Se presenta en esta comunicación un conjunto de piezas virtualmente inéditas, casi todas ellas, que provienen de diversas estaciones arqueológicas y localizaciones en distintos puntos de los términos municipales que integran la comarca campurriana en el sur de Cantabria.
La apicultura constituye una actividad agraria que ha gozado en Campoo (1) de una importante presencia histórica. Durante el siglo pasado los colmenares abundaban todavía en los pueblos, conservando en gran medida los métodos de explotación tradicionales. En la Aldea de Ebro en la primera mitad del siglo XX los vecinos tenían que proteger las colmenas del apetito de los osos, poniendo dispositivos de hojalata que hicieran ruido y los ahuyentaran. Al igual que en otras zonas altas de Cantabria la miel de esta comarca tiene un color oscuro característico proveniente de plantas como el roble o el brezo, uno de los tipos de miel más valorados (2).
Como lector de Cuadernos de Campoo he echado en falta en los artículos publicados un mayor número de referencias al Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Considero que los fondos de este archivo son una de las mejores fuentes para los estudios de historia local y más en algunos casos, como el de Reinosa, donde el archivo municipal se ha perdido.
El 12 de diciembre de 1904, cinco Hermanos de la Instrucción Cristiana iniciaron las clases en el colegio Municipal de la villa de Reinosa. Hará pues, este año de 2004, un siglo que la enseñanza menesiana comenzó a impartirse en Reinosa.
"... Pero entonces, cuando vinieron los ingleses y empezaron a dar barrenos por esas cuestas, nos burlábamos de ellos.
- Sí; como no allanéis la sierra pa quépase la conductora por ahí... decíamos al verlos; y seguíamos carreteando. Cuando la primera conductora pasó de Alar a Reinosa, después de aquellas primeras fiestas que hicieron, que nusotros creímos que no eran más que diversiones de señores; cuando yo la vi carga un día y llevar ella sola en un viaje más sacos que los que podíamos portear veinte carreterías juntas ... vos aseguro que entonces me quedé suspensu, sin saber lo que me pasaba.
- Pero... ¿y después?
- ¿Cómo después?
- Cuando anduvo de Santander a Barcena.
- Daño nos hizo, Chisco, y muchos carreteros se retiraron entonces; pero nosotros toavía porteábamos entre Reinosa y Barcena, y nos iba mal.
Raquel Gutiérrez Sebastián y Teodoro Pastor Martínez
Dentro de la desconocida obra de Duque y Merino quizá el rincón más ignorado sea el de su actividad teatral. Aunque los investigadores podemos deducir indirectamente por la documentación que poseemos su interés por el teatro, en la bibliografía más clásica sobre este reinosano ilustre (bastante escasa por cierto) encontramos o bien un silencio sobre sus labores como comediógrafo e incluso como crítico teatral, o bien la declaración manifiesta del desconocimiento de tal actividad. Esto último sucede, por ejemplo, con las líneas que Santiago Arenal dedica a los quehaceres dramáticos de Duque y Merino: "Tenemos que confesar que no nos ha sido posible haber encontrado en parte alguna las obras teatrales que como de él mencionan quienes han dedicado sucintas notas informativas al escritor reinosano". (Arenal, 1951 :LVI).
Durante el último cuarto del siglo XV la Hacienda Real recaudaba sus ingresos en el espacio comprenden por la actual Comunidad Autónoma de Cantabria por 4 conceptos:
1) En primer lugar gravando a la actividad comercial y artesanal y a los consumidores a través de las alcabalas.
2) En segundo, imponiendo el diezmo de la mar a la entrada y salida de mercancías por los 'puertos de la mar de Castilla" (Castro Urdíales, Laredo, Santander y San Vicente de la Barquera)
3) En tercero, mediante el monopolio y estanco de la sal establecido desde los alfolíes (Santander y San Vicente de la Barquera).
4) Y, por último, participando del diezmo eclesiástico a través de las tercias reales.
Pick era el seudónimo de José del Río Sáinz, un santanderino de 1884, marino de profesión y como tal navegante durante varios años, principalmente por los mares del Norte. En el otoño de 1907 hubo de desembarcar, herido a consecuencia de un fuerte temporal, y mientras convalecía le ofrecieron incorporarse a la redacción de La Atalaya (LA), lo que le varó para siempre en el periodismo.
(1)La catalogación y el estudio del patrimonio etnográfico es, sin duda, una tarea necesaria y fundamental. Especialmente en lo relativo a la cultura inmaterial, ya que debido a su propia esencia, es la más susceptible de perderse (2). Uno de sus capítulos principales es la tradición oral y, dentro de ella, el estudio del Romancero. Su investigación ha sido abordada desde diversas perspectivas y evolución (3). A pesar de que el primer texto romancístico que se conoce en la Península Ibérica hasta el momento data de 1421 (4), habrá que esperar casi dos siglos, con el desarrollo de las disciplinas científicas, para que el estudio del Romancero de tradición oral en la Península sea una realidad irrefutable. Dos siglos más para el comienzo del estudio del Romancero de tradición oral en Cantabria. Y a la segunda década del siglo XX para la recogida de los primeros textos romancísticos en tierras campurrianas.
Con el presente estudio mostraré la situación precisa del llamado Frente Norte, constituido a raíz del levantamiento militar contra el gobierno de la República de 1936. Me limito a un sector central del mismo, acorde con las pretensiones geográficas de Cuadernos de Campoo, coincidente con el sur de la Comunidad autónoma de Cantabria. La reacción defensiva contra los sublevados de fuera, una vez que no triunfaron los de dentro, consistió en un laboreo de trincheras con que se clavaron al terreno allí donde lo veían ventajoso, o donde las circunstancias lo permitieron. Localizar una a una ha sido nuestra labor, así de un bando como del otro.
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