REINOSA, COYUNTURA E INFRAESTRUCTURAS
A mediados del siglo XVIII, coincidiendo con los reinados de Fernando VI y Carlos III. Reinosa se beneficia de los planes e infraestructuras con los cuales los ministros ilustrados de los Borbones querían articular el país. El impulso decidido de las obras públicas comprendía tres aspectos: puertos, carreteras y canales: era la "revolución de los transportes" en palabras del que fue ministro de Hacienda, Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada.
Ya en el segundo cuarto del siglo XVIII otro ministro, Campillo, había estudiado la mejora del trazado del
camino real que unía Burgos-Santander, pero las sucesivas guerras en que se vio envuelto el país hicieron olvidar estas iniciativas. Con el periodo de paz y estabilidad política que se abre a mediados de siglo, el marqués de la Ensenada retoma estas ideas. La fiscalidad del reino está en el trasfondo de esta decisión. Con el camino tradicional -que conectaba la ruta de la lana de Burgos con el puerto de Bilbao- la Corona perdía abundantes derechos de aduanas, y se pretende controlar esa fuente de ingresos derivando y potenciando el tráfico de mercancías hacia el puerto de Santander. De esta época data el trazado -básicamente coincidente- de la carretera nacional 611 de Reinosa a Santander: un tramo original de esta calzada se conserva entre Barcena de Pie de Concha y Pesquera
(1).
El camino real se planteó y materializó como una obra de ingeniería moderna, financiada por el Estado
(2). Las obras se iniciaron en 1748 y se abrió al tráfico en 1753. Evidentemente ya existía el camino de Burgos a Santander, pero se trataba de un camino de herradura, que hacía el tráfico de mercancías lento y penoso, al obligar a utilizar caballería. Con la nueva obra, se consigue una calzada de firme y ancho aptos para la carretería. Por ejemplo, en 1760 el servicio de correos señala a propósito de la comodidad de la calzada que "desde Reynosa está el camino tan allanado, y corrientes los arroyos, y tránsitos que con facilidad se pueden con los mismo caballos hacer dos postas"
(3).
El otro gran proyecto que se comienza a desarrollar por entonces es el Canal de Castilla
(4). Pretendía utilizar los canales navegables (siguiendo el ejemplo europeo) para tráfico de mercancías, con el ambicioso propósito de unir la cuenca del Duero con la del Ebro, y enlazar incluso con el Cantábrico. Estuvo previsto que la cabeza del canal (fase El Espinar - Reinosa) se situara en Bolmir (las erratas ortográficas lo llaman "Golmiz") y, en otro momento, se desplazó a Olea. Como se sabe, la cabeza el canal se estableció efectivamente en Alar del Rey. Pese a que su instalación en la zona de Reinosa resultó fallida, durante la segunda mitad del siglo XVIII y gran parte del XIX se siguió divulgado esta expectativa aunque otros ya advertían de la demora de las obras. Diversos viajeros reflejaron "lo que pudo ser y no fue" -la presencia del canal en las cercanías de Reinosa-: hay noticias en las publicaciones de Sánchez Taramas (1769), el irlandés Guillermo Bowles (1775), Melchor de Jovellanos: Antonio Ponz (1783), Joseph Townsend (1786-1787) o el francés Barón de Bourgoing (1792). Todo ello contribuyó a generar, sin duda, expectativas de negocio que ayudaron al crecimiento de la villa de Reinosa como cabecera de comarca
(5).
LAS FUENTES: LAS RESPUESTAS GENERALES, UN PERFIL DE REINOSA EN 1751
Para repasar la vida de Reinosa en esta época me baso en los datos que proporcionan las Respuestas Generales, tan sólo una parte del conjunto de documentación que conformaba el catastro del Marqués de la Ensenada
(6). Las Respuestas generales ofrecen una visión general y resumida de la vida de la villa, primando la información de tipo económico.
Porque la finalidad del Catastro era efectivamente esa, la de efectuar una reforma fiscal que eliminara los privilegios de la sociedad estamental (los nobles y el clero no pagaban impuestos por lo que la carga recaía en los pecheros; en el partido de Reinosa el grado de "ennoblecimiento" es muy alto) y estableciera una "única contribución" para todo el mundo. Se propuso entonces la realización de una pesquisa o encuesta general -el Catastro- que se llevó a cabo desplazándose a todas las localidades. Como se sabe, Reinosa estaba englobada en la provincia de Toro. Aunque estaba previsto que se efectuara una única experiencia piloto por provincia -en el caso de Toro, en Tagarabuena-, un malentendido hizo que se comenzaran en varios corregimientos a la vez (Carrión, Reinosa y Becerril). De ahí que en Reinosa las Respuestas Generales estén fechadas el 30 de agosto de 1750
(7).
El catastro se comunicaba oficialmente por el intendente a las justicias del pueblo, anunciando la fecha de llegada. Allí se constituía la Audiencia o Comisión averiguadora, formada para obtener la información global del concejo. En el caso de Reinosa, se convocó para ello al cura único beneficiado más antiguo de la parroquia -Diego de Mier y Therán-, a Francisco Fernández Fontecha (regidor mayor decano), Luis Antonio de Nabamuel (Procurador síndico General) y Francisco Javier de Cosío Terán y Villasante (corregidor y abogado), junto al escribano del Ayuntamiento, Joseph de Amézaga. Además se elegían a varios vecinos que por su calidad personal y conocimiento actuaban como peritos locales -Francisco Luis de Mier, Lorenzo Fernández Fontecha, Alfonso de Bustamante y Gabriel Gutiérrez-, Después de tomar juramento a todos, menos al cura y al corregidor, se contestan las cuarenta preguntas que integraban el interrogatorio de las Preguntas Generales. Actuaba como perito oficial de S.M., Joseph Fernández. Para dotar de solemnidad de la evacuación de las Respuestas, la ceremonia pública finalizaba con su lectura y transcripción literal de las respuestas dadas al interrogatorio
(8).
Tras el propósito renovador de esta iniciativa catastral -que no se ejecutó-, queda una formidable fuente documental que (pese a sus inconvenientes) ha dibujado el estado de localidades como Reinosa a mediados del s. XVIII
(9). Ese perfil es el que voy a tratar de desvelar.
