ANTECEDENTES DE UNA GRAN OBRA HIDRAULICA
El ambiente político e intelectual de finales del XIX, imbuido en buena medida del pesimismo noventayochista, demandaba insistentemente la construcción de embalses. La respuesta será, en 1902, el Primer Plan Nacional de Obras Hidráulicas, sobre todo una declaración de intenciones pero que permitió conocer con exactitud la situación y planear futuras actuaciones. Un año después, en 1903, Manuel Lorenzo Pardo finaliza sus estudios de ingeniero de caminos. En sus años de estudiante y de joven ingeniero, Lorenzo Pardo se deja calar por las más positivas entre las ideas regeneracionistas, convencido de la importancia que van a tener los ingenieros "en la gran obra de transformación nacional". En buena medida las ideas de Joaquín Costa sirvieron de apoyo teórico a la política hidráulica que llevará a efecto Lorenzo Pardo.
Siempre tuvo vocación hidráulica, aunque sus primeros destinos en Barcelona -administración de carreteras- y en Madrid -Centro de Ensayos Aeronáuticos, con Leonardo Torres Quevedo- lo desviaron momentáneamente de ella. En 1905 es requerido para colaborar en la fase final del Canal de Aragón y Cataluña, y unos meses después pasa a la jefatura de Obras Públicas de Guadalajara; desechó trabajar para las compañías ferroviarias de Norte y Mediodía para lo que no se sentía preparado. En 1906 consigue el ingreso en el Cuerpo de Ingenieros, optando por el servicio hidráulico, y será destinado a la División Hidráulica del Ebro. Acaba de cumplir 25 años y Aragón le recibe con una gran sequía.
La opinión pública de Zaragoza, y sobre todo la poderosa Asociación de Labradores, urge a los técnicos del momento la búsqueda de soluciones duraderas para encontrar puntos de embalse de las aguas que permitan el riego en las tierras del secano. En la oficina de la División del Ebro se recurre al catálogo del Plan Gasset para estudiar los proyectos del Canal de Lodosa y un embalse sobre el río Aragón, obras alimentadoras, al tiempo que M. Lorenzo Pardo trata de dar forma a una gran obra reguladora, en la cabecera del Ebro, capaz de suministrar agua a todos los canales de riego del tramo medio del río (Tauste, Imperial de Aragón, Lodosa). Con esta idea se instala en Reinosa en el verano de 1906, donde contará con la eficaz ayuda de un maestro de la localidad, D. Francisco Hernández, que le proporcionará valiosa información sobre el medio físico de la zona.
Con el trabajo de campo concluido en 1908 -se repitieron varias veces los sondeos porque en el lugar elegido para el vaso aparecen arenas sueltas-, Lorenzo Pardo dará forma al primitivo proyecto de embalse de La Virga, el antecedente del gran pantano del Ebro, una presa mixta de tierra y escollera de 100 m. de longitud emplazada en Campoo de Yuso, que se dio a conocer a comienzos de 1910, y presupuestada en poco más de ocho millones y medio de pesetas.
Para 1913 M. Lorenzo Pardo ya ha ideado un proyecto más ambicioso que el de regulación anual que le iba a permitir el embalse de La Virga, es la hiperregulación, el aprovechamiento integral de las aguas de la cuenca del Ebro, que buscaba aumentar el volumen de agua aprovechable, conservar todo lo que se producía en años lluviosos para ser utilizado en estiajes prolongados, y que obligaba a un embalse siete veces superior al proyectado inicialmente. En palabras de su autor "era algo esencialmente distinto. La diferencia estriba más que en sus colosales proporciones y en la complejidad de sus elementos constitutivos, en la inmensa amplitud de sus fines, y, en relación con ellos, en el régimen característico de su funcionamiento".
Poner en práctica la hiperregulación obligaba a un hiperembalse, sólo viable en un lugar húmedo, de escasa evaporación, y nula permeabilidad del suelo, una depresión de fondo plano que permitiera almacenar mucha agua con pocos metros de altura. Y se vuelve a mirar a Campoo como el lugar ideal para el emplazamiento del definitivo proyecto de Pantano del Ebro, que se dará a conocer oficialmente en 1917. En medio de una campaña cruzada entre detractores y defensores el Consejo de Obras Públicas aprueba el proyecto y autoriza el comienzo de las obras en julio de 1921.
