¿Jano en Cantabria? Nuevas etimologías de Bijanera, Pico Jano, Suano y similares

José Luis Gutiérrez Cebrecos

INTRODUCCIÓN
 
En este artículo trataré de las etimologías de algunos términos cántabros que contienen el radical JAN- (o sus variantes HAN-/ AN) y estudiaré su posible relación con el dios romano IANVS/ JANO, que algunos autores han supuesto. Me apresuro a responder al interrogante del título y afirmo rotundamente ya desde ahora que, como demostraré, no existe ninguna relación entre Bijanera, Pico Jano, Montehano y el dios Jano. También desmentiré la intervención del étimo "fanum" en los orónimos Pico Jano y Montehano, así como en los topónimos Soano y Suano.
 
Las etimologías que propongo, novedosas y hasta sorprendentes, podrán ser discutibles, pero al menos cumplen los requisitos exigibles en la ciencia lingüística. La de Bijanera es completamente novedosa; las de Pico Jano, Montehano y Soano/ Suano, que pueden parecer novedosas, en realidad son aplicación de una raíz ya conocida pero poco divulgada (ya que ningún autor hasta ahora la ha tenido en cuenta para estas palabras); en otras etimologías, como en la de Quintanilla de An o en la de "anjana", me limito a hacer algunos comentarios a las etimologías ya expuestas por otros investigadores.
 
La inclusión de la Bijanera en estos "Cuadernos de Campoo" está justificada porque, aunque actualmente esta fiesta sólo se celebra en Silió (Molledo), anteriormente se celebraba en otros pueblos del valle de Iguña y en los valles de Toranzo, Anievas, Polaciones... y también en Campoo1. Por otra parte, se incluyen los topónimos Suano y Quintanilla de An, que sí pertenecen al ámbito campurriano. En cuanto a otros términos ajenos a este ámbito, su inclusión es obligada porque la metodología etimológica exige estudiar conjuntamente todos los términos de una misma familia lingüística para que, apoyándose unos en otros, se refuerce la etimología propuesta.
 
 
BIJANERA
 
Año tras año, a primeros de enero, aparecen en los periódicos de Cantabria reportajes sobre la fiesta de LA BIJANERA, celebrada en Silió y calificada como "carnaval de invierno", y año tras año se repiten las mismas etimologías carentes de rigor científico y de sentido crítico.
 
Etimologías anteriores
 
Indefectiblemente se refieren los articulistas al Pico Jano como "el pico que domina el valle" (de Iguña) e interpretan su nombre como "Pico del dios Jano", lo que justificaría la etimología Bi-janera = dos Janos. Esto no tiene sentido, porque, si Jano tenía dos caras (que representarían el año viejo y el nuevo), *Bi-jano tendría cuatro. Además, otros valles en los que también se celebraba la Bijanera no disponen de un Pico Jano próximo que hubiese justificado ese nombre de la fiesta. Como veremos en el siguiente apartado, el Pico Jano tiene otro origen.
 
Otra etimología deriva Bijanera, o más bien la variante Viejanera, de "viejo-anero = viejo año", por la fecha de la celebración. Fonética y morfológicamente tal derivación es insostenible, ya que el resultado normal habría sido *Vejañera o *Añovejera. Está claro que la evolución fue la inversa: Bejanera/Bijanera se modificó, por etimología popular, en Viejanera2, cambiándose en consecuencia la B- en V-.
 
Tampoco es admisible la etimología latina "dies-ianuaria" = día de enero (o de Jano), ya que, aparte de lo impreciso de la fecha, el paso de dies a Bi-/Be- es fonéticamente imposible.
 
Nueva etimología
 
BIJANERA / BEJANERA es derivado, mediante el sufijo -era, de un primitivo *BIJANA/*BEJANA. Esta palabra, en sus dos variantes, deriva del latín Epiphania (variante de Epiphanía), a su vez del griego Epipháneia = manifestación (de la divinidad); por tanto, Bijanera significa "(fiesta) de la Epifanía". Primero se diría "la fiesta de la *Bijana", luego "la fiesta Bijanera" y, finalmente, "la Bijanera". Este significado le conviene perfectamente a una fiesta que se celebra precisamente en las proximidades del 6 de enero, fiesta de la Epifanía.
 
