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El puente del Ebro de Reinosa. Pasado, presente y futuro

Jesús A. Allende Valcuende

"... especialmente en los puentes, la belleza no puede apartarse, independizarse, de lo útil, de lo funcional, de lo necesario. La sensación de idonei­dad práctica basta para que nos conformemos con los artefactos más horribles; y el pensamiento en una falta de adaptabilidad a la función, basta para malograr nuestro placer ante cualquier forma, por bella que sea intrínsecamente. No se trata, pues, de desliarse del concepto de utilidad, principio rector en la determinación de las formas de los puentes, o defender el derroche, triste compendio y quintaesencia de la estupidez, sino de percatarse de la dife­rencia estética entre unos puentes y otros, y de que, como dice Santayana, aunque ese particular aire estético puede ser la última cualidad que advirta­mos en un puente, su influencia sobre nosotros no por ello es menos real, e influye en nuestra actitud moral y práctica."
José A. Fernández Ordóñez (1)

Ebro, el río molinar. Restos de una antigua tradición

Roberto Lacalle Calderón, Fernando Prieto Serrano, Juan Antonio Santiago Muriel, Pedro Luis Serrano Gómez y Laura Valdizán Arcera

Vengo de moler morena
de los molinos de abajo.
Duermo con la molinera,
no me cobra el trabajo

Popular

   Ocultos, sencillos y grandiosos, silenciosos, desconocidos y sin duda únicos, los molinos y batanes, electras y más molinos, aprovechamientos hidráulicos todos, se presentan como la enésima de las sorpresas que de la mano del Ebro, aún nos depara Campoo. A la vera del río entre los ríos, aquí donde todavía es casi arroyo, se extienden desde Fontibre hasta Requejo, puerta del pantano, cerca de una docena de ingenios, que en tiempos pasados con el ruido de sus piedras animaban la vida campurriana.

La publicidad que sobrevive

Pilar Lorenzo Diéguez

La historia de los anuncios que marcaron una época en el comercio

De la pandereta al rock

Museo Etnográfico El Pajar

Cien años de música de baile en Campoo
 
La villa de Reinosa a finales del siglo XIX ya tenía banda de músi­ca y esta deleitaba a los lugareños tanto de la villa y a sus visitantes mientras compartían los bailes domingueros como los de socie­dad que se celebraban por moti­vos de fiestas patronales y carna­valescas. Los valses, pasodobles y boleros eran parte del repertorio. Algunos componentes de la ban­da de música sienten nuevas in­quietudes por los ritmos que se imponían en el nuevo panorama musical y estos se agrupan crean­do orquestas donde poder inter­pretar nuevos ritmos de baile más acorde con la sociedad que venía instalándose en esta emergente villa industrial y comerciante.

El Desnieve

El Duende de Campoo

Por El Duende de Campoo Año 1957
 
La giraldilla de la torre apunta con su flecha de hie­rro hacia el Sur. La barrena ingente de elevadísima montaña no logra contener el ímpetu de los pardos nubarrones, que vuelan sobre ellas en alas potentes y ligeras de un viento huracanado. La nieve de los gla­ciales se deshace rápidamente; es un arroyo cada sen­dero del monte, y el hilo de agua de los regajales, que se mueren de sed en el estío, se ha convertido en to­rrente vocinglero y avasallador. Inundáronse los ansares; de los altos taludes de las hoces se desprenden con la nieve grandes masas de tierra y piedra, que los turbiones arrastran hasta lo llano de la vega. Rásganse a intervalos los vellones grises de las nieblas en las as­perezas de los picachos, dejando entrever un jirón de cielo de un azul pálido, dando paso a un haz de rayos mortecinos, que hacen brillar por un momento las go­tas de las reciente llovizna, como perlas engastadas en las briznas de la pradera.

El patrimonio religioso en Campoo

Enrique Campuzano Ruiz

La escasa romanización que se produjo en nuestra región tras las guerras cántabras -fruto posiblemente de que la ocupación romana fue exclusivamente militar- permitió la conservación de una cultura tradicional indígena a la que apenas se superpuso la romana. Sólo esta comarca meridional de la actual Cantabria, que fue sin duda la más romanizada, permitió, a través de sus calzadas, una mayor relación con la meseta y la temprana relación de Campoo y Valderredible con las culturas tardorromanas y visigodas.

José Luis Vicario

José Luis Vicario

Una sola verja o el esmeril estéril
 
«No = si, por los cojones.»
«Fíate de la virgen y no corras, ya verás que ostias te llevas.»
«Cuidaos ajenos, de los cojones cuelgan.»
 
Este grupo de obras fueron exhibidas en el Museo de Bellas Artes de Santander con el título El so­porte foramontano. La muestra constaba de varias series de piezas realizadas entre 2007 y 2009. Tanto los materiales empleados en cada una de las series, como las proporciones, las referencias y las inten­ciones se adecúan a unas necesidades específicas y diferenciadas. De tal modo, aparecen resoluciones en piedra, plata, madera, tela, espejo y distintos ob­jetos de uso cotidiano. Todas las esculturas disponen de una pretendida intención rural y utilitaria. Ante tanta y frecuente «virtuosidad» virtual estas piezas intentan basarse en una presencia atávica y una perspicacia furtiva.

La Galería 3

ACER (Asociación de comerciantes y empresarios de Reinosa)

La Galería
Número 3. Septiembre 2012

EDITA: ACER (Asociación de comerciantes y empresarios de Reinosa),
COORDINACIÓN: ACER (Asociación de comerciantes y empresarios de Reinosa), Legado Comunicación S.C.
REDACCIÓN: Adrián Alonso, Benhur Valdés, Blanca Carbonell
COLABORACIONES: Casa de la Cultura "Sanchez Díaz", Ernesto Sardina, Ivelyse Aguilar, La Casa de Fresno
PORTADA: Miguel A. Pelaez
 

Memoria gráfica de los campurrianos de Suso, I

Ramón Villegas López

Edición: 1ª ed., 1ª imp.
Fecha Edición: 07/2008
Prólogo: Nicanor Gutiérrez Lozano
Publicación: Cantabria Tradicional, S.L. Ramón Villegas López 
Descripción: 238 p. il. 27x22 cm 
Encuadernación: rústico con solapa
Diseño Gráfico: Génesis Composición, S.L.
Imprime: Gráficas J. Martínez.
ISBN 13: 978-84-96042-59-9 

De Julióbriga a Octaviolca

José María Robles Gómez

I. EL YACIMIENTO DE REBOLLEDO DE VALDEOLEA (EL CONVENTÓN)

 
En nuestra comarca campurriana existen, además de las ruinas de Julióbriga, otros yacimientos arqueológicos de gran interés, pero olvidados poco tiempo después de su hallazgo.
 
Me refiero a los que están en Valdeolea, próximos a Mataporquera, un conjunto de restos romanos quizá identificables con la antigua Octaviolca, que, según cierto documento, estaba situada a diez millas al sur de Julióbriga. También han aparecido allí ruinas de una iglesia y una necrópolis medievales instaladas sobre uno de los yacimientos romanos, lo mismo que ocurre en Retortillo.

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