Las construcciones escolares de Reinosa y su comarca (1850-1936)

Ángel Llano Díaz

Calle Mayor, Ermita de  S. Roque y Escuela de la Villa


INTRODUCCIÓN
Hay un libro de homenaje a Ramón Sánchez Díaz que muchos de Uds. conocerán, editado por la Diputación Provincial de Santander allá por 1970, para conmemorar el centenario de su nacimiento, que recoge en su parte final algunas fotos del Reinosa antiguo. Allí aparecen tres fotos de tres escuelas reinosanas de fines del XIX: una de la casa donde estuvo ubicada la escuela de Carlos de Hoyos en la calle Colón a la que asistió Sánchez Díaz, otra en la que se recoge una vista de la Fuente de la Aurora y de la Escuela de la Villa, y por último la escuela de las Eras. Tres escuelas que ilustran, de alguna manera, la evolución del edificio escolar.

El objetivo de esta charla es aproximarnos a la evolución de las construcciones escolares de Reinosa, conalgunas pinceladas a su comarca. Por eso, he organizado la misma en tres partes Una primera parte estará dedicada a las escuelas más antiguas abarcará hasta el último cuarto del XIX. La segunda llegará hasta la Dictadura de Primo de Rivera (1923) y en la tercera trataremos las construcciones escolares durante la Dictadura de Primo de Rivera con algunas referencias a la II República.
 

CUALQUIER SITIO VALE


Escuela de Carlos de HoyosEn 1844 un inspector de escuelas, José Arce Bodega, puso el afán necesario para hacer dos cosas importantes: la primera, recorrer todas las escuelas de su demarcación, lo que en realidad no parece sino el cumplimiento de su trabajo; la segunda, anotar las características y situación de cada una de ellas. Comprenderán que es un trabajo de inapreciable valor histórico. Además, animado por sus amigos, se decidió a publicarlo en 1849 (1).

No les voy a contar a Uds. lo que recoge el libro porque ya el inspector de enseñanza Juan González Ruiz se encargó en la revista Cuadernos de Campoo (2) de entresacar las referencias a Campoo y Los Valles. Pero sí quiero señalar dos cosas interesantes que recoge tal libro: la escasez de escuelas permanentes y la pésima situación de los locales donde estaban instaladas.


Pocas escuelas, porque la pobreza de los pueblos y el desinterés de las autoridades les impedía sostener escuelas permanentes, utilizándose a menudo el sistema de maestros temporeros por el que padres o autoridades contrataban un maestro en los meses de invierno; y pésima, porque para esta labor cualquier local valía: una cocina particular donde resguardarse del frío, la casa del concejo y en el peor de los casos, el pórtico de la iglesia o alguna cueva como ocurría en Arroyuelos.
Por lo que se refiere a Reinosa, la situación de la escuela de niños se describía de la siguiente forma: "El local es mezquino, situado en piso bajo, y ¡a gente de la calle asomándose a las ventanas para verlo que pasa en la escuela. El Ayuntamiento ha reconocido la necesidad de mejorarlo" (3).


No piensen Uds. que esta situación era especial de Campoo. Esa era la tónica general en España.
En nuestra región las más antiguas escuelas solían de ser de fundación. La imposibilidad de que los pueblos creasen, sostuviesen y construyesen escuelas dada su pobreza impulsaba a algunas personas adineras a sufragarlas de su bolsillo. Cantabria llegó a poseer el mayor número de fundaciones escolares de toda España.


Enrique Campuzano, que ha estudiado con detenimiento los edificios escolares de fundación, señala que éstos responden, hasta finales del siglo XIX, a las características de la arquitectura rural regional.


"Su estructura suele ser sencilla, edificio exento de planta cuadrada, con dos plantas y cubierta a cuatro aguas; la planta baja se dedicaba a aula, con separación de niños y niñas y la planta alta se dedicaba a la vivienda del maestro. En otras ocasiones la casa del maestro suele ser un edificio cercano" (4).


Tal es el caso en Reinosa de la Escuela de niñas de la Villa, en la fuente de la Aurora, desaparecida en 1958. Encarnación Niceas Martínez dedicó a este edificio otro interesante artículo en la misma revista (5). Esta escuela, fundada por Manuel Antonio Quevedo y su hermano José y finalizada en 1785 (6), ya fue visitada por Jovellanos en septiembre de 1797.


A esta tipología constructiva, basada en la arquitectura popular, pertenecen otras muchas escuelas de fundación y particulares, como la de Carlos de Hoyos que antes citábamos o la que describe José Calderón Escalada, El Duende de Campoo, (1899-1972) en el relato titulado "Mi escuela de primera letras" (7):


"(...) vetusto caserón de planta rectangular y forma achaparrada, de cuatro vertientes en el tejado y con falta de muchas tejas, de puerta de una sola hoja, y ésta desvencijada, arrastrándose malamente sobre un quicio roñoso y desgastado, con pocas ventanas y mal distribuidas, que sirvió durante muchos años, y acaso siglos, de único centro docente a todas las personas de uno y otro sexo (...)" (8).


En definitiva, la escuela se instalaba en una casa más del pueblo, sin reunir las condiciones higiénicas ni pedagógicas necesarias. Imaginemos un grupo de 15-20 niños o niñas, cuando no 50 ó 60 metidos en una habitación más o menos grande, con luz escasa y ventilación insuficiente para tal número, lo que hacía de la escuela el lugar más insano para los niños.

 

LA HIGIENE,MOTOR DE CAMBIO EN LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO ESCOLAR

 
Justamente sería esa preocupación por la salud de los escolares lo que dará lugar a un cambio en la concepción del edificio escolar. Entraríamos así en la segunda parte de nuestra exposición, que abarcaría hasta 1923, aproximadamente.

Grupo escolar de las ErasLa preocupación por la salud escolar es paralela a la difusión de la higiene pública en las ciudades españolas. El arquitecto estará ahora preocupado por los elementos higienistas del edificio, que en la escuela se concretan en un mayor interés por la amplitud de los espacios disponibles, por la renovación del aire y por la iluminación.

