Real como la vida misma. Esa, expuesta con radical simplicidad, podría ser una primera conclusión de alguien que se aproxime al conocimiento de las vicisitudes del Ferrocarril de La Robla en sus casi ocho décadas de existencia. A lo largo de una dinámica de desarrollo similar a la de un organismo vivo que nace, se desarrolla y muere, la vida del Hullero enhebra -con gran potencial didáctico, por cierto- aspectos propios del emprendimiento empresarial, motores de su existencia, con los organizativos y tecnológicos, materializados en los activos ferroviarios que sostuvieron su actividad, y, desde luego, con los socioeconómicos que caracterizan la inevitable interacción de una línea férrea con el territorio que atraviesa.
En lo sucesivo abordaremos una breve semblanza de este ferrocarril, uno de los más interesantes en nuestro país.
William Atkinson era un ingeniero de treinta años natural de Manchester que en 1855 se encontraba trabajando en la construcción del ferrocarril entre Alar del Rey y Reinosa.
La compañía contratista Ferrocarril de Isabel II le requirió para que realizara una serie de fotografías sobre la construcción de este ferrocarril y las circunstancias que le rodearan con intención de regalar una colección fotográfica a la joven reina de veinticinco años Isabel II que como el propio W. Atkinson era también aficionada a la fotografía.
El día 8 de Abril de 1852 una Real Orden disponía el comienzo de los trabajos del tramo Alar-Reinosa del ferrocarril Alar-Santander, también denominado de Isabel II. Cuadernos de Campoo rememora esta fecha trascendental 150 años después, y recuerda aspectos de interés en la etapa del proyecto y construcción de la obra.
En primer lugar se ha establecido la panorámica del transporte en la etapa preferroviaria (Camino Real, Canal de Castilla), pasando a analizar el proyecto de construcción aprobado en 1847 y que fue base de la obra construida entre Alar y Reinosa entre 1852 y 1857. Uno de los ingenieros participantes en la dirección (William Atkinson) tomó fotografías, algunas en pares estereoscópicos de gran interés, mostrando no sólo aspectos constructivos, sino también personales e instantáneas de Reinosa y su comarca. Los proyectos de los tramos Torrelavega-Santander y Reinosa-Bárcena fueron modificados sustancialmente hacia 1854 el primero y en 1862 el segundo, configurando finalmente el eje completo.
En la organización territorial de la comarca de Campoo siempre han tenido gran importancia los pasillos de comunicación que en las direcciones Norte - Sur y Este - Oeste han ido implantándose a lo largo de la historia. El primer eje ha concentrado la principal red de comunicación de la Meseta con Santander: la vía romana Pisoraca - Iulobriga - Portus Blendium, el camino real borbónico, el ferrocarril Alar - Santander, la carretera N-611 y la futura autovía de La Meseta. Su estructura está justificada por la existencia del río Besaya y por ser un paso de divisoria que no alcanza en ningún lugar los 1.000 m. de altitud, siendo su trazado compatible con las posibilidades constructivas de las diferentes épocas.
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