La importancia que en Reinosa ha tenido la gran industria, especialmente siderúrgica y del vidrio, ha hecho que pasara más bien inadvertida la de la industria alimentaria y mas concretamente la industria quesera, lo cual parece lógico por su relativamente pequeño tamaño, pero no por la gran trascendencia que la instalación en Reinosa de las primeras queserías industriales tuvo en la región y en el país.
Porque así fue; ya a finales de la primera mitad del siglo XIX (1843-44) se instala en Reinosa una de las primeras industrias dedicadas en España a la elaboración de quesos y mantequilla, y en el año 1880 Claudio Napoleón Boffard, instala también en Reinosa la primera fábrica, "La Reinosana", que elaboró en España quesos de tipo extranjero, y que fue el modelo a seguir por las industrias que más tarde se instalarían en la región, y que darían lugar, pasado el tiempo, a que durante más de 20 años la provincia de Santander liderara la fabricación de quesos en todo el país.
Respecto a la primera fábrica de quesos instalada en Reinosa disponemos de pocos datos. Fue instalada en los años 1843-44, casi al mismo tiempo que la de Sixto Diestro en San Roque de Riomiera, con la que comparte el título de pionera en el quehacer industrial quesero regional, así como en el ser una de las primeras industrias queseras españolas.
Se invirtieron 30.000 reales en su montaje, y en el año 1845 estaba en ensayo, daba ocupación regular a 4 operarios y vendía sus productos para los mercados de Madrid, Santander y Burgos, siendo citada, entre otros, por Ratier en su Anuario Estadístico del año 1847, al tratar del principal comercio existente en Reinosa.
Pero no es esta fábrica la que dio a Reinosa fama en el quehacer quesero, sino la ya citada, instalada por C.N. Boffard, en el año 1880 y, aunque en menor medida, las instaladas unos años después, también en Reinosa, por el Marqués de Huidobro, primero, y por Ignacio Errazti, después.
"LA REINOSANA" DE CLAUDIO NAPOLEÓN BOFFARD
El francés Claudio Napoleón Boffard, que era perito agrícola, instaló en Reinosa en el año 1880, como se ha indicado anteriormente, la primera industria quesera de España dedicada a la elaboración de quesos de tipos extranjeros, y más concretamente franceses, ya que los principales tipos de quesos que elaboraba eran Port Salut y Camembert.
Del buen hacer de esta industria y de su reconocida importancia nacional da fe el que el 19 de diciembre de 1882, S. M. el Rey D. Alfonso XII concediera por Real Orden a D. Claudio Napoleón Boffard "los honores de proveedor de la Real Casa, con el uso del escudo de Armas Reales en la muestra, facturas y etiquetas de su fábrica de quesos y manteca de Reinosa".
Los quesos elaborados por Boffard (Port Salut, Montes Claros, Brie, Camembert, Ebro y Neufchatel) adquirieron gran fama por su excelente calidad, siendo presentados y premiados en numerosas exposiciones y concursos, destacando los obtenidos en la Exposición de productos naturales y manufacturados de la provincia de Santander, celebrada en el año 1887, y en Barcelona en 1892. Las medallas y diplomas obtenidos en estos concursos figuraron durante mucho tiempo encabezando con orgullo la correspondencia comercial de la empresa.
Durante la década de los 80, Boffard será prácticamente el único elaborador industrial de quesos de la región y jugará un papel muy importante como ejemplo para las queserías que se instalarán en la siguiente década y muy especialmente para el desarrollo futuro del queso de nata de Cantabria. Basta solamente citar en este sentido que Claudio Recio Mediavilla, considerado como el pionero del quehacer quesero en Liérganes, aprendió a hacer queso con Boffard en Reinosa hacia el año 1891, estableciéndose más tarde con otro francés en Villaverde de Pontones, desde donde poco después pasaría a establecerse definitivamente en Liérganes.
En octubre de 1894, Napoleón Boffard amplía su negocio y toma en arrendamiento una casa en Torrelavega que fue del Conde de Udalla y que, en aquella época pertenecía a D. José María Trevilla, para instalar en ella una sucursal de su fábrica de Reinosa.
En el año 1895, Boffard tiene que afrontar la competencia de otras queserías instaladas en la región, las cuales tratan de elaborar y comercializar quesos imitando a los de Boffard, aprovechando la fama y mercado adquiridos por éstos, lo que obliga a Boffard a desarrollar una campaña de prensa en defensa de sus productos.
Así, en la primera página de El Cantábrico del 23 de julio de 1895 aparece el siguiente anuncio:
"La Reinosana. Fábrica de quesos de C. N. Boffard. Reinosa. Recomienda a su numerosa clientela desconfíe de las imitaciones".
Y el 31 de julio otro más explícito:
"La fábrica de quesos La Reinosana, fundada en el año 1880, previene a sus numerosos favorecedores que, habiendo recibido quejas de productos que se compraron por "quesos de Reinosa", cuyo parecido exterior hizo creer que eran de la dicha acreditada fábrica, se ve en la necesidad de rechazar toda responsabilidad respecto de los productos que no lleven en las etiquetas la marca registrada y el nombre de C. N. Boffard. Para evitar confusiones, el señor C. N. Boffard se ha decidido a no vender más quesos en la estación de Reinosa".