POBLACIÓN: INCREMENTO DEMOGRÁFICO Y ADAPTACIÓN
En 1750 Reinosa ya ha comenzado a recibir a gentes que acuden a la demanda de mano de obra para el camino real (la construcción del tramo Reinosa-Santander -recuerdo- se inició en 1748) y alentadas por las actividades complementarias que se asientan en este eje. La villa vive el inicio de un periodo de transformación, que se potenciará tras la apertura del camino. El nuevo enlace vial encauza un comercio basado en el intercambio de mercancías procedentes de Castilla, centrado en la transformación de cereales, el aporte de materia prima al ejército (madera, hierro) y el comercio colonial.
Tabla nº 1: Población de Reinosa y su entorno
|
Censo 1752 (corr. 1759) |
Vecinos
|
Clero secular
|
Reinosa |
220
|
6
|
Matamorosa |
51
|
2
|
Requejo |
49
|
2
|
Cañeda |
44
|
1
|
Fresno del Río |
30
|
1
|
Bolmir |
20
|
1
|
Partido de Reinosa |
1337
|
190
|
Fuente: CENSO de población de la Corona de Castilla
|
Aún en esta primera etapa inicial, el crecimiento demográfico de Reinosa es patente. Se registra la afluencia de gente del entorno comarcal pero también de un ámbito espacial más amplio.
Según Ramón Lanza, Reinosa contaba en 1675 con 130 vecinos, lo que estima suponían unos 585 habitantes. Las
Respuestas Generales hablan de "157 vecinos incluyendo viudas" (
Pregunta 21), a ello habría que sumar 40 pobres. La cifra que establece el censo de 1752 corregido en 1759 es de en 220 vecinos desglosados de la siguiente manera: vecinos útiles (109 nobles; 21 pecheros); vecinos jornaleros (33 nobles; 1 pechero); 1 pobre de solemnidad pechero; 25 habitantes (es decir, transeúntes) pecheros y 21 viudas pobres cuyo estado no consta. Aplicando el mismo porcentaje resultarían 990 habitantes, sin contar el clero secular (6 personas) y el regular (40 religiosos del convento de San Francisco). Santander en 1753 contabilizaba 574 vecinos y 21 miembros de clero secular. Ver en la tabla comparativa n° 1 las localidades limítrofes
(10).
La llegada de forasteros se traduce en una mayor tasa de nupcialidad. Entre 1731 y 1750, del total de matrimonios celebrados, solo un 27,84% era entre vecinos, un 67,01% entre vecino/a y forasteros, y un 5,15 % entre forasteros. Para las dos décadas siguientes, ya ha crecido la población asimilada y avecindada, y también el porcentaje de matrimonios entre vecinos (un 39,06%); el matrimonio entre vecino/a y forasteros supera la mitad (52,34%) y continúa creciendo el matrimonio entre gente forastera (8,59%).
Como consecuencia se produce un fuerte crecimiento vegetativo y del índice de natalidad. Se trata, según analiza Ramón Lanza, de una corta e intensa etapa de crecimiento comprendida entre 1748 y 1765 en la que Reinosa creció al 2,612 % anual hasta casi doblar la población, aumentando los nacimientos cerca de un 20"... Alcanza 1.618 habitantes en 1787
(11).
Junto con la migración, la pujanza demográfica trae consigo tensión. Una sociedad cerrada y estamental, que ve con recelo "la amenazante movilidad de la mano de obra campesina" que muestra su "desprecio por las costumbres locales y la importación de modelos sociales ajenos a los tradicionales"
(12). La nobleza intermedia local, como Luis de los Ríos, manifiesta su aprensión hacia el gobierno "por gente forastera, y alguna de poca consideración" que "no parece saben guardar lo que se merecen los Hombres de Honor"
(13).
NÚCLEO URBANO: REFORMAS Y EXPANSIÓN
Un siglo antes, en 1660, el canónigo suizo Pellegrino Zuller había recorrido la región con el fin de estudiar el establecimiento de una nueva diócesis en Santander. Desde su punto de vista -con especial atención al aspecto eclesiástico- comenta que en Reinosa "hay edificios muy hermosos y muchas casas nobles de las que llaman solariegas. Sin embargo no tiene más de ciento treinta fuegos, y dos iglesias parroquiales, unidas entre si para mayor comodidad de los habitantes. La más antigua se halla fuera del pueblo, la de San Esteban; dentro del lugar está la moderna, de San Sebastián". San Esteban se situaba donde hoy está el cementerio viejo (a cuya conservación animo)
(14).
En las
Respuestas Generales de 1750, en la pregunta 22 se indica que "el número de casas que es esta villa se compone de ciento diez (110), y que solo hay una arruinada". El casco de Reinosa se caracterizaba por el tradicionalismo de la construcción. La iglesia de San Sebastián se había construido junto a la torre o casa fuerte de Gómez de Hoyos, y cerca de las casas denominadas "de las Princesas" y "de Losilla". No lejos -en la actual plaza de España- estaban las torres de Bravo y Navamuel, y el antiguo Ayuntamiento, que Aramburu Zabala localiza en la casa porticada donde hoy está el comercio de Doña Elena y Fotos Boyet.
Hacia el tercer cuarto del siglo XVIII, en palabras de Aramburu "se estaba produciendo una auténtica
remodelación del trazado urbano de Reinosa, modificando su vieja estructura medieval".
La población que se instala en Reinosa demanda nuevos espacios. Hubo que ampliar igualmente "la iglesia parroquial, lo que estrechó considerablemente la calle hacia donde se abría la nueva portada de la iglesia, por lo que el concejo propuso en 1778 una remodelación urbanística delante de la iglesia formándose una plaza. Se consideraba que había que demoler las casas del conde de Murillo, la de doña María Cruz de Villaverde Mantilla y la de Manuel García de la Mata. La remodelación fue proyectada por Carlos de Gandarillas, y el conde de Murillo exigió que se le construyera entonces otra casa similar a la derribada, actuando en nombre del conde Hilario Alfonso de Jorganes, director del camino de Reinosa." También afectó al foso y barbacana de la torre de Bravo.
Se construye la casa de D. Joaquín de Quevedo y Fernández de Velasco, caballero de Santiago y Marqués de Cilleruelo, "presenta una cuidada elaboración barroca con portada en arco de medio punto entre pilastras, enlazando con el balcón muy volado del piso noble". Es la que hoy se conoce como "casa de Pano", con balcones de púlpito que recuerdan casas construidas por Pedro de Toca en Limpias
(15).
