RESUMEN
Hace 100 años la Compañía Saint-Gobain construyó su primera fábrica en España en terrenos de Arija. No era la única industria dedicada al vidrio en la comarca de Campoo pero si quizás la más importante, pues llegó a tener más de 1.000 obreros. La fábrica cerró sus puertas en 1953, alegando que parte de sus instalaciones quedaban bajo las aguas del Pantano del Ebro. En una especie de éxodo masivo sus trabajadores se trasladaron a Avilés, Tarragona, Zaragoza, Madrid. Pero Arija y Campoo siguen siendo el referente cercano de muchas familias que se crearon junto a la fábrica de Cristalería Española.
En menos de 50 años se sucedieron acontecimientos excepcionales: una huelga que duró casi dos meses en 1916, los festejos del XX aniversario en 1926 que precedieron en dos años a la obtención de la municipalidad de Arija en 1928, la guerra civil de 1936, y la construcción del embalse que terminaría por cerrar la fábrica. En este artículo reflejaremos los instantes más significativos de la instalación industrial, dejando para otro posterior los aspectos culturales y sociales.
LA CONSTRUCCIÓN DE LA FÁBRICA DE ARIJA
Cristalería Española y el vidrio en Campoo
Cristalería Española, la primera filial industrial de la Saint-Gobain en España, es el resultado de una alianza con el empresario aragonés Basilio Paraíso Lasus, propietario de la firma española La Veneciana situada en Zaragoza. La Veneciana existía desde 1876, cuando Basilio Paraíso abrió en Zaragoza un taller para la fabricación de espejos, junto con una tienda para su venta. Los contactos con los especialistas franceses del sector vidriero para montar en España una factoría capaz de satisfacer la demanda de vidrio colado del mercado nacional dieron lugar a Cristalería Española, con una participación de la sociedad madre francesa del 90%, y de La Veneciana del 10%.
La elección de Arija vino determinada por la existencia de importantes reservas de materias primas excelentes (arena para composición y desbaste, carbón), y una línea férrea recién establecida (el FC de La Robla) que proporcionaba buenas comunicaciones con los centros de comercialización y consumo. También influyó considerablemente la tradición de la industria del vidrio en Campoo, ya que facilitaba la contratación de técnicos especializados en estas labores. Cristalería Española va a ser el primer fabricante de luna pulida en nuestro país, pues antes de su existencia toda provenía del extranjero. Hasta entonces en España el vidrio plano se elaboraba por otros procedimientos.
Campoo tenía desde 1844 un importante núcleo de empresas dedicado a la fabricación de vidrio, en las que tuvo un destacado papel el reinosano Telesforo Fernández Castañeda. Telesforo fue senador por la provincia de Santander en 1886, alcalde de Reinosa, y empresario con fábricas de vidrio. Todas las industrias de este grupo que seguían activas en 1917 (Arroyo, Mataporquera, Reinosa) se convirtieron ese mismo año en filiales y participadas de la Saint-Gobain bajo la denominación de Vidrieras Cantábricas Reunidas, S. A.
Terrenos para la fábrica
En 1904 comienzan las gestiones para la adquisición de unos terrenos destinados a una fábrica de vidrio en el término de Arija. Un belga llamado Julio Lebean Dourlet presenta una solicitud en el Ayuntamiento de Santa Gadea, al que pertenece Arija, el 1 de Noviembre de 1904. Los terrenos que le interesan al Sr. Lebean están en el páramo de la Virga, y se denominan "Los Campos".
La subasta se celebra casi a continuación, el día 19 de Noviembre, y en ella Don Julio Lebean adquiere la finca por 2.400 pesetas. Pero el Ayuntamiento aprueba oficialmente el remate el día 24 de Noviembre otorgándole gratuitamente la finca, tal y como certifica el Secretario del Ayuntamiento con un extracto del libro de actas: "Teniendo en cuenta que citado terreno es de escaso valor y que la industria que el solicitante piensa establecer en ello ha de reportar muchos beneficios al país y en particular al pueblo de Arija y teniendo en cuenta también que dicho Sr. Lebean construye por su cuenta un lavadero público en el centro del pueblo dicho, dueño del terreno, además de una Estación en el ferrocarril hullero que es muy necesaria en este Distrito, es por lo que en atención a los beneficios indicados se le concede gratuitamente el terreno para el objeto indicado acordando también darle toda clase de facilidades para ponerse en posesión del mismo".
El procedimiento administrativo tuvo algunas deficiencias, ya que no se obtuvieron con anterioridad las autorizaciones pertinentes para subastar o enajenar la finca en cuestión. Fue necesaria una Real Orden de 19 de Julio de 1905 para ajustarse a la legalidad. La propiedad se transfiere dos veces:
- Al abogado francés domiciliado en París, D. Emilio Jarriand Cherrier, el 10 de Noviembre de 1905.
- Y al ingeniero Don Arsenio Brachotte Leroy, que acaba de registrar en Bilbao el 28 de Noviembre de 1905 una nueva sociedad denominada "Cristalería Española".
