INTRODUCCIÓN
Uno de los mas ilustres y desconocidos personajes nacidos en nuestra comarca es el Conde de Revillagigedo, virrey de Nueva España. Su nacimiento en Reinosa está fuera de toda duda ya que se conserva en el Archivo diocesano de Santander la partida de bautismo que lo acredita. Sin base documental alguna se han señalado como su lugar de origen, Gijón (donde se asientan sus descendientes ya en el siglo XIX), Sevilla o Bilbao.
Sus padres se establecieron en Reinosa poco antes de su nacimiento y aquí fue donde su madre educó a sus seis hijos y vivió durante más de 40 años, hasta su muerte en 1.725.
Conocemos la vida publica y militar del virrey, pero apenas se conocen detalles de su vida privada, ya que los escritos y cartas que de él se conservan son meros documentos legales o informes, salvo una carta dirigida a su hijo Juan-Vicente en la que le da prudentes consejos (G. de la Puente, 1.916 pp. 139-140).
En los retratos que han llegado hasta nosotros vemos a un hombre de mediana edad, de mirada fría y gesto firme, con la frente despejada, nariz recta, y boca de labios finos que expresan una cierta dureza. Si, a lo que nos refleja su imagen, añadimos sus actuaciones, tanto en el ejército como en los empleos administrativos que desempeñó, comprobamos que nuestro paisano era un hombre austero y eficaz, fiel a sus principios y con una gran ambición, que tuvo la suerte de vivir en una época de cambios, donde un hombre sin fortuna y procedente de una familia de la clase media, podía ascender socialmente por sus méritos, cumpliendo su cometido con rectitud y fidelidad, hasta llegar a las cotas mas altas de la pirámide social.
ESPAÑA (1681-1733)
Reinosa es la cabeza de la Merindad de Campoo, sede del Ayuntamiento General presidido por un Corregidor, que en el siglo XVII pertenece administrativamente a la provincia de Toro.
En 1.681 es una pequeña villa de s 130 vecinos (aproximadamente 500 habitantes). Sus casas de buena factura y sólidas proporciones se distribuyen a lo largo de la calle Mayor y en los aledaños de la actual plaza de España (primitivo núcleo urbano) y de la iglesia de San Sebastián, extendiéndose posteriormente, hacia la calle del Puente donde se establecen muchas compañías dedicadas al transporte y almacenamiento siguiendo el trazado del camino real.
Reinosa es a finales del siglo XVII, un núcleo urbano donde se centralizan las actividades comerciales y administrativas de su entorno más próximo. Aquí los vecinos de los pueblos de alrededor se aprovisionan de los artículos necesarios en las tiendas y comercios con que cuenta la villa. Los lunes se celebra un importante mercado, sobre todo de grano, que desde mediados del siglo XVIII se celebra en la zona del Espolón (hoy plaza de Díez Vicario). Las ferias de ganado, dos al año, en Santiago y San Mateo, de gran prestigio, atraen a tratantes y ganaderos de regiones muy alejadas, imprimiendo a la tranquila vida local un gran dinamismo.
Su situación en el centro del valle hace de ella un lugar privilegiado, paso natural de acceso a la costa desde la meseta, lo que tendrá una extraordinaria importancia en este momento de reformas que los Borbones introducen en la infraestructura económica española, tratando de agilizar y promover el desarrollo comercial. En la primera mitad del siglo XVIII surge la necesidad de abrir un camino cómodo para que el comercio de lanas de Castilla tenga una salida por el puerto de Santander. La carretera contribuirá al despegue de nuestra comarca, convirtiendo a Reinosa en un lugar próspero y bullicioso.
A esta población será donde llegue el Alférez Francisco Güemes Gordón, antiguo regidor de Ramales, junto con su mujer Francisca Horcasitas y los dos hijos mayores del matrimonio, para hacerse cargo de la administración de las Rentas Reales y Servicio de Millones del partido de Reinosa.
Como residencia y oficinas toman en alquiler una casa perteneciente al Marques de Villatorre situada en la calle principal. Esta casa, hoy desaparecida, es muy probable que fuese un edificio ubicado en el numero 1 de la actual calle Mayor, frente a la casa del marques de Cilleruelo (casa de Pano,) y con una estructura similar, piso superior de vivienda con bajo para oficinas, cochera y otras dependencias.
No se sabe con certeza la fecha en que se establece en Reinosa el matrimonio, pero se cree que fuera en 1.679 o 1.680, es decir o dos años antes del nacimiento del futuro virrey.
