Fotografías de agosto 2012. El calor nos deja secos, río incluido. No queda otra que planificar viajes y ponerse a la sombra de los soportales.
Dichos: El verano empieza en Santiago y acaba en Santana.
En este año 2001 se cumple el 250 aniversario de la construcción de una importante obra de ingeniería innovadora en su tiempo y que marcó pautas en el arte de construir caminos por trazados difíciles, cuando aún faltaban 50 años para que se creara el Cuerpo de Ingenieros de Caminos. Entre 1749 y 1753, el Camino Real de Reinosa fue tomando forma y configuró la salvaguarda del futuro florecimiento de la ciudad de Santander y de su puerto.
El juego de la ruleta entretenía a niños y mayores
El oficio de barquillero como el de heladero fue una actividad ambulante, dentro del gremio de la repostería, que favorecía el sostenimiento económico de las familias. Ambos oficios siempre estuvieron ligados, por ser el barquillo el recipiente en forma de potes o cucuruchos. Por eso, eran también barquilleros los heladeros mencionados en la publicación anterior.
Los barquillos se fabricaban durante gran parte del año en las especialidades de barquillo y galleta. También se elaboraban ricos canutillos que se servían de aperitivos en los cafés más importantes de la cuidad de Reinosa, como el Victoria.
El control de los daños de los depredadores se convirtió en un oficio en los montes de Campoo
El alimañero fue una persona de servicio para la comunidad, con una serie de cualidades: temple, valor, constitución física, integrado por entero en la naturaleza, que conoce los recónditos secretos de la sierra y el monte, observador de los movimientos y comportamientos de las alimañas y que tiene la astucia de controlar su población y aniquilarla cuando amenaza superpoblación, para no perjudicar el equilibrio ecológico de la naturaleza.
Colección de trece "visiones" de jóvenes escritores reinosanos. La Edición Literaria ha sido realizada por Daniel Guerra de Viana, que escribe una de las visiones además de Sergio Balbontín, Emma Campos, Jesús Carazo Calderón, Julio Ceballos Rodríguez, María Teresa Fernández García
Edición: 1ª ed., 1ª imp.
Fecha Edición: 04/2008
Fotografías: Humberto Bilbao, Pedro F. Palazuelos
Edita: Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria
Publicación: Creática Ediciones
Imprime: Campher
Descripción: 228 p. il. col. 24x22 cm
Encuadernación: rústica
«No = si, por los cojones.» «Fíate de la virgen y no corras, ya verás que ostias te llevas.» «Cuidaos ajenos, de los cojones cuelgan.»
Este grupo de obras fueron exhibidas en el Museo de Bellas Artes de Santander con el título El soporte foramontano. La muestra constaba de varias series de piezas realizadas entre 2007 y 2009. Tanto los materiales empleados en cada una de las series, como las proporciones, las referencias y las intenciones se adecúan a unas necesidades específicas y diferenciadas. De tal modo, aparecen resoluciones en piedra, plata, madera, tela, espejo y distintos objetos de uso cotidiano. Todas las esculturas disponen de una pretendida intención rural y utilitaria. Ante tanta y frecuente «virtuosidad» virtual estas piezas intentan basarse en una presencia atávica y una perspicacia furtiva.
El hombre, consciente de su poquedad, y antes de la introducción del cristianismo, veía en los fenómenos naturales la expresión de sus castigos, de sus bonanzas, y de su ansia de trascendencia. El viento, la lluvia, la sequía, la tormenta eran sus deidades; sus iconos, los árboles, el agua, el fuego. Con el cambio de cultura que supuso la adopción del cristianismo la creencia cifrarla ya en el monoteísmo, puso su fe y su esperanza ante sus limitaciones en la imagen de la Virgen María, dando lugar a que surgieran numerosas devociones, siendo Cantabria un lugar donde este culto se extendió rápidamente. A ello contribuyó la difusión de los milagros y prodigios divulgados y cantados por poetas y juglares en el terreno civil, y por las órdenes mendicantes en el terreno religioso.
La importancia que en Reinosa ha tenido la gran industria, especialmente siderúrgica y del vidrio, ha hecho que pasara más bien inadvertida la de la industria alimentaria y mas concretamente la industria quesera, lo cual parece lógico por su relativamente pequeño tamaño, pero no por la gran trascendencia que la instalación en Reinosa de las primeras queserías industriales tuvo en la región y en el país.
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