Por parte del Ayuntamiento de Santa Gadea llevaba todas las gestiones Fabián Arenas, que era regidor de la villa de Arija. Como recuerdan sus nietos, Fabián transportó piedra y materiales de construcción para las nuevas edificaciones que se estaban levantando en Vilga en los años 1906 y siguientes. Fabián tenía una cantera de piedra con algunos empleados, pero también adquirió edificios que estaban sin uso o en ruinas para reutilizar la piedra. Entre ellos se encontraba la ermita de la Santa Cruz, que aparece citada en la voz Arija del Madoz. Quedan todavía restos de la fábrica románica en una casa que ocupa su emplazamiento original. También fue en 1928 uno de los promotores de constitución del Ayuntamiento de Arija, segregado del Municipio del Alfoz de Santa Gadea.
No sabemos a quién representaba el belga Sr. Lebean, pero no cabe duda de que se trataba de un intermediario. En esos años la Compañía Saint-Gobain se enfrentaba a un reto importante: organizar una producción industrial para enfrentarse a una competencia creciente, especialmente de Bélgica. Los belgas ya estaban en España con la Compañía General de Vidrieras Españolas S.A. (CGVE), que había sido constituida en 1900 por empresarios de esa nacionalidad, y poseía una fábrica de vidrio plano en Lamiaco (Bilbao) y otra de botellas en Jerez de la Frontera (Cádiz).
La construcción de Vilga
Una vez resueltos los problemas de adquisición de los terrenos para la fábrica, empieza la etapa de construcción de las instalaciones. Algo que aparentemente no es sencillo, en una zona alejada de otras poblaciones importantes, con un clima frío y casi a 850 metros de altura sobre el nivel del mar.
Ya pasados los fríos del invierno y de la primavera, el sábado 26 de Mayo de 1906, cuando han transcurrido menos de cinco meses desde la constitución de "Cristalería Española", se conmemora el inicio de las obras con la colocación de la "primera piedra".
Existe un reportaje gráfico que muestra cómo se van levantando las naves y urbanizando unos terrenos que hasta entonces sólo servían para pastos del ganado. Posiblemente las fotografías formaban parte de los informes que se enviaban a la Dirección de París, y muchas están fechadas. En las panorámicas obtenidas entre 1906 y 1907 se puede observar el rápido avance de las construcciones. Estas ocupaban unos terrenos yermos y sin vegetación, salvo una pequeña mancha de arbolado en las orillas del río Vilga entre Arija y La Población. El desarrollo urbanístico era casi completo en 1926.
La empresa construye un poblado de nueva planta, que junto con el complejo fabril incluye otras edificaciones que va levantando a lo largo de 20 años: viviendas de distintas categorías.
Una caseta de madera, adornada con las banderas española y francesa, y un carro yerto arrastrado por dos bueyes ataviados con una manta formaban parte del escenario de esta ceremonia. A este acto acudieron con toda seguridad representantes de la Compañía Saint-Gobain, quizás como una parada intermedia en el camino a Madrid, donde cinco días más tarde se celebraba la boda del rey Alfonso XIII con la princesa Victoria Eugenia de Battenberg.
Toda la tecnología, y el diseño de las instalaciones procedía de Francia. Entre los responsables técnicos figuraba D. Octavio Villatte, que llegó a España en 1905 para participar como ingeniero en los estudios de construcción de la fábrica de Arija, y procedió a su cierre como Director Gerente en 1953.
para sus empleados (Director, Ingeniero jefe, jefes de departamento, encargados, empleados, obreros, y finalmente jubilados), Capilla, Casa de Correos, Cooperativa Obrera, Escuelas, cuartel de la Guardia Civil, estación de ferrocarril, plaza y kiosco de la música, y campos deportivos para fútbol y tenis.
Desde agosto de 1906, con la ayuda de una grúa de vapor, se van erigiendo todas las construcciones industriales:
Naves de gran tamaño con la cubierta soportada por modernas cerchas metálicas, evitando columnas que dificulten los movimientos de grúas, crisoles y mesas de colada.
Hornos y gasógenos en instalaciones semisubterráneas que demandan profundas excavaciones en el subsuelo, y altas chimeneas hacia el cielo. El edificio de la alfarería, con departamentos separados y el taller de tierras. Almacenes y talleres especializados, central eléctrica...
El movimiento de materiales en el interior del recinto fabril es considerable. Se trata de las materias primas recibidas por ferrocarril (carbón, caliza, sosa), arena extraída de las propias canteras, almacenaje, embalaje y salida de mercancías. Desde los primeros tiempos se emplearon animales de tracción a cargo de un caballista, y un ferrocarril interior que llegó a contar con varias máquinas de vapor: Bilbao, Pas, San Lorenzo e Ivonne.
Un plano fechado en febrero de 1916 nos permite identificar edificios y recursos en el interior de la fábrica. Quizás lo más destacable sean los 20 departamentos del edificio de la alfarería donde se fabricaban los crisoles, los 11 gasógenos, 2 hornos, 26 archas tipo "carcaise" para el recocido de las lunas, y dos mesas en el Duci-Puli de 10 metros de diámetro. Pero también son elementos singulares las máquinas de la central eléctrica (Preud- homme-Prion y Dujardin), el depósito de locomotoras (aunque en el plano no se reflejan las vías férreas interiores), y hasta el almacén de paja que se utilizaba para embalar los productos.