Aclarados ya los aspectos morfológico y semántico, sólo queda justificar la evolución fonética Epiphania > *Bijana/Bejana. Esta evolución puede parecer complicada, pero cumple adecuadamente las leyes fonéticas aplicables a cada elemento de la palabra. Veamos paso a paso tal evolución:
 
-- El prefijo griego epi- sufrió primero sonorización de la -p- intervocálica (epi- > ebi-) y luego aféresis (ebi- > bi- ); en cuanto a la -i-, se conservó en *Bijana por cultismo o bien evolucionó regularmente a -e- en *Bejana (por ser breve esta -i- en latín). La evolución epi- > bi- también se da en bizma (del gr. epíthema = emplasto). Para la alternancia i/e, compárese "epitafio", que en cast. ant. se dijo "pitafio" o "petafio", aunque aquí no hubo sonorización porque, al producirse primero la aféresis, la P ya no era intervocálica3
 
-- El paso de *Bifana/Befana a *Bihana/Behana (con -h- aspirada) y luego a
*Bijana/Bejana (por reforzamiento de la aspiración) también puede considerarse normal. Ejemplos con -h- interior: Cofiño (Ast.) > Cohiño (Arenas de Iguña) > Cogiño (Puente Viesgo)4; Los Navarros (topónimo, de Nafarros) > Naharros (topónimo) > Najarros (apellido); en el DRAE de 1992 aparece la terna de origen árabe zafarí/zaharí/ zajarí5.
 
-- La acentuación de *Bijana (en vez de *Bijanía) se debe a que se tomó la del griego Epipháneia y no la del latín Epiphanía; a esa preferencia pudo contribuir la acentuación de los nombres propios Epifanio y Epifania (que en latín también se acentuaban en la sílaba
-fa- ). Es sabido que el diptongo griego ei pasaba a i larga en latín y que, según la prosodia de este idioma, al ser larga la vocal de la penúltima sílaba, el acento de la palabra debe caer sobre esa sílaba6.
 
-- Más difícil de explicar es la terminación -ana de *Bijana, ya que se esperaría la terminación -aña procedente de -ania. Este cambio -aña > -ana se deberá a la existencia de /forana/foraña (= forastera), campana7 /campaña (del lat. tardío campania), derivados de campus. En el caso de Bijana, se prefirió -ana a -aña. Tenemos un caso similar en la alternancia zanfoña/zanfona (también zampoña), de symphonia (no de symphonía > zanfonía), con pérdida de la yod: -nía > -na.
 
Confirmación de la etimología
 
Lamentablemente, en castellano no se ha registrado ninguna de las palabras que he supuesto como étimo de la que nos ocupa, en ninguna de sus fases de evolución: no se documentan ni *befana/ behana/bejana ni sus variantes con bi-; pero, afortunadamente, existe una palabra italiana que confirma contundentemente lo acertado de la etimología que acabo de exponer. Se trata de "befana".
 
Los diccionarios italianos definen "befana" como: "La fiesta de la Epifanía (6 de enero). Los regalos que se hacen por la Epifanía. La vieja que la leyenda imagina que trae regalos a los niños la noche del 5 al 6 de enero" (como en nuestra noche de Reyes)8. Por si fuera poco, también existen en italiano dialectal las interesantes formas intermedias "befania" y "pefana" que corroboran la evolución fonética que habíamos aplicado a nuestra *befana/ bejana. Naturalmente, todos los diccionarios italianos derivan estas palabras de "Epifanía". Aparte de las diferencias etnográficas, resulta evidente que la "befana" italiana tiene el mismo origen que la *bejana cántabra, de la que deriva "Bejanera". Incluso coincide la evolución fonética: misma sonoriza­ción, misma aféresis, misma posición del acento, misma terminación -ana; la única diferencia entre la palabra italiana y la cántabra es que el italiano conserva la -f- original y, en nuestro caso, la -f- evolucionó a -h- aspirada y más tarde a -j-.
 
Cabe preguntarse si el término befana pudo importarse de Italia. Teniendo en cuenta la distinta expresión folclórica de las dos celebraciones y la posterior evolución fonética de la forma cántabra, hay que concluir que el proceso lingüístico fue idependiente en las dos penínsulas.
 
