Fotografías de septiembre 2013. Para terminar el verano, nos queda todavía La Otra Movida y las fiestas de San Mateo. Refrán: Septiembre o seca las fuentes o arrastra los puentes.
Las romerías han sido y siguen siendo mucho más que un acto religioso, aspecto este que, sin duda, es esencial en su origen y significado. En el medio rural tuvieron un papel claro como elemento de socialización, de afianzamiento de las estructuras de poder (civil y eclesiástico) y de reafirmación colectiva. Constituían a la vez seña de identidad y momento singular para la diversión compartida, elemento este último especialmente valioso en unos tiempos caracterizados por las escasas oportunidades de ocio y fiesta.
Siempre ha producido extrañeza, curiosidad e interés el hecho de que el Imperio Romano se acostara un día pagano y perseguidor de la Iglesia, y al día siguiente se despertara cristiano. Esto ocurría tras la victoria de Constantino frente a Malencio en la batalla de Puente Milvio el año 312. En realidad, los hechos no fueron tan sencillos y esta visión histórica, que aparece en algunos libros, no es más que una burda simplificación de una serie de acontecimientos mucho más complejos.
El fútbol ha sido el deporte rey, tanto a escala nacional como comarcal, el que más se ha practicado desde que llegó procedente de Inglaterra, extendiéndose rápidamente por nuestra península. Los marineros ingleses y los jóvenes españoles que cursaban sus estudios en Inglaterra fueron los que introdujeron el gusanillo de este deporte en la sociedad española.
"Corría el año de 1899 cuando sonó en el reloj de los destinos eternos la hora de que viniera al mundo este mísero mortal y se inscribiese con todas las de la ley en el inmenso padrón de la Humanidad..."
Así comienzan las notas biográficas que "El Duende de Campoo" escribiera, casi con toda seguridad en el año 1924, a punto de terminar su carrera eclesiástica, y que recogen sus 25 primeros años de vida, bajo el título COSAS MÍAS. DE RETAZOS Y A PUNTADAS.
Tres puestos fiscalizaron hasta 1964 la entrada de alimentos y bienes a Reinosa
A mediados del siglo XIX, los fielatos en la villa de Reinosa se encontraban a la entrada de las principales vías de comunicación y se podían considerar como puestos fronterizos en los límites municipales con la Meseta Castellana, las provincias de Santander y Burgos y con Campoo de Suso.
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