El texto que sigue obedece a la colaboración que tuve en el ciclo que el pasado mayo nos propuso Cuadernos de Campoo1. El propósito era actualizar un somero catálogo de las «industrias» campurrianas del pasado. Revisar cuál es la situación actual de sus restos y calibrar su significación histórica.
Este breve repaso no es el resultado de buscar, excavar e investigar a partir de unos restos, como es tradicional en la arqueología. El acercamiento a nuestro patrimonio industrial es un ejercicio de indagación que se produce a partir (y como consecuencia) de la investigación en los archivos, entre los papeles, las fuentes primarias que me informan de la evolución económica de la comarca desde finales del siglo XVIII hasta el primer tercio del siglo XX. Es en el curso de esa investigación cuando se perfila la importancia histórica de una experiencia industrial decimonónica en gran parte olvidada y la necesidad de encontrar las huellas conservadas de esos hitos industriales. Al final volveremos sobre el modo de aproximarnos a esos restos que nos da la arqueología industrial y sus aportaciones a la investigación y a la defensa de nuestro patrimonio industrial.
En un ya lejano septiembre de 1995 aparecíapor primera vez en los quioscos de Reinosauna revista, Cuadernos de Campoo, -novedosa por los temas que trataba y por su rigor histórico- que nació para dar a conocer a los habitantes de la antigua merindad su historia, arte, etnografía y aquellas propuestas que tuvieran relevancia para conocer el patrimonio material e inmaterial de la comarca.
La iniciativa, que tuvo su origen en la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Reinosa, entonces presidida por Javier González Diez, reunió en su consejo de redacción a varios historiadores y estudiosos que dieron forma a la publicación. Se abrió entonces una puerta que dejaba entrar luz y un aire nuevo a nuestra historia común.
El lugar de Las Traídas está claramente marcado por el depósito de agua de Reinosa, que desde lo alto, preside un entorno de praderías y arbolado.
Entre las dotaciones de servicios municipales siempre ha habido una prioritaria: el abastecimiento de agua potable. Hasta fechas relativamente recientes, esta función se ejercía por medio de fuentes públicas a las que el vecindario acudía diariamente para aprovisionarse. Las fuentes proporcionaban comodidad y cierta seguridad sanitaria, aunque este fuese siempre un problema de difícil solución. Su otra función, sin duda, era de tipo social, como lugares de encuentro y charla informal. Sólo en la segunda mitad del siglo XIX se acometen en España las obras de abastecimiento de agua por medio de depósitos y conducciones por tuberías, un diseño que podemos definir como moderno por los materiales utilizados (hierro y cemento), aunque no por el concepto (recordemos las obras de ingeniería romanas tanto de suministro como de evacuación).
Ricardo González: imposible taxonomía de un artista
«Mas, no obstante, cuanto más complicado y evasivo sea un estilo más nos estimulará a la exploración y en mayor medida nos recompensará con el éxito de alguna iluminación». Maneras de hacer mundos, Nelson Goodman, 1978
«Todo su camino es una búsqueda de similitudes: las más mínimas analogías son solicitadas como signos adormecidos que deben ser despertados para que empiecen a hablar de nuevo». Las palabras y las cosas, Foucault, 1966
Bruno Palazuelos Berasategui – Álvaro Budiño Carbonero
Durante los últimos meses del pasado año 2010 se llevaron a cabo los trabajos de recuperación ambiental de este singular espacio reinosano.
El proyecto fue promovido por el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Reinosa y de manera especial por la entonces responsable del área Ana José García, quien puso un empeño inusitado en recuperar este espacio y hacerlo de manera que se distinguiese del resto de parques de la ciudad integrando criterios dirigidos a potenciar la biodiversidad y dejando el uso público en un segundo plano.
La intervención administrativa central: merindades y corregimiento; partido, intendencias y provincias
La administración territorial de ámbito puramente local y sus órganos representativos -aldea/barrio, concejo, hermandad y ayuntamiento- se vieron sometidos, ya desde la Edad Media, a la intervención del poder central de la Corona y del Estado. Esta intervención, fruto de la paulatina centralización de los órganos de gobierno y la consiguiente territorialización de las funciones administrativas, se manifiesta, a partir del siglo XIII, a través de diversas instituciones de carácter administrativo, entre las que destacan, siguiendo un orden cronológico de su constitución y funcionamiento, las merindades, los corregimientos, los partidos, las intendencias y las provincias.
El territorio montañoso que se extiende en torno a la cabecera del Ebro y del alto Pisuerga presenta un tipo de material pétreo blando que, ya desde épocas muy tempranas, ha facilitado a los moradores de estos valles la construcción de habitáculos de gran envergadura mediante el vaciado de las crestas y peñas de arenisca. La proximidad de arroyos o riachuelos y de zonas llanas propicias para la práctica de la agricultura ha hecho de estos enclaves geográficos un territorio favorable para el emplazamiento de grupos humanos.
Bárcena, barcenilla, es un topónimo muy característico de Cantabria referido a los lugares llanos próximos a un río, generalmente en un meandro de suaves riberas apropiadas para cultivos, que sufre periódicamente inundaciones. Es posible que la palabra provenga de la voz prerromana bargina, derivada de barga, campo inundado.
El emplazamiento reinosano de La Barcenilla responde en parte a ese modelo, pero reúne otras características que lo hacen diferente. Adosado a un empinado promontorio de roca caliza que estrecha notablemente la bárcena, formada, a su vez, en el espacio de confluencia entre el Híjar y el Ebro. El diminutivo barcenilla es, por tanto obligado dadas las características físicas del lugar.
«No = si, por los cojones.» «Fíate de la virgen y no corras, ya verás que ostias te llevas.» «Cuidaos ajenos, de los cojones cuelgan.»
Este grupo de obras fueron exhibidas en el Museo de Bellas Artes de Santander con el título El soporte foramontano. La muestra constaba de varias series de piezas realizadas entre 2007 y 2009. Tanto los materiales empleados en cada una de las series, como las proporciones, las referencias y las intenciones se adecúan a unas necesidades específicas y diferenciadas. De tal modo, aparecen resoluciones en piedra, plata, madera, tela, espejo y distintos objetos de uso cotidiano. Todas las esculturas disponen de una pretendida intención rural y utilitaria. Ante tanta y frecuente «virtuosidad» virtual estas piezas intentan basarse en una presencia atávica y una perspicacia furtiva.
Con este trabajo y entre otras cuestiones nos proponemos enmendar un doble equívoco. En el Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria se expuso desde su apertura en el año 1941 esta arma ciertamente singular tanto por su exclusividad en Cantabria (e incluso en Europa), como por el característico atractivo de unas formas que sin duda posee. Por ello, se le ha llegado a adjudicar un origen erróneo producto de una suma tanto de ancestrales como de acumulativos datos erróneos a lo largo del pasado siglo XX. En la mayor parte del cual, se carecía de los actuales soportes científicos (en forma de paralelos, estratigrafías, método, bibliografía...) para llevar a efecto un adecuado análisis de esta arma tan singular. Ha llegado incluso a evocar toda una serie de equívocas consideraciones de índole indígeno-regionalista en forma de inexactas imágenes.
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