Pisones, pisas y batanes en la geografía de Campoo
Los tejidos de lana al salir de los telares presentan intersticios entre los hilos y en sus cruzamientos que hacen que sean más o menos permeables al aire y al agua. Cuando de estos tejidos se querían obtener paños para vestidos o mantas, convenía cerrarlos, esto se lograba enfurtiéndoles mediante el pisado hasta lograr la calidad deseada.
El control de los daños de los depredadores se convirtió en un oficio en los montes de Campoo
El alimañero fue una persona de servicio para la comunidad, con una serie de cualidades: temple, valor, constitución física, integrado por entero en la naturaleza, que conoce los recónditos secretos de la sierra y el monte, observador de los movimientos y comportamientos de las alimañas y que tiene la astucia de controlar su población y aniquilarla cuando amenaza superpoblación, para no perjudicar el equilibrio ecológico de la naturaleza.
La quema de los males del año, una tradición olvidada en la comarca de Campoo
De él se puede decir que en la noche vijanera (noche vieja) renace de sus propias cenizas. Este es un personaje viajero, burlón, criticón, desvergonzado, parlanchín, engañador, enredador de los asuntos amorosos y un sin fin de adjetivos que se le puedan dar a un personaje que no es aceptado por su comunidad.
Tres puestos fiscalizaron hasta 1964 la entrada de alimentos y bienes a Reinosa
A mediados del siglo XIX, los fielatos en la villa de Reinosa se encontraban a la entrada de las principales vías de comunicación y se podían considerar como puestos fronterizos en los límites municipales con la Meseta Castellana, las provincias de Santander y Burgos y con Campoo de Suso.
La ciudad romana fue uno de los centros más importantes y de mayores dimensiones de la región
«De los siete (¿nueve?) pueblos cántabros sólo se rememora Iuliobriga» Naturales Historia III (Plinius Secundus)
La ciudad romana de Julióbriga, enclavada en el municipio de Campoo de Enmedio, en el pueblo de Retortillo, es el recuerdo devenido ruina de un pasado esplendoroso que vivió la civilización romana en nuestras tierras.
Entre San Juan y San Pedro el mozo colocaba un ramo en la ventana de la moza pretendida e iniciaba un largo cortejo si lograba su aprobación.
La enramá es una de las costumbres tradicionales que sirvió para el emparejamiento de las mozas y mozos solteros del lugar, con la finalidad de facilitar futuros noviazgos. Sus orígenes guardan relación con el culto de carácter re generativo, propio de comunidades sociocéntricas y endogámicas opuestas a que cualquiera de sus miembros busque vínculos maritales fuera de su ámbito comunitario.
Olea esperaba la llegada de las fiestas que presagiaban la primavera con la esperanza de dejar atrás los duros inviernos
En este mirador de la vertiente Atlántica, con su río Camesa, y lindero de la meseta castellana de la cual tiene influencias en el rito marcero, los lugareños deseaban que llegase el mes de marzo para dejar atrás los fríos y el encierro obligatorio del duro invierno, y anhelaban la llegada de la primavera.
El pantano forzó a las familias a buscar una nueva vida fuera de Campoo
A mediados del siglo XIX Ángel de los Ríos y Ríos idea la primera obra de aprovechamiento del caudal de los ríos en Campoo: un proyecto de encauzamiento y riego del río Híjar desde Riaño hasta Reinosa y un segundo proyecto que incluía el Valle del Virga. Todo este proyecto lo fue desarrollando después de haber viajado a Francia donde acudió a especialistas para curar su sordera. Su proyecto fue rechazado, pero quizás hubiera cambiado la forma de vida de los valles con un aprovechamiento más rentable de la tierra y una mejor explotación ganadera. Ese fue el primer germen de lo que luego sería la gran obra de aprovechamiento hidráulico: el pantano del Ebro.
La mejora de las comunicaciones trajo la ropa moderna a Campoo
La Merindad de Campoo tuvo históricamente una indumentaria tradicional muy equilibrada para las diferentes labores y épocas del año. La ropa solía ser heredada de padres a hijos y los desgastes y las reposiciones de prendas se realizaban en casa, principalmente con lana y lino.
La transformación de estos materiales en fibra textil era un proceso familiar de las largas noches de hila, y su transformación en lienzos y el abatanado de los paños era contratado a los tejedores. Este sistema tradicional se fue extinguiendo con la entrada del siglo XX por la introducción de la nuevas tendencias en el vestir, con la llegada de telas, sedas y paños elaborados industrialmente en manufacturas que acercaban el producto a su consumidores hasta la puerta de su casa con un coste que empezaba a ser asequible para su economía.
La planta, utilizada en la fabricación de medicinas y bebidas, se recolectó hasta los años 80 en las partes altas de Campoo
Dentro de la sociedad rural tradicional, con una economía de subsistencia, era frecuente la búsqueda de ingresos extra para cubrir las necesidades de las familias con un trabajo que no rompiera ni retrasara su actividad en las labores del ciclo anual. La raíz de la genciana era recolectada tradicionalmente en el tardío, tiempo este de finalización de la recolección de las tierras de labranza, por lo que parte de la unidad familiar podía dedicar una pequeña temporada, incluso fuera del hogar, para desplazarse a las brañas o puertos que los pastores y ganados habían abandonado dejando libres sus cabañas, las cuales ocupaban.
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