Julióbriga, el fin de los cántabros

 

«De los siete (¿nueve?) pueblos cántabros sólo se rememora Iuliobriga» Naturales Historia III (Plinius Secundus)

 

La ciudad romana de Julióbri­ga, enclavada en el municipio de Campoo de Enmedio, en el pueblo de Retortillo, es el recuerdo deve­nido ruina de un pasado esplen­doroso que vivió la civilización ro­mana en nuestras tierras.

 

De todos fue, y es conocida, la expansión que tuvo el imperio ro­mano a lo ancho y largo de la geo­grafía occidental; Hispania fue uno de los numerosos territorios con­quistados, siendo esta conquista relativamente sencilla para los ejércitos romanos. Sin embargo, un pequeño enclave al norte de la península, fue el único capaz de mantener una tenaz resistencia al pueblo romano, tanto es así, que hasta el mismo Octavio Augusto tuvo que acercarse a los territo­rios cántabros para conseguir su sometimiento, sin éxito alguno. El empeño constante de los romanos por hacerse con los territorios del norte no fue solo por la riqueza de sus suelos en yacimientos de hie­rro sino también por la necesidad de recuperar un orgullo perdido ante tantas batallas truncadas, y ello dio su fruto en lo que hoy en día se conoce con el nombre de las Guerras Cántabras que completa­ron 10 años (29 A.C.-19 A.C.) de in­tensos enfrentamientos.

 

Cuentan los documentos escri­tos, que fue el general Agripa quien consiguió definitivamente sublevar al belicoso pueblo cánta­bro, sembrando toda la línea de la costa con guerreros crucificados, los cuales haciendo honor a su ca­rácter bravo, murieron entonan­do cantos guerreros.

 

Después del gran esfuerzo que supuso la dominación, se constru­yó una de las villas romanas más importantes, situada en un punto estratégico que sirviese no solo para controlar al pueblo cántabro y sus posibles levantamientos, si no también para controlar el ca­mino comercial de la meseta ha­cia los puertos de la costa. Esta vi­lla recibió el nombre de IULIOBRIGA: Iulio en honor al nombre del emperador y Briga la terminación romana hacia dichos emplaza­mientos. Hoy en día, de esta enor­me villa tan solo quedan una se­rie de restos siendo los mejor con­servados los correspondientes a una vivienda dotada de pórtico y de una serie de habitaciones. En la actualidad, se ha creado muy próximo a las ruinas, un centro de interpretación conocido como la DOMUS en la que se recrea una casa con pórtico columnado y con todas sus dependencias decoradas a la moda romana. Visitas guiadas permiten descubrir y conocer mas ampliamente, no solo el modo de vida que tenían los romanos, si no también las relaciones y estatus sociales existentes.

 

Gracias a las excavaciones ar­queológicas efectuadas, se sabe que fue uno de los centros roma­nos en Cantabria de mayores di­mensiones, pues a pesar de cono­cer hoy día la ubicación del foro, los restos de la zona sur de la ciu­dad y la denominada La Llanuca (zona residencial de mayor rango) se piensa y cree, que muy posible­mente aun queden bajo nuestros pies, muchos mas restos de este pasado glorioso vivido en tierras campurrianas. Y es que, además, completan la riqueza cultural del lugar, una serie de hallazgos data­dos de la época medieval, como es el caso de restos de una necrópo­lis del siglo VI levantada sobre el antiguo foro, como también la igle­sia románica del XII.

 

En relación a los diferentes em­plazamientos romanos en la co­marca, existen una serie de teo­rías referentes a su identificación, aún sin establecer definitivamen­te. Una de las mas problemáticas es la que señala al yacimiento de Camesa-Rebolledo, en Valdeolea, como la verdadera ciudad de Iulo­briga por sus mayores dimensio­nes y por una ubicación mas cer­tera a la orientación dada por Plinio a la hora de situar la villa en el territorio cántabro. Sin embar­go, para obtener datos concretos aún es necesario realizar nume­rosos estudios y excavaciones.