Gaspar Mantilla de los Ríos informa en 1765 a D. Tomás López (que preparaba la publicación del "Atlas Geográfico de España") en un documento que transcribe José Calderón Escalada que "en el centro de dicha Villa se ha dispuesto también una plazuela con el título de
El Espolón, esta sirve para recreación de la juventud en tiempo de verano y al juego de la pelota, y para el depósito de granos y demás semillas que se benefician en los días de mercado. Al mediodía tiene dispuestos unos canapés de piedra sillería que prestan bastante comodidad para el descanso de las gentes"
(16).
Crecimiento espacial de la villa
Aparecen pues
nuevos barrios. Como compensación por los derribos se concedieron terrenos en el tramo del camino real de
salida hacia Castilla a los propietarios afectados por las obras de la plaza de la iglesia, el Conde de Murillo y Marqués de Villacastel, a un indiano apellidado Camino, a un abogado de apellido Ramírez. De este periodo data igualmente la primera edificación La Casona, construida por Luis de los Ríos
(17).
Sobre el aspecto que presentan las calles, en 1765 Diego de Mier y Terán apunta que se "han adelantado en ella los asuntos de policía, se ha empedrado toda la
calle Mayor con un codón muy fino y muy consistente, de tal modo que, aunque el trajín de la carretería es frecuente, así como el de coches y carromatos, no se ha esperimentado hasta ahora el más leve quebranto. Otras varias calles que cruzan la población se han puesto con el mismo orden, y unas y otras se hallan con sus zeras enlosadas, de modo que puedan pasar dos personas unidas por las losas sin tocar el empedrado; se han dispuesto sus alcantarillas de enrejado para recoger las aguas que vienen a parar por conductos subterráneos a dicha calle Mayor, y de esta se trasladan con la inmundicia al río Ebro que pasa por medio de un trozo de la Villa, lográndose con este motivo la limpieza y el aseo sin fetidez la menor". "La calzada real se ha adornado con varios árboles desde el extremo del pueblo y hacia
Corvilla como un cuarto de legua poco más o menos, esto es, desde el sitio que llaman la cruz hasta el puente de Matamorosa"
(18).
De este periodo data la fisonomía urbana de la villa, estrecha, larga y dispuesta a ambos lados del camino. A finales de 1783 el corregidor de Reinosa afirmaba: "...este pueblo, desde que se abrió la carretera y camino real ha aumentado en vecindario más de una mitad, y puede esperarse que continué el incremento. Como todos han pensado en edificar casas sobre el camino real, no ha tomado extensión regular la villa, sino una longitud fastidiosa, que incómoda a los mismos naturales quando tienen que pasar de un extremo a otro del pueblo, y hace un aspecto poco agradable a los que se detienen a mirarlo, reduciendo además la población a quasi una sola calle"
(19).
La afluencia de población supuso la construcción de numerosas casas. Detrás de la iglesia y de la torre o casa fuerte de Gómez Hoyos crece el
barrio de Las Heras. En la salida del camino
hacia Santander, más allá de la ermita de San Roque y de la fuente de La Aurora, se instala una casona y se asienta el barrio de
Los Tinglados donde "Miguel de Argüeso reconstruía su casa en 1779, pretendiendo ampliarla por una bodeguilla propiedad del concejo, que compraría "para la mejor disposición de la obra del suplicante y más hermoso aspecto de la calle". En estas casas, la madera sería el material predominante. Guillermo Bowles, en 1775, se extraña precisamente de que pese a la abundancia de haya en las cercanías se vean "precisados a comprar la hedionda grasa de ballena que usan para alumbrarse'', cuando en el norte de Europa era habitual utilizar para este fin el aceite de haya, más limpio
(20).
Paseos y sitios de las afueras
En época de Carlos III se habilitan paseos en el entorno de la villa. Gaspar Mantilla de los Ríos señala: "en el pedazo de terreno pantanoso que había en lo antiguo desde el sitio de
la Ballarna camino que dirige para
el Convento de Nuestro P. San Francisco, se ha preparado para mayor comodidad para el tránsito por medio de una calzada, cuya elevación por partes llega a vara y media".
Así mismo D. Diego de Mier y Terán relata: "Hay otro (arbolado querrá decir), que se ha proporcionado en el sitio de
las Fuentes, distante de la villa como ochenta toesas para llegar a este se pasa por sitio muy suave y campío, y en la circunferencia de doscientas cincuenta varas, se hallan varios árboles de bastante elevación, que ofrecen un sombrío admirable, y al pie de dicha arboleda nacen siete u ocho fuentecillas que brotan unas aguas cristalinas, y con tanta abundancia, como que a distancia de veinte toesas de el origen, muelen dos ruedas de molino fabricadas nuevamente". "Por un lado y otro de la represa que hacen estas aguas, se ha dispuesto un paseo con unos canapés de piedra (bancos), en el que puedan sentarse y tomar el fresco las gentes, y para poder pasear por el agua que hace represa, tienen a prevención en su orilla un barquito en el que cómodamente se pueden colocar ocho o diez personas. Inmediatamente a dicho sitio se ha dispuesto un juego de bolos para diversión de caballeros, eclesiásticos y otras gentes de forma"
(21).
El agua es una constante en Reinosa El viajero Joseph Townsend refiere: "
La Pelilla tiene más de cuarenta grandes fuentes en el espado de cien varas de largo y cuarenta de ancho, y que brotan a una altura considerable. Este río no corre más que cuatrocientas varas antes de desaguar en el Ebro, el qual no tiene más que tres fuentes, pero que son abundantes"
(22).
Junto a los ríos se situaban los molinos (4 sobre el Ebro y uno en La Pelilla) y la fragua. Para salvar el río "ay tres
puentes de piedra, la una sobre el río Ebro, la otra sobre el río de la Pelilla, y la otra sobre la Ballarna, y que en ninguna se pago portadgo ni otro derecho alguno" (Pregunta 29).
LA VIDA ECONÓMICA: EL SECTOR PRIMARIO
Reinosa ve condicionada su producción agraria por dos factores: el pequeño tamaño del municipio ("lo reducido de su término") y la dependencia climática. Así en la pregunta 27 se puede leer textualmente "... por lo riguroso de los ybiernos y copiosas niebes que caen y suelen durar en este país quatro y cinco meses de el año, en los más se suele perder la corta sementera que se haze y muchos ganados".
El labrador tiene unos 120 días útiles al año de trabajo.