El diseño de esta primera fábrica se mantendrá prácticamente inalterado hasta el cambio de tecnología realizado en el año 1930 al adoptar el procedimiento Bicheroux. Para finales de 1906 ya estaba terminada la estación, la casa de Rámila, la alfarería, y algunas otras edificaciones. La producción de la fábrica comienza en 1907.
En esta primera etapa las obras de Cristalería Española ocupan a numerosos obreros de variadas profesiones, orígenes y edades. En el primer año (abril 1906 a abril 1907), el libro de afiliaciones muestra que han trabajado en las tareas de construcción de la fábrica más de 550 obreros, algunos de ellos sólo unos pocos días.
Más del 55% de estos primeros obreros proceden de pueblos de toda Cantabria, y son contratados principalmente como peones. La franja de edad está entre los 11 años (Román Bustamante, obrero 493, de Soncillo) y los 63 años (Juan Saiz, obrero n. 104, de Arija). Entre los contratados hay algunos especialistas (manchoneros, fundidores, levantadores de vidrio, cortadores, farraseros, gasistas), que proceden de las fábricas y minas del entorno (vidrieras de Las Rozas y de Mataporquera, minas de la región). También encontramos obreros de orígenes remotos, como José Valzer de Suiza, o Luis Griner y Abel Rapp de Francia.
LA PRODUCCIÓN DEL VIDRIO PLANO EN ARIJA
Antecedentes: la Compañía Saint-Gobain
Antes de instalar su fábrica de Arija, la Compañía Saint Gobain tenía ya una larga tradición relacionada con la producción de lunas pulidas. De hecho sus orígenes están relacionados con la fabricación de lunas pulidas destinadas a espejos, que trataban de mantener como secreto de estado los vidrieros venecianos.
La compañía Saint-Gobain comienza sus actividades en el siglo XVII. En 1665 Colbert, Ministro de Luis XIV, crea en la Real Fábrica de Cristales para Espejos (Manufacture Royale des Glaces de Miroirs de Venise) en Faubourg Saint-Antoine de París. El Gran Colbert (1619-1683) fue Ministro y Secretario de Estado del Rey Luis XIV. Impulsó el establecimiento de manufacturas e industrias (vidrio y cristal, tapices...) como una medida estratégica para ahorrar a la economía francesa el enorme coste de la adquisición de estos productos en el extranjero.
El vidrio plano o vidrio pulido, destinado inicialmente a la fabricación de espejos, está en el mismo origen de la Saint-Gobain. De una u otra forma ha sido siempre su especialidad principal, aunque también se haya orientado a otros productos.
En aquellos años Francia quiere hacer una exhibición de su dominio de las tecnologías y el lugar más adecuado es un gran palacio real que se comienza a construir en Versalles en 1660. La "Galerie des Miroirs", finalizada en 1684, contiene 357 espejos en las arcadas (17 arcadas con 21 espejos), y son una demostración del nivel alcanzado por los artesanos franceses en la elaboración de las lunas pulidas.
El año 1695 la Fábrica se fusiona con una segunda compañía especializada en grandes vidrios, que se había establecido tres años antes en el castillo de Saint-Gobain. La nueva sociedad gestionada por empresarios privados mejora el método de vertido de la colada de vidrio sobre mesa, inventado en 1688 por Luis Lucas de Néhou. Esta innovación es una ruptura definitiva con los métodos tradicionales, y permite la producción de vidrio plano de grandes dimensiones (hasta 2 metros de alto y 1 metro de ancho) con procedimientos industriales. A mediados del siglo XVIII, para evitar el gran consumo de madera de los bosques circundantes, se consigue sustituir la madera por carbón en el calentamiento de los hornos.
Los productos de la Compañía son los espejos denominados Miroirs Régence y los vidrios planos para las ventanas. Los adquiere la nobleza para sus palacios y carrozas. Sin ningún rival en los mercados, Saint-Gobain confirma a lo largo del XVIII su supremacía en Francia y Europa.
Al comienzo del siglo XIX se intensifica la utilización de la sosa artificial en la fabricación de vidrio, y la Compañía Saint-Gobain construye su propia fábrica en Chauny. En ella trabajó un eminente científico, el químico Luis José Gay-Lussac, que perfeccionó el método de las cámaras de plomo para la obtención de ácido sulfúrico (torre de Gay-Lussac). El ácido sulfúrico es un componente necesario para producir la sosa artificial utilizada en la fabricación del vidrio. Gay-Lussac fue también Presidente de la Saint-Gobain de 1843 a 1848.
A mediados del siglo XIX el mercado de la construcción conoce un desarrollo sin precedentes, que genera una fuerte demanda de cristales y vidrios. La arquitectura de la época asocia el vidrio y las estructuras metálicas en edificios, estaciones de tren, mercados y grandes almacenes. En París, Londres, Bruselas, Munich o Milán los edificios emblemáticos se abren a la luz mezclando hierro y cristal.