La preocupante situación descrita para nuestra región por Arce Bodega, generalizada en el ámbito nacional, llevó en 1856, a que el Gobierno de Isabel II se decidiera a abordar un plan de ayuda a los pueblos y ciudades para la construcción de nuevas escuelas y la compra de material. Lo que me interesa destacar de ello es una cuestión: la construcción de las escuelas -y su mantenimiento, incluido el pago del maestro o maestra- era responsabilidad de los pueblos; esto es, era una competencia municipal, no estatal. Quienes se iban a beneficiar de la creación de la escuela eran quienes debían soportar el esfuerzo de su construcción y mantenimiento. El Gobierno tan solo ayudaba a su construcción.

Se publicó así un Real Decreto por el que el Estado asignaba a esos fines un millón y medio de reales. Pero de nada sirvió. Era evidente que con la pobreza reinante en los pueblos y la falta de ingresos municipales se hacía muy difícil abordar la empresa de sostener una escuela y encima de construir un local.

Durante el Sexenio Democrático (1868-1874) se insistió en los mismos aspectos. De esta época me interesa destacar una actuación que tuvo importantes consecuencias en la arquitectura escolar. El ministro de Fomento convocó, en 1869, un concurso entre los arquitectos del país para determinar el modelo de escuela, de edificio escolar, ideal. Se presentaron diversos proyectos y se eligieron varios presentados por la Escuela de Arquitectura, entre ellos uno, denominado Tipo adicional, llamado a tener importantes consecuencias. Pero, no nos engañemos, la situación real en pueblos y ciudades no mejoró.

Por ello, en 1883, ya durante la Restauración borbónica, el Gobierno dictó nuevas normas legislativas (Decreto de 5 de octubre de 1883) animando a los pueblos a que construyesen escuelas, llegando incluso a subvencionar el 75 % de la construcción. Por otro lado ese decreto indicaba claramente los espacios de los que debía disponer la escuela: vestíbulo, sala o salas de escuela, patio de recreo, jardín, local para biblioteca popular y las dependencias necesarias para el aseo de los alumnos. Además limitaba el número de alumnos a 60 por aula. Y permitía todavía la construcción de la vivienda de los maestros en el mismo edificio, aunque ya con entradas diferenciadas. Podemos decir que ese decreto de 1883 inicia en España la moderna arquitectura escolar. A este tipo constructivo -escuela en la planta baja y vivienda del maestro o maestra en la superior- responde la escuela de las Eras, durante años denominado Grupo Escolar "Ángel de los Ríos".

Proyectado por Alfredo de la Escalera (9), salió a subasta en 1886 por un importe de más de 28.000 ptas. y rebajado en ella a 27.190 ptas., comenzando las obras el 21 de septiembre de 1886 (10) y siendo inaugurado el 15 de abril de 1888 (11). Acogiéndose al decreto de 1883 el Ayuntamiento de Reinosa recibió una subvención del 50 % del presupuesto (12). La nueva escuela contaba en su planta baja con "dos salones, uno de entrada y otra de clases" y ya con mesas-bancos construidas según el modelo del Museo Pedagógico (13).

El salón de clase medía 13 por 8 m y recibía la luz por nueve ventanas "cuyo guarnecido, así como los ángulos del edificio y las cornisas, son de sillería; los muros son de mampostería ordinaria, orientándose la sala según el eje transversal, de Norte a Sur". En el piso superior se instalaron la vivienda del maestro y la biblioteca pública, con entrada independiente (14). "Por la parte Este y Sur rodea el edificio el patio de recreo, que mide 400 metros cuadrados" (15).

Pero a la vez que se construye en Reinosa esta escuela pública está ocurriendo en España un proceso muy importante, el incremento de la enseñanza católica. Este incremento se debe a dos factores: el resurgir del dinamismo católico, de la acción evangelizadora de la Iglesia, lo que supone un crecimiento de las órdenes religiosas nacionales y, por otro lado, la instalación en nuestro país de numerosas órdenes religiosas francesas que se han refugiado en España y en otros países al impedírseles en su país la enseñanza. A consecuencia de este proceso se empiezan a crear un número importantísimo de colegios religiosos.

Entre 1875 y 1930 se instalaron en nuestra región más de 30 colegios de este tipo. Normalmente ubicados en las poblaciones más importantes, en Santander, Torrelavega o en las cabeceras de comarca, acogerán tanto a alumnos externos como internos.

Es en este contexto cuando se asientan en Reinosa en 1893 el colegio de las Hijas de la Caridad y en 1904 los HH. Menesianos, haciéndose éstos cargo del antiguo colegio municipal de San Sebastián, situado en Vidrieras, junto a las instalaciones de la antigua fábrica de vidrio de Santa Clara.

El colegio de las monjas, de las Hijas de la Caridad, estaba situado en la calle San Sebastián y se denominaba asilo de párvulos (nombre entonces relativamente frecuente para designar las escuelas de párvulos). Fue fundado en 1893 e instalado en la antigua alhóndiga, que fue adquirida el 20 de julio de 1894 por la Sra. Adelaida García de los Ríos para ser destinada a Asilo de Párvulos (16), necesidad palpable en Reinosa ya muchos años antes (17).

En 1902 se dedicaban a la escuela dos hermanas, una atendía el aula para los párvulos -con el sistema de gradas- y la otra la clase de niñas mayores (18). El salón para párvulos era uno de los mayores de la provincia en opinión de Julio García de la Puente (19).

En 1929 ya eran 8 las monjas y acogía a más de 300 niñas entre los 3 y los 18 años -100 de ellas gratuitas- en 6 clases (20).

Por lo que respecta al Colegio San José de los HH. Menesianos, cuyo centenario estamos celebrando estos días, fue, a la postre, el heredero del Colegio San Sebastián que se había fundado en Reinosa en octubre de 1869 (21).