Nace Juan Francisco Güemes y Horcasitas el día 17 de mayo de 1.681. Aquí nacerán también sus tres hermanos menores.
Cuando Juan Francisco contaba cinco años de edad muere su padre y será su madre quien ocupe el puesto de su marido en la recaudación, apoyada por D. Antonio Sainz de la Calleja, cuñado suyo, que le servirá fielmente, hasta su fallecimiento ocurrido en 1.725.
Como es tradicional en las familias hidalgas, el hijo mayor Joseph, recibirá el mayorazgo y será destinado a los negocios familiares, pero morirá pronto nombrando heredero a su hermano Juan Francisco, ya que el segundo, Manuel, es religioso y había renunciado a su herencia al profesar.
Joseph fue enterrado en la capilla del Rosario de la iglesia de San Sebastián y en su testamento, (G. Echegaray, 1990, Apéndices documentales, pág. 91) Doña Francisca, su madre, pedirá reposar a su lado. Es quizá este hecho y su nacimiento en nuestra tierra, donde pasó su infancia y adolescencia, lo que motiva que siendo ya Juan Francisco Güemes virrey de Méjico, envíe desde la capital virreinal 500 libros de panes de oro para el dorado del retablo mayor de la iglesia, según nos relata José Calderón en su libro "Campoo". (p. 52)
Juan Francisco Güemes Horcasitas elige como profesión la carrera de las armas. Ingresa en la milicia coincidiendo con la guerra de Sucesión, que comienza en los territorios españoles de Italia y Países Bajos. En este escenario será donde inicie su carrera, como cadete. Es probable que partiera a Nápoles con las tropas que acompañan a Felipe V en 1702.
Las innegables cualidades militares de Güemes, en un momento en que los ejércitos españoles están siendo reorganizados, serán la causa de su rápido ascenso, siendo nombrado capitán en 1705.
El desembarco del Archiduque Carlos de Austria en Barcelona, inicia la contienda en el interior de España. En 1710 Güemes es sargento mayor del Regimiento de Segovia, lo que nos hace suponer que interviene con este regimiento en la campaña de Portugal y en la batalla de Villaviciosa.
Después de un corto periodo de paz, se organiza una gran armada que se dirige, en julio de 1.717, a la reconquista de Cerdeña (perdida en el tratado de Utrech). El futuro virrey, ya como teniente coronel del regimiento de infantería de Burgos, participa en las operaciones que acaban con los focos de resistencia localizados en Cagliari y Castel Aragonesa. Como consecuencia de su comportamiento en estas campañas se le concede el grado de coronel del regimiento de Granada, que bajo su mando participó en la defensa de Ceuta. Entre 1.720 y 1.726 las noticias sobre Juan Francisco Güemes son vagas, pero en 1.726 lo volvemos a encontrar en el sitio de Gibraltar, donde las unidades a sus ordenes abrieron una brecha en el sistema defensivo inglés. Posteriormente es nombrado Inspector de la Infantería Española y Extranjera de los Reinos de Aragón, Navarra y Guipúzcoa y poco tiempo más tarde Brigadier. En 1.733, por sus méritos y fidelidad a la corona, será designado Gobernador y Capitán General de la Isla de Cuba.
Los primeros Borbones, en su afán reformista, irán sustituyendo la antigua estructura administrativa de los Austrias que estaba en manos de la alta nobleza, eligiendo para desempeñar los empleos más relevantes a personas con una especial formación, bien procedentes de los mandos del ejército, bien personas de la pequeña nobleza, con experiencia en asuntos de estado y gestión, que serán elementos clave de la política reformadora y racionalista. Destacan hombres como Ensenada, Patiño, o el propio Güemes, convencidos de la necesidad de un cambio de mentalidad y conscientes de la crisis de identidad que atraviesa España tras perder su poder hegemónico en Europa.
CUBA (1733-1746)
La vocación castrense de nuestro personaje, unida a las continuas guerras que mantienen al ejército en permanente estado de alerta en estos años, dejarán poco tiempo al ambicioso militar reinosano para crear una familia y es en su madurez, en 1.733, poco antes de embarcarse con destino a ultramar, cuando se casa en Antequera con una andaluza, Antonia Cepherina Pacheco de Padilla, descendiente del conquistador de Ubeda, que curiosamente procedía del lugar de Aguayo.