Para la Compañía Saint-Gobain el final del siglo XIX y los comienzos del siglo XX es el momento de atravesar fronteras, con sus primeras instalaciones en el extranjero: Alemania, Italia, España. El reto es notable: organizar una producción industrial, para enfrentarse a una competencia creciente, especialmente en Bélgica. En España la Compañía Saint-Gobain constituye en 1905 la empresa Cristalería Española, comenzando la construcción de la fábrica en 1906, y la producción de vidrio en 1907.
La fabricación de vidrio plano en Arija
Cristalería Española comienza a producir en su fábrica de Arija dos tipos principales de vidrio plano: la luna pulida y el vidrio impreso. Cuando la Compañía Saint-Gobain se establece en España en 1906 los procedimientos de fabricación de la luna pulida eran casi los mismos que en el siglo XVIII. El combustible había cambiado de la madera al carbón, y finalmente al gasógeno. Pero existe una gran similitud entre las láminas de la Enciclopedia de Diderot y DAlambert y las fotografías de 1907 o 1926 que empleaban los procedimientos tradicionales. Para entender mejor el tipo, de trabajos que se realizaban en la fábrica de Arija, es imprescindible conocer algunos detalles sobre la fabricación del vidrio plano. Ilustraremos estas descripciones con imágenes, muchas de ellas inéditas, de la fábrica de Arija.
Los crisoles de cerámica refractaria se preparaban en la alfarería, con tierras especiales y restos de crisoles anteriores. Tenían una cabida de entre 600 y 900 Kg de vidrio. Se dejaban secar lentamente durante varios meses antes de proceder a la cocción. Una vez en producción su duración era limitada: un crisol podía utilizarse unas 30 veces antes de ser desechado por lo que servía para fabricar entre 18 y 27 toneladas de vidrio.
La preparación de la mezcla que va a dar lugar al vidrio era una tarea de los encargados de composición. Utilizando varios crisoles en el mismo horno, se elaboraban diversos tipos de vidrio al mismo tiempo. Una vez en el horno el vidrio tarda en estar preparado entre 18 y 24 horas. En ese tiempo va pasando por distintas procesos que requieren una atención continua de los operarios: fundido de la mezcla, colada líquida, y afinado (retirar las escorias que flotan sobre la colada). Inicialmente una cuadrilla de fundidores se encargaba de controlar todo este proceso, desde que se introduce el crisol en el horno hasta que se tiene el crisol con el vidrio fundido listo para la colada. En 1916 los obreros fundidores tenían jornadas de 24 horas, sin poder abandonar su puesto de trabajo en todo ese tiempo.
En el procedimiento tradicional el crisol se retira del horno con una grúa, y la colada se vuelca sobre una mesa donde un rodillo de laminación crea una placa de vidrio del grosor deseado. Esta placa ha de someterse a una serie de tratamientos para mejorar su resistencia a la rotura, mediante un procedimiento que se denomina "recocido". El recocido se llevaba a cabo en unas "archas" fijas de tipo "carcaise", una especie de hornos donde se aplican los siguientes tratamientos:
- primero se deja enfriar la luna, algo que puede tardar entre uno y tres días para un grosor de vidrio de 1,5 cm;
- a continuación se calienta hasta una temperatura de unos 800 °C;
- finalmente se deja enfriar lentamente para suprimir las tensiones superficiales que se hayan creado en el laminado.
Después del recocido se obtienen las lunas brutas, que hay que trasladar de forma manual hasta el correspondiente almacén donde esperarán el siguiente paso del proceso de fabricación. Una de las quejas de los obreros de Arija en la huelga mantenida en 1916 era precisamente sobre esta tarea, delicada y peligrosa al mismo tiempo. Rescatamos algunos de los párrafos que hacen referencia a las condiciones de trabajo:
"Los trabajadores que se dedican al transporte de las lunas para trasladarlas a las mesas para su refinamiento se hallan en un constante peligro, como puede apreciarse. Las lunas, muchas de ellas, tienen próximamente tres metros de largo por 2,70 de ancho, con un grueso de centímetro y medio, y hasta de dos, son transportadas entre ocho hombres con un correaje, llevadas de canto, teniendo que guardar un equilibrio especialísimo, que a poco que se descuiden éstos pueden romperse y lesionar o matar a los que la conducen por las cortadas que les puede producir la luna. En este trabajo el jornal máximo es de 3,75 pesetas, y no disponen estos obreros, en once horas que tienen de trabajo, más que de veinte minutos para comer, muchos días, bien entendido que si alguna de éstas se rompe durante las once horas de jornada, no tienen derecho a una prima que se les da; si sacan o tienen la suerte de que no se les rompa ninguna luna, esta prima varía entre 25, 50 o 75 céntimos, advirtiendo que para cada cuatro o seis obreros hay un capataz, y éstos les obligan a no descansar un momento; pues estos capataces, cuantas más lunas saquen los obreros más primas sacan, se rompan o no éstas."