En efecto, el 8 de julio de 1867 varios vecinos de Reinosa establecieron una fundación con un capital de 725.000 rs., nombrando patrono al Ayuntamiento de la Villa con el único fin de crear un establecimiento dedicado a la segunda enseñanza: el Colegio Municipal San Sebastián. El Boletín Oficial de la Provincia de Santander recogía en su número del 10 de septiembre de 1869 el anuncio de la apertura del centro:

"En la villa de Reinosa se inaugura un colegio titulado de San Sebastián, con la protección del Ayuntamiento y bajo la dirección del licenciado D. Antonio Rodríguez Paniagua, en el que se podrán estudiar todas las asignaturas que marca el reglamento de 2ª enseñanza para optar al grado de bachiller en Artes. Está abierta la matrícula desde el 1º de septiembre. Se admiten internos, mediopensionistas y externos. El que desee más pormenores que se dirija al director y proporcionará cuantos datos desee. Reinosa, 8/9/1869- Telesforo F. Castañedo y Félix Rodríguez" (22).

Estaba situado en una casa de arquitectura rural popular, de dos pisos, respondiendo, pues, a un esquema muy tradicional de espacio escolar.

Colegio del AsiloTras diversas vicisitudes, fue finalmente suprimido por acuerdo municipal del 21 de julio de 1904 (23).

Es preciso tener en cuenta que contaba Reinosa en 1904 con tan sólo dos escuelas públicas, una de niños y otra de niñas, cuando por la Ley de Instrucción Pública de 1857, según el número de habitantes (24) el Ayuntamiento debía mantener dos de cada sexo.

El Ayuntamiento, por acuerdo del 9 de agosto de 1904 "acordó crear, en sustitución del Colegio suprimido, un centro libre y privado con el título de Colegio de San Sebastián bajo el régimen de los Hermanos Laicos de Ploermel (HH. Menesianos), negándose el Rectorado a autorizar la apertura del mismo por no contar Reinosa con las cuatro escuelas públicas que por ley debía tener" (25).

Se debe a Felipe R. Huidobro y a Consuelo de los Ríos el ofrecimiento del colegio San Sebastián a los Menesianos y la llegada de éstos a Reinosa (26).

El Ayuntamiento de Reinosa, representado por su alcalde y teniente de alcalde primero -puesto que otra parte de la Corporación se debía oponer a ceder el colegio Municipal a unos religiosos extranjeros desconocidos- elevó un recurso contra este acuerdo del Rectorado de Valladolid -de quien dependían los asuntos de la instrucción pública- argumentando que el Ayuntamiento no iba a destinar cantidad alguna del erario municipal a sostener, ni siquiera a subvencionar, el Colegio San Sebastián, sino tan solo a ejercer sus facultades de patrono, aplicando los bienes propios de la fundación al sostenimiento de un centro de enseñanza, en armonía con las cláusulas fundacionales, interpretadas con la amplitud necesaria.

Convencido el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, se autorizó la apertura del Colegio San Sebastián, siempre que dicha Corporación no invirtiese dinero del presupuesto municipal (27).

El caso es que una vez autorizada su apertura los Menesianos se instalaron en las dependencias del colegio San Sebastián y comenzaron a recibir sus primeros alumnos en diciembre de 1904. Allí estuvieron hasta el año 1909 en el que la falta de capacidad de instalaciones les llevó a denunciar el acuerdo suscrito con el Ayuntamiento y a buscar un nuevo local, instalándose en el edificio de Los Castellanos (28) -Viesgo- y creándose para su gestión económica la "Sociedad Educadora Reinosana". Aquí se impartía enseñanza primaria y enseñanza comercial e industrial, esto es preparación para estas carreras. Había alumnos internos, externos y medio pensionistas hasta alcanzar un total de 300 niños.

Decía más arriba que el colegio San José fue a la postre el heredero del Colegio San Sebastián, porque en el momento de suprimirse éste, el director del mismo, Luis De-Vos y Strauch, creó otro colegio, denominado Colegio Ibero (29), para acoger a los niños del suprimido, instalándolo en parte de la planta baja y principal de "La Casona", para impartir primera y segunda enseñanza.

Años más tarde, el abandono por parte de los Menesianos de las viejas instalaciones del colegio San Sebastián, permitió la reinstalación, en el viejo caserón, del Colegio San Sebastián, heredero del colegio municipal. Tan heredero que recibió a su vez las rentas de la antigua fundación de 1867 y una evidente ayuda municipal. En 1916 estaba dirigido por D. Isidro Salvadores, licenciado en Filosofía y Letras e impartiría primera y segunda enseñanza y preparaba para estudios profesionales (Comercio y Magisterio) (30) y en 1911 volvía a quedar incorporado al Instituto General y Técnico de Santander. En 1918 el edificio fue vendido por el Ayuntamiento sin autorización de la Junta Provincial de Beneficencia y el precio lo fijó el comprador en 25.000 ptas., de tal manera que la Dirección General de Primera Enseñanza ordenó, en 1928, a dicha Junta que "instruya expediente en averiguación de las circunstancias que concurrieron en la venta del edificio que fue propiedad de la Obra Pía, a fin de determinar si con ella sufrió perjuicio o, por el contrario, quedó beneficiada la Fundación" (31). En ese año de 1928 el capital de la Fundación ascendía a 102.327,06 ptas.(32).

La desaparición física del colegio San Sebastián no supuso la desaparición de su enseñanza, ya que el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con los Menesianos para impartir allí la Segunda Enseñanza, aunque bajo la titularidad del Colegio Municipal San Sebastián, situación que perduraría hasta 1933, desligándose a partir de entonces ambos colegios (33).

Nos queda por ver un tercer tipo de escuela existente en Reinosa a principios del XX: las escuelas particulares, que responden a la tipología de escuela urbana, situada en un piso, casi siempre coincidiendo con la vivienda del maestro o maestra, se destina una habitación amplia para instalar una escuela.

El Archivo Universitario de Valladolid recoge las escuelas privadas instaladas en la comarca campurriana a principios del siglo XX. En Reinosa se señalan varias escuelas.

La regida por Filomena Duque y Merino (34), instalada en la casa n° 33 de la calle del Puente. La escuela estaba instalada en el piso bajo, ocupando dos locales espaciosos, uno de 42 y otro de 24 m², con capacidad para 40-50 niñas, divididas en dos grupos, uno de niñas entre los 6 y 10 años y otro para las mayores. Disponía de calefacción y retretes. Aprecíese la preocupación por la higiene.