Comentarios
 
Una vez conocida esta palabra italiana, ya no se puede dudar de que el étimo de Bijanera/Beja nera es Epiphania. De acuerdo con su etimología, tampoco puede haber dudas en cuanto a la ortografía: debe escribirse con B (por proceder de P) y no con V.
 
Resulta tentador aplicar este proceso fonético a la etimología, hasta ahora desconocida, del topónimo Bejorís/Vejorís (Santiurde de Toranzo), que comienza por Bej- como Bejanera y presenta la misma alternancia B/V9. Por ese camino llegaríamos a un étimo *Epiphorisius (de *Epiphoresius, por itacismo), posible nombre propio de origen griego (cf. epíphoros = favorable, epiphoreo = aportar, sufijo -sis de acción). Entonces Bejorís vendría de [villa o fundus) *Epiphorisii = "(posesiones) de *Epiforisio", pasando por *Beforís. Claro está que esta etimología es hipotética hasta que se pueda comprobar si este nombre figura en los diccionarios de onomástica.
 
Inicialmente había pensado yo que Bijanera podría derivar directamente de la variante latina Epiphanea10, que daría *Bijanea y luego Bijanera por cambio de sufijo (como en galea > galera, trinchea > trinchera, romeo > romero). Sin embargo, teniendo en cuenta la "befana" italiana, este razonamiento huelga. Por otra parte, la existencia de bijanero ("muñeco de trapos del tamaño y figura de un viejo, en cuyos bolsillos han metido coplas o recomendaciones para personas conocidas y determinadas"11) nos muestra que -era y -ero son sufijos añadidos a *Bijana.
 
Aunque en la antigua Roma se celebraban las Ianuaria o Ianualia, fiestas de las calendas de enero (mes consagrado a Ianus/Jano)12 y aunque las fechas de ambas celebraciones casi coinciden, ello, por las razones aducidas, no nos autoriza a derivar de ahí la palabra "Bijanera". Si bien el origen etnográfico de la Bijanera parece ser pagano, el origen etimológico es cristiano y, por tanto, sin relación con Jano13.
 
Una última consideración: Aunque la palabra Bijanera parece que sólo está documentada desde fecha relativamente reciente, el uso de la misma, de acuerdo con la nueva etimología, tuvo que ser anterior al s. X, ya que en torno a ese siglo se produjo en el norte de Castilla el cambio de la F latina a la H aspirada del castellano antiguo; más tarde, una vez aprendida la pronunciación de la F, se hubiese dicho *Bifanera o *Befanera. 
 
Zamarrones, zamarracos o zarramacos
 
Como apéndice de la Bijanera, trataré de explicar el origen de zamarrón, zamarraco, etc., términos aplicados a uno de los personajes de esta fiesta, llamados en general "bijaneros".
 
El punto de partida, que explica todas las variantes, ha de ser zaharrón (persona disfrazada ridículamente), de origen incierto14. Como la zamarra o pelliza es una prenda característica de este personaje, que también aparece en los carnavales de algunos lugares, zaharrón se transformó popu­larmente en zamarrón y, con otro sufijo, zamarraco; finalmente, estos términos se alteraron por metátesis (m-rr > rr-m) en zarramón y zarramaco, respectivamente. Zamarraco y zarramaco, aunque de aspecto vasco, en realidad se han formado con el sufijo despectivo -acó, como conviene al zama- rrón/zarramón15.
 
No son éstas las únicas variantes de zaharrón. Como la -h- se pronunciaba con aspiración, era fácil que esta palabra pasase a zagarrón, con influjo de zaga, puesto que los zaharrones iban detrás de las comitivas de las fiestas espantando a los niños. Por otra parte, zamarrón también sufrió una metátesis diferente (z-m > m-z) y se alteró en mazarrón; a ello ayudaría el nombre de la conocida población de Mazarrón (Murcia).
 
Otras variantes: Zarragón (metátesis del ya mencionado zagarrón), zurramaco (alteración de zarramaco), zorromoco, zurrumero, zarramasquero (influido por máscara), etc16. Si se quisiesen unificar todas estas variantes, podría recuperarse la vieja palabra "zaharrón", o su forma reducida "zarrón", como se dice en los carnavales de Atienza (Guad.).
 