Las lunas brutas tienen imperfecciones que es preciso eliminar mediante desgaste mecánico. Se comienza la abrasión frotando la luna con arenas y esmeriles que aplanan totalmente la luna, pasando luego a mordientes muy finos que dejan la superficie completamente pulida y transparente. Este proceso era muy insalubre para los operarios, pues el polvo fino del abrasivo flotaba en el ambiente y producía silicosis. En la fábrica de Arija se utilizaban mesas de desbaste y pulido de 10 metros de diámetro, denominadas Duci-Puli.
El corte de las lunas en bruto a la salida del archa, y el corte fino una vez desbastadas eran otros pasos importantes en la fabricación. El personal de "estimación" clasificaba las lunas por calidades antes de pasar al almacén.
Hacia 1920 el ingeniero belga Bicheroux inventó un procedimiento que eliminaba el vertido del vidrio sobre mesas. Se mantenía el sistema de crisoles, pero éstos se volcaban sobre un depósito que en su parte inferior contaba con dos rodillos refrigerados con agua. Era un paso intermedio hacia los sistemas actuales de colada continua, pues el recocido se efectuaba en archas continuas, manteniéndose las mesas circulares para el desbaste y pulido.
La fábrica de Arija adoptó el procedimiento Bicheroux en 1930, lo que supuso un importante incremento en su capacidad productiva.
Para los vidrios impresos, destinados a la construcción, inicialmente se empleaba el procedimiento "Chance", pasando en 1933 a un horno de cuba con el procedimiento "Boudin" de colada continua y un archa de rodillos. La instalación del "Chance" quedó para la producción de vidrios de color.
Cuando las instalaciones de Arija cesan su actividad aún mantiene partes originales de la fábrica inicial, como la alfarería y la central eléctrica. Se han ampliado los gasógenos de 11 a 12, pero sigue el mismo número de hornos para lunas. Se conserva el antiguo sistema "Chance" para los vidrios de color, pero han desaparecido la mayor parte de las archas fijas, que ya no son necesarias con el sistema "Bicheroux".
En su último período de actividad la fábrica de Arija contaba para la fabricación de lunas con dos hornos de fusión de 16 crisoles, cada crisol con una capacidad de 950 litros. Era capaz de producir 700 metros cuadrados diarios. En la nave nueva de colada se empleaba el procedimiento Bicheroux con recocido Stracou.
Los vidrios impresos blancos se fabricaban en un horno de cuba de 36 metros cúbicos, produciendo hasta 35 toneladas diarias, unos 3.200 metros cuadrados al día. En vidrios de color se utilizan los mismos hornos que los de las lunas, con la laminación y el recocido en los antiguos aparatos "Chance", llegando a un máximo de 1.000 m2 al día.
De 1940 a 1945 la fábrica de Cristalería Española en Arija tenía como media anual:
- 170.000 m2 de lunas pulidas
- 400.000 m2 de vidrios impresos blancos
- 80.000 m2 de vidrios armados
- 60.000 m2 de vidrios estriados
La dirección de la empresa estimaba que la producción de la fábrica de Arija había ahorrado en sus 45 años de existencia un total de 1.500 millones de pesetas en divisas (valores de 1952).
Los trabajadores recuerdan diversas anécdotas relacionadas con los trabajos de la fábrica. Donaciano Fernández (obrero 3391), natural de Villota de Elines, provincia de Santander, que entró de pinche con 15 años de edad el 8 de abril de 1925, cuenta un par de ellás:
- En el año 1928 recibimos un pedido de una luna de 6,00 x 3,00 m. con destino a Valencia para la Virgen de los Desamparados. Recuerdo que la Dirección no sabía si aceptar el pedido o no, optando finalmente por intentar realizarlo. Se prepararon dos crisoles que estuvieron 40 horas de fusión, sin que, afortunadamente, hubiera rotura de las archas. Se cortaron dos hojas de 6,30 x 3,30 metros, saliendo una de ellas impecable, sin defectos. Fue grabada a soplete con chorro de arena: "Fábrica de Arija. Agosto 1928". Durante la guerra civil la rompieron y nos pidieron otra igual, pero entonces ya teníamos el nuevo sistema de fabricación "Stracou" y fue más fácil.
-Un Maharajá de la India hizo un pedido importante de baldosa de 40 mm. de grosor. Al preguntarle para qué lo iba a destinar, contestó: "Para el piso, porque quiero que pasen por encima mis elefantes".
LA EMPRESA Y SUS TRABAJADORES
Obreros y empleados de la fábrica de Arija
En torno a la fábrica de vidrio de Arija, que llegó a emplear más de 1.000 obreros, se conformó toda una sociedad con comercios y servicios. En 1916, con más de 700 obreros, el conjunto de los salarios superaba el millón de pesetas al año (en pesetas de esa época). Esto significaba un jornal medio por empleado de entre 3 y 4 pesetas al día, unas 100 pesetas al mes. La nueva fábrica atrajo mano de obra de toda la comarca, y de zonas más alejadas en Palencia, Burgos y la provincia de Santander.
