En los últimos años han surgido, casi desde la nada, personas aisladas o en colectivos, organizadas jurídicamente como empresas o como autónomas, que partiendo de una formación universitaria en Historia desarrollan en el mercado laboral de la Comunidad Autónoma de Cantabria, los servicios de asistencia técnica en Arqueología. Esta novedosa práctica de la actividad arqueológica posee diversas denominaciones, que en mi opinión, ninguna de las cuales resulta idónea: Arqueología de Gestión viene siendo la denominación más usual, obviando que otros sectores, como es la propia administración, realiza y ejecuta actuaciones de gestión del patrimonio arqueológico.
Las Guerras Cántabras fueron la culminación de la V ¿y conquista romana de Hispania iniciada doscientos años atrás cuando los Escipiones desembarcaron en Emporion (218 a.C.) para combatir a los ejércitos cartagineses en suelo peninsular. En los años que sucedieron al término de la IIª Guerra Púnica, concretamente en el año 195 a.C, el cónsul Marco Porcio Catón, al frente del ejército destinado en la Citerior, que luchó contra los hispanos sublevados del área catalana, descendió hasta Turdetania y regresó a continuación por Celtiberia, acampando ante Numancia, parece que tuvo noticia de los cántabros o se enfrentó a algún grupo de ellos porque en uno de los fragmentos que han llegado a nosotros de su obra Origines se encuentra la mención más antigua de este pueblo del Septentrión Hispano, al que con precisión sitúa en el nacimiento del Ebro: "... el río Hiberus; nace en los cántabros, grande y hermoso, abundante en peces" (Origines, VII).
Se presenta en esta comunicación un conjunto de piezas virtualmente inéditas, casi todas ellas, que provienen de diversas estaciones arqueológicas y localizaciones en distintos puntos de los términos municipales que integran la comarca campurriana en el sur de Cantabria.
En un prado que se conoce con el nombre de "la finca del Hito" sobre el que pasa el linde de los municipios de Reinosa y Enmedio, entre la carretera antigua de Santander-Palencia y la nueva vía rápida que evita Reinosa, se hallaba pinada una piedra con forma antropomorfa y que tiene grabada una cruz.
Con el presente estudio mostraré la situación precisa del llamado Frente Norte, constituido a raíz del levantamiento militar contra el gobierno de la República de 1936. Me limito a un sector central del mismo, acorde con las pretensiones geográficas de Cuadernos de Campoo, coincidente con el sur de la Comunidad autónoma de Cantabria. La reacción defensiva contra los sublevados de fuera, una vez que no triunfaron los de dentro, consistió en un laboreo de trincheras con que se clavaron al terreno allí donde lo veían ventajoso, o donde las circunstancias lo permitieron. Localizar una a una ha sido nuestra labor, así de un bando como del otro.
Descubrimos un espectacular recinto e iniciamos los trabajos.
Un recorrido con ánimo de fotografiar unos atrincheramientos de nuestra última Guerra Civil (LÓPEZ GUTIÉRREZ, 2001), durante el mes de julio de 2000, dio como resultado el hallazgo de un gran emplazamiento fortificado en altura, inédito hasta el momento en la historiografía arqueológica; esta circunstancia fue comunicada prontamente a la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria. En aquellos momentos ya contemplábamos la posibilidad de que se tratara de un importante yacimiento arqueológico, dadas sus características y tamaño. A la comprobación y a la verificación de esto se dirigieron entonces nuestros esfuerzos. Para ello solicitamos, el 2 de marzo de 2001, de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria la correspondiente autorización de un proyecto de intervención arqueológica.
A las sociedades del pasado es posible acercarnos a partir de los diferentes objetos recuperados en las excavaciones arqueológicas. En este sentido hoy aquí partiremos del estudio de los objetos fabricados en los diferentes metales; cobre y aleaciones -bronce o latón-, hierro, plomo, plata y oro. Los períodos históricos a los que directamente vamos a hacer referencias serán: el final de la IIª Edad del Hierro y los primeros siglos de la dominación romana, o sea, la conquista, la ocupación del territorio y el sometimiento de las poblaciones indígenas a una nueva cultura y orden social. La zona geográfica escogida para nuestro análisis es el centro de la antigua Cantabria: la conocida como "Cantabria Histórica". Aproximadamente y para este caso concreto pondríamos como límite el rectángulo comprendido entre las actuales poblaciones de Reinosa (Cantabria) al Norte, Herrera de Pisuerga (Palencia) al Sur. Cervera de Pisuerga (Palencia) al Este y Amaya (Burgos) al Oeste.
Cada día más los estudios históricos se centran en conocer lo mejor posible la sociedad en cada lugar y en cada momento cultural e histórico, entendiendo la sociedad en el más amplio sentido y no limitada a los gobernantes y a una élite por lo general noble de la población. Sociedad y economía van íntimamente relacionadas a la hora de valorar la evolución histórica de una ciudad o de un territorio. Los estudios en los últimos años pretenden profundizar en la valoración porcentual en la balanza a la hora de juzgar la presencia de un arcaísmo y subdesarrollo o una economía de mercado así como el papel que juega el ámbito rural y el ámbito urbano, esto es, hasta qué punto las ciudades son productoras o consumidoras. Este debate nos lleva a poner en valor el papel que desempeñan las fuentes escritas y las arqueológicas.
El proyecto de recuperación y puesta en valor del conjunto de menhires de Valdeolea tiene su origen en la inquietud de la Asociación para la defensa de Valdeolea (ADEVAL) de promover la conservación y el conocimiento social del importante Patrimonio Cultural de uno de los valles más desconocidos de la Comunidad de Cantabria.
Quisiera iniciar esta disertación recordando las causas por las que se inició la excavación en el yacimiento de El Torrejón obedecen a una doble gama de razones.
En primer término habríamos de reseñar los propios antecedentes de investigación arqueológica en el yacimiento.
Éstos eran conocidos desde los años 40 en que el entonces párroco de Las Henestrosas de Las Quintanillas, D. Teótimo Gallo, recabó la presencia en la localidad del P. Jesús Carballo, a la sazón director del Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Santander, motivada por el descubrimiento de varias estelas y términos augustales en el entorno de la iglesia parroquial de Santa María de las Henestrosas, donde aún se conservan parte de ellas.
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