El sistema agropecuario de Campoo no se modernizó hasta los años 60 con la generalización de la vaca lechera (holandesa) y el éxodo rural. Hasta esa época las formas de vida permanecieron casi inalterables desde tiempos inmemoriales con cambios sólo inducidos por la industrialización de la comarca en los años 20 y 30. La economía rural a mediados del siglo XX todavía se basaba en una agricultura y ganadería de subsistencia, producto de una propiedad insuficiente, excesivamente parcelada y dispersa, con la mayor parte del territorio ocupada por superficies forestales ganaderas de aprovechamiento comunal. La propiedad privada se destinaba a praderío y en cantidad equivalente a tierras de cultivo (cereales de invierno y leguminosas).
Los archivos municipales han permanecido con frecuencia relegados a un segundo y olvidado plano. En ellos se conserva el conjunto orgánico de documentos que los Ayuntamientos han producido y recibido en el ejercicio de sus funciones, reflejo de la gestión administrativa y de su relación con los ciudadanos a lo largo del tiempo. Constituyen por tanto, además de un instrumento de gestión cotidiano, un medio formidable de recuperación de la memoria histórica. Someramente, voy a tratar de comentar diferentes aspectos de ese devenir de los archivos, víctimas también en tiempos de conflicto y violencia. Para ello me he centrado sobre todo en el archivo del Ayuntamiento de Reinosa, aunque otros sufrieran efectos semejantes.
La inclusión de Campoo dentro del arzobispado burgalés explica que las construcciones de carácter religioso que se realizaron durante esa época en ese territorio estuvieran en manos, fundamentalmente, de canteros llegados desde la zona norte de dicho arzobispado, también conocida como "Montañas Bajas", término con el que se designaban a todas aquellas localidades cuyos ríos vertían aguas al mar Cantábrico. De hecho, se puede afirmar que durante el siglo XVII las construcciones eclesiásticas estuvieron monopolizadas por maestros oriundos de Trasmiera y, más concretamente, por los procedentes de las juntas de Cudeyo y Ribamontán.
Si el simple hecho de tratar el tema de la comida en su más recta y simple acepción, que es nuestro deseo, nos trae a la mente, como una tentación, el señuelo de un banquete o de una cuchipanda, no vamos a desperdiciar la ocasión de referirnos a alguno de los casos que hicieron historia, y lo haremos seguidamente:
En la documentación más antigua que se conserva correspondiente a los siglos IX y X aparece ya Campoo como un ámbito territorial y poblacional plenamente definido, distinto y apartado de otros ámbitos limítrofes como es el de las Asturias de Santillana, Liébana o Castilla, a través de referencias documentales a "territorium de Campo"; "territorium de Campo Pau"; "urbe Campodii"y otras como "Campo Patenti"(1). Ello supone por tanto que en torno al año mil de nuestra era existía una configuración propia que la misma documentación permitirá conocer en su realidad jurídico administrativa durante los siglos posteriores y que responde a una personalidad de rasgos físicos distintos al resto de la región tanto por su orografía cuanto por su clima, diferenciado del de la zona costera de Cantabria (2).
Comentarios recientes