Collantes: ilustrados, liberales y pioneros de la industrialización en España

Fernando Ruiz Gómez

Mayo1805. Calle "principal" de la villa de Reinosa. En una casa de 40 pies de ancho y 200 de fondo, con habitación en alto y bajo, corral, caballería y pajar, lindante con otra del Marqués de Cilleruelo y con el río Ebro, conviven dos matrimonios cuyos hijos alcanzarán tan altísima relevancia social en la España del ochocientos como escasa memoria conservan hoy en su villa natal.
 
Apenas un par de edificios con registro heráldico de su apellido, alguna lejana referencia en el callejero y un casi misterioso retrato que, eso sí, preside el salón de plenos del Ayuntamiento de Reinosa. Estas son todas las huellas que nos ha legado la memoria histórica de los protagonistas de las siguientes líneas.
 
Y, sin embargo, en aquella casa dieron sus primeros pasos varios diputados y senadores de las Cortes españolas, magistrados de Audiencias y del Tribunal Supremo, jefes políticos de distintas provincias y algunos ministros. Cargos políticos muy destacados que se complementan con una actividad empresarial frenética, y muchas veces pionera, muy poco habitual en el siglo XIX español.
En efecto, el breve linaje de los Collantes al que nos referimos constituye, en mi opinión, un caso muy relevante de burguesía políticamente muy comprometida con la revolución liberal y socialmente implicada la industrialización. Un ejemplo, casi de manual, originado en el pensamiento ilustrado, formado en los inciertos episodios revolucionarios del siglo XIX y consolidado con el triunfo de la burguesía capitalista. Lo llamativo de nuestro caso será, no obstante, que la historiografía ha arrinconado este modelo a manos de la preeminencia de la nobleza retardataria, de la burguesía rentista, de los latifundistas o de los grandes comerciantes ventajistas que retrasaron el paso de una sociedad tradicional a una sociedad industrial en España. Más aún, excepcional resulta que este modelo sea rescatado en Cantabria desde Campoo, un rincón del interior regional, y no de entre la pujante burguesía de la capital santanderina.
 
 
ILUSTRADOS
 
El breve repaso biográfico por algunos de los jalones familiares de dicho linaje comienza con los nombres de quienes formaron su familia en esa vivienda de Reinosa de 1805: Luis Collantes Fonegra y su cuñado Manuel Calderón Fontecha. Hijos, carnal y político respectivamente, de un hidalgo marino campurriano (de Matamorosa) que ya hizo alguna fortuna a la sombra del casi todopoderoso conde de Isla, del que fue avispado colaborador en una delegación de sus negocios en Londres, donde, por cierto, nació Don Luis.
 
Heredará de su padre el vínculo sobre un negocio industrial tradicional de futuro incierto, la ferrería de la Pendía, en Bustasur; pero, sobre todo, la preocupación por una buena formación intelectual, como atestigua su paso por el Seminario de Vergara, en donde parece que supo sacar provecho de algunas de las más avanzadas enseñanzas del momento en campos tan insólitos en ese momento como la geología, la química y la botánica. Formación de la que tenemos testimonio vivo en los elogiosos comentarios que sobre el joven Luis hace en sus diarios el mismísimo Jovellanos, quien le conoció y trató en un breve paso por Reinosa. Formación ilustrada que, además, llevó a la práctica cuando se deshizo de su anacrónica ferrería (pero rentable aún) para invertir todos sus sueños en la explotación de un yacimiento de carbón mineral en Las Rozas de Valdearroyo.
 
La muerte prematura de Luis Collantes traspasó la responsabilidad de la casa al abogado Manuel Calderón. Y pronto tendrá ocasión de hacer oír su nombre, esta vez en el campo de la política, convertido en patriota heroico en los convulsos sucesos de la ocupación napoleónica de la villa de Reinosa. Formó parte, como diputado, nada menos que de las Cortes de Cádiz y, años después, de las Cortes también revolucionarias del Trienio Liberal. Y ahí se forja, definitivamente, su carrera política, con sucesivos nombramientos como jefe político de distintas provincias, que lo alejarán de aquella villa donde había comenzado a ejercer la abogacía, para situarle definitivamente en Galicia.
Estos rápidos esbozos muestran una sólida formación ilustrada acorde con un comportamiento emprendedor en los negocios y revolucionario en lo ideológico que no caerá en saco roto. Sus hijos heredarán las inquietudes vividas en aquella modesta casa de Reinosa.
 
 
LIBERALES
 
Los hijos de Don Luis, los hermanos Collantes Bustamante, y los hijos de Don Manuel, los hermanos Calderón Collantes, compartirán en las primeras décadas del siglo XLX una formación académica dirigida a la carrera jurisdiccional. Todos ellos completarán sus estudios y alcanzarán cargos de mayor o menor rango judicial. Pero, además, complementarán esa formación con incursiones sobresalientes en la investigación jurídica y en la Literatura (incluyendo una traducción al español de la obra romántica inglesa de Walter Scott). Y, finalmente, darán el paso a la escena política en los indecisos años de la monarquía isabelina.
 