UN PROYECTO AMBICIOSO
Para un joven ingeniero de caminos estudiar la posibilidad de embalsar la mayor cantidad de agua con objeto de regular el río más caudaloso del país siempre es un reto, mayor cuando a principio del siglo XX la gestión del agua es un problema prioritario en una nación que ha consolidado su red ferroviaria, y el empleo regulador se centra en el riego y en el abastecimiento de agua a las poblaciones.
El martes 13 de Mayo de 1913, el corresponsal en Reinosa de El Cantábrico publica una entrevista realizada al joven ingeniero de 32 años, cuando estaba finalizando la redacción del proyecto: "Su talento audaz desechó enseguida el estudio del pantano de la Virga, concibiendo la idea magna, gigante, de cerrar un gran desfiladero, deteniendo el paso de las aguas, que se desbordarán inundando las vegas del Ebro, el Virga y el Proncio, formando un enorme lago cuyas aguas tendrán una superficie de sesenta kilómetros cuadrados (6.000 Has.) y serán suficientes para regularizar la corriente del Ebro, originando un aumento de la riqueza nacional al asegurar en todas las estaciones del año el agua que necesitan las fértiles regiones que este gran río atraviesa y evitando muchos daños de sus avenidas".
Finalizada la redacción del proyecto, Lorenzo Pardo y algunos de sus colaboradores editaron un libro, El Pantano del Ebro, 1918, para defensa y difusión de la obra. El ingeniero se encargó de la parte técnica y conceptual, llevando a cabo un trabajo detallista que aborda los principales problemas tanto de índole local como de posibilidades generales, al tiempo que hace un estudio pormenorizado de cada parcela concreta en que se divide el proyecto. Otros como Amós Salvador, en un apéndice denominado "un convencido más", defiende con énfasis el proyecto: "Parece que nada menos que el sol se encarga de manejar esas fuerzas, en servicio nuestro, creando tales vínculos entre nosotros, que más que a las provincias catalanas, se halla unida Tarragona a Santander, que es como decir que se une Cataluña a Castilla; de suerte que la Naturaleza misma quiere y proclama la unidad nacional, haciendo del Ebro su símbolo".
CAMPOO SE LO PUSO FÁCIL
En pocos lugares se podían reunir tantos condicionantes tan favorables para crear un gran embalse, a los pocos kilómetros del nacimiento del río principal: - Concurrir tres valles, el del Ebro con el Hijar y el Izarilla, y el de sus otros dos afluentes, el Virga y el Proncio, configurando una cuenca de aportación muy pequeña pero muy copiosa en recursos hídricos, con una lluvia anual media de 1.347 mm. (dato de diseño del proyecto), que otorga un volumen de 346,7 Hm³.
- La totalidad del vaso está configurado por suelo impermeable con una geología favorable y una gran experiencia en almacenar agua, pues está comprobado que por accidente geográfico en la época de emergencia de la Cordillera Cantábrica el vaso constituye el fondo colmatado de un antiguo lago, cuya desaparición ha contribuido además a la erosión superficial y lenta de las capas rocosas que lo delimitaban, creando un lugar idóneo en la cerrada de la futura presa.
- La lluvia caída directamente sobre el área del embalse es superior al agua perdida por la evaporación, al mismo tiempo que los afluentes implicados en la aportación, así como del propio Ebro, no llevan acarreos, constituyendo un espacio que no pierde capacidad para almacenar agua.
Si estas circunstancias favorecieron la elección y el posterior desarrollo del proyecto, también destaca el extraordinario comportamiento en la zona de Reinosa, por el impacto que iba a ocasionar la gran obra, porque mientras la prensa local liberal (El Ebro) apoyaba incondicionalmente la obra, la conservadora (Heraldo de Campoo) se oponía. Una Comisión de Reinosa visitó a los representantes de Santander en Cortes para protestar del proyecto del Pantano del Ebro que, según sus manifestaciones, causan perjuicios y daño a 14 pueblos de la comarca, según resaltaba El Diario Montañés en 1918. Ese mismo año el Instituto Nacional de Higiene tuvo que realizar un estudio para convencer a los más reacios que " ... ni las obras de construcción del pantano ni el pantano mismo constituirán para la comarca ninguna clase de peligros desde el punto de vista de paludismo ".