Tabla nº 2: Qué cantidad de frutos de cada género (Pregunta 12) |
|
Fanegas que se producen en tierras de |
Precio por fanega |
Tipo Cereal |
1ª calidad |
2ª calidad |
3ª calidad |
Reales de vellón |
Trigo |
2
|
1,5
|
1
|
14
|
Centeno |
no se cosecha
|
2,5
|
|
10
|
Cebada |
2
|
1,5
|
no se siembra
|
8
|
Franco |
2
|
1,5
|
no se coge
|
8
|
Arbejas |
1
|
|
|
14
|
Yerba |
1 carro/fanega
|
1,5 carros/fanega
|
3 carros/fanega
|
20
|
Fuente: Elaboración propia
|
La
agricultura es extensiva, "no hay más que una cosecha al año", insistiendo en que "no se conoce más especie de tierra que la de secano". Se cultiva pastos y cereales: "no se tiene ortalizas, viñas, bosques, matorrales, no otro en esto más que cortos
pastos para el ganado y alguna sembradura que también es poca"(...) "y la que se haze en la referida tierra de secano produze con esta varierad: la que es
trigal, esto es, aquella en que hecha trigo fructifica el primer año dicha especie de trigo, el inmediato y segundo de una simiente que se llama franco, y el terzer año
descansa", esto es, practica el barbecho. Así se indica que "la que intitulan
corral con un año de intermedio de descanso." Por su lado, "los
prados de guadaña produzen generalmente todos los años". (Pregunta 4).
Entre los cereales figuran el trigo, centeno, cebada, franco (se siembra alternando con el trigo; esta especie se compone de titos -almorta- y arbejana) y arbejas, al hablar de los molinos, se cita la alaga (especie de trigo, muy parecido al fanfarrón, que produce un grano largo y amarillento). El trigo y las arbejas son los cereales que más utilidades producen, junto con la hierba.
Aparte de la especialización cerealística, existiría una agricultura de autoconsumo, de recolección, en los huertos caseros donde habría algún que otro árbol frutal, de los -se insiste- no hay aprovechamiento (Pregunta 6). Hacia 1775, al viajero irlandés Guillermo Bowles anota algo que le llama la atención: "en casa de un hidalgo de Reinosa vi un modo de criar coles que merece ser referido. Tenía en su huerta muchas losas de tres pies en cuadro, y dos pulgadas de grueso, con un agujero en medio. En este agujero plantaba la col que allí llaman llanta, la cual crecía y se expandía prodigiosamente. Yo comí de ellas, y las hallé muy tiernas, y de un gusto muy regalado"
(23).
La
ganadería ocupa un lugar importante en la producción agraria y, también, en el comercio. De hecho, los animales de los que se extrae mayor beneficio anual son los "
pollinos de parada", mil reales de vellón anuales para los machos y 700 reales las hembras. Esta alta valoración se debe a que los asnos eran vitales para el transporte de mercancías por los caminos de herradura; los 25 "tratantes de yerro (hierro) y trigo" los utilizarían como animal de carga. No aparece mencionada la existencia de bueyes, aunque la carretería era importante en la comarca de Campoo, sobre todo en las comarcas más apartadas. Lo más lógico es que los tratantes acordaran con los carreteros de municipios aledaños el transporte de mercancías y les abonaran el porte.
Le siguen la "
yegua de vientre destinada a parada" que produce unas tres crías cada cinco años, con una utilidad de 120 reales de vellón. Los productos derivados de la
vaca se valoran en 31 reales, aunque "no hazen consideración de las especies de queso y leche porque esta la conserban para el alimento de las crías y que puedan tolerar y sufrir lo riguroso de las niebes que caen en este pais". Tenemos que pensar en razas como la campurriana o la tudanca, que junto a los escasos pastos locales aprovechaban tradicionalmente los de Morancas. Hay ganado porcino (la
cerda tiene una utilidad evaluada de 18 reales anuales), caprino (una
cabra se evalúa en 15 reales, además de la esquilma que añade 4 reales) y ovino, del que se aprovecha la lana (1
oveja rendiría 6 ó 7 reales -junto 1 libra de lana basta valorada en 1 real-, 1
carnero proporciona unas 2 libras de lana; de un
cordero primales (2 años) se obtienen 8 reales y 1,5 libras de lana; de un cordero de un año, 0,5 libra de lana). El autoconsumo se completaría con el ganado menor (gallinas, conejos...).
En general, el ganado está "en poder de sus respectivos dueños, pero estando en aparzería declaran que las mencionadas utilidades se reparten por mitad y ygualmente entre el dueño y el aparcero en todo género de ganados por el estilo" (Pregunta 18).
Aparece una referencia a la apicultura. "Solo ay siete pies de
colmenas pertenecientes a Dª Cathalina de los Ríos, vecina y viuda de esta villa y su producto de cada una le regula en media libra de
cera que bale tres reales y un quartillo de
miel que bale un real" (Pregunta 19).
EL SECTOR SECUNDARIO
La industria de transformación más importante es la harinera. Para ello existen 5 molinos en los que se transforma el cereal (Ver tabla nº 3). Salvo en el caso de Cathalina de los Ríos (madre y tutora del menor Andrés de León), los demás propietarios son foráneos. Joseph Fernández del Olmo es arrendatario de tres molinos.
Tabla nº 3: Los Molinos en las Respuestas Generales
|
nº
|
Río |
Nombre |
Tipo |
Ruedas |
Propietario |
Arrendado a |
Pago de renta / Cargas producidas |
1
|
Ebro |
San Esteban |
casa molino harinero |
5
|
Dª Mariana de Rebolledo, natural de Santa Cruz de Iguña |
Joseph Fernández del Olmo |
17 / 24 |
2
|
Ebro |
|
molino harinero |
5
|
D. Diego de Soto, natural de La Población |
Joseph Fernández del Olmo |
18 / 24 + 1 fanega de trigo |
3
|
Ebro |
|
molino harinero |
5
|
Dª Cathalina de los Ríos, madre de D. Andrés de León |
Joseph Fernández del Olmo |
5 / 21 cargas de pan, la mitad trigo y alaga |
4
|
Ebro |
|
molino harinero |
4
|
Juan Antonio de Manzanedo |
Manuel de Udías |
13 / 16 cargas |
5
|
La Pelilla |
|
molino harinero |
2
|
D. Joseph Antonio de Mioño |
M. Gutiérrez del Doral |
4 / 7 cargas mitad trigo y centeno |
Fuente: Elaboración propia
|
Junto al camino y en el mismo Reinosa se instalan actividades complementarias, todavía no se pueden llamar industrias. Hay personas que ejercen varios oficios, y ese entramado les permiten tener ocupación a lo largo del año. La actividad productiva declarada en las Respuestas Generales es mayoritariamente masculina. Entre las "figuras principales" dos propietarias. Doña Cathalina de los Ríos, vecina de Reinosa, y Doña Mariana de Rebolledo, vecina de Santa Cruz de Iguña; una boticaria. Doña Gabriela Vernal; 18 panaderas del total de 21, y de los 6 horneros (había "siete hornos para cocer pan"), 2 son mujeres. Las mujeres y los hijos ayudarían además en la labranza, aunque esta actividad no tiene reflejo fiscal.