PICO JANO y MONTEHANO
 
En Cantabria hay dos picos llamados Jano: uno en Iguña y otro en Liébana. Montehano (Escalante) es a la vez nombre de monte y nombre de la población próxima a él. Dada la aparente semejanza de Pico Jano y Montehano, trataré de ambos orónimos conjuntamente en este apartado.
 
Etimologías anteriores
 
Para el Pico Jano también vuelven algunos a hacer referencia al dios Jano. Esta etimología es inaceptable, pues el Pico Jano de Iguña coexiste actualmente con la variante Pico Ano. Esta forma (o Hano, como en Montehano) no puede venir de Ianus (= Jano), ya que esta I-/J- latina no se pierde en sílaba tónica: jacet dio yace, pero *jectare (por el clásico jactare) dio echar; en los cultismos acabó pronunciándose con J castellana, como en jactarse y en Jano (dios).
 
Otra etimología, generalmente aceptada y válida para Pico Jano y para Montehano, se basa en el latín fanum = templo. Fonéticamente sería admisible, pues la evolución F > H > J (no así la de J > F/H) es tan normal como la que vimos en Bijanera y la que se da p. ej. en fondo > hondo >jondo,fila > hila >jila, huelga (de folgar) > juerga, etc. Sin embargo, esta etimología tropieza con una grave dificultad: Fanum nunca pasó al latín vulgar17, siendo sustituido por el cultismo templo (en cast. ant. tiemplo). Por tanto, si Fano es un cultismo (además sin uso), no pudo, por definición, evolucionar popularmente a Hano y más tarde a Jano. Luego hay que desechar esa etimología.
 
Por supuesto, también hay que desechar la creencia popular que fusiona las dos teorías anteriores y, refiriéndose a Montehano, atribuye la denominación de ese monte a que allí debió de existir un antiguo templo romano de adoración al dios Jano18.
 
Tampoco convence considerar a fano, segundo componente de Montehano, como un derivado regresivo de fanal (farol empleado como guía de navegantes), que en este caso sería un faro en la cima del *Monte-(del)-fano. Aparte de que todo esto es hipotético (tanto la existencia del faro como la existencia de la palabra fano = fanal o farol19), hay que tener en cuenta que la primera documentación de fanal (palabra tomada del it.fanale) es de 1570 y, como vimos al final del apartado "Bijanera", en esa época la distribución de F y H (procedente de F) ya se había fijado en castellano; luego *Fano, en ese sentido, no pudo pasar a Hano ni a Jano.
 
Citaré como curiosidad la etimología que se ha propuesto para Monte-Hano: lat. anus = anillo o aro, por la forma "circular" (?) de dicho monte. De Anus no puede surgir un Hano con H- inicialmente aspirada.
 
Todas estas etimologías tienen el defecto de que están construidas en aposición, cuando lo normal sería que se hubiese dicho "Pico de Jano", "Monte del Hano" o, popularmente, "*Montelano".
 
Nueva etimología
 
Si tenemos en cuenta las variantes Pico Jano y Pico Ano (citadas en "Etimologías anteriores"), así comoMonte-Hano (obviamente relacionado con la denominación del pico Jano/Ano), hemos de llegar a la conclusión de que las tres variantes sólo pueden proceder de un primitivo Fano. Ahora bien, este Fano no puede ser descendiente del latín fanum, como ya demostramos; ha de tratarse de otra palabra de radical fan-. Por otra parte, dada la con­cordancia con Pico y con Monte, dicha palabra ha de ser un adjetivo que califica a ambos sustantivos. Este importante detalle queda confirmado por la existencia en Asturias (Peñamellera, zona con fonética ya castellana) de Peña Jana (cerca de Panes) y Sierra Jana, donde también hay concordancia de género20. ¿Qué significado tendrá este adjetivo "fano/fana"?
 
Existe una raíz *fan(n)-, probablemente de origen prerromano, cuyo significado es "mocho, despuntado, recortado, achatado". Esta raíz aparece en el nombre de pez "faneca" (especie de abadejo p­queño de cabeza achatada), tomado del gallego21, idioma en que el adjetivo faneco significa "mocho, desorejado" y fanar es "desmochar, despuntar". Otro derivado de *fann- (con dos enes) es el castellano "fañar", incluido en el DRAE con la definición "marcar o señalar las orejas de los animales por medio de un corte", aunque este diccionario no indica su etimología.
 
El significado de esta raíz se ajusta perfectamente al perfil de Montehano: monte cónico, pero con la cúspide roma o achatada, como si hubi­se sido desmochada (véase aquí su fotografía). El Pico Jano de Iguña también es más o menos cónico con la cumbre despuntada (véase su fotografía). En cuanto al Pico Jano de Liébana, su perfil ya no es claramente cónico, pero, con un poco de buena voluntad, podemos aceptar que cumple la condición de tener la cumbre aplanada. Para otros orónimos o topónimos como los que estudiaremos más adelante, los montes o picos pueden no ser tan paradigmáticos como Montehano, pero sí han de tener la cumbre achatada o con aspecto de mutilada o recortada (compárese Montserrat = monte serrado), siempre que se la mire desde el lugar apropiado.
 
El adjetivo "fano", derivado de la variante *fan- (con una ene) de la raíz, no es hipotético, ya que en las "Coplas de Mingo Revulgo" (anteriores a 1485) se menciona un "Cerro Fano" = "cerro mocho", con F- conservada22. También existe en Asturias un "Picu Fanu", hermano de nuestro Pico Jano23.
 
En conclusión, PICO JANO (ant. Pico Fano) significa "pico mocho" y MONTEHANO (ant. Monte Fano) significa "monte mocho". Fano pasó inicialmente a Hano con H- aspirada y luego, cuando la aspiración dejó de practicarse, se reforzó ésta pronunciándola como J- (dando Jano en Iguña), o bien se convirtió en H- muda (caso de Monte- hano) o simplemente desapareció (dando Ano en Aguayo).
 
En contraste con los montes o picos "fanos", existen montes "agudos", es decir, no mochos: Monte Agudo (isla de; la mayor de las Cíes, Pont.), Monteagudo (en varias prov.) y Montagut (Tarr.). Para la utilización del concepto de "mocho" (y por tanto de "fano") a seres inanimados, compárese con Castromocho (Pal.) y Torremocha (en varias prov.).
 
Otras variantes
 
El apellido Monteano es otra grafía de Montehano. Sin embargo, Monteana (cerca de Gijón), por no conservar la F del bable "fano" y por no haber concordancia (sust. masc. con adj. fem.), posiblemente proceda de Monte (d') Ana.
 
Otra variante de Montehano es Montiano (Valle de Mena, Burgos), situado al pie de un monte; por tanto, ha de significar lo mismo.
En cuanto al topónimo gallego Montán (Lugo), al no conservar la F de "fano", no será reducción de Mont(e)-(h)an(o), sino que, como el apellido Montano, será lo mismo que "montano" = montañés. El mismo origen tendrán el Montán de Castellón y su derivado Montanejos, próximo a él.
 
El apellido Montejano podría ser equivalente a Monte-Jano o Monte-hano; pero, como no parece ser topónimo (al menos no lo he encontrado), será más bien el gentilicio de Montejo (varias prov.), como "montijano" lo es de Montijo ( Bad.).
 
SOANO y SUANO
 
Lo primero que hay que decir de estos dos topónimos es que Suano (Campoo de Suso) es evolución fonética normal de Soano (Arnuero), como p. ej. en roano > ruano, bohedo (Boedo como topónimo) > buhedo, ant. Johan > Juan; además, Suano está documentado también como Soano. Por tanto, en adelante trataremos sólo de la etimología de Soano.
 
Antecedentes
 
Como Soano está documentado "Sofano" en 1114 (y simplemente "Fano" en 1203), ya podemos adelantar que SOANO viene de "So-hano", y éste de "So-fano"; es decir: "bajo el fano". Estudiemos, pues, previamente el significado de este "fano". Ya vimos que no puede estar relacionado con el dios Jano ni con "fanum" = templo; será otra cosa.
 
Hