De la pandereta al rock

Museo Etnográfico El Pajar

Cien años de música de baile en Campoo
 
La villa de Reinosa a finales del siglo XIX ya tenía banda de músi­ca y esta deleitaba a los lugareños tanto de la villa y a sus visitantes mientras compartían los bailes domingueros como los de socie­dad que se celebraban por moti­vos de fiestas patronales y carna­valescas. Los valses, pasodobles y boleros eran parte del repertorio. Algunos componentes de la ban­da de música sienten nuevas in­quietudes por los ritmos que se imponían en el nuevo panorama musical y estos se agrupan crean­do orquestas donde poder inter­pretar nuevos ritmos de baile más acorde con la sociedad que venía instalándose en esta emergente villa industrial y comerciante.
 
Estas orquestas interpretaban un amplio repertorio donde intro­ducen el jazz y el blues- country de autores de fuera de nuestras fronteras, creando tendencias mu­sicales innovadoras con bailes más rítmicos. Dichas formaciones mostraron tener gran profesionalidad interpretativa y fueron el germen de la formación continua­da de nuevas orquestas y conjun­tos que fueron embajadores de Rei­nosa en el panorama musical del siglo XX en las provincias colindantes donde eran contratados para actuar y para hacer giras por los salones de baile o salas de fies­ta de Santander, Palencia, Burgos, Bilbao, Asturias, León o Zamora, así como otras nacional o internacionalmente, como las últimas gi­ras de La Fuga.
 
La Orquesta Mickey, entre 1928 y 1936. De izquierda a derecha: Pablo Jaurena González, trompeta; Amador Cantero del Amo, saxo; Antonio Jaurena González, batería y guitarra; Mariano Astuy Ruiz, saxo y clarinete y José González Seco, contrabajo. / MUSEO EL PAJARLas primeras orquestas nacen en los años 20 y fue la Asociación Artística Reinosana su creadora para amenizar sus eventos socia­les y recreativos. Un quinteto de músicos forma la orquesta The Mickey Jazz, tomando el nombre de la recién creada animación, que era el logotipo del grupo. Esto nos da una idea de la buena conexión de la villa con el mundo exterior. También podemos observar la uti­lización de bocinas para amplifi­car la voz de los cantantes.
 
En los años 40 surgen las or­questas denominadas big bands, que combinan instrumentos de metal, viento y percusión, como La Boston Jazz y La Gong Jazz, esta última como animadora del salón de baile Gong.
 
Fueron tradicionales los bailes en la plaza vieja los jueves y do­mingos interpretados en su ma­jestuoso templete, desde el Corpus Christi hasta San Mateo, por la banda municipal de música. Su actuación se componía de tres pie­zas musicales, tras ellas un des­canso y después otras tres piezas, que daban lugar a un nuevo des­canso para finalizar con otras tres nuevas piezas. Durante las fiestas locales estos descansos se ameni­zaban con la actuación de los dulzaineros. Destacan Venancio y Maree y los Pluses de Aguilar, que interpretaban jotas o danzas cas­tellanas.
 
Fue la década de los 50 la gran renovadora del panorama musi­cal, con la introducción de la megafonía, los micrófonos amplifi­cadores de voz y de instrumentos de cuerda. Aparecen en los esce­narios orquestas como Simonei, Calypso y Casino, nombre que tomó esta formación por ser la ani­madora de los bailes de sociedad del recién creado casino en el edi­ficio de la Casona, al ritmo de bai­les como el fox trot, el swing, el mambo o el merengue.
 
En los 60 se amplificaron las vi­braciones de las guitarras, se crea­ron los teclados electrónicos, que eliminaron de las orquestas el acordeón y el pesado piano tan di­fícil de transportar. Con los nue­vos instrumentales se crean for­maciones como Los Yates, Los Vilam's, Caribe, Los Caribes, Rocking y Júnior, Casablanca, Ibe­ria, Coimbra y los Nobles. Las or­questas se adaptan a los nuevos tiempos. Los conjuntos con mo­dernas guitarras eléctricas, carentes de instrumentos de viento, in­terpretan los ritmos nacientes del rock and roll, y abandonan la par­titura musical en el escenario. Hay que destacar al final de esta déca­da la abertura de una tienda espe­cializada en música disco, "El Lá­piz de Oro", donde adquirir los éxitos del momento que empeza­ban a sonar en la radio o en la re­cién estrenada televisión.
 
 
El esplendor de los 70
La música pop y las baladas ro­mánticas se introducen junto con los éxitos del año, pero no aban­donan la música que se venía ha­ciendo por exigencia del respeta­ble público para su divertimento.
Los años 70 son de mayor es­plendor, con grupos como Ampli­tud, Dikeins & Dikeins, Tres Ma­res, Fusión 2, Teo y los Top-Pot, Los Anclas, Blancos Horizontes, Galaxia, Aguacate y Fusión 4.
 
Las salas de fiesta de la locali­dad: Osaka, Crisant-Club, Pilnyk y la recién inaugurada Vejo, no tienen cabida en sus escenarios para tantos grupos y estos buscan contratos en salas de la provincia de Santander y de otras limítro­fes que les permitieran realizar el traslado en el día, pues sus com­ponentes no vivían en exclusivi­dad de la música y tenían que acu­dir a sus puestos de trabajo.
 
Una novedad en esta época en la sala Pilnyk era la 'sesión vermú' donde la orquesta o conjunto que actuaba por la tarde hacía su presentación interpretando su más reciente repertorio musical.
 
La década de los 80 se caracte­rizó por la entrada de la música disco y las macro orquestas que sustituyen a este colectivo de ar­tistas que fueron perdiendo sus contratos de actuación.
 
La unión de varios componen­tes de las orquestas desaparecidas crea la Orquesta Zafiro. Surgen nuevos grupos con estilo propio que trabajan la música granjeán­dose seguidores y abandonando los esquemas que imponían las sa­las de fiesta de interpretar todo tipo de música. Como Taladrina Asesina.
 
La década de los 90 se puede de­finir como la promotora del rock and roll y la improvisación musi­cal. Se crean varios grupos, lle­gando a destacar Firgols, Suizidio, Filo Negro y Escape y de la unión de algunos de sus compo­nentes nace la Fuga en el 96, que ha sido el grupo más internacio­nal que ha representado a Reinosa. No hay que olvidar que tres de sus componentes son hijos de los rockeros locales de los años 70.
 
Algunas de estas orquestas y grupos actuaron como lo que hoy se llama "teloneros", o acompaña­ron a grandes intérpretes del pa­norama musical, de los que pode­mos destacar con la orquesta Ca­sino a Luciana Boss, Michel, Víc­tor Manuel, Micky, Los Diablos, Juan Pardo, Los Pequeniques y los Tres Sudamericanos. Los Vilam's con Miguel Ríos, o Los Ca­ribes con Los Mismos, con Los Mi­tos y con Rober Chantal. Los Dickeins & Dickeins con los Dia­blos y con Julio Iglesias.
 
Aún sigue viva la música en nuestra ciudad, con jóvenes afi­cionados a las nuevas tendencias musicales grabando sus maque­tas, con la esperanza de crear gru­pos para mantener a Reinosa en lo más alto del panorama musical.
 

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Proaño