La especialización de los oficios aumenta las posibilidades de supervivencia económica. Aparecen así combinaciones con un entramado "lógico", como hornera/panadera; tratantes de yerro (hierro) y grano que son a la vez mercader/tendero, propietarios de molino, "funcionarios" públicos o llevan el arriendo de impuestos. Otras personas tienen actividades más diversificadas y dispares, como carpintero/tejedor, o cirujano/sangrador/aprendiz de carpintero (Véase relación detallada en la
tabla n° 5).
La cadena de elaboración artesanal cuenta también con herradores y herreros, carpinteros y tallistas, En la segunda mitad del siglo XVIII se instalan numerosas ferrerías de la zona, pero mientras se demanda la fabricación de aperos, herrajes, clavos: por otro lado, los montes cercanos proveían de madera que se utilizaba en la construcción de viviendas, carretas, etc.
Otro ejemplo de complementariedad de oficios la encontramos entre tejedores y sastres. Para el ejercicio de la profesión, de tejedores se expedía un título, aunque no dejaban de ser "obreros de oficio". Su "tarea no es ejercida durante todo el año sino que se atiene a las necesidades de los vecinos. Éstos dejaban la materia prima o el hilado para que, una vez tejido, se les devuelva para el autoconsumo". Para los hijos y la mujer se destinarían las prendas elaboradas en casa, mientras que sólo el cabeza de familia encargaría alguna a los sastres
(24).
EL SECTOR TERCIARIO: LOS SERVICIOS
La villa de Reinosa cuenta con "seis
tiendas de paños, estameñas, joyería, y otras menudencias''. En un equivalente a lo que hoy denominaríamos hostelería, aparecen dos
mesones en casas particulares,
tabernas (cuyo local solía ser municipal -en este caso no renta nada- como la carnicería), y la abacería (tienda de comestibles).
Había gastos que se reparten entre varios pueblos: mantener al médico, cirujano, boticario, barbero, maestro de escuela. La sanidad se cubre con un médico (D. Joseph Maior), 4 cirujanos/ sangradores y 3 boticarios (entre ellos una mujer). Respecto a la enseñanza aparece mencionado un maestro de primeras letras, y un "prezeptor" de gramática. La educación tenía, de todas maneras, un carácter minoritario; hasta 1785 no se funda la escuela de niñas (fundación Quevedo) junto a San Roque.
Como ya se ha avanzado, los transportes ocupan un lugar destacado en la economía local. Se declaran 25 tratantes yerro (hierro) y trigo, entre los que se encuentran personas notables y pudientes como D, Joseph de Mioño, los miembros de la comisión averiguadora, propietarios de molinos, escribanos (Joachin Antonio Diez / Díaz Zorrilla, con 6 pollinos garañones), abogados, tenderos, etc. Figura dos mujeres, Ana María Macho que liquida una utilidad de 120 reales "por los biajes que hazen a La Naba y a otras partes" y Cathalina de los Ríos.
Los estudios previos a las obras del camino real contemplaban como razón añadida esa actividad comercial. El ministro Patino quería explotar la riqueza maderera de la zona -"
los montes claros en la vecindad de Reynosa"- que alimentarían los astilleros y las fábricas de Liérganes y La Cavada. "Campillo recibió el encargo no sólo de hacer el camino, sino también almacenes amplios en Reinosa y en el mismo Santander "
para lanas y mercaderías' y buenas posadas sobre los caminos"
(25).
Mercados y ferias, centros de redistribución comercial
El papel que adquiere Reinosa como nudo de intercambio comercial entre Castilla y Santander, hizo de la villa un lugar ideal para la celebración de mercados y de ferias. A este respecto, las Respuestas indican que había "dos ferias del año la una de ganados vacunos y lanares forasteros el día de Santiago, y la otra el día de San Matheo también de ganados bacunos, lanares, mulares, y cavallares".
En cuanto al mercado la pregunta 29 precisa: "el día lunes de casa semana se celebra mercado de granos que de acarreo y a lomo se traen en tierra de Castilla, para el consumo de los naturales de este país, por no alcanzar a su manutenzión para quatro meses de los frutos que en el se recogen". Tenía lugar en la plaza del Espolón. Concreta que entre los productos "se viene a vender algunos zapatos (...) de madera que llaman albarcas" y "también viene a henderse hortaliza y alguna fruta de tierra de Medina y Liébana".
Algo más tarde, en 1765 Gaspar Mantilla de los Ríos refiere: "Se celebra todos los lunes del año un mercado en dicha villa, y surte de granos y otros géneros de necesidad en el país no solamente a toda la jurisdicción, sino que alcanza al Valle de Cabuérniga, al de Cabezón, Puente de San Miguel, Toranxo e Iguña, que caen a la distancia de siete leguas". "Los vecinos de ella (de Reinosa), por lo regular son dedicados al tráfico de granos, fierro, vinos y azúcar, cacao y a todo lo demás que presente ocasión para el interés. No fallan en dicha Villa Caballeros que, ajenos de estos trajines, se mantienen de rentas de sus Mayorazgos: otros reciben comisiones y agencias de los comercios de Santander, Bilbao, y las desempeñan con conocido acierto, y logran por lo regular crecidos intereses a causa de lo bastas (extensas), que suelen ser dichas comisiones"
(26). Se observa la capacidad de atracción económica del mercado y la movilidad espacial de la población; por otro lado, la liberalización del comercio con Indias hace que afluyan mercancías "caras" como el cacao y el azúcar.
PANORAMA DE LA SOCIEDAD DEL ANTIGUO RÉGIMEN
Oficios y cargos públicos
Si hiciéramos una estadística de las ocupaciones más frecuentes según las Respuestas Generales, resultaría lo siguiente: 25 tratantes yerro (hierro) y trigo; 21 panaderos (18 mujeres); 18 carpinteros + 2 aprendices; 19 labradores (13 por sí, 3 por sus hijos y 9 criados); 8 tejedores +1 aprendiz; 6 horneros (4 mujeres); 6 mercaderes + 1 mancebo; 5 sastres + 1 oficial; 4 herreros + 1 oficial; 4 herradores; 4 cirujanos y sangradores; 3 canteros y 3 boticarios con 2 mancebos. Hay 5 escribanos (uno municipal, cuatro arrendados y una plaza vacante), 3 personas llevan los molinos en renta. Joseph de Mioño, uno de los notables locales, tiene trabajando para él a un mayordomo y un administrador de rentas.
