El Realismo costumbrista español del último tercio del siglo XIX, como cualquier otro movimiento literario, aporta a la Historia de la Literatura Española un conjunto de nombres sobradamente reconocidos.
Campoo es una comarca que no tuvo una emigración masiva a Indias en época colonial o a América en época contemporánea; y en consecuencia los indianos no levantaron muchas construcciones (1). Sin embargo, los ejemplos de arquitectura indiana en Reinosa constituyen una oportunidad privilegiada de adentrarse en la esencia misma de este fenómeno histórico y artístico. En particular, desde el principio se muestra en esta arquitectura una preocupación social muy acusada por los más desfavorecidos.
De entrada confieso que, si no me lo hubiesen encargado, no habría escrito el presente artículo, ya que no estoy plenamente seguro de la etimología que propongo. La Lingüística es una ciencia exacta… a condición de que se disponga de los datos suficientes; como en este caso faltan datos definitivos, me limitaré a exponer el estado de la cuestión hasta donde se puede llegar con los datos disponibles.
Lidio Jesús Fernández (Bolmir, 1945) no ha dejado de estudiar y enseñar desde los cinco años en que empezó a aprender las letras en la escuela de Bolmir.
El pasado día trece de marzo se han cumplido 25 años de la muerte de José Calderón Escalada el Duende de Campoo. Con este motivo CUADERNOS DE CAMPOO quiere realizar una pequeña aproximación al personaje y a su obra a la espera de poder conmemorar el centenario de su nacimiento en 1.999 con un estudio más profundo y diversificado. Los datos más relevantes de su vida los recogió el propio José Calderón en unos apuntes biográficos que se ofrecen a continuación.
A Julio García de la Puente se le conocía en nuestra comarca por su guía de "Reinosa y el Valle de Campoo" y por sus colecciones de tarjetas postales con paisajes y escenas de costumbres campurrianas, pero no se sabía, a nivel popular, de la trascendencia de ésta su obra fotográfica, tanto en su aspecto técnico como artístico.
Real como la vida misma. Esa, expuesta con radical simplicidad, podría ser una primera conclusión de alguien que se aproxime al conocimiento de las vicisitudes del Ferrocarril de La Robla en sus casi ocho décadas de existencia.
Desde mediados de los años ochenta mi familia ha sido depositaría de la copia de un testamento, datable en el siglo XVIII por las características ortográficas y lingüísticas del documento.
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