En el mismo edificio de La Casona, antes citado, existía en su piso bajo otra escuela de primera enseñanza dirigida por Filomena Sáiz Díaz (35), con un aula de unos 31 m² que acogía a más de 30 niñas. También disponía de estufa y retrete.

La escuela que, desde julio de 1894 tenía abierta la maestra Mª Jesús Tejerina Díaz (36) -con título de maestra elemental obtenido en la Escuela Normal de maestras de Valladolid- en la calle del Mercado, n° 5, en el piso bajo y en el principal.

Como vemos, todas de niñas. Encarnación Niceas cita, para esos años, otras dos escuelas más, una en las Lleras y otra en la calle Esperanza (37), las dos para niños y García de la Puente señala para 1916. además de la públicas, otras 6 escuelas más. Los datos, pues, parecen coincidir.

Planos del colegio ÍberoEn el Archivo citado se recogen más escuelas particulares -aunque por desgracia no muchas- de las comarcas cercanas. En Polientes instaló su escuela en 1907 el maestro Inocencio Huidobro Huidobro (38). Estaba ubicada en la propia vivienda del maestro, en una habitación de 18 m², que se evaluaba capaz de acoger entre 15 y 20 niños. No tenía calefacción. Ni tampoco retretes "porque en los pueblos estas necesidades se evacúan en lugares apartados de calles y casas al aire libre y en cuadras en los pisos bajos si el tiempo es muy crudo, para lo cual la casa de que se trata dispone de tres muy amplias y ventiladas".

La entrada en el siglo XX supuso una serie de cambios muy importantes en el campo educativo de los que sólo quiero destacar dos: la creación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes (MIPBA) y el pago del sueldo de los maestros por el Estado, para así acabar con las deudas por parte de los Ayuntamientos. La asunción de esta obligación por parte del gobierno indica la dirección que seguirá la educación primaria en los tres primeros cuartos del siglo XX: la estatalización del servicio. El Gobierno de la nación asumirá las obligaciones educativas hasta entonces en manos municipales. Y la construcción de escuelas no se apartará de esta dinámica.

Por otro lado, la renovación en los métodos pedagógicos hace tomar un papel destacado al maestro, al pedagogo, en el diseño del espacio escolar. Se da así un nuevo paso en la evolución de la arquitectura escolar, que ahora crea un espacio arquitectónico saludable pensado para el trabajo escolar. El paso decisivo en esa dirección es la publicación de la normativa que regulaba las subvenciones y las condiciones técnicas que debían reunir las escuelas construidas. Ambas normas legislativas se dictaron en 1905 y perduraron hasta 1923.

De aquella norma de 1905 lo más destacable fue la denominada Instrucción Técnico-higiénica que la acompañaba.

Enumeraba las condiciones que debía cumplir un edificio escolar para ser merecedor de la subvención. Estas instrucciones recogían diez apartados acerca de cómo debía ser la escuela: el emplazamiento, la orientación, la extensión del campo escolar, las características de la construcción, los tipos de locales de que debía disponer la escuela (vestíbulos, guardarropa, salones de clase, despacho del maestro, patio cubierto, campo de juego, retretes y lavabos, biblioteca, etc.), la ventilación de la clase, su iluminación, la calefacción y el mobiliario escolar. Como vemos un índice interesante y completísimo a la hora de diseñar y de construir una escuela. Incluso se publicaron, en 1908, unos planos-modelo para construir escuelas en cualquier punto de España, tan sólo cambiando algunas características u orientación. Hasta las escuelas de fundación adoptan los modelos de la enseñanza pública.

Pero toda esta normativa -como siempre- no sirvió para solucionar el déficit de plazas escolares.
Por eso mismo, desde 1920 se planteó por el Gobierno la reforma del sistema entonces vigente de construcciones escolares. Entre 1920 y 1923, es decir, antes de la Dictadura de Primo de Rivera se sentaron las bases del nuevo período constructivo, vigente hasta la Guerra (39).
 

Planos de las escuelas de Filomena Duque y Filomena Sáiz

 

LAS CONSTRUCCIONES ESCOLARES DE LA DÍCTADURA DE PRIMO DE RIVERA

Entramos así en la tercera y última parte de nuestra exposición. Por un nuevo Real Decreto de 23 de noviembre de 1920 se creó la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas, que sería el órgano encargado de orientar sobre las características técnicas que debían reunir las modernas escuelas y, además, el órgano encargado de controlar los proyectos municipales susceptibles de subvención y, por último, el encargado de redactar los proyectos arquitectónicos de las nuevas escuelas construidas directamente por el Estado. Todas estas funciones se reglamentaron a través de dos normas legislativas: el R.D. de 17 de diciembre de 1922 y las Instrucciones Técnicas de 1923.

Es decir, cuando en septiembre de 1923 Primo de Rivera dio el golpe de Estado en Barcelona, ya se encontraba en pie el edificio legal que permitiría hacer una nueva política de construcciones escolares.

La Oficina Técnica de Construcción de Escuelas dependía del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y estaba dirigida por un arquitecto de reconocido renombre, Antonio Flórez Urdapilleta. Junto a él un plantel de media docena de arquitectos conseguirán llevar a cabo una considerable labor constructiva, Entre 1924 y 1928 se construyeron en España, bien directamente por el Estado con subvención municipal, bien por los Ayuntamientos con subvención estatal casi 500 edificios escolares, con más de 2.000 aulas.

El período de la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) fue bastante fecundo en el campo educativo a nivel nacional, por supuesto mucho más que todo el período anterior del reinado de Alfonso XIII, creándose unas 4.000 escuelas (aulas) (40).

Modelo de escuela de 6 gradosPor lo que se refiere a la provincia de Santander, la situación escolar de nuestra región a mediados de la década de los 20 no era de las peores, pues el número de escuelas creadas permitía que tuviésemos uno de los menores índices de analfabetismo de España, pero sí se necesitaban nuevas escuelas ante el incremento demográfico y la mala calidad de la mayoría de las escuelas existentes. Al inicio de la de la Dictadura, en 1923, existían 586 unitarias y 13 graduadas (41); al finalizar, en 1930, las unitarias ascendían a 720 y las graduadas a 22. No obstante el déficit de escuelas alcanzaba las 221, esto es, faltaba crear el 22 % de las escuelas necesarias (42).

