGUILERA, Ignacio et allii.: Ramón Sánchez Díaz (15-X-1869/15-X-1969). Institución Cultural de Cantabria, Santander 1970.
Casa de Cultura "Sánchez Díaz". Reinosa (Cantabria). Dirección General de Archivos y Bibliotecas. Madrid, 1963. Correspondencia del escritor Ramón Sánchez Díaz (1948-1960).
DIEGO, Gerardo. Epistolario santanderino, Edición de Julio Neira, Colección Pronillo n° 21, Ed. Ayuntamiento de Santander, Santander 2003.
FONTIBRE: Revista de Campoo (1956-1963).
GONZÁLEZ DÍEZ, Javier. Las Justas Literarias. Aproximación a su historia, en Cuadernos de Campoo, n° 33. septiembre 2003, Reinosa.




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2007, Jose L Lopez