La venta de quesos en el andén de la estación de Reinosa la hacía Boffard en un quiosco de madera, que por cierto fue destruido por un incendio el 1 de marzo de 1898, y reconstruido posteriormente.
Este afán de imitación e interés de los nuevos industriales queseros de compartir el éxito de Boffard se ve muy bien reflejado en una nota de prensa del Correo de Cantabria de 1896, en la que se dice refiriéndose a la instalación de una industria quesera por el Sr. Collantes en San Martín de Quevedo (Valle de Iguña): "... con todos los adelantos modernos y maquinaria traída del extranjero... que pronto, muy pronto, se producirán quesos especiales a estilo de los más afamados que se fabrican en Reinosa".
Claudio Napoleón Boffard falleció en Reinosa en el año 1905, siguiendo en el negocio su viuda Clementina Boffard Maury hasta mayo de 1918, en que la viuda de Boffard vendió a Manuel Núñez Morante la propiedad del nombre comercial y marca industrial "La Reinosana", así como la maquinaria y efectos dedicados a la explotación del negocio quesero existentes en las fábricas de Reinosa y Torrelavega. También se incluyó en la escritura de venta el quiosco de madera de la estación de ferrocarril, antes citado.
La familia Núñez siguió en Reinosa con el negocio quesero, bajo la denominación de "Sucesores de la Vda. de Boffard", durante 25 años, hasta que al prohibirse en 1943 la elaboración de quesos en la provincia de Santander con leche de vaca, decidieron elaborar los quesos con leche de oveja, trasladando en 1945 la fábrica a Revenga de Campos y más tarde, en 1950, a Frómista.
LAS QUESERÍAS DEL MARQUÉS DE HUIDOBRO Y DE IGNACIO ERRAZTI
También a finales de siglo instaló en Reinosa una quesería el Marqués de Huidobro, el cual, según describe Rivas Moreno, mandó a su hijo a una de las mejores queserías del extranjero a especializarse en la elaboración de quesos, y cuando volvió le puso al frente de la fábrica.
De la calidad de los quesos que fabricaba tenemos noticia de que muestras de queso Port du Salut y de mantequilla, que presentó en la Exposición de ganados de Santander de 1895, obtuvieron una medalla de plata y una medalla de bronce, respectivamente.
Ignacio Errazti tenía en Reinosa una fábrica de chocolates, estando asociado para esta elaboración en el año 1875, con Pablo Macho.
Es más tarde, ya en el nuevo siglo, cuando animado por el éxito de Boffard, comienza a elaborar, además de chocolate, quesos y mantequilla.
Elaboraba, también como Boffard, principalmente quesos tipo franceses, como Port du Salut, Camembert y Brie.
En una memoria publicada por el Ministerio de Agricultura sobre el Estado de la Industria en la Provincia de Santander en el año 1904 se pone como ejemplo a la fábrica de quesos de Ignacio Errazti, describiéndola de la siguiente forma:
"... como modelo de las bien llamadas fábricas, puede citarse la que D. Ignacio Irrasti (sic) tiene establecida en Reinosa. Está montada con todos los adelantos modernos, y su organización es tal que no se desperdicia absolutamente nada.
En una habitación especial se hace la recepción de la leche, que se examina y mide su densidad para apreciar su valor, y una vez admitida se la echa a un depósito del cual después de pasar por varios filtros, va a parar a los obradores. En éstos se la cuece con los ingredientes que producen su cuajo y que la tienen que dar la pastosidad, color y caracteres de la clase que se pretende fabricar, y en cuanto llega su punto se pone en los moldes y de éstos a los secaderos.
El suero sirve para alimentar un centenar de cerdos, instalados en limpias y amplias pocilgas, cerdos que luego se venden, y aún en cierta época explotaron los mismos fabricantes en vista de la resistencia que encontraban a que se les admitiera ganado en los mercados.
Todas las dependencias son amplias, frescas, ventiladas y con abundancia de agua; así es que en todas las fases por que pasan los quesos están en magníficas condiciones de salubridad y conservación.
Se fabrica queso del país y gran variedad de ellos imitando a los extranjeros, como Port du Salut, Camembert, Brie y algún otro, fabricando alguno de fantasía, como el de la Campurriana y Campoo de Arriba. La otra fábrica trabaja también estas marcas, y en las de fantasía Peñas Arriba y Fuentes Lleras. Todas tienen sus mercados repartidos en toda España, produciendo un término medio anual de 31.000 kilogramos de queso y 4.000 de manteca..."
Durante las dos últimas décadas del siglo XIX y la primera del presente, si bien en ésta junto a Molledo, Reinosa ostenta el liderazgo regional en la elaboración industrial de quesos, siendo las fábricas de Reinosa las únicas que se citan en las publicaciones y guías de Santander y su provincia en esta época, manteniendo incluso una apreciable actividad exportadora, de la que especialmente hacía siempre gala Errazti en sus reclamos publicitarios.
El gran desarrollo posterior de la industria láctea regional, durante medio siglo la más importante del país, hace que Reinosa pierda pronto protagonismo y relevancia pero nunca ha de olvidarse el decisivo papel que tuvo en el inicio de este desarrollo, habiendo sido pionera, primero, en la industrialización quesera de la región y, después, en la elaboración de quesos de tipo extranjero en España.
BIBLIOGRAFÍA
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