Justo un año después de instaurada la Dictadura, en 1924, el Inspector de Primera Enseñanza de la zona, Daniel Luis Ortiz Díaz, reseñaba en una Memoria sobre su labor presentada al MIP-BA que en el Partido Judicial de Reinosa existían 101 escuelas nacionales y 16 escuelas particulares, faltando de crear, para cumplir la ley de 1857 un total de 58 escuelas. En el balance de edificios escolares señalaba que 54 escuelas estaban instaladas en buenos edificios y 53 en malos (43).

Por esas fechas las dos poblaciones de Cantabria con peores infraestructuras escolares eran Santander y Reinosa. Los incrementos demográficos de ambas no habían ido acompañados del consiguiente aumento de dotaciones escolares. En 1924 vivían en Reinosa 6.900 personas, de ellos unos 1.600 eran niños en edad escolar, para los que existían poco más de 150 plazas escolares en escuelas públicas.

Es en este contexto de déficit de plazas escolares donde hay que situar la construcción de nuevo colegio San José y del Grupo Escolar de niños, luego llamado "Concha Espina".

Así, pues, el edificio de "Los Castellanos", donde estaba ubicado el colegio San José se quedó pequeño. Se hacía necesaria la construcción de un nuevo edificio (44), cuyo principal propulsor fue Casto de la Mora, presidente entonces de la Sociedad Educadora Reinosana (45).

En 1922 el Ayuntamiento aprobó la permuta de algunos terrenos en la Ballarna con la Sociedad Educativa Reinosana (46). Además, los Menesianos adquirieron "unos terrenos a Consuelo de los Ríos por importe de 5.000 ptas." (47).

El nuevo edificio fue inaugurado el 29 de septiembre de 1923 (48), iniciándose ese mismo curso 1923-1924 las clases en él. "La obra de construcción tuvo un coste de 174.460ptas., con una capacidad para 400 alumnos y 20 internos" (49). Desconozco el arquitecto autor del edificio, aunque sí sabemos que el contratista fue Emilio del Valle (50).

Se trata de un edificio con forma de paralelepípedo, con sótano y tres alturas, sin patio de luces interior, con unas medidas de 34 m. de largo, 18 de ancho y unos 14 m. de alto. Es una tipología muy extendida por la provincia para acoger colegios religiosos. En el sótano estaban instalados los comedores, la cocina, cuarto de baño, salón de recreo y habitaciones de la servidumbre. En el primero y segundo piso las clases, excepto una parte dedicada a capilla y el tercer piso está destinado a dormitorio de los Hermanos, en celdas individuales y un salón dormitorio para los internos. Contaba también con enfermería y todo el edificio disponía de calefacción (51). Disponía también de una huerta y un extenso campo de juego, con frontón, campo de fútbol y patio cubierto de 50 m. de largo.

El nuevo colegio impartía clases de primera y segunda enseñanza y ya desde los primeros momentos estuvo a rebosar de alumnos.

Y es también en este contexto donde debemos colocar la construcción del Grupo Escolar de niños de Reinosa, con los años denominado "Concha Espina".

La Oficina Técnica de Construcción de Escuelas, como hemos dicho dependiente del MIPBA, dejó importantes edificios escolares en nuestra región. Además del grupo escolar de Reinosa, construyó el grupo escolar "Primo de Rivera" de Laredo, y el grupo escolar "Ramón Pelayo" de Santander, así como varias escuelas unitarias. En esta zona se levantaron otras dos escuelas muy importantes: las de Los Carabeos y las de San Martín de Elines.
 

Fachadas principal y posterior del Grupo Escolar de Reinosa


Centrémonos, pues, en el Grupo Escolar de niños de Reinosa. Tras años de discusión sobre la construcción de un grupo escolar, por fin en la sesión municipal del 15 de agosto de 1926 se llegó al acuerdo de construirlo, con una aportación municipal del 50 % del total del presupuesto (52). Así se remitió la solicitud a Madrid.

El Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes aceptó la propuesta de construcción y encargó a la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas la redacción del proyecto. El edificio fue proyectado por el arquitecto Joaquín Muro tomando como base los planos-tipo ya diseñados de esta Oficina Técnica.

Los grupos escolares diseñados por la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas eran edificios mucho más funcionales que las escuelas construidas anteriormente y diseñados del interior al exterior. Se les puede achacar aún una distribución errónea de los espacios, con gran desperdicio en vestíbulos y corredores, pero también es cierto que respondían, de forma más coherente, a las demandas de los nuevos métodos pedagógicos.

Métodos en los que la influencia de las corrientes pedagógicas vinculadas a la Escuela Nueva -y en nuestro país directamente relacionadas con la Institución Libre de Enseñanza- introducían una serie de espacios escolares nuevos y especializados (patios cubiertos, galerías soleadas, terrazas, talleres de trabajos manuales, salas de profesores, etc.) como si la construcción de un grupo escolar, de una escuela graduada, fuera unida al deseo de un cambio en los métodos pedagógicos y el edificio intentara, en lo posible, favorecer esos cambios.

El grupo escolar proyectado para Reinosa reunía las características citadas. Tras el estudio de las necesidades escolares y en consecuencia del tamaño del grupo escolar y de las condiciones del solar cedido por el Ayuntamiento se diseñó el nuevo grupo escolar.

El solar elegido se situó "en la parte Norte de la población, inmediata al Parque de las Fuentes, ocupando una parcela de casi 6.000 m². En la parte más elevada y mejor saneada y orientada del solar, próxima a la calle del Desengaño, se situó el edificio"(53).

El solar fue donado por la Sociedad Española de Construcción Naval al Ayuntamiento de Reinosa para este fin, firmándose el 5 de marzo de 1927 la escritura pública de donación y el 29 del mismo mes el acta de entrega por parte del Ayuntamiento al Estado (54).

