El "cachavo" y el "poyo para la rueca", dos utensilios singulares para la hiladura

Rafael Fernández Fernández

En mi labor de campo a la búsqueda de información relacionada con la textilería tradicional de Cantabria, he hallado algunos utensilios que, si bien no totalmente desconocidos, llamaron mi atención por su relativa originalidad. De ellos, aquel cuyo tipo es documentalmente más conocido, dentro de su rareza, apareció en el Valle de Ruesga, pero los testimonios de utilización de los más singulares los encontré en el ámbito de la antigua Merindad de Campoo.
 
Escena medieval de hiladura con rueca alta verticalConsidero demostrado que, en lo material, los humanos, ante necesidades determinadas, frente a retos similares, suelen encontrar soluciones semejantes. Por eso no me resultó extraño hallar en Arredondo a una mujer1 que, cuando no disponía de un huso, tomaba un trozo de teja, lo perforaba a punta de cuchillo, insertaba en él un palito de longitud y grosor adecuados, y con este rudimentario instrumento hilaba.
 
La misma persona confesaba que hilar con la rueca apoyada en la cintura, a la manera tradicional, no le resultaba cómodo, por lo cual se había construido una rueca muy larga que mantenía vertical clavándola sobre un trozo adecuado de tabla o bloque de madera.
 
Instrumentos semejantes a la rueca que ella me describió se pueden ver en las imágenes adjuntas a este texto, procedentes de distintas épocas y lugares europeos.
 
¿Conocía esta mujer algún grabado o pintura de siglos pasados en los que aparecían hombres o mujeres que empleaban instrumentos semejantes para, con idéntica finalidad, realizar la misma labor? ¿Recibió, quizá, información en su entorno vital?
 
Escena de la vida de San Severo (Polyptyque de Lubin, Silesia, 1523)  Imagen satírica, Holanda, 1490  Dama de la nobleza hilando con rueca alta (siglo XVII)
 
Según ella manifestó, quien le dictó la forma de montar el artilugio fue su propio ingenio, la misma fuente que guió a quienes, en otros momentos y lugares, con similar propósito, insertaban el extremo inferior de la rueca en un agujero de la pared o de algún pilar de madera, o la sujetaban al respaldo de una silla.
 
Más singulares que el utensilio hasta aquí descrito, eran los que ahora vamos a recordar.
 
Rueca alta basada en trípode. Italia s. XVIIIRueca vertical alta según descripción de su dueña, en Arrendondo (Cantabria)En el pueblo de La Serna, en Valderredible, dos vecinas2 me contaron que ellas para hilar habían empleado un cachavo, instrumento que describían como una especie de cachava, en la vara de la cual se habían conservado los extremos inferiores de algunas de sus ramitas, de forma que sirvieran de soporte al copo para evitar su deslizamiento hacia abajo, como en una rueca normal, mientras que la empuñadura de la tal cachava permitía que se la pudiera colgar de un viga, clavo, puerta u otro asidero adecuado.
 
Esto ocurrió en 1981, pero, recientemente, he recibido información según la cual también se había empleado el cachavo en La Población de Arriba, pueblo vecino del anterior, y en Barrio (Campoo de Suso)3.
 
El día diez de agosto de mil novecientos setenta y ocho, en Ormas (Campoo de Suso), Albina Gutiérrez Morante, de setenta y cinco años de edad, vecina de dicho lugar, me informaba de haber utilizado como soporte de la rueca un utensilio que denominó como poyo para la rueca.
Era el tal soporte un bloque de madera cuya figura, tal como se puede apreciar en la imagen adjunta, respondía a la de un cono asentado sobre otro truncado, unidos ambos por una base común.
 
Sus medidas eran de 0,15 metros de altura y 0,14 metros de diámetro máximo.
 
Con esta breve exposición, que aquí termina, hemos querido dejar constancia de la pretérita utilización de estos singulares instrumentos —parte mínima, pero no por ello sin importancia, del patrimonio etnográfico de Cantabria— con el propósito de colaborar en mantener la memoria de unas formas de hacer ya desaparecidas.
 
Poyo para rueca
El cahavo. Según su descripción.Poyo soportando la rueca
 

Fuentes de documentación gráfica
 
ENDREI, Walter. 1968.: L'évolution des techniques du filage et du tissage, du Moyen Âge à la révolution industrielle. Ecole Pratique des Hautes Etudes. Sorbonne and Mouton Et Co. Paris.
GORP, PJM van. 1984.: Handspinnen-1 y Handspinnen-2. Nederlands Textielmuseum. Tilburg.
 

Notas
 
1 Comunicación verbal recibida de Isolina Maza Higuera, de 55 años de edad, vecina del barrio La Maza, de Arredondo, el día 27 de diciembre de 1979.
2 La información fue recibida el 12 de agosto de 1981 de Ana María García García, de 68 años de edad, y María Visitación Palacios Alonso, de 76 años de edad. Esta última me aseguraba que el cachavo lo había ideado ella.
3 He de destacar aquí mi agradecimiento al señor Luis Ángel Moreno Landeras (Del museo El Pajar, de Proaño), a quien debo la información, por su manifiesto sentido de colaboración.