Antes de celebrar el matrimonio, visita Reinosa con objeto de ordenar sus asuntos, otorgando un poder (G. Echegaray, 1990, Apéndices documentales, pág 85.) a D. Santiago González Navarrete, a quién encarga del cuidado de sus rentas y propiedades. Poco después se dirige a Cuba, donde permanecerá de 1.733 a 1.746. Allí nacerán sus ocho hijos de los cuales el cuarto, y primer varón, Juan Vicente Güemes y Pacheco de Padilla será virrey de Méjico de 1.789 a 1.794, quien, a juicio de los historiadores, fue de los más grandes y eficaces de Nueva España.
Cuba en esta época tiene un interés eminentemente defensivo para los españoles. El Caribe y sus pequeñas islas son el lugar preferido de los piratas a la par que asiento de avanzadas de Inglaterra y Francia que tratan de minar el poderío colonial hispano. Esta zona desprotegida, por el abandono en el que se hallaba sumida, necesitaba de importantes transformaciones.
El principal objetivo de Güemes será la reorganización y reforma de la mermada flota, incapaz de hacer frente a las potentes y bien pertrechadas escuadras de ingleses y franceses.
En el terreno económico su mayor preocupación será la ampliación de las libertades comerciales y el desarrollo de la economía, para lo que ordena la construcción de caminos y puentes con objeto de facilitar el transporte; modifica el sistema hacendístico y tributario, lo que hará aumentar las rentas de la isla de modo espectacular. Otra de las tareas a él encomendadas es la persecución de las prácticas ilegales, que como consecuencia de las ventajas comerciales que obtiene Inglaterra -el Navío de Permiso y el Asiento de Negros- se convertirán en focos de un devastador contrabando.
Este hecho, sumado a la amenaza que suponían las colonias norteamericanas y su avance hacia la Florida, y la creación de Georgia en tierra de nadie, provocara la Guerra del Asiento (1739-1748), entre España e Inglaterra.
Güemes restaura y construye nuevas murallas y fortificaciones en los principales puertos, con miras a protegerse de los ataques del enemigo y él mismo asegura en una carta al rey que con su celo y protección, consiguió que ninguna embarcación que hubiese partido de sus puertos fuera apresada por los ingleses. (Valle Menéndez; 1978, p. 117).
Estando al frente del gobierno de Cuba, Güemes padecerá el ataque inglés a Santiago, defendido por el Coronel D. Francisco Cagigal de la Vega.
En el Juicio de Residencia, practicado como era norma al final de su estancia en la isla, se presentan contra él 10 cargos de los que sale absuelto y con pronunciamientos favorables, como lo pone de manifiesto que se le encomiende seguidamente el Virreinato de Nueva España.
NUEVA ESPAÑA (1.746-1.755)
Francisco Güemes Horcasitas, llega a Méjico el 9 de julio de 1.746, coincidiendo con la muerte de Felipe V.
La llegada del nuevo virrey es celebrada con gran esplendor, durando las fiestas y honores con las que se le recibe, varios meses. Las cortes virreinales reproducen el lujo, fasto y ceremonial de las cortes europeas a las que imitan.
El virrey es temido y respetado por ser el representante del monarca y realmente su poder es casi absoluto si exceptuamos el control que sobre él ejerce la Audiencia. No obstante, los virreyes estaban sometidos a los Juicios de Residencia una vez terminado el mandato. Juicios éstos, justos y veraces que hicieron del gobierno colonial un gobierno limpio y sin apenas abusos.
Méjico, como todos los territorios americanos, había sufrido los graves errores políticos y la misma decadencia de las estructuras sociales y comerciales que la península. Con el nuevo siglo y sobre todo a partir de 1725 España se vuelve hacia América y trata de acometer las mejoras necesarias para su desarrollo y riqueza.
El virrey Güemes, hombre austero y valiente que pasea a pie y casi sin escolta por las calles de la ciudad, realizará una gran labor aplicándose a cumplir las consignas e instrucciones recibidas de la Corona y, bajo su gobierno, Méjico se expande y amplía en todos los órdenes.
Pone su empeño en la transformación de la Hacienda, suprimiendo tributos y depurando la administración. Reorganiza el sistema arancelario para favorecer el comercio, atiende al desarrollo de la ganadería, la agricultura y sobre todo de la minería que será el pilar básico de la economía mejicana en este periodo.