El edificio constaba de tres plantas: sótano, baja y principal.

En la planta inferior se aprovechó el desnivel para proyectar dos porches o patios de recreo cubiertos, que eran de gran utilidad en invierno. Además se encontraban en esta planta un vestíbulo de ingreso, unos retretes para uso de los niños en los recreos y una carbonera.

La planta baja se distribuía de la siguiente manera: "portal de ingreso, vestíbulo, guardarropa, dos grados o clases, sala de trabajos manuales, sección de atrasados, dirección, sala de profesores y dos departamentos para retretes, así como dos amplias e iluminadas galerías que sirven de enlace entre los locales y dependencias mencionados" (55).

Por último en la planta superior se proyectó un vestíbulo, cuatro locales de clases, dos despachos para profesores, museo y biblioteca, así como dos retretes, todo ello unido por la correspondiente galería.

Todo el edificio estaba comunicado por una "amplia y cómoda escalera situada en la parte central". Y tenía una capacidad cercana a los 300 alumnos.

Desde el punto de vista arquitectónico el edificio proyectado respondía a los cánones del regionalismo. La exaltación de lo nacional, que desde principios del siglo XX venía plasmándose en las nuevas construcciones, tiene en las escuelas proyectadas por la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas una de sus mejores expresiones. El uso de materiales tradicionales, piedra, ladrillo y madera junto con una decoración que recordará las construcciones "montañesas", darán un aire característico a estas escuelas, modernas por dentro y tradicionales por fuera.

En la Gaceta del 22 de noviembre de 1927 apareció el decreto aprobando el proyecto de construcción del edificio. Su presupuesto ascendía a 313.222,23 ptas. (56) y el pago lo haría 50 % el Estado y 50 % el Ayuntamiento.

La subasta se efectuó en Madrid, en el edificio del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes el 7 de marzo de 1928. Se presentaron 11 pliegos (57), siendo adjudicada al contratista José Valle Sánchez (58), con una baja del 10,99 %, con lo que el presupuesto final quedó en 278.799,11 ptas. Fue el arquitecto director de la obra el arquitecto escolar de la provincia de Santander, Gonzalo Bringas, que recibió por ello 4.765,75 ptas.(59)

Las obras comenzaron a mediados de 1928 y la primera certificación se emitió a fecha de julio de 1928 y la última en octubre de 1929. La construcción del edificio finalizó en a principios de 1930 quedando liquidado a efectos económicos en abril de 1930. El coste final del edificio ascendió a 278.796,23 ptas. (60), esto es, 3 pesetas menos de lo presupuestado.

Modelo de escuela rural de la OTCEEl grupo fue recepcionado de forma provisional el 20 de abril de 1930, y se ordenó al contratista corregir unas pequeñas humedades que habían aparecido en la fachada norte del edificio (61). Ya a finales de septiembre de 1930 consta una visita del Inspector de Primera Enseñanza Daniel Luis Ortiz Díaz a la escuela graduada de niños de Reinosa (62), aunque no fue recepcionado definitivamente hasta el 20 de mayo de 1931 por el alcalde de Reinosa, Manuel Llano Rebanal; el secretario, Laureano de Lucio y Baños y el arquitecto director de las obras, Gonzalo Bringas (63).

Fue oficialmente inaugurado el 14 de abril de 1931 (64). Hace pues, 73 años de aquel acontecimiento..

Por último, no quisiera terminar sin decir aunque fuesen dos palabras sobre las otras dos construcciones emblemáticas de la Oficina Técnica de Construcción de Escuela en esta zona: las escuelas de Los Carabeos y las de San Martín de Elines.

Respecto a las escuelas unitarias de niños y niñas de Los Carabeos (65), en Valdeprado del Río, hoy en día transformadas en un hotel, fueron proyectadas por otro arquitecto de la OTCE, Vicente Eced Eced en 1928 y forman un solo bloque lineal de planta única, con una superficie construida de más de 300 m² sobre una parcela de 1.300 m². La distribución del edificio era la siguiente:

El ingreso a las escuelas se hacía por medio de rampas que conducían a las puertas de entrada, situadas en la fachada lateral del edificio, las cuales daban acceso a los vestíbulos que servían para la distribución general, y a los que daban las puertas de las clases, despachos y vestuarios, y el arranque de los pasillos que conducían a los retretes y lavabos; al final de estos pasillos se situaban las puertas de salida a los cobertizos de los campos escolares, los cuales servían de recreo a los niños en los días de lluvia o nieve.

La construcción de estas escuelas -sobre un presupuesto total de 62.972,21 ptas.- fue financiada directamente por el Estado, sin embargo el Ayuntamiento de Val-deprado del Río aportó más de 18.000 ptas. en materiales y metálico (2.000 ptas.).


Plano general y de la planta baja del Grupo escolar de Los Carabeos

 
Las escuelas unitarias de San Martín de Elines (Valderredible), también proyectadas por la OTCE, tenían un presupuesto de casi 60.000 ptas., que fueron desembolsadas al 50 % por el Estado y el Ayuntamiento (66). El edificio consta de dos alas iguales, una para niños y otra para niñas. Posee un gran vestíbulo, un cuarto guardarropa y el despacho del maestro y de la maestra. Estas escuelas fueron en su momento las mejores de todo Valderredible (67).

Son tres edificios emblemáticos y de una calidad constructiva considerable.

Escuela de VillamoñicoPara finalizar, quiero señalar que labor constructiva continuó durante la II República, de tal manera que en los 12 años transcurridos entre 1924 y 1936 se crearon en la comarca 58 escuelas, alcanzando un total de 159 escuelas de enseñanza primaria, además de la creación del Instituto Elemental, inaugurado en octubre de 1933.
La construcción de edificios escolares continuó, por ejemplo con el programa de construcciones escolares emprendido por el Ayuntamiento de Enmedio y encomendado al arquitecto Valentín Ramón Lavín del Noval, al que se deben las escuelas mixtas de Fombellida (68), Cañeda (69) y Aradillos (70) o las dos unitarias de Bolmir (71) y Requejo (72), aunque su construcción se vio paralizada por la Guerra Civil, construyéndose algunas escuelas después de finalizada ésta. O la interesantísima escuela de Villamoñico (73), en Valderredible, obra del arquitecto Manuel Vías Sáenz-Díez.