CARACTERÍSTICAS DEL EMBALSE
El proyecto aprobado en 1921 contemplaba una presa de materiales sueltos, un macizo impermeable, una pantalla y un núcleo resistente, con una altura de 24 m. Posteriormente se adoptó la solución definitiva, con presa de hormigón (gravedad) de 34 m. de altura sobre cimientos y 26 m. sobre la cota del cauce, con una longitud de coronación de 216 m. Las obras finalizaron en 1945, tras varias interrupciones, aunque no se inauguraron hasta 1952, pocos meses antes del fallecimiento de Lorenzo Pardo.
Los datos más representativos son los siguientes:
Cuenca de aportación: 46.600 Has. (1% del total del Ebro).
- Superficie del embalse: 6.253 Has.
- Embalse en Cantabria: 65%
- Cantidad de agua embalsada: 540 Hm³
- Cota sobre el nivel del mar en Alicante: 838 m.
- Capacidad de aliviadero: 560 m³/h.
- Perímetro total aproximado: 100 km.
La gran extensión inundada afectó a unas 250 viviendas y a unos 1.200 habitantes. Carreteras, ferrocarril e industrias de la zona se vieron obligados a modificar su emplazamiento.
El embalse del Ebro fue enlazado por un túnel con el complejo hidroeléctrico del Salto de Aguayo-Presa de Alsa en los años 80, configurando un seguro de suministro para el sistema reversible de los ayuntamientos de Aguayo y de Bárcena de Pie de Concha.
Posteriormente, en 1991, la empresa aragonesa Agroeléctríca Tudelana proyectó una central hidroeléctrica a pie de presa, cuyas obras finalizaron a mediados de los años 90, dando otra utilidad más a las aguas del embalse.
HACIA EL FUTURO SIN OLVIDAR EL PASADO
Hacia atrás queda la admiración al hombre que defendió la regulación de un gran río y la Confederación que él supo administrar. Desde la puesta en servicio del embalse grandes zonas de la Rioja Baja, ribera de Navarra y Aragón tuvieron asegurados los caudales circulantes por las grandes arterias de canales: Imperial de Aragón, Lodosa, Tauste ... En la actualidad, una población superior al millón de personas se abastece de este gran depósito regulador, existiendo más de 80.000 Has. de suelo regado.
Pero Campoo nunca ha visto compensado su gran sacrificio. Perder hectáreas para su desarrollo no le ha proporcionado ningún beneficio, a pesar de que el proyecto recogía variadas posibilidades. Ni tan siquiera lleva el nombre de Campoo para dar realce permanente a la mayor parte del suelo ocupado. El embalse del Ebro es conocido por la opinión pública en general, pero la de fuera de Cantabria no lo ubicaría en su lugar exacto de emplazamiento.
Con la puesta a punto del Plan Hidrológico Nacional se espera que el embalse tome el protagonismo que se merece y se acometan acciones tales como las siguientes:
- Reforestación de su contorno, dada la disponibilidad de agua necesaria para los primeros años de la plantación de los bosques.
- Depuración de aguas residuales de las poblaciones que vierten directamente al embalse y evitar en lo posible la contaminación difusa, dado que se detectan fenómenos de eutrofización en la última década.
- Implantar sistemas de regadío en las zonas de Cantabria ubicadas aguas abajo de la presa.
- Configurar espacios recreativos en el entorno del embalse y fomentar el turismo rural, que tendría que pasar necesariamente por un Plan de Fomento Social del Embalse del Ebro, la recuperación del entorno de Fontibre y la creación de un sendero del Ebro para ser incluido en el catálogo de la red de senderos europeos.
Y el Embalse también es el gran protagonista, con muchas posibilidades para configurar el sistema de abastecimiento a media autonomía (Santander y su zona de influencia) y Torrelavega. Cuando se analice el futuro, y dado que el trasvase Ebro-Besaya está realizado, sólo restaría enlazar el Besaya con Santander, que sin duda presentaría más ventajas económicas y más seguridad que las clásicas alternativas, la presa del Pas o del Pisueña, con un coste superior y un gran impacto ambiental y social.
Existe una deuda histórica con Campoo que debe ser reconocida y saldada en un momento que, tras los últimos acontecimientos con pérdida de tejido industrial, pueden crearse nuevas expectativas por la próxima apertura de la esperada autovía de la Meseta, y una mejora sustancial en la accesibilidad desde el resto de nuestra región.
BIBLIOGRAFÍA
LORENZO PARDO, M.: El Pantano del Ebro, 1918.
MARCUELLO, J.R.: Manuel Lorenzo Pardo, 1990.
El Cantábrico. Varios años.
El Diario Montañés. Varios años.
Revista de Obras Públicas. Varios años.
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