D. Demetrio Duque y Merino

Teodoro Pastor Martínez

Son los aniversarios motivo para homenajear a nuestros artistas y para recordar y recrearnos con sus obras.

En fechas recientes (1998) se celebró brillantemente el Centenario de la muerte de nuestro genial Casimiro Sainz.

Un año después (1999) el de don Ángel de los Ríos erudito campurriano y Cronista Oficial de la Provincia, y ahora se cumple el de nuestro escritor don Demetrio Duque y Merino, y a él y a su obra nos vamos a referir.

Don Demetrio nació en Reinosa el 22 de diciembre de 1844, fueron sus padres D. Nicolás Duque Santos natural de Areños en la comarca de La Pernía de la provincia de Palencia, y su madre doña Teresa Merino Sierra de Quintanar de Rueda, provincia de León.
Llegaron a Reinosa procedentes de Areños, y aunque no lo podemos afirmar con rotundidad, creemos que su padre vino a Reinosa para regentar un almacén de vinos situado en el número 17 de la actual Avenida de Cantabria, propiedad de los hermanos González del Corral de la Firma comercial "Medoc Español'' que eran proveedores de la Real Casa. Uno de los hermanos González del Corral, don Pantaleón, fue padrino del escritor. La familia residía en el primer piso encima del almacén del ya citado n° 17 de dicha calle.


Tuvo una hermana de nombre Filomena, de la que hablaremos ahora.

Estudió sus primeras letras en Reinosa e hizo el Bachillerato en el Colegio de los Padres Escolapios de Villacarriedo y en Palencia, donde terminó el curso de 1863.

Se desplazó a Madrid para estudiar Filosofía y Letras, pero seguramente por falta de recursos económicos de la familia no llegó a terminar sus estudios.

En la Villa y Corte intenta vivir del periodismo y trabaja como redactor en "El Fomento Literario'', pero no logra sobrevivir del mismo y regresa a Reinosa fijando aquí su residencia. Vive con su hermana Dña. Filomena, maestra de gran prestigio y que educó a varias generaciones de reino-sanas, fue muy considerada y toda una institución en la villa reinosana, por ella fue acogido con todo cariño y vivieron juntos hasta su muerte.

Únicamente salió de Reinosa unos meses entre los años 1873 y 1874, para desempeñar en Santander el cargo de Secretario General del Gobierno Civil de la Provincia, siendo Presidente del Gobierno don Emilio Castelar, gran tribuno con quien mantuvo abundante correspondencia Duque.

Fue profesor de francés, de historia y de literatura en el colegio de San Sebastián de esta entonces villa, siendo director del mismo el prestigioso profesor don Antonio Rodríguez y Paniagua, pero desgraciadamente este empleo no duró mucho tiempo, debido a no poseer el título de licenciado; como profesor era cordial y explicaba con gran brillantez y facilidad los temas de cada clase, de manera que sus alumnos comprendían perfectamente sus lecciones, que a la ve/, sabía hacer amenas.

En cuanto a sus escritos en la prensa, hemos de referirnos a varias etapas, aparte de sus primeros tiempos en Madrid. Entre 1878 y 1882 publica en el álbum "El Aviso" de Santander vanos ensayos: "La moralidad de las mujeres de las comedias de Tirso de Molina" - "El juego en los siglos XVI y XVII" - "La matrona de Efeso" - "Biografía de D. Antonio Ruiz de Salces" y su obra poética "Poca lana ente zarzas".
Sabedor Duque de la influencia de la prensa para la comunicación y cultura, en mayo de 1883 propone a su amigo D. Félix Rodríguez Alonso, a la sazón Secretario del Ayuntamiento, la creación como negocio de una imprenta. Don Félix le atiende en su idea y la instalan en la calle del Puente n° 2; en ella se tira el primer impreso: una esquela de defunción el día 12 de mayo. Durante el primer año de funcionamiento se fue ampliando la instalación y se montaron chibaletes, cajas bien surtidas, ramas para moldes y otros materiales propios para la impresión, consiguiendo que se adquiriera una máquina mayor. El día 4 de mayo de 1884 se publica el número prospecto de "El Ebro" y al siguiente domingo día 11 sale a la calle el número 1 -Reinosa tenía su primer periódico- se publicó los domingos, siendo su precio de suscripción por un mes 25 céntimos de peseta; 1 peseta y 50 céntimos por tres meses; 2 con 75 por seis meses y 5 pesetas por un año y para ultramar 10 pesetas anuales. El semanario se publicó durante seis años y medio hasta el día 28 de septiembre de 1890; fecha en que con carácter irrevocable presentó su dimisión como director: el número de ejemplares fue de 333. A don Demetrio le acompañaron en su andadura en el semanario reinosano D. Adolfo de la Peña y Alonso como redactor-jefe y D. Ramón Muñoz de Obeso como colaborador.