He intentado, en definitiva, darles a ustedes unas pinceladas sobre la evolución de algunas escuelas de esta comarca. Desde la propia escasez de escuelas públicas durante muchos

años aliviada por la iniciativa privada, bien a través de los colegios religiosos, bien a través de los particulares, hasta el resurgir de la enseñanza pública en los años 20 y 30. Por otro lado hemos visto que su evolución arquitectónica responde a la general del país en materia escolar, que a su vez responde a la propia evolución del espacio escolar y al incremento constructivo que trajo consigo el desarrollo económico y la preocupación social de los años 20 y 30 y que han dejado en Reinosa y su comarca algunos apreciables edificios escolares.
 

NOTAS

(1) Arce Bodega, José: Memoria sobre la visita general de las escuelas comprendidas en los partidos de Reinosa, Potes, San Vicente de la Barquera, Torrelavega y Cabuérniga. Santander, Imp. Lit. y Lib. de Martínez, 1849.
(2) González Ruiz Juan: "Recuerdos de escuela", Cuadernos de Campoo, n° 15, marzo 1999, pp. 25-30.
(3) Arce Bodega, José: Memoria sobre la visita..., p. 17.
(4) Campuzano Ruiz, Enrique: Los Indianos. Arte colonial en Cantabria. 1993.
(5) Martínez Ruiz, Encarnación Niceas, "Fundaciones y beneficencia en Reinosa", Cuadernos de Campoo n° 18, diciembre 1999.
(6) García de la Puente, Julio: Reinosa y el valle de Campoo. Santander, 1916, p. 65. Describe este autor con todo detalle la fundación de esta escuela.
(7) Calderón Escalada, José: "Mi escuela de primeras letras", en Estampas Campurrianas. Por los senderos de mi valle. Tomo II, pp. 15-19.
(8) Calderón Escalada, José: "Mi escuela...", p. 15.
(9) Sazatornil Ruiz, Luis: Arquitectura y desarrollo urbano de Cantabria en el siglo XIX. Universidad de Cantabria-Colegio de Arquitectos de Cantabria-Fundación Marcelino Botín, 1996, p. 255.
(10) La Voz del Magisterio. 20 de septiembre de 1886, p. 3.
(11) La Voz del Magisterio. 20 de abril de 1888, p. 2.
(12) Real decreto de 30 de junio de 1886. Tomado de García de la Puente, Julio: Reinosa y el valle de Campoo. Santander. 1916, p. 67.
(13) La Voz del Magisterio. 20 de abril de 1888, p. 2.
(14) Sazatornil Ruiz, Luis: Arquitectura y desarrollo..., p. 256
(15) García de la Puente, Julio: Reinosa y el valle de Campoo. Santander, 1916, p. 67.
(16) Enrique Campuzano, Las fundaciones escolares de indianos en Cantabria. Santander, 1991, inédito.
(17) En el acto de inauguración, en 1888, de las escuelas de las Heras, el párroco encareció al Ayuntamiento a crear una escuela de párvulos, de verdadera necesidad en la Villa. La Voz del Magisterio, 20 de abril de 1888, p. 2.
(18) Archivo Universitario de Valladolid, legajo 837
(19) García de la Puente, Julio: Reinosa..., p. 68.
(20) White, Rodolfo: "Desde Reinosa. Una gran labor educativa", en El Diario Montañés, 13 de agosto de 1929, p. 5.
(21) Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria. Archivo de Fundaciones escolares. Reinosa. Antecedentes sobre la fundación del colegio de segunda enseñanza de Reinosa.
(22) Boletín Oficial de la Provincia de Santander, 10 de septiembre de 1869, n° 206, p. 3.
(23) Real Orden de 22 de noviembre de 1904 sobre el Colegio San Sebastián de Reinosa. Anuario legislativo de 1904, p. 691.
(24) En 1902 el número de habitantes ascendía a 2.979, tomado de Martínez Ruiz, Encarnación Niceas: "Reinosa hace 100 años", Cuadernos de Campoo n° 1, septiembre de 1995.
(25) Real Orden de 22 de noviembre de 1904 sobre el Colegio San Sebastián de Reinosa. Anuario legislativo de 1904, p. 691.
(26) Jesús Juan: "De Reinosa. Inauguración del Colegio San José", El Diario Montañés, 9 de octubre de 1923, p.3.
(27) Real Orden de 22 de noviembre de 1904 sobre el Colegio San Sebastián de Reinosa. Anuario legislativo de 1904, p. 692.
(28) El Diario Montañés, 5 de octubre de 2003, p. 23. En esta casa, propiedad de Carmen Argüeso, se estableció entre los años 1910 y 1923 el colegio San José, de los Hermanos de la Instrucción Cristiana (Menesianos), los populares frailes de origen francés, que se había establecido en Reinosa en 1904. Durante los 14 años que permanecieron en este local tuvieron que adaptarlo a las necesidades de los 300 alumnos que llegaron a tener matriculados, además de servir de vivienda a los propios Menesianos y de internado. Impartieron clase de primera enseñanza, de comercio libre; en algún periodo puntual llegaron también a preparar el bachillerato libre.
(29) Archivo Universitario de Valladolid, legajo 839.
(30) García de la Puente, Julio: Reinosa..., p. 69.
(31) Real Orden de 29 de septiembre de 1928 (Gaceta de 4 de octubre).
(32) Real Orden de 29 de septiembre de 1928 (Gaceta de 4 de octubre).
(33) Gutiérrez Flores, Jesús: Crónicas de la Segunda República y la Guerra Civil en Reinosa y Campoo, Reinosa, El Autor, 1993, p. 74.
(34) Archivo Universitario de Valladolid, legajo 839.
(35) Archivo Universitario de Valladolid, legajo 840.
(36) Boletín Oficial de la Provincia de Santander, 22 de octubre de 1904, p. 3-4.
(37) Martínez Ruiz, Encarnación Niceas: "Reinosa hace 100 años", Cuadernos de Campoo n° 1, septiembre de 1995.
(38) Archivo Universitario de Valladolid, legajo 843.
(39) Un ejemplo de esta labor de creación de escuelas en el período inmediatamente anterior al golpe de estado de Primo de Rivera, es que en agosto de 1923 -15 días antes- salió publicado en el Boletín Oficial de Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes -n° 69, de 28 de agosto de 1923- la creación de las escuelas de Camesa, Matarrepudio, Arcera, San Martín de Valdelomar, Mataporquera (1 unitaria para niños), Cejancas, Moroso, Arroyuelos, Loma-Somera y Repudio. Sin embargo, en la mente de las gentes de esos pueblos la creación de escuelas fue obra de la Dictadura, porque fue durante esa época cuando comenzaron a funcionar.
