Los usos y costumbres populares en la Merindad de Campoo han experimentado en la segunda mitad de este siglo una transformación tan profunda, que a las nuevas generaciones se les hace difícil imaginar los aspectos más representativos de la vida tradicional rural.
Sólo las personas que sobrepasan los setenta años han conocido y experimentado vivencias similares a las que se producían en nuestros pueblos a lo largo de la pasada centuria.
En el libro de sesiones del Excmo. Ayuntamiento de Reinosa, correspondiente al año de 1879, que, milagrosamente, persistió tras el incendio de 1932, se recoge un informe del Alcalde acerca de las gestiones realizadas, en relación con las ya inmediatas Ferias y Fiestas de San Mateo, refiriéndose a los fuegos artificiales que había encargado a Palencia (no Valencia) y al contrato pendiente con los dulzaineros de Frómista “por si quieren venir a tocar a dicha Feria por la retribución de sesenta pesetas".
El año 1895 se inauguró en Reinosa y su comarca con un gran temporal de nieve que batió la villa durante los meses de enero y febrero; en palabras de Ramón Sánchez Díaz era "tan grande la friura, ha bajado tanto el barómetro, que se han helado los ríos, las capas de nieves y las epidermis".
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