Se tiró en la imprenta de D. Arselí de Irún, nieto de don Félix Rodríguez. Siendo el de más larga duración de los que posteriormente se tiraron en Reinosa.

En ocasiones firmaba sus escritos bajo el seudónimo de BISMI, en el folletín de "El Ebro" se publicaron una serie de cartas que cruzaba semanalmente con el ilustre escritor campurriano D. Ramón Muñoz de Obeso, que escondía su nombre con el de PORTHOS: sobre literatura, arte o política; unas veces en prosa y otras en verso: pero siempre de indudable calidad literaria.

Don Demetrio tenía un carácter irónico y burlón y era temido por su agresividad verbal, quizás debido al entorno hostil y de mediocridad en que se desenvolvía la vida en la villa reinosana.

Era cojo de nacimiento por el anquilosamiento de una pierna, lo que le obligaba al uso de muleta y bastón y normalmente le acompañaba una perrita negra de aguas.

Sin embargo era ameno, gran conversador, temido polemista y sin duda fue siempre el gran animador de las tertulias en que participaba.
Una vez que se dejó de publicar "El Ebro", colaboró en los periódicos de Santander: en "El Cantábrico" entre 1885 y 1890, pero no con mucha asiduidad a pesar de ser íntimo amigo de su director D. José Estañi, a quien visitaba cuando iba a la capital y formaba parte de la tertulia que mantenía D. José María de Pereda en el Café Suizo.

En "El Atlántico" colaboró activamente desde 1890 hasta el cierre del mismo en 1896. Y en "El Eco Montañés" de Madrid que dirigía D. José Antonio Galvarriato entre 1900 y 1901.

No publicó Duque demasiados libros, pero vamos a enumerarlos aunque sea muy sucintamente.

En 1881 publica el primero en Madrid, un estudio sobre "El argumento de Amadís de Gaula" en una colección de la Biblioteca Universal, de los mejores autores antiguos y modernos, nacionales y extranjeros. Su precio, 50 céntimos de peseta.

Casa en la que vivió Demetrio Duque y MerinoEn 1882 los ya citados anteriormente "Biografía de D. Antonio Ruiz de Salces" y su obra poética "Poca lana y entre zarzas" editado en la Imprenta y Litografía de Telesforo Martínez de Santander, editor del álbum de "El Aviso".
"Nuevas antigüedades recién descubiertas en Julióbriga" (Proyecto de un Museo Cántabro Juliobriguense) en 1885, en el Establecimiento Tipográfico "El Correo" de Madrid. "Cuentos de verano" en 1895 por la Imprenta "El Atlántico" de Santander; se vendió a una peseta con cincuenta céntimos y la mayoría de los cuentos contenidos en este volumen habían sido ya publicados en el periódico.

El año 1897 "Contando cuentos y asando castañas" -cuadro de costumbres campurrianas- que editó la Biblioteca de Ferrocarriles en la Imprenta de la Revista de Navegación y Comercio de Madrid. A este cuento, que fue premiado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, se añaden otros cuentos y artículos ya publicados en "El Atlántico" y "El Ebro".

Y en 1903 "Undo" -historia íntima de un hospiciano- publicado en la Imprenta de Nicolás Rueda en Bolívar. República Argentina, después de haber fallecido Duque, también en 1912 fue publicado en el periódico reinosano "El Heraldo de Campeo" durante 25 semanas en el folletín de dicho semanario.

Algunos autores, en semblanzas y estudios publicados sobre nuestro autor citan como editado "Cuentos de invierno", esta obra nunca se publicó, aunque tenía cuentos suficientes sobre este tema para poder hacerlo, quizás debido a que el propio escritor después de haber salido a la luz "Cuentos de verano" dijo que la tenía preparada pero no se llegó a materializar.

Fue D. Demetrio un escritor que mostró sus nobles sentimientos con ternura y gran sensibilidad en todos sus cuentos, sobre todo en los dedicados a los niños pobres, a las personas desvalidas y a los desheredados de la fortuna; sirvan de muestra algunos de ellos, como Panojuca, Undo, El rute del pozo, El niño rubio y otros.