El mismo considera entre las reformas la más delicada la conversión de la antigua moneda al nuevo cuño y el ahorro producido en la ejecución de la orden. (Valle Menéndez; 1978, p. 117)
Durante su mando tuvo que defender las costas del reino de los ataques ingleses a los que trata de expulsar de Belice (Yucatán), donde existía un asentamiento inglés clandestino. También refuerza la vigilancia de las fronteras ante el avance de los franceses en Texas.
Su carisma, y el respeto de otros dignatarios coloniales, se aprecia en que muchos de ellos cuentan con sus consejos y órdenes para llevar a cabo su tarea.
En el plano social creará reservas de alimentos de primera necesidad para evitar las hambrunas y revueltas que se producían en las épocas de malas cosechas. Puso especial empeño en eliminar los vicios públicos de una sociedad opulenta concentrada en una de las mayores y mas bellas ciudades del mundo.
Sin embargo el hecho más notable de su mandato es la ampliación de los territorios de Nueva España, pacificando y colonizando la región de Tamaulipas (Nueva Santander), donde las tribus indias atacaban y hostigaban a los habitantes de los parajes vecinos. Bajo su égida Escandón, (ilustre cántabro nacido en Soto de la Marina, futuro Conde de Sierra Gorda) conquista la zona estableciendo pueblos, misiones y presidios, de los que gran parte tomarán su nombre de lugares de Cantabria, como Laredo, Camargo o Reynosa, llamada Nuestra Señora de Guadalupe de Reynosa y fundada el 14 de marzo de 1749 en honor del Virrey y de su villa natal. Otros pueblos serán bautizados con sus apellidos o los de su esposa y así surgen Güemes, Horcasitas, Gigedo, Aguayo.
El poblado nacido con el nombre de Reynosa, situado en la orilla derecha del río Grande, contaba en el momento de su fundación con 50 familias de colonos y 11 soldados como guarnición, además de la misión "El Mante" con 300 familias de indios. (Cantón, 1992, p. 120)
Reinosa de Tamaulipas fue desde su creación un pequeño pueblo, que debido a la implantación de campos de regadío para el cultivo de algodón, ya en el siglo XX, ve aumentar su población de 3.000 -a principios de siglo- a 34.000 habitantes en 1950. Actualmente, el descubrimiento de yacimientos petrolíferos y la instalación de una refinería, ha revitalizado esta ciudad y hoy su población es de 281.392 habitantes.
En la época de Revillagigedo se realizan también exploraciones hacia los ríos Gila y Colorado y el golfo de California.
Finalizado su mandato, cuando regresa a España en 1.755, se le concede la más alta distinción militar nombrándole Capitán General de los Reales Ejércitos. Anteriormente se le había dado el titulo de Conde de Revillagigedo en el año 1749.
Ya en Madrid acumulará cargos y distinciones (1) llegando a ser Gentilhombre de Cámara de su Majestad, máxima aspiración de la nobleza porque supone la admisión y respeto de la corte y la cercanía al soberano.
Morirá en Madrid a los 85 años el día 27 de noviembre de 1766.
(1) Cargos: Capitán General de los Ejércitos de la Frontera de Castilla. Presidente del Consejo de Castilla, Decano del Consejo de Guerra y Presidente de la Junta de Generales.
Distinciones: Señor de las Baronías Territoriales de Benillova y Rivarroja y se le dio su nombre a un pequeño archipiélago al sur de California. (González Echegarary, 1.990, p. 69)
BIBLIOGRAFÍA
- GONZÁLEZ ECHEGARAY, María del Carmen. "El Virrey Revillagigedo y sus orígenes". Santander, Diputación Regional de Cantabria, 1990.
- CANTÓN, Ramón. "Reinosa y la Merindad de Campoo". Santander, Estudio, 1992.
- G. DE LA PUENTE, Julio. Reinosa y el valle de Campoo, Santander, 1916.
- CALDERÓN ESCALADA, José. "Campoo" (Panorama histórico y etnográfico de un valle". Santander, Institución Cultural de Cantabria, 1971.
- VALLE MENÉNDEZ, Antonio. "Tierra Añorada" (Meditaciones campurrianas), León, 1978.
- DE LA CIERVA, Ricardo. "Historia de América". Madrid, Época, 1992.
-PÉREZ SÁNCHEZ, J.L. et allii. ; "Catálogo monumental de Reinosa". Reinosa, Ayuntamiento, 1995. - SUS SUS, Arturo, coord. "Historia de las Fuerzas Armadas", Tomo III. Zaragoza, Palafox, 1983.
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