Un excepcional documento, el Libro de Afiliaciones de Cristalería Española en Arija, recoge los datos de edad, procedencia, fecha de entrada, y profesión anterior de los más de 3.400 empleados que ingresaron en la empresa entre 1906 y 1930. Comienza el 21 de marzo de 1906 con Saturio Benso, un carpintero de 36 años natural de León. Desde el comienzo la fábrica contrató numerosos trabajadores de Campoo, muchos de ellos habían trabajado antes en las industrias del vidrio de la comarca, o en otras empresas del reinosano Telesforo Fernández Castañeda (La Luisiana, La Cantábrica, Santa Clara, las minas de Las Rozas, la Iberia).
Cristalería Española en Arija contaba con una estructura perfectamente definida, con sus Directores y Jefes de Fábrica, Jefes de Departamento y Encargados de Departamento. Estos últimos eran los responsables directos de determinadas fases concretas del proceso productivo o del proceso administrativo (oficinas generales, laboratorio, química, trabajos, central eléctrica, duci- puli, estimación, corte, alfarería, hornos) y Encargados de Departamento (oficinas generales, oficina técnica, contabilidad, pagaduría, hornos, gasógenos, extracción, cantera de arena, alfarería, crisoles, composición, colada, vidrios colados, vidrio impreso, departamento de yeso, duci-puli, estimación, corte fino, almacén, embalaje, máquinas a vapor, central eléctrica, albañilería, cuadrillas, taller mecánico, taller de carpintería, taller eléctrico, guardas jurados, botiquín, cooperativa obrera, escuela de aprendices, escuelas). Los obreros a su vez estaban organizados en cuadrillas dirigidas por un capataz.
La huelga de 1916
A los diez años del establecimiento de Cristalería Española en Arija se produjo un acontecimiento que ha dejado abundante documentación en las hemerotecas: una huelga general de casi dos meses, en la que llegaron a apagarse los hornos, y quedar en cuestión la permanencia de la fábrica. Esta huelga contó con una intensa colaboración de la agrupación socialista de Bilbao, y de uno de sus líderes más carismáticos: Facundo Perezagua. La prensa de la época ofrece numerosos artículos y testimonios de este suceso, principalmente la de Bilbao (El Liberal), Santander (El Cantábrico) y Burgos (Diario de Burgos y El Castellano)
Por situarnos un poco en aquella época, nos encontramos que a los 10 años de existencia la fábrica tiene ya 700 obreros. Las condiciones de trabajo son bastante duras: empleos precarios con jornadas de casi 12 horas por un salario que en muchos casos ronda las 3 pesetas al día (a real la hora). Eran tiempos turbulentos en medio de la primera guerra mundial. El gobierno francés había movilizado por este motivo al director de la fábrica de Arija, D. Arsenio Brachotte. En España era presidente del gobierno el Conde de Romanones, y su política liberal producía un cierto malestar que se manifestaba en el auge de las sensibilidades obreristas, con actos de propaganda sindical que solían recibir el rechazo de la patronal.
Esta parte de Campoo, y más en particular la que ocupaba la cuenca del río Vilga, y hoy es la orilla sur del pantano, no era precisamente una zona especialmente agrícola y ganadera. Mucho antes de la existencia de la Naval de Reinosa (1919), la actividad industrial era bastante intensa. Ya desde los siglos XVIII y XIX se producen fenómenos de industrialización con las ferrerías y las vidrieras. La construcción del ferrocarril de Isabel II entre Alar del Rey y Reinosa llegó a ocupar en 1854 a más de 2.700 obreros.
En el siglo XX, cuando José Montero, corresponsal de "El Cantábrico", recorre el Campoo de 1913 para conocer la opinión de sus gentes sobre el Pantano del Ebro, visita además los principales establecimientos industriales y mineros: las fábricas de la Sociedad Vidriera Reinosana, la Sociedad Arístegui y Castillo que obtiene tierras refractarias en Renedo, la Societé Anonime des Charbonnages de Renedo, Aristegui Hermanos y Compañía, concesionarios de turbas en la Virga, y Cristalería Española en Arija.
Quizás en 1916 la combinación de una gran industria, la estrecha relación que el FC de la Robla proporcionaba con Bilbao, y la procedencia de otros núcleos industriales de muchos de los obreros de Cristalería Española, dieron como resultado una huelga que finalizó en curiosas circunstancias. Basándonos en los testimonios de la hemeroteca vamos a hacer un relato somero de los hechos más destacados, que por lo novelescos pueden dar lugar a un guión de película.
En febrero se programan dos mítines en los que figuraba como orador Facundo Perezagua. El del día 20, domingo, lo suspende la autoridad local. El segundo se celebra el domingo siguiente.
Siguen nuevos actos de "propaganda económica" en el mes de marzo. En esta etapa tomará protagonismo Adrián Perezagua, que sustituye a su tío en los mítines, acompañado por miembros de la Juventud Socialista de Bilbao. Los mítines organizados por los obreros de Cristalería tienen el concurso de los mineros de Las Rozas.