Al ser capital del partido y corregimiento, Reinosa tiene una importante nómina de funcionarios públicos. Al frente de la villa se encuentran el corregidor interino, regidor mayor decano, regidor y el procurador síndico general. Junto al escribano del ayuntamiento hay otros oficios como los de estafetero, repartidor de cartas, guarda mayor y menores. Para la administración de justicia figuran el notario y fiscal, procurador, procurador de número de audiencia y juzgado, alguacil mayor y menor. Durante la Edad Moderna la precariedad de la Hacienda hizo que se vendieran gran número de los oficios públicos (como el de escribano) para conseguir financiación. Así se patrimonializaban y se heredaban, se "cedían" o arrendaban, obteniendo los titulares una renta. (Véase tabla n° 5, en la que hago una relación de las personas mencionadas en las Respuestas Generales de Reinosa).
Como he anticipado, la reforma de la
fiscalidad es el detonante del Catastro que pretendía acabar con la tributación del antiguo régimen, del que estaba exento un amplio grupo de población (nobles -una categoría mayoritaria en el partido de Reinosa- y clero). En concreto, entre los vecinos útiles, 109 eran nobles y 21 pecheros; de los jornaleros, 33 eran nobles y sólo 1 pechero. La amplia presencia de esta "categoría social" hizo que la villa dispusiera de un tribunal especial para calificar nobleza o hidalguía sin tener que acudir a la Sala de los Hijosdalgo de la Chancillería de Valladolid
(27). Eso quiere decir que sólo el grupo de pecheros tenía que pagar impuestos, por lo que la carga impositiva gravaba a muy poca gente. Los vecinos debían hacer frente de igual modo a la reparación del empedrado y contribuir al mantenimiento de puentes y calzadas, entre otros gastos civiles.
Dentro de los tributos figuran las rentas provinciales -los cientos, los millones- y las rentas estancadas (eran monopolios reales como la sal -tan necesaria para la conservación alimentaria- y el tabaco). Impuestos como las alcabalas y los diezmos eran pagados por todos el mundo. La forma habitual de recaudación de impuestos se realizaba mediante arrendamiento de los mismos (se mencionan en Reinosa los arrendadores de préstamo decimal y de las alcabalas).
En general, y teniendo en cuenta que hay personas que desempeñan varios oficios, podíamos concluir
grosso modo que un 16% de las personas relacionadas en las Respuesta Generales desempeñaba un oficio público; un 16% integran el clero regular y secular; un 54% se ocuparía en oficios "particulares" (labradores, artesanos, comerciantes, etc.). restando un 13% de pobres (categoría que -a efectos de Hacienda- eximía del pago de impuestos).
OTROS ASPECTOS DE LA VIDA COTIDIANA
El ritmo semanal y anual estaba marcado por las
fiestas religiosas. En las Respuestas Generales se mencionan en particular el Corpus, La Purificación y Jueves Santo, cuyos gastos (la cera de las velas, entre otros) eran sufragados por los fieles. Las ferias y mercados proporcionaban de igual modo otra oportunidad para contactar con los vecinos y con los visitantes.
El concepto de
ocio era desde luego muy diferente del actual, pero sin duda había lugares de paseos y recreo en el sitio de las Fuentes, por ejemplo. Allí había bancos, estanque con barcas, se podía jugar a los bolos (al menos "para diversión de caballeros, eclesiásticos y otras gentes de forma"). La plazuela de
El Espolón "sirve para recreación de la juventud en tiempo de verano y al juego de la pelota".
Incluso se podía entender como un antecedente de nuestra
protección civil, el toque a nublo.
En cuanto a la Beneficencia (en términos actuales Asistencia social) el municipio disponía en la calle del Espolón, cerca del Ebro, de un
hospital. Era "una casa fabricada de piedra mampostería que sirbe para hospital y se compone de una cozina y seis alcobas para poner camas a los enfermos y a los que se asiste de caridad con el alimento y medicinas". Se socorre "cada año con seis ducados o con algunos carros de leña" a la persona que asiste para cuidar los enfermos", servicios básicos muy lejos de la asistencia médica que hoy disfrutamos.
En las Respuestas se contabiliza la existencia de 40 pobres de solemnidad y de 21 viudas pobres cuyo estado no consta. La viudedad de las mujeres haría precaria su situación económica, salvo en casos como la propietaria Catalina de los Ríos. Quizá recurrieran a otra institución que venía funcionando desde el siglo XVI: el arca de misericordia o pósito de trigo tundado por Juan López de Cieza (emplazada en el que fue colegio viejo de Niño Jesús, calle San Sebastián: los escudos recogían los apellido de los padres del donante). Cumplía dos funciones: en primer lugar, en épocas de carestía abastecía de pan y prestaba grano a los labradores (es decir, un crédito agrícola sin intereses); en segundo, promocionó a las mujeres solteras (doncellas y huérfanas) facilitando la dote para su boda. Desde 1750 a 1757 existía otra fundación creada por Dª Juana de los Ríos y Ángelo, cuyo patrono era Joaquín Quevedo y Ríos.
(28)
CONCLUSIONES
Las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada se muestran como una fuente de referencia puntual del Antiguo Régimen. Flameadas por los ilustrados como herramienta de reforma fiscal, nos sirven para enmarcar la situación emergente de Reinosa en 1751 y en general en la segunda mitad del siglo XVIII. La villa se revitaliza como centro comarcal (núcleo urbano y comercial) con un alto grado de atracción económica, gracias a la construcción del camino, a políticas fiscales y a las oportunidades de empleo que generó.
Reinosa crece demográficamente, y con la afluencia de forasteros se manifiestan también recelos y tensiones, reacciones de sectores de la población local ante el cambio identificado en la población que se asienta en la localidad (endogamia
versus movilidad geográfica y social). En este periodo, se reforma el casco medieval y se produce la transformación y expansión del núcleo urbano siguiendo el eje del camino real, hacia Santander y Castilla. Las nuevas construcciones siguen pautas tradicionales, imitando modelos ya existentes en la región.
Se recibe una inmigración masiva, de mano de obra más cualificada que se dedica a la producción artesanal y al comercio. Una población que mediante la complementariedad de oficios logra una mayor división y especialización del trabajo frente "estancamiento" de una dedicación única al sector primario extensivo centrado en el cereal y el pasto (de propiedad local), dependiente de los rigores climáticos. Se reactivaron notablemente los mercados y el comercio, basados en la circulación e intercambio de productos con Castilla y la costa. La fuente perfila la población y los sectores económicos de Reinosa. Un mundo económico predominantemente masculino donde aparece el papel de la mujer (panaderas, horneras, boticaria, propietarias y tratante de hierro y grano), que además estaría presente -como los niños- en la dedicación agraria, ganadera y en los negocios familiares.
Al final de este esbozo material e inmaterial forzosamente general de la vida en Reinosa hace doscientos cincuenta años aparece cierta analogía con situación y las obras públicas actuales con la que finalizo, recogiendo las palabras de Rafael Ferrer Torio y María Luisa Bedia: "Esperemos que el carácter de autovía exenta en Cantabria genere, frente a la autopista de peaje de la comunidad vecina, suficiente dinamismo y se logre un trasvase de tráficos hacia nuestra Comunidad y su puerto comercial, de igual intensidad al que se logró hace 250 años con el Camino Real de Reinosa"
(29).
NOTAS
(1) El comercio de lana declina mientras crece el de cereales; con la liberalización del comercio con América se permitirá la entrada de productos ultramarinos (cacao, azúcar, etc.). Se planea el eje Reinosa-Santander y también la paralela carretera del Escudo, y el camino de La Rioja.
(2) Sobre características técnicas del camino, puede consultarse: RUIZ BEDIA, Mª Luisa y FERRER TORÍO, Rafael "
El Camino Real de Reinosa. Primera autopista de acceso a la Meseta".
Cuadernos de Campoo, n° 25 (Septiembre de 2001).
(3) Una posta era la distancia equivalente por término medio a 3 leguas; una legua de posta = 4 km. Hoja 64.
ITINERARIO real de las carreras de postas / introducción a cargo de Manuel Jesús González y Julia Reader. Madrid: Centro de Publicaciones del Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones, 1988.
(4) HELGUERA QUIJADA, Juan. "Aproximación a la historia del canal de Castilla", pp. 11-159 en
El canal de Castilla / Juan Helguera Quijada, Nicolás García Tapia y Fernando Molinero Hernando. Valladolid. Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social, 1990.
(5) LÓPEZ GARCÍA, Dámaso.
Cinco siglos de viajes por Santander y Cantabria. Santander: Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Santander, 2000. Figura todavía como tramo en proyecto en la
Memoria sobre el Estado de las obras públicas en España en 1856. Madrid: Imprenta Nacional 1856 .
(6) Copia de las Respuestas Generales, Archivo General de Simancas (AGS). He consultado fotocopias con laterales algo incompletos, lo que dificulta la lectura. Los originales del Catastro en Reinosa se perdieron en el incendio que sufrió el archivo municipal y el Ayuntamiento de Reinosa el 15 de febrero de 1932, V. CIADONCHA, Marqués de "'
El archivo de Reinosa destruido" en Revista de Santander, tomo 6°, 1933. pp. 134-140 (Biblioteca Menéndez Pelayo -BMP -, Publicaciones Periódicas. Ps. 271 M.360). Las respuestas generales de los pueblos del marquesado de Argüeso (ya que no pertenecían a Toro) están en el Archivo Histórico Provincial de Cantabria; las de algunos pueblos pueden conservarse en los archivos de las respectivas Juntas Vecinales. Otra documentación del catastro son: Libros raíces seglar, eclesiásticos, etc.
(7) Catastro (pesquisa in situ) a diferencia del amillaramiento, cuyos datos se recopilaban "a distancia". A propósito de la recogida de datos del catastro y del analfabetismo recoge lo que escribía el intendente de Toro el 20 de junio de 1750: "En este lugar -Tagarabuena- y en muchos que habrá en la provincia, los vecinos, la mayor parte de ellos, ni saben ni pueden ejecutar la Ynstruczión si no es a costa de imbuirlos una y muchas bezes en los que han de hazer, y después de todo este trabajo lo suelen herrar". CAMARERO BULLÓN, Concepción.
Burgos y el Catastro de Ensenada. Burgos: Caja de Ahorros Municipal de Burgos, 1989. p. 113,128-129.
(8) Camarero Bullón, Op. Cit., p. 187
(9) Entre las críticas de la fuente se pueden indicar: aparecen pe: sonas cuyos datos tienen incidencia a efectos de recaudación (su renta, su utilidad -ingresos-, sus propiedades), de ahí la menc: escasa de las mujeres (viuda, trabajo femenino), normalmente figuran los cabezas de familia: se solapan hijos o criados, que pueden aparecer duplicados (en su casa, jornaleros), dificultad de medir el módulo fiscal (número de días variables, menor en el agricultor que en los comerciantes o artesanos; producto bruto o neto), propiedades y trabajos en otros términos, etc. El catastro es una fuente de base económica y concretamente fiscal. Se han planteado dudas sobre la fiabilidad de los datos: la veracidad no siempre equivale a exactitud. Hubo durante la etapa de elaboración de datos problemas de ocultación de datos y minoración de las utilidades (parece que a nadie le gusta sincerarse con Hacienda). Se establecieron mecanismos de control (preguntas de contraste, la comparación con otros impuestos de pago obligatorio para todos -como los diezmos-). La lejanía con la capital de la provincia propiciaba, por ejemplo, que "en tierras de Reinosa, hubo pueblos que ocultaron las vacas en las áreas más fragosas de sus sierras, pero se terminó sabiendo", señala el Intendente de Toro en 1750. V. Camarero Bullón, op. Cit. P. 218. De todas maneras, hay que reseñar el carácter general (menos pormenorizado) de las Respuestas Generales.
(10) Los vecinos son los varones cabeza de familia; para calcular el número de habitantes se aplica un coeficiente multiplicador, en este caso de 4,5. LANZA, Ramón.
La población y el crecimiento económico del Cantabria en el Antiguo Régimen. 1991. p. 133.
CENSO de población de la Corona de Castilla... Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 1991.
Para seguimiento de la demografía hay que consultar los libros parroquiales. Antonio del VALLE MENÉNDEZ transcribe el libro de velados (matrimonios) n° 1858, 1719-1941 en
Tierra añorada (meditaciones campurrianas). León, 1978.
(11) LANZA, Ramón. Op. cit, p. 134, sobre las localidades situadas junto al eje de tráfico que era el camino real: "el aumento del empleo en las actividades complementarias que demandaba el comercio propició crecimientos importantes en las comunidades por donde discurría la carretera, en Valdeolea, la Hermandad de Campoo de Enmedio y en Cinco Villas".
(12) Lanza, Op. Cit., p. 429
(13) ARAMBURU-ZABALA. Miguel Ángel.
Casonas: casas, torres y palacios en Cantabria. Tomo II. Santander: Fundación Marcelino Botín, 2001. p. 280
(14) LÓPEZ GARCÍA, Dámaso. Op. Cit., p. 113.
(15) ARAMBURU-ZABALA, Miguel Ángel. Op. cit, p. 278-281
(16) CALDERÓN ESCALADA, José "
Apuntes sobre Reinosa, año 1765" / por EL DUENDE DE CAMPOO, en
Programa de ferias y fiestas de San Mateo, Reinosa. 1968.
(17) Relacionada con el conde de Murillo está el escudo de la casa de la Avenida del Puente de Carlos III n" 17; la n° 21, perteneció al Marqués de Velasco, Fermín Collantes y Ramírez.
(18) CALDERÓN ESCALADA. José. Op. Cit. En sus Diarios. Jovellanos escribe en 1797: "pésimo camino a la entrada, salida y en el centro del pueblo (pues lo atraviesa): relleno con morrillo grueso, no pasado por el rollo: lleno de baches y molestísimo; plaza pequeña, peso aseada", LÓPEZ GARCÍA, Op. Cit, p. 145.
(19) AHN, Consejos, leg. 1657, doc. 35 Cit. por LANZA. Op. Cot, nota 232, pp. 435.
(20) A.H.P.C. Prot. Leg. 4082. fol. 345 Citado por Aramburu, op. Cit, Ibidem. LÓPEZ GARCÍA. Dámaso, Op. Cit, p. 119.
(21) CALDERÓN ESCALADA, José, Op. Cit. La vara medía unos 90 cm.; la toesa equivalía a dos varas. Las aclaraciones entre paréntesis son del propio Escalada, para aclarar el significado del texto que transcribe.
(22) LÓPEZ GARCÍA. Dámaso, Op. Cit.
(23) LÓPEZ GARCÍA, Dámaso, Op. Cit, p. 120. Llanta: Berza de hojas grandes y verdosas que se van arrancando a medida que crece la planta.
(24) RUIZ GÓMEZ, Fernando.
Fábricas textiles en la industrialización de Cantabria. Santander: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria: Cabezón de la Sal, Cantabria: Textil Santanderina, 1998. También se usaría el lino, aunque no se menciona.
(25) CAMARERO BULLÓN, en
SANTANDER 1753.. p. 46
(26) CALDERÓN ESCALADA, José. Ibidem.
(27) CENSO de población de la Corona de Castilla.... Op.cit, p. 696. CIADONCHA. Marqués de, op. Cit. Esta documentación también se quemó en 1932.
(28) La viudedad era un hecho frecuente, lo mismo que el matrimonio entre viudos (Ver libros parroquiales o VALLE MENÉNDEZ.). MARTÍNEZ RUIZ, Encarnación Niceas "
Fundaciones y beneficencia en Reinosa", pp. 4-11 en
Cuadernos de Campoo, n° 18 (Diciembre 1999).
(29) RUIZ BEDIA, Mª Luisa y FERRER TORÍO. Rafael "
El Camino Real de Reinosa. Primera autopista de acceso a la Meseta".
Cuadernos de Campoo, n° 25 (Septiembre de 2001).
(30) En la tabla n° 5 he vaciado las personas que se nombran en las Respuestas Generales. Reflejo la grafía original aunque indico entre paréntesis () la forma actual; la barra / indica variantes ortográficas del apellido de una misma persona. Conservo el título de Don-Doña, como indicativo de la categoría social. En cursiva, los no vecinos y el menor de edad. F= Femenino; M= Masculino. Habría que añadir, sin nombre, en los folios 56 vuelto y 57: 1 Aprendiz de sastre de Miguel de las Cuevas.: 19 labradores 13 cultivan por sí: 3 por sus hijos y 9 criados; 1 jornalero; 2 pastores: 40 pobres de solemnidad: 2 sacristanes y 40 religiosos del convento de San Francisco (en total y salvo error por mi parte, el recuento asciende a 252 personas).
BIBLIOGRAFÍA
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Copias de las Respuestas dadas a las preguntas generales por los nombrados en dicha villa (de Reinosa, provincia de Toro), para la Operación de única Contribución". Originales en el Archivo General de Simancas (fotocopias en la Casa de Cultura Sánchez Día/. Reinosa, edificio La Casona).
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CENSO de población de la Corona de Castilla ''Marqués de la Ensenada" 1752 mandado formar por el conde de Valparaíso mediante las reales órdenes de 31.7.1756 y 9.7.1759 basándose en los datos recopilados entre 1750 y 1754 para el catastro del Marqués de la Ensenada. Tomo I: Manuscrito. Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 1991.
DOMÍNGUEZ MARTÍN, Rafael:
El campesino adaptativo: Campesinos y mercado en el norte de España. 1750-1880. Santander: Universidad de Cantabria: Asamblea Regional de Cantabria, 1995.
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El canal de Castilla /Juan Helguera Quijada, Nicolás García Tapia y Fernando Molinero Hernando. Valladolid. Junta de Castilla y León, Consejería de Cultura y Bienestar Social, 1990.
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Cuadernos de Campoo,. n° 18 (Diciembre 1999).
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RUIZ GÓMEZ, Fernando:
Fábricas textiles en la industrialización de Cantabria. Santander: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria; Cabezón de la Sal, Cantabria: Textil Santanderina. 1998.
SANTANDER 1753 según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada / introducción de José Ignacio PORTEA PÉREZ. Madrid: Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria: Ediciones Tabapress (Grupo Tabacalera), 1991 (Colección Alcabala del Viento, 30).
VALLE MENÉNDEZ, Antonio del:
Tierra añorada (meditaciones campurrianas). León. 1978.
(
Página del Ministerio de Hacienda sobre el Catastro de Ensenada, visitada el 27 de febrero de 2003). El Catastro de Ensenada: Magna averiguación fiscal para alivio de los vasallos y mejor funcionamiento de los Reinos. 1749-1756. Madrid: Ministerio de Hacienda, 2002.
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