También contribuyó a resaltar las costumbres, el folklore y la dura climatología campurriana: como "El último carretero'' - "Una romería" - "Preparativos de tormenta" - "La ventisca" - "Contando cuentos y asando castañas", como una muestra más.
Merecen una mención especial sus estudios sobre las marzas, destacando los siguientes artículos y estudios:
"Algo de las marzas", en "El Atlántico" en 1892, el cuento "Las marzas del año 13", también "El Atlántico" en 1895. "Mandamientos marceros" en "El Eco Montañés" en 1900 y "De las marzas" contenido en el libro "Cantos de la Montaña" de Rafael Callejo del año 1901, estudio éste interesantísimo.

Escribió bastantes obras de teatro y citaremos las principales:
Nubecillas de verano - Cuando llueve y hace sol - Quítame -riendas - Zarzuela de antaño en 3 actos - La vengadora - A donde puede arrastrar un mal pensamiento - La renegada de Valladolid y así hasta 17 tenemos catalogadas.

En "El Atlántico" publicó unas interesantes crónicas sobre la nevada de 1895, donde relata la evolución de la misma y las penurias del temporal invernal en Reinosa y Comarca.

El paisaje campurriano ocupó también su interés y en "El Eco Montañés" de Madrid publica Otoñales campurrianas - Reinosa - El Ebro - El Hayal - Lina casa campurriana.

Biografió y "semblanceó" a los personajes ilustres y glorias de Campoo: El Conde de Revillagigedo Virrey de México - El Conde de Campo Alange - D. Antonio Ruiz Salces - Casimiro Sainz - El Marqués de Reinosa, D. Fernando Calderón Collantes y su hermano don Saturnino - El Marqués de Santa Cruz de Aguirre - D. Ángel de los Ríos - D. Manuel García del Barrio (El Guerrillero de Argüeso) - el Arquitecto D. Marcial de la Cámara y Argüeso - D. Félix Rodríguez, etc.

Ya hemos dicho anteriormente al ocuparnos de los libros que publicó que merece mención especial el dedicado al arte: "Nuevas antigüedades recién descubiertas de Julióbriga". En esta obra Duque se ocupa de las excavaciones que se realizan en la ciudad romana de Julióbriga y de los descubrimientos hechos en la misma, y que don Ángel de los Ríos en carta dirigida a Duque el 25 de junio le comunica. Le contesta D. Demetrio a la misma el 9 de julio, diciéndole que había ido a Retortillo con su amigo y colaborador don Adolfo de la Peña y su hermano Emilio, para ver los objetos que se habían sacado de entre la tierra que llenaba el pozo recién descubierto. En dicha obra proponen Duque y Ríos al dar cuenta a la Real Academia de la Historia de los descubrimientos hechos y piden la creación en Retortillo de un Museo Cántabro-Juliobriguense, para recoger en él los materiales encontrados en la excavación; Duque se apoya para su petición en el prestigio de que gozaba D. Ángel; pero no encontraron apoyo alguno, como pasó en la propuesta que también hizo D. Demetrio de crear el museo de Casimiro Sainz, que tampoco se hizo.

Don Demetrio Duque y Merino con esta publicación había realizado la primera monografía sobre la ciudad romana de Julióbriga.
Al cabo de 118 años ¿se hará por fin el museo que se ha proyectado en el edificio construido y no inaugurado en Retortillo? (1)

De momento sigue teniendo vigencia la idea de D. Demetrio.

Como se puede apreciar trató con brillantez todos los géneros: ensayo - crítica literaria - arte - investigación - periodismo - poesía - teatro y cuentos, en esta última materia era un consumado maestro y vamos a dar una serie de opiniones de los intelectuales más sobresalientes de esa época en la Montaña.

Don Marcelino Menéndez y Pelayo, que forma parte del jurado calificador del certamen convocado por la Sociedad Cantábrica de Amigos del País, redactó el siguiente dictamen de la obra presentada por Duque titulada "Contando cuentos y asando castañas": "Sin discusión opina el jurado que no sólo es merecedora del premio, sino que debe de ser tenida por excelente en su género, así por la amenidad de la narración y difícil facilidad de sus diálogos, cuanto por el sabor profundamente montañés de su estilo".

