A las sociedades del pasado es posible acercarnos a partir de los diferentes objetos recuperados en las excavaciones arqueológicas. En este sentido hoy aquí partiremos del estudio de los objetos fabricados en los diferentes metales; cobre y aleaciones -bronce o latón-, hierro, plomo, plata y oro. Los períodos históricos a los que directamente vamos a hacer referencias serán: el final de la IIª Edad del Hierro y los primeros siglos de la dominación romana, o sea, la conquista, la ocupación del territorio y el sometimiento de las poblaciones indígenas a una nueva cultura y orden social. La zona geográfica escogida para nuestro análisis es el centro de la antigua Cantabria: la conocida como "Cantabria Histórica". Aproximadamente y para este caso concreto pondríamos como límite el rectángulo comprendido entre las actuales poblaciones de Reinosa (Cantabria) al Norte, Herrera de Pisuerga (Palencia) al Sur. Cervera de Pisuerga (Palencia) al Este y Amaya (Burgos) al Oeste.
El día 8 de Abril de 1852 una Real Orden disponía el comienzo de los trabajos del tramo Alar-Reinosa del ferrocarril Alar-Santander, también denominado de Isabel II. Cuadernos de Campoo rememora esta fecha trascendental 150 años después, y recuerda aspectos de interés en la etapa del proyecto y construcción de la obra.
En primer lugar se ha establecido la panorámica del transporte en la etapa preferroviaria (Camino Real, Canal de Castilla), pasando a analizar el proyecto de construcción aprobado en 1847 y que fue base de la obra construida entre Alar y Reinosa entre 1852 y 1857. Uno de los ingenieros participantes en la dirección (William Atkinson) tomó fotografías, algunas en pares estereoscópicos de gran interés, mostrando no sólo aspectos constructivos, sino también personales e instantáneas de Reinosa y su comarca. Los proyectos de los tramos Torrelavega-Santander y Reinosa-Bárcena fueron modificados sustancialmente hacia 1854 el primero y en 1862 el segundo, configurando finalmente el eje completo.
La identidad ha pasado a constituir un concepto nuclear de las ciencias sociales en los últimos años. Aunque como disquisición metafísica está unida a la filosofía clásica, la positivación del concepto se ha llevado a cabo en el siglo que acaba de terminar de la mano de la antropología y de la psicología social que han conferido al mismo una singular capacidad aprehensiva. Todos los seres humanos necesitamos construir las muchas identidades que proyectamos en nuestra vida social y que son parte indisoluble de nosotros mismos. Tenemos la sensación de estar integrados en numerosos grupos: la familia, el barrio, el pueblo, la ciudad, el municipio, la comarca, la región, el país, la iglesia, la institución educativa, la empresa, la asociación, el partido, el sindicato, etc.
Campoo ha contado con una amplia nómina de estudiosos de la arquitectura civil (Manuel Cossío, Calderón Escalada, G. Cossío, Gerardo Hernández, Manuel García Alonso, etc.) Es importante resaltar la necesidad de integrar la significación de la arquitectura civil de las Edades Media y Moderna de Campoo en el conjunto de la arquitectura civil de Cantabria. Muchas de las casonas construidas en Campoo lo fueron por maestros canteros, carpinteros y herreros procedentes de Trasmiera o de las Asturias de Santillana, lo cual sitúa a la arquitectura de esta comarca en un circuito artístico muy amplio puesto que estos mismos maestros trabajaron también en la meseta castellana y en toda la Cornisa Cantábrica.
Cada día más los estudios históricos se centran en conocer lo mejor posible la sociedad en cada lugar y en cada momento cultural e histórico, entendiendo la sociedad en el más amplio sentido y no limitada a los gobernantes y a una élite por lo general noble de la población. Sociedad y economía van íntimamente relacionadas a la hora de valorar la evolución histórica de una ciudad o de un territorio. Los estudios en los últimos años pretenden profundizar en la valoración porcentual en la balanza a la hora de juzgar la presencia de un arcaísmo y subdesarrollo o una economía de mercado así como el papel que juega el ámbito rural y el ámbito urbano, esto es, hasta qué punto las ciudades son productoras o consumidoras. Este debate nos lleva a poner en valor el papel que desempeñan las fuentes escritas y las arqueológicas.
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