Cuando me pidieron hablar de D. Ángel de los Ríos, me preguntaba cómo un hombre que murió hace 107 años está todavía en la memoria de muchos campurrianos y montañeses, encontrando tres condicionantes que han contribuido a este recuerdo. El primero, la novela "Peñas Arriba" donde D. José María de Pereda le retrató magistralmente como el "Sordo de Provedaño"; el segundo condicionante es su cultura y erudición, y el tercero, sobre todo en los campurrianos, su carácter.
Es difícil y me ha sido prácticamente imposible describir el carácter de Ángel, ya que he encontrado tantas contradicciones en su vida, que no sé cuál aspecto de su carácter prevalece. Serio, adusto, sensible, muy sensible, gran amigo de sus escasos amigos, siempre preocupado de servir a su país, pero con gran genio ante lo que él consideraba injusticias. En resumen, yo diría que fue un hombre bueno, esencialmente bueno, con un pronto o genio terriblemente duro.
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