Los hermanos Collantes Bustamante en el bando, casi siempre perdedor, del progresismo radical, y los Calderón Collantes en el bando moderado del unionismo de O'Donell.
 
De un lado, no será extraño encontrarnos a Antonio Collantes Bustamante liderando las revueltas progresistas de los años 40 en Burgos. Allí funda el Instituto de Segunda Enseñanza en el que colabora como profesor junto a su hermano Mariano. Cuando, más tarde, se traslada a Valladolid, funda, dirige o colabora en distintas publicaciones políticas. Una actividad periodística, en realidad otra vertiente de la actividad política, que culmina con la adquisición del importante diario madrileño de Las Novedades. La militancia política desembocará finalmente en varias elecciones como diputado en las legislaturas de mayoría progresista de los años 40 y 50. Es, precisamente, en las Cortes del Bienio Progresista cuando Antonio protagoniza su mayor actividad parlamentaria al presentar proyectos legislativos de cierto relieve social. El compromiso político de Antonio no fue una excepción en la familia: también su hermano Luis ostentó cargos públicos de alta relevancia (jefe político de Barcelona), mientras Mariano mostraba una mayor vocación intelectual en el campo de la investigación jurídica y Carlos se concentraba en su carrera profesional sin ninguna incursión política.
 
De otro lado, sin embargo, los hermanos Saturnino y Fernando Calderón Collantes, culminarán su carrera política con varias elecciones como diputados y senadores en las Cortes de la Unión Liberal, principalmente. Su ideología moderada les acarreó mayor éxito político entre los unionistas, a tenor de las múltiples carteras ministeriales que ostentaron, especialmente en el ámbito de la Justicia y de las Relaciones Exteriores de los primeros gobiernos de Cánovas.
 
En realidad, Fernando Calderón Collantes fue un claro partidario de la Restauración alfonsina. Un compromiso del que obtendrá no pocas gracias reales: título de Marqués de Reinosa, Toisón de Oro, Cruz de Carlos III, e innumerables honores de las legaciones diplomáticas extranjeras. Una anécdota: el Marqués obtendrá su título con motivo de haber sido el encargado, como Ministro de Justicia, de dar fe notarial en el primer matrimonio del rey Alfonso XII.
 
En suma, unas veces en el bando perdedor, otras en el vencedor, el liberalismo de todos los Collantes había arraigado a partir de la semilla que sus padres habían sabido sembrar desde su villa natal.
 
FERNANDO CALDERÓN COLLANTES
PRIMER MARQUÉS DE REINOSA

Formación
- Estudia en convento San Francisco
- Carrera jurídica en Santiago
- Investigaciones jurídicas
Carrera profesional
- Abogado y juez en Galicia
- Fiscal y magistrado en Audiencias
- Ministro y Presidente Tribunal Supremo
- Consejero de Estado
Cargos políticos
- Diputado 1843-52,1857-60 y 1868-1872, La Coruña
- Senador vitalicio 1860-1868 y a partir de 1876
- Ministro Gracia y Justicia, 1865 y 1875
- Ministro Estado 1876-77
Honores
- Título Marqués por Alfonso XII
- Condecoración Toisón de Oro 1884
- Donó retrato al Ayuntamiento de Reinosa
ANTONIO COLLANTES BUSTAMANTE
Formación
- Carrera jurídica en Salamanca y Valladolid
- Investigaciones jurídicas
- Estudia física, química e historia natural
Carrera profesional
- Ejerce la abogacía
- Relator de Audiencia de Burgos
Cargos políticos
- Corregidor en Arévalo en 1833
- Presidente Junta Revolucionaria Burgos, 1840
- Diputado 1841-44 y 1854-56 por Burgos
- Fundación, dirección y colaboración en diversas publicaciones periódicas de Burgos, Valladolid y Madrid
Negocios
- Socio fundador Collantes Hermanos
- Pionero minero e industrial:
Fábrica La Luisiana
Cotos mineros (Barruelo, Asturias..)
Fábrica de queso en Reinosa
Horno de pan en Santander
Innovación agropecuaria en Belvis
 
 
PIONEROS EN LA INDUSTRIA
 
Con todo lo expuesto, no obstante, lo realmente insólito de nuestros protagonistas será su actividad empresarial. Los Collantes Bustamante, y ya más particularmente Antonio, destacan entre una minoría de empresarios que entendieron y apostaron muy pronto por los negocios industriales, por la innovación tecnológica y por el riesgo de la industrialización temprana.
 
Los hermanos se constituyen en Sociedad (una de las primeras sociedades anónimas industriales) con el fin de poner en común sus negocios: la familiar mina de lignito de Las Rozas, una explotación hullera en Barruelo y una mina de sosa en Burgos, que, combinados, servirán para la puesta en funcionamiento de la fábrica de vidrio, una de las pioneras españolas, de La Luisiana en Las Rozas. Será el germen de ese pequeño complejo vidriero campurriano que constituye junto a las vidrieras de Arroyo (La Cantábrica), Reinosa (La Santa Clara), Arija y Mataporquera.
 
Como buen conocedor del negocio minero, Antonio explotó las minas de Barruelo (Palencia) hasta su venta al ferrocarril de Norte, aunque mantuvo un canon de renta sobre la producción. Y fue pionero en las denuncias hulleras en las principales cuencas asturianas de Aller y Langreo, de las que aún pervive también hoy una renta denominada Canon Collantes. Tengo noticias de su presencia en una explotación de cobre de Sevilla así como en distintas denuncias de hierro, carbón y calamina de Santander que no puso en explotación.
 
Suya es la fábrica de queso a la holandesa, una de las primeras de España, que se instala en Reinosa a mediados del siglo XLX, y también Antonio interviene en la apertura de una panadería en Santander con métodos y tecnología inglesa. Más audaz aún parece su incursión en la explotación agropecuaria mediante una experiencia de granja integrada y moderna que impulsó en una finca de Belvis, en las proximidades de Madrid.
 
Todo ello le consagró como "introductor de la industria en Castilla la Vieja" entre sus contemporáneos. Y es que más allá de sus sólidos negocios mineros, precursores de explotaciones de largo éxito productivo en Palencia y Asturias, llama la atención su interés por incorporar la innovación técnica en distintos sectores pioneros y por un espíritu inversor que iba más allá de los límites del riesgo. La fatalidad quiso que en la culminación de sus proyectos empresariales le sobreviniese la muerte y que ésta coincidiese con una crisis financiera que redujo a la nada su patrimonio, prácticamente en su totalidad invertido en riesgo. Su hermano Carlos, que tuvo que lidiar con la compleja junta de acreedores a su testamentaria, parece que sacó buenas enseñanzas de la estrategia empresarial de su hermano, si atendemos a los consejos que recoge en su testamento:
 
"..que todos mis hijos tengan tierras y casas que aunque den corto rédito, es cosa más segura que otros bienes que están más expuestos a perderse, como lo que se posee en sociedades, aunque den más renta,..".
 
Será más adecuado terminar esta reseña biográfica, sin embargo, con el mensaje más alentador que el propio Antonio trasmitía unos años antes a sus descendientes en el testamento:
 
"...recomendándoles la mayor unidad entre sí y especialmente que los mayores amparen a los menores, el respeto a sus padres, el amor a la patria, la beneficencia a todos los hombres cualquiera que sea su país, que no se engrían (sic) con la fortuna ni se abatan con la adversidad y que sean honrados y laboriosos... ".
 
En este documento podemos apreciar algún otro reflejo del pensamiento abierto, liberal e innovador que alentó a Don Antonio Collantes. Pero quizás sorprenda más otra de sus mandas testamentarias, una insólita propuesta que afectaba muy directamente a Reinosa: edificar, si no lo había hecho él en vida, un cementerio laico en dicha villa para enterrar gratuitamente a quienes no tenían cabida en los católicos, "...a cuya disposición le mueve, a más de su espíritu de tolerancia a todas las opiniones y creencias, la memoria de haber su padre nacido en Londres.., bautizado allí conforme al rito católico y recibido su primera enseñanza...". En mi opinión y sin quererlo, Antonio cerraba aquí el círculo de su audaz trayectoria vital, que tenía una de sus razones de ser en la herencia ilustrada recibida en su infancia campurriana.
 
LUIS COLLANTES BUSTAMANTE
Formación

- Carrera jurídica
- Tratados y manuales jurídicos
- Traductor de obras jurídicas y literarias
Carrera profesional
- Juez y magistrado Audiencia de Barcelona
Cargos políticos
- Alcalde mayor en Novelda (Alicante)
- Diputado 1843 por Santander
- Jefe político provincia de Barcelona
- Subsecretario Gracia y Justicia Negocios
- Socio fundador Collantes Hermanos
- Director fábrica La Luisiana
SATURNINO CALDERÓN COLLANTES
Formación
- Carrera jurídica en La Coruña
- Poeta vocacional
Carrera profesional
- Presidente Sala contencioso Tribunal Supremo
- Consejero Real Cargos políticos
- Diputado 1834-36,1837-40 y 1844-1847
- Senador vitalicio a partir de 1847
Varios ministerios:
Gobernación (1840)
Comercio, Instrucción y Obras Públicas (1850)
Estado 1858-63
Retrato en plenario de Ayuntamiento de Reinosa

 


BIBLIOGRAFIA
 
RUIZ, Fernando. "De hidalgo ilustrado a industrial emprendedor: los Collantes de Reinosa", en Tomás A. Mantecón (coor.), De peñas al mar. Sociedad e instituciones en la Cantabria Moderna. Santander. 1999-.
RUIZ, Fernando. Gran Enciclopedia de Cantabria. Anexo 1, Varias voces, Santander, 2002.
SIERRA, J.M. El complejo vidriero de Campóo (Cantabria). 1844-1928. Santander, 1993.
VV.AA.: Catálogo Monumental de Reinosa. Ed. Ayuntamiento de Reinosa. Reinosa, 1995.