El martes 28 de marzo estalla la huelga, y el motivo parece ser el despido del presidente y vicepresidente de la recién constituida "Unión Obrera". La dirección de la fábrica explicará posteriormente que como consecuencia del hundimiento de un horno de lunas quedaron suspensos de empleo y sueldo sesenta trabajadores, entre los que se encontraban los anteriores.
Los acontecimiento se suceden. Inmediatamente se crea una "Comisión de huelga" formada por José L. Peláez, Adrián Perezagua y Evaristo Hierro, que se entrevista el día 30 con el gobernador civil de Burgos, y al que plantean también otras quejas relacionadas con el trato que algunos jefes, maestros y capataces dan a los obreros. La dirección de la fábrica trata de mantener los hornos encendidos, pero los trabajadores que tratan de desarrollar esta tarea son acusados de "esquiroles" y se producen algunos altercados graves.
El gobernador civil Serrano Carmona había prometido a los obreros hacer una labor de intermediación, pero se había desentendido del conflicto, ocupado en las elecciones de diputados a Cortes que se celebraban el 9 de abril.
Finalmente la empresa deja apagar los hornos el 10 de abril y al día siguiente un comunicado del Consejo de Administración de Cristalería Española anuncia que quedan paralizados los trabajos por tiempo indefinido, pudiéndose considerar despedidos todos los trabajadores. También amenaza con el cierre definitivo de la planta y el traslado de la producción a Francia.
En estas circunstancias la inquietud crece considerablemente. Los comerciantes de Arija ven amenazados sus negocios y el pueblo teme desaparecer. Los obreros reciben el apoyo de los socialistas de Bilbao, en cuya Casa del Pueblo se celebra un mitin el día 16 de abril. En la "tribuna libre" de "El Liberal" de Bilbao se acusa a la empresa de estar organizada en trust con su competencia de Las Rozas, Avilés y Sevilla para reducir la producción y mantener los precios altos.
Este mismo periódico publica dos extensos artículos a finales del mes de abril: una entrevista con el ingeniero director de la fábrica Maurice Domain, y un largo comunicado de la comisión de huelga. Por el tono manifestado en ambos documentos se ve que surgen síntomas de acercamiento. El director ha tratado de verificar las quejas de los obreros para con sus jefes, y los obreros aplauden que les sea reconocido el derecho de asociación.
Pero el ambiente en el pueblo está cada vez más enrarecido. En "El Castellano" de Burgos se publica un escrito remitido desde Reinosa describiendo escenas de familias abandonando Arija con sus baúles, mendigos vagabundos que piden limosna por los pueblos vecinos...
El desenlace final es totalmente inesperado: el 6 de mayo el presidente de la Unión Obrera de Arija, Evaristo Hierro, envía una carta a "El Liberal" de Bilbao con unas declaraciones en las que manifiesta que ha sido engañado por sus compañeros, da la razón al director de la fábrica, y pide perdón a sus compañeros y amigos de trabajo.
La fábrica se abre de nuevo el 23 de mayo, comenzando el retorno a la normalidad. Pero un nuevo percance altera los planes de la empresa: el 30 de mayo un incendio destruye la nave de crisoles con todo su contenido. Volver a tener dispuestos los crisoles imprescindibles para el funcionamiento de los hornos llevaría seis o siete meses, y si las fábricas del extranjero no ceden crisoles la fábrica seguirá paralizada largo tiempo.
Superado este episodio, parece que los años siguientes son de una cierta armonía. Cuando fallece en 1921 el director general Arsenio Brachotte los obreros financian por suscripción popular un monumento en su memoria. Se trata de un busto y una estatua de un obrero cristalero que están hoy en Arija y son obra del escultor palentino Victorio Macho.
Presumiblemente el ímpetu sindicalista quedaría frenado durante unos cuantos años por el fracaso de la huelga de 1916. Algunos creen ver en una foto del taller de corte (1926) a un grupo de obreros con los puños en alto, como una señal de que se mantenían las reclamaciones laborales. Pero hasta que llega la república en 1931 no se tiene constancia cierta de que los sindicatos volviesen a manifestar una intensa actividad. Una muestra de ello es la Casa del Pueblo de Arija, levantada en 1932, posteriormente incautada para casa de Falange, y después vendida a particulares. En 1986 la UGT recibió una indemnización de 5,3 millones de pesetas por este edificio.
ALGUNAS NOTAS ADICIONALES SOBRE EL VIDRIO EN CAMPOO
Varios artículos sobre el vidrio en Campoo publicados en esta revista reflejan las actividades de este tipo de industrias, fuertemente asentadas en la comarca. Pero hemos encontrado algunas más, que pueden servir para complementar las anteriores.