Don José María de Pereda en cuanto a "El último carretero" en carta de 8 de octubre de 1887, entre otras cosas le comunica: "Me gustó sobremanera el cuadro literario que yo hubiera llamado "El último carretero" y si las que tiene Vd. en cartera se le parecen, no solamente las creo dignas de publicarse, sino que me parecería pecado mortal no hacerlo... puedo usar voto de competencia en el pleito, que Vd. somete a mi juicio, y voto, y hasta fallo que ese carácter está vivo, y viva la carretería a la que perteneció, y muerto con todas las reglas del arte más exquisito, cuando, donde y como debió morir.

Este cuento que Duque denominaba "Neles" y que había dedicado a Pereda, cambió su título por el de "El último carretero", por la insinuación hecha por éste en su carta citada.

Tiempo después, escribió Pereda "Cutres", también una historia de la carretería de las marinas, en el cual cita puntualmente al referirse al mismo en los siguientes términos: "Héroe de un hermoso cuadro de costumbres campurrianas, de D. Demetrio Duque y Merino".
Don Fermín Bolado Zubeldía -en su libro "Estudio biográfico del cronista don Ángel de los Ríos" se expresa en relación a don Demetrio en los siguientes términos: "Campurriano como D. Ángel de los Ríos y uno de los escritores más castizos de la Montaña; pues su prosa, pura y correcta, puede parangonarse con la del gran Pereda, con la del ilustre Máximo Quijano, y con la del poeta erudito don Amos de Escalante, y pueden sus narraciones de asuntos montañeses ser presentados como acabados modelos".

Y don Ramón Sánchez Díaz, en una semblanza dedicada a Duque y Merino en "El Eco Montañés" de Madrid: .., "Pero en lo que Duque y Merino es admirable es en la literatura de los diálogos, en la suelta, sencillísima y suave naturalidad con que hablan sus personajes. No se ve nada forzado: la verdad, la observación le guían como a través de un camino lleno de luz... Para mí es uno de los modelos de conversación escrita; sus personajes no "dicen" no se escribe de ellos; viven, hablan, parlan. De nuestros autores pasados, de los que he podido soportar, el que mejor ha hecho hablar a sus personajes ha sido Moratín. Pues para mi modo de leer y de ver las cosas, Duque y Merino dialoga con tanta naturalidad como el autor de la "Escuela de maridos".

En 1890 se publica el álbum "De Cantabria" letras - artes -historia y vida actual, cuya idea y edición es obra de D. Lorenzo Blanchard, editor del Periódico "El Atlántico", magnífica obra en la que participan todos los intelectuales y escritores de la época: los hermanos Menéndez Pelayo - Pereda - Amos de Escalante - Ortiz de la Torre - Adolfo de la Fuente y otros más.

En esta obra tienen un destacado papel los escritores campurrianos, así D. Ángel de los Ríos hace la introducción de la obra con un erudito artículo y otro denominado "Un episodio de los bandos de la Montaña''.

Don Demetrio participa con el tierno cuento de "Panojuca" y un gran estudio de nuestro ilustre pintor "Casimiro Sainz" y don Ramón Muñoz de Obeso con el cuento "El específico de la tía Celipa". Hay también dos ilustraciones de pintores campurrianos, "El nacimiento del Ebro" de Casimiro, y un cuadro de D. José María García de los Ríos, que representa unos canecillos de la colegiata de Cervatos y el retrato de "Neles" protagonista de "El último carretero" y que el autor había regalado a D. José María de Pereda con el cuento de "Cutres" y que en esta obra ilustra su participación.

Coincidieron en nuestra comarca en la segunda mitad del siglo XIX un triunvirato cultural que es difícil se vuelva a repetir y que acabamos de citar. El ilustre escritor D. Santiago Arenal -biógrafo de Duque- dice textualmente sobre el mismo: "Sin la labor de D. Ángel de los Ríos y de Duque y Merino, no habría nada de valía para el estudio de todos sus aspectos, de la citada parte alta de la Montaña, todo aquel a quien le interese saber algo de Campoo necesita recurrir a lo que ellos escribieron, los cuales han sido con frecuencia copiados, o lo que es peor, plagiados sin citar en consecuencia reverentemente su nombre".

En la actualidad tenemos que añadir a estos nombres el de don José Calderón Escalada, nuestro querido "Duende", que nacía a la vida cuando ellos murieron.

Para que quede debidamente aclarado. En su biografía Arenal nos relata en un capítulo denominado "Un mal paso de Duque, por tropiezo de Duque con su vanidad". Escribe que Duque se dirigió a D. Marcelino Menéndez Pelayo por carta para solicitarle su valimiento par conseguir el título Correspondiente de la Real Academia de la Historia, por creer que puede aspirar a ello por sus estudios sobre la historia y las tradiciones de Campoo. Pues cree que con ello encontrará facilidades para la investigación".

Don Santiago no encontró la correspondencia de nuestro escritor para saber la contestación de D. Marcelino, aunque sí sabe que no fue nombrado Correspondiente de la Academia de la Historia, y opina que un hombre del valor del escritor campurriano cometiera la torpeza de apoyar su petición con el argumento de ser aficionado a los estudios históricos,

Y eso opinaba el que esto escribe, pero en la investigación llevada a cabo sobre su obra, he encontrado en el "Epistolario de Menéndez Pelayo" una carta de fecha 30 de mayo de 1892 catalogada con el número 632 y que dirige a su hermano Enrique, en la que trata sobre bastantes asuntos de distinta índole, pero destaca lo siguiente sobre este tema: "Respecto de Duque y Merino, quiero que se le haga Correspondiente de la Historia, pero tropezamos con la siguiente dificultad. A consecuencia del abuso que se ha hecho de tales nombramientos a favor de gentes indoctas, y a veces hasta inciviles, que muchas veces se colocan en los días de sesiones y no nos dejaban sitio para sentarnos; propuso Cánovas hace dos años, y acordó la Academia, que no pudiera haber en cada provincia más que un número determinado de Correspondientes. Resulta que en Santander como en otras partes, está cubierto el número y hay que esperar la muerte de alguno. No olvidaré a Duque en cuanto se presente la ocasión".

No sabemos si la ocasión se llegó a presentar o no. pero lo que es evidente es que don Marcelino no se lo toma como un mal paso, y muestra la gran estima y consideración que tiene sobre nuestro escritor, y como hemos podido observar por el contenido de la carta estaba dispuesto a apoyarle para su entrada como Miembro Correspondiente de la Academia de la Historia, por lo cual consideraba suficientes sus méritos para poder defender su ingreso, lo que por venir de quien viene es de suficiente mérito.

Sus escritos y estudios han sido punto de referencia para escritores posteriores, como lo manifiesta por ejemplo don Julio García de la Puente en varios pasajes de la obra imprescindible para el conocimiento de nuestra ciudad y comarca "Reinosa y el Valle de Campoo" editada en 1916.

Cuando en el capítulo IV se refiere a la parte que tomó Reinosa en la gloriosa Guerra de la Independencia, aclara "...todo lo referente al año 1808 está extractado en la Efemérides que publicó el primer periódico que se publicó en Reinosa "El Ebro", y en la semblanza que hace de Duque: "...Por lo que alcanzó más fama nuestro biografiado fue por lo felizmente que describió las costumbres campurrianas. habiéndonos servido de mucho sus trabajos para este modesto libro".

O en la de Casimiro Sainz "...Ahora como dice el escritor Duque y Merino fue cuando.. .y continúa.. .formando los pueblos que nos describe el incomparable narrador de nuestras costumbres..."

En el ámbito local tuvo don Demetrio bastantes seguidores en la narración de cuentos y escenas de Campoo, como D. Ramón Muñoz de Obeso. D. Adolfo de la Peña Alonso, D. Ramón Sánchez Díaz, D. Luis Mazorra Rodríguez de los Ríos. D. Julián González (de seudónimo Higedo). D. José Calderón Escalada y D. Justo Martínez González, entre otros.

Se relacionó con la intelectualidad de su tiempo, y que por aquellas calendas eran nada menos que: D. José María de Pereda. D. Enrique y D. Marcelino Menéndez y Pelayo, D. Amos de Escalante, D. José María Quintanilla (de seudónimo Pedro Sánchez). D. Augusto González Linares. D. Jesús de Monasterio, D. Macías Picabea y D. José Estrañi y Gran, entre otros, todos de su generación.
Murió D. Demetrio en la fría tarde del 12 de febrero de 1903. en su casa de la calle del Puente n° 33, de una cirrosis del hígado, según consta en el acta de defunción, cuando contaba con 58 años de edad.
Aqui está una relación de sus obras publicadas:

Publicaciones en Prensa: "El Atlántico" - "El Eco Montañés" - "El Cantábrico" - Cuentos

Y con lo anteriormente expuesto, creemos haber dado una síntesis sobre su vida y obra.

Reinosa. 20 de enero de 2003 Día de San Sebastián. Patrón de la Ciudad
 
N de la R. La Domus-Museo de Julióbriga, a la que hace referencia el autor, ha sido inaugurada el pasado 22 de marzo.