(40) López Martín, R: Ideología y educación en la dictadura de Primo de Rivera, vol I, Valencia, 1994, Universitat de Valencia., indica el número de 4.405. Por su parte Almonacid Bécquer, Román, "Construcciones escolares y legislación. De la Ley Moyano al período republicano", en Mata Pérez, S. (dir), Arquitecturas en Valladolid. Tradición y modernidad, 1900-1950. Valladolid, 1989, Colegio de Arquitectos de Valladolid, p. 124, rebaja el número a 3.824 mientras que Mato Díaz lo eleva a 4.418 en su obra La escuela primaria en Asturias, 1923-1937. Oviedo, Dirección Provincial de Asturias del MEC. 1992, p.78, incluso hay autores que dan un número superior.
(41) López Martín, R: Ideología y educación en la dictadura de Primo de Rivera, vol I, Valencia, 1994, Universitat de Valencia, p. 110-116.
(42) Samaniego Boneu, Mercedes, La política educativa de la Segunda república durante el bienio azañista, CSIC, Madrid. 1977, p. 258 que a su vez toma el dato del Anuario estadístico de España, 1930, p. 620.
(43) Archivo General de la Administración, legajo 16708.
(44) Tras el fracaso del ayuntamiento reinosano de colocar las obligaciones para cubrir un empréstito municipal por 150.000 ptas. Con el fin de construir un colegio de segunda enseñanza, una escuela de Artes y oficios y mejorar el alcantarillado.
(45) Jesús Juan: "De Reinosa. Inauguración del Colegio San José", El Diario Montañés, 9 de octubre de 1923, p.3.
(46) Acta de la sesión municipal del 1 de marzo de 1922, en Boletín Oficial de la Provincia de Santander, de 19 de mayo de 1922, p.15.
(47) El Diario Montañés, 5 de octubre de 2003, p. 23.
(48) Jesús Juan: "De Reinosa. Inauguración del Colegio San José", El Diario Montañés, 9 de octubre de 1923, p.3
En septiembre de 1923 se recibió en Madrid el certificado médico referente a las buenas condiciones médicas del edificio construido por la "Sociedad Educadora Reinosana". Pizarrín: "De enseñanza, escuelas y maestros", El Diario Montañés, 12 de septiembre de 1923, p. 4.
(49) El Diario Montañés, 5 de octubre de 2003, p. 23.
(50) Jesús Juan: "De Reinosa. Inauguración del Colegio San José", El Diario Montañés, 9 de octubre de 1923, p.3.
(51) Jesús Juan: "De Reinosa. Inauguración del Colegio San José", El Diario Montañés, 9 de octubre de 1923, p.3.
(52) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Certificado del secretario del Ayuntamiento de Reinosa, Laureano de Lucio, fechado a 6 de septiembre.
(53) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Memoria del proyecto, firmada por Joaquín Muro a 12 de abril de 1927 y Pliego de condiciones.
(54) Archivo General de la Administración, caja 4367. Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Acta de entrega del solar, fechada a 29 de marzo de 1927.
(55) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Memoria del proyecto, firmada por Joaquín Muro a 12 de abril de 1927.
(56) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Presupuesto aprobado con el Vo B° del Arquitecto jefe, aprobado el 23 de junio de 1927.
(57) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Acta de la subasta.
(58) Gaceta del 11 de abril de 1928.
(59) Aunque en el presupuesto se indicaba la cantidad de 5.354,17, se le rebajaron el 10,99 % de la baja en la subasta.
(60) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Resumen de obra ejecutada, fechada a 6 de abril de 1930.
(61) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Acta de recepción provisional.
(62) Archivo General de la Administración, caja 1720. Dietas de inspección de Primera enseñanza durante el año 1930. Zona de Torrelavega, San Vicente, Potes y Reinosa.
(63) Archivo General de la Administración, caja 4367.- Expediente Construcción de un Grupo Escolar para niños en Reinosa. Acta de recepción definitiva.
(64) "Reinosa: Hoy comenzaron las clases en el magnífico edificio construido para las escuelas graduadas", en El Cantábrico, Santander, 15 de abril de 1931, p 7.
(65) Archivo General de la Administración, caja 6105.
(66) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 13 de noviembre de 1931, p. 707. Resolución aprobando el proyecto redactado por la OTCE y aprobando su construcción por el Estado.
(67) El Cantábrico, 31 de marzo de 1933, p. 6.
(68) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 16 de diciembre de 1932, p. 1018-1019. Construida. En estado de semiabandono, ha sido restaurado el tejado con alteración del perfil original.
(69) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 28 de junio de 1934, p. 1199; y 29 de noviembre de 1934, p. 1223.
(70) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 16 de diciembre de 1932, p. 1018-1019. Hoy casi totalmente caídas.
(71) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 16 de diciembre de 1932, p. 1018-1019. Dos escuelas unitarias, para niños y niñas, con un excelente patio escolar.
(72) Boletín Oficial del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, 16 de diciembre de 1932, p. 1018-1019. Excelente edificio situado en el centro del pueblo, cerca de la carretera a Corconte, formado por las dos aulas en los laterales y las viviendas de maestros, de dos alturas, en el centro.
(73) Archivo General de la Administración, caja 6268.
Ángel Llano Díaz
Dpto. de Geografía. Universidad de Valladolid