La valoración historiográfica de la "Guerra de la Independencia" es unánime: constituye un hecho histórico fundamental en el nacimiento de la España contemporánea. Ya desde el siglo XIX, a partir de la obra del Conde de Toreno (1835) (1), todos los historiadores han considerado a esta guerra como un fenómeno complejo. Fue, a la vez, levantamiento, guerra y revolución", tres facetas de un mismo proceso que, como afirma el profesor Josep Fontana, no pueden aislarse para estudiarlas separadamente (2).
Dos imprentas tuvo Reinosa, fundadas ambas a finales del siglo XIX y de ellas descienden dos de las que actualmente mantienen su actividad; estudiaremos pues por orden de antigüedad la vida y avatares de las mismas, que no son otros que los de la sucesión generacional hasta el presente.
En ellas se han impreso dieciocho de los diecinueve semanarios, hojas y revistas que a través del tiempo se editaron en Reinosa. Pero vayamos por partes y hagamos un poco de historia de la primera, que no por conocida, dejaremos de tratar.
Medio siglo ha transcurrido desde que, en los más duros años de la posguerra, se finalizaran las obras del embalse del Ebro. El pantano formaba parte de un plan de racionalización del régimen del río que debía beneficiar al regadío riojano y aragonés. Pero los efectos inmediatos en la zona embalsada no podían ser igual de provechosos.
Sin duda el valle de Aguayo -o los Aguayos como se llegó a decir- forma parte del área física y cultural campurriana. Pertenece a la misma zona de tierras altas y clima continentalizado que el resto de la comarca. Históricamente perteneció y pertenece a la vieja Merindad de Campoo formó parte destacada de la Hermandad de Cinco Villas en lo civil y de ese arciprestazgo en lo religioso y su habla popular lo diferencia con claridad del montañés fuera del área de virtualidad de la h aspirada inicial y lo entronca con el habla campurriana.
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