La primera referencia documentada es de 1766. En ese año se leyó una comunicación en la Real Sociedad de Londres enviada por William Bowles, que sitúa al este de Reinosa una excelente variedad de piedra esmeril (emery-stone), muy apreciada por los pulidores de espejos de la Real Fábrica de San Ildefonso. No deja de ser curiosa esta referencia a Real Fábrica de Cristales de la Granja en San Ildefonso, que vuelve a poner de manifiesto la estrecha relación existente en el gremio de los vidrieros, y cerrar el círculo de curiosas relaciones entre Campoo y la Saint-Gobain. El rey Felipe V fue el primer rey Borbón de España. Nieto de Luis XIV, había nacido en Versalles. Con la fábrica de San Ildefonso pretende desarrollar en 1727 una iniciativa similar a la de su abuelo, que dio origen a la Compañía Saint- Gobain 60 años antes, y reducir la importación masiva de objetos suntuarios del extranjero mediante el fomento y la protección de la industria nacional.
Existe también una tradición oral que encuentra relaciones con el paso de las tropas francesas por Campoo. El 12 de noviembre de 1808 el mariscal francés Soult entró en Reinosa, abandonada en retirada por el general inglés Blacke, dejando sesenta piezas de cañón, víveres, municiones y numerosa vestimenta. Desde Reinosa las tropas francesas recorren la región. No es difícil que entre los soldados y oficiales hubiese cristaleros que informasen de las materias primas de la zona. En Arija se cuenta que apareció un trasfuego o trashoguero (respaldo de hogar) de hierro con la imagen de Napoleón en una cantera de arena.
La primera fábrica de vidrio merecedora de esta denominación se construyó en Las Rozas en 1844. Se trata de La Luisiana en Las Rozas, levantada por los hermanos Collantes Bustamante. En estas industrias tuvo un papel destacado Telesforo Fernández Castañeda y Gutiérrez (Reinosa, 1830-1896), que fue también alcalde de Reinosa, y senador por la provincia de Santander en 1886. Telesforo comenzó adquiriendo una representación de 297.600 reales en la fábrica de vidrio "La Luisiana" a D. Francisco Angulo y Regulén en 1870.
Posteriormente incluirá en su patrimonio otras dos fábricas:
- La Gran Fábrica de Cristal hueco y plano titulada "Santa Clara", situada en la Calle de los Estudios en Reinosa. Todos los edificios, hornos y almacenes fueron construidos por encargo de D. Telesforo.
- Una Fábrica de Vidrio plano en Arroyo titulada "La Cantábrica", en una finca con una extensión de seis hectáreas. Telesforo adquirió en 1875 los edificios a D. Julio Noboa, y el resto de la finca a D. Santiago Calderón.
También era propietario o copropietario de otros negocios, como una fábrica para la destilación y fabricación de espíritus y ginebras situada en Reinosa titulada "Primera de España", y numerosas minas en Arroyo (La Juanita, La Felicia, Angelita, Eugenia, Catalina), Villanueva (Carmelita, Amanda) y Las Rozas (Petrita). Curioso personaje este D. Telesforo, que bien merece un trabajo de investigación.
La presencia de la Saint-Gobain en Campoo, con su fábrica de Arija, venía a reforzar aún más la especialización vidriera de la comarca. Pero esta concentración necesitaba una reordenación del sector quizás no tan agresiva como una OPA, pero sí indispensable para evitar sobreproducciones y guerras comerciales. Por esta razón, pronto comenzaron las alianzas entre Cristalería Española y el grupo de empresas que había impulsado Telesforo Fernández Castañeda.
La Saint-Gobain promovió en 1917 la fusión de la Reinosana y la Montañesa, suscribiendo el 51% del capital de la sociedad resultante, Vidrieras Cantábricas Reunidas S.A. (VCR), que fijó su sede en Reinosa. En 1925 fundó la compañía Vidriera Mecánica del Norte S.A. (VMN), que puso en marcha una fábrica de vidrio estirado en Renedo de Piélagos, en Santander. También invirtió en empresas dedicadas a la extracción de materias primas, como Las Rozas Collieries y Sulfatos Españoles, y más tarde en la Carbonífera de Valdearroyo.
CONCLUSIONES
Es curioso el destino de los productos y materias primas de Arija y Campoo. Están humildemente en muchos sitios, sin declarar su procedencia. El vidrio y las lunas pulidas de ayer que vestían escaparates y viviendas son transparentes. La arena de hoy está oculta en los filtros de las depuradoras de agua y bajo los terrenos deportivos. Y el agua del embalse del Ebro sale por los grifos y riega los campos sin dejar ninguna señal de identidad.
AGRADECIMIENTOS
Este artículo es un trabajo derivado de un proyecto de recuperación de la historia local, aplicado en principio a la localidad de Arija y su entorno geográfico y relacional. Los verdaderos protagonistas son los habitantes de Arija y sus descendientes, que han proporcionado valiosos documentos, fotografías y testimonios.
Con sus contribuciones se está desarrollando un sitio colaborativo en Internet (http://www.arija.org), centrado en un importante Archivo Fotográfico que ha recibido aportaciones de muchas localidades: Cantabria, Burgos, Bizkaia, Alava, Tarragona, Madrid, Asturias, Zaragoza, Sevilla, Bélgica, Venezuela... El proyecto continúa abierto, por lo que hacemos un llamamiento a quienes tengan cualquier tipo de material que sirva para ampliar y enriquecer esta obra colectiva.
BIBLIOGRAFÍA
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