INTRODUCCIÓN
Desde 1984 a 1989 se excavó en el yacimiento de el Torrejón de Las Henestrosas (Valdeolea) (BOHIGAS, R., GARCÍA, M., SARABIA, P., SOBREMAZAS, A., FERNÁNDEZ, L, SAINZ, A. y HOSPITAL, C., 1985; GARCÍA ALONSO, M., SARABIA ROGINA, P y, BOHIGAS ROLDÁN, R., 1987). Se trata de un casa nobiliaria rectangular adosada a una torre cuadrada, de cuyo conjunto se conoce completa la fachada septentrional, donde se encuentra la puerta semimonumental, protegida por un Cubo semicircular macizo situado a la izquierda. El edificio se eleva en el centro de una plataforma cuadrada de 1.400 metros cuadrados delimitada por un ancho foso de 8 m. de anchura por 3 m. de profundidad. Una cortina de mampostería y mortero que formaba la cerca externa sobre el foso; fuera de éste el alomamiento de un vallado completaba el circuito defensivo exterior.
La estructura constructiva en pie mantenía un alzado mínimo o, en bastantes puntos del trazado de los muros, reducida su huella a las zanjas de cimentación que traducen la planta de la antigua construcción.
Su fechación se determinó, a partir de una datación de C-14 de la madera carbonizada de la estructura interior -derrumbada a resultas de un incendio que puso fin a la ocupación del yacimiento- en la segunda mitad del s. XII.
El equipo material recuperado en los trabajos de excavación ha sido variado en los tipos de materiales:
La cerámica puede diferenciarse distinguiendo, entre las producciones elaboradas en la comarca, que, sobre formas distintas a los prototipos altomedievales hechas a torno rápido, mantienen en uso las técnicas decorativas de ese momento cerámicas pintada y estriada asociadas en combinaciones inéditas hasta la Plena Edad Media. De otro lado se diferencia un reducido grupo de cerámicas de importación, entre las que se individualizan producciones maniseras de reflejo metálico cuya producción se sitúa a partir de 1330.
Los útiles metálicos están representados, fundamentalmente, por diversos clavos y puntas de dardo de acero, posiblemente proyectadas por medio de ballesta, de cabeza piramidal maciza muy pesada, diseñadas posiblemente para atravesar corazas de chapa.
Objetos ornamentales, entre los que destacan apliques de muebles de plata dorada -una roseta y el ala de un águila explayada- y colgantes de azabache.
Objetos de juego entre los que hay que mencionar fichas redondas de cerámica y dados de hueso.
Monedas: un total de seis piezas de vellón, correspondientes a los reinados de Sancho IV y Alfonso XI. Una mayoría dentro de ellas está representado por las correspondientes a este último monarca, que empieza a acuñar a partir de 1330, cuando se da cumplimiento a lo acordado por las Cortes de Castilla reunidas en Alcalá de Henares en 1329, donde fue reconocida la mayoría de edad de este rey tras la larga minoría de edad gobernada por la enérgica reina María de Molina. Dicha fecha se constituye en "terminus post quem" a partir del cual situar la formación del tesorillo recuperado en las excavaciones.
Todos los datos arqueológicos desprendidos del estudio de los materiales reflejan su uso durante las décadas centrales del s. XIV. La presencia de las monedas de Alfonso XI, acuñadas desde 1330, y de las primeras cerámicas de reflejo metálico de Manises, comenzadas a producir a partir de esa misma década, sirven de base a estas conclusiones. El propio desarrollo de la excavación, en que se recuperaron numerosas evidencias de maderas carbonizadas (vigas y tablazón) correspondientes a la estructura interior del edificio, tampoco deja lugar a dudas acerca del carácter violento que tuvo su destrucción y hundimiento.
LOS DATOS DOCUMENTALES SOBRE EL YACIMIENTO
El Becerro de Behetrías, elaborado en 1351, señala como señor de Las Henestrosas a un noble, Gonzalo González de Lucio (MARTINEZ DIEZ, G. (ed.), 1981). Éste estaba emparentado con María de Padilla, amante del rey Pedro I de Castilla y con Juan Fernández de Hinestrosa, valido de este mismo monarca hasta su fallecimiento en la batalla de Araviana en las estribaciones del Moncayo en 1359 y tío, a su vez, de la citada María de Padilla. La Crónica General del Canciller Ayala (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779) recoge ampliamente la presencia de este personaje en la vida política azarosa del reinado de este monarca castellano, caracterizado por el enfrentamiento abierto con su hermanastro y sucesor, Enrique II de Trastámara.
La primera aparición de nuestro personaje en la Crónica del Canciller Ayala se registra en 1354, con ocasión de las llamadas "Vistas de Tejadillo" (Zamora), entre el rey D. Pedro y los que apoyaban la causa de su esposa legítima, Doña Blanca de Borbón. En el citado encuentro cada bando acudió con un séquito armado de cincuenta caballeros; hallándose Gonzalo González de Lucio entre los acompañantes de Pedro I (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779, pp. 157-159). En ese mismo año, el Rey don Pedro mando apresar a dos nobles, Juan Rodríguez de Cisneros y Suer Pérez de Quiñones en Medina del Campo y, condenados a muerte les conmutó la pena, entregando el oficio palatino de cuchillo, ocupado hasta ese momento por Suer Pérez de Quiñones, a Gonzalo González de Lucio (LÓPEZ DE AYALA, P.. 1779, pp. 177-178). Al año siguiente, 1355, Gonzalo González de Lucio aparece como tenedor del castillo de Aguilar de Campoo, donde mantenía presos a dos caballeros toledanos hermanos, Tel González y Pero Díaz, y a D. Pedro Barroso, doctor en Leyes y obispo de Sigüenza, apresado como los anteriores en la ciudad del Tajo; el 4 de Noviembre del mismo año se vuelve a citar a nuestro personaje con ocasión de la puesta en libertad del obispo de Sigüenza, obtenida gracias a la intercesión ante el Rey D. Pedro del cardenal D. Guillem, legado del Papa Inocencio (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779, pp. 189, 200, 201).
En 1357, iniciado en la frontera de Castilla con Aragón el conflicto militar conocido como "Guerra de los Dos Pedros", los castellanos ocupan una pequeña porción del territorio aragonés cuyo núcleo urbano principal era la ciudad de Tarazona, en la que encontramos como jefe de la guarnición castellana a González de Lucio, que había obtenido el nombramiento por merced de Juan Ferrández de Hinestrosa, después de la toma de la ciudad por el rey D. Pedro I de Castilla el 8 de Marzo de ese año (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779. p. 232)
En 1359 tuvo lugar en las proximidades del Moncayo la batalla de Araviana, en la que pelearon huestes de Rey D. Pedro y un grupo de caballeros encabezados por los hermanastros del Rey, D. Enrique de Trastámara y el infante D. Tello, que exiliados desde años atrás de Castilla por su enemistad absoluta con el monarca, tomaron parte en la "Guerra de los Dos Pedros" apoyando a Pedro IV de Aragón, cuyo territorio usaron como plataforma para intentar penetrar en Castilla. En este envite militar murió Juan Ferrández de Hinestrosa, valido del Rey D. Pedro I y protector de Gonzalo González de Lucio (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779. pp. 291-292).
En 1360 este caballero, desprovisto de la influencia del fallecido Hinestrosa que le aseguraba el favor real, comenzó a sentirse objetivo de la temible ira de Pedro I y a distanciarse de la corte. Esta situación fue aprovechada por Pedro IV de Aragón para enviarle emisarios que le ofrecieron devolver Tarazona, plaza fuerte que le había sido confiada, al rey de Aragón a cambio de una cantidad de 40.000 florines y un honrado casamiento en su reino de Aragón. Aceptada la oferta, se justificó la deserción a través de documentos papales que mandaban retornar Tarazona a la autoridad de Aragón, lo que se produjo en los primeros días de Enero de 1360. Posteriormente el citado Gonzalo Gonzalez de Lucio casó con Violante Ximénez de Urrea, recibiendo el señorío de la villa de Alagón (Zaragoza), como parte del pago prometido (lÓPEZ DE AYALA, P., 1779, pp. 299-301).
Posteriormente sabemos que Gonzalo González de Lucio estuvo al servicio del rey Pedro IV, ocupando el cargo de jefe militar del Ebro en Tauste, Ejea y Sádaba (GUTIÉRREZ DE VELASCO, A., 1963, p. 20) hasta la paz de Terrer, que puso fin a la "Guerra de los Dos Pedros" y se firmó a mediados de Mayo de 1361, prescindiendo el rey aragonés de sus servicios el 20 del mismo mes (SOLDEVILLA, F., 1971, pp. 1138).
Su actitud durante la guerra le valió a Gonzalo González de Lucio ser excluido del perdón de Pedro I de Castilla y, en un contexto concreto de venganza del monarca, en 1361 o 1362, situamos el final violento del Torrejón de Las Henestrosas, como castigo material en su casa -ya que el personal era imposible- al traidor que entregó Tarazona al enemigo.
Posteriormente, en 1367, volvemos a encontrar a Gonzalo González de Lucio tomando parte activa en el bando trastamarista en las incursiones de 1367 que precedieron a la victoria final de Enrique de Trastámara. En Agosto y Septiembre de ese año penetra en Castilla desde Aragón, junto con otros caballeros, quebrantando las treguas firmadas entre Pedro IV de Aragón y el Príncipe Negro (Eduardo de Gales), jefe militar de Pedro I de Castilla durante ese año (GUTIÉRREZ DE VELASCO, A., 1950). El mismo Ayala registra en 1367 la presencia de nuestro personaje en la Batalla de Nájera, del bando victorioso de Enrique de Trastámara (LÓPEZ DE AYALA, P., 1779, p, 456-457). A pesar de esta presencia, la misma Crónica de López de Ayala para los reinados de Enrique II, Juan I y Enrique III silencia por completo a este personaje, ratificando su afincamiento en Aragón y extrañamiento definitivo a Castilla, señalado en las referencias a él en la parte dedicada al reinado de Pedro I.
CONCLUSIÓN
Como resumen final de toda esta exposición cabe señalar que, a título de conclusión, la evidencia de los datos arqueológicos pone de manifiesto la destrucción violenta de la casa señorial fortificada en un momento cronológicamente posterior al año 1330. En las décadas siguientes el contexto conflictivo del Reino de Castilla en que mejor cabe contextualizar esta destrucción es el ciclo de la guerra civil que enfrento al rey Pedro I con su hermanastro y sucesor, el rey Enrique II de Trastámara. Las fuentes cronísticas e historiográficas relacionadas con estos hechos, singularmente la Crónica General del Canciller Ayala, reflejan junto con el Becerro de Behetrías, la presencia activa del señor de Las Henestrosas, Gonzalo González de Lucio, en los conflictos militares de este periodo: primero apoyando al rey Pedro I y, después de la muerte de su protector Juan Ferrández de Hinestrosa, en contra de Pedro I y a favor de su rival Enrique de Trastámara. Había mediado, además, en su traición al rey de Castilla la entrega de la plaza de Tarazona, donde eran capitán de la guarnición castellana, al rey de Aragón que apoyaba externamente al todavía pretendiente Trastámara.
Estimamos verosímil que las fuentes históricas proporcionan una posibilidad de contextualización razonable en que situar la destrucción de El Torrejón, propiedad de Gonzalo González de Lucio, en 1361 o 1362 como resultado de la venganza y represalia del rey Pedro I de Castilla,
NOTAS
Debemos agradecer al abogado santanderino D. José Ángel de Lucio su amable colaboración, respondiendo a nuestras preguntas en 1991, acerca de las actividades de su antepasado Gonzalo González de Lucio, al que dedicó su atención en un trabajo, incluido en la bibliografía, sobre el origen de este apellido.
BIBLIOGRAFÍA
BOHIGAS, R., BARRIUSO, E., GARCÍA, M., SARABIA, P. y OCEJO, A., 1985, "El despoblado y la necrópolis medievales de Campo La Puerta (Las Henestrosas, Cantabria)", Actas del I Congreso Español de Arqueología Medieval Española. Huesca 1985, IV, Zaragoza, pp. 473-484.
BOHIGAS, R., GARCÍA, M., SARABIA, P., SOBREMAZAS, A., FERNÁNDEZ, L, SAINZ, A. y HOSPITAL, C., 1985, "La fortaleza en mota de El Torrejón (Las Henestrosas, Cantabria)", Actas del I Congreso de Arqueología Medieval Española, Diputación General de Aragón, Zaragoza, t. V, pp. 123-142.
GARCÍA ALONSO, M., SARABIA ROGINA, P. y BOHIGAS ROLDÁN, R., 1987, "La cerámica de El Torrejón de las Henestrosas. Valdeolea (Cantabria)", Actas del II Congreso de Arqueología Medieval Española, Comunidad de Madrid, III, pp. 445-458.
GUTIÉRREZ DE VELASCO, A., 1950, "Los ingleses en España (siglo XIV)", Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón, IV, pp. 215-319.
GUTIÉRREZ DE VELASCO, A., 1963, "La contraofensiva aragonesa en la Guerra de los Dos Pedros. Actitud militar y diplomática de Pedro IV el Ceremonioso (años 1358 a 1362)", Cuadernos de Historia Jerónimo de Zurita, pp. 730.
LÓPEZ DE AYALA, P., 1779, Crónicas de los Reyes Don Pedro, Don Enrique II, Don luan I, Don Enrique III por D. Pero López de Ayala, Canciller Mayor de Castilla, con las enmiendas del secretario Gerónimo de Zurita, Ed. con correcciones y notas de D. Eugenio de Llaguno y Amirola, Imprenta de D. Antonio de La Sancha, Madrid.
LUCIO, J.A. de, 1982, "El apellido Lucio y su origen castellano", Boletín de la Institución Fernán González, Burgos, 20 semestre.
MARTÍNEZ DIAZ, G., 1981, El Libro Becerro de las Behetrías de Castilla, 3 vols., Centro de Estudios San Isidro, León.
SOLDEVILLA, F. (Editor),1971 , Pedro IV el Ceremonioso en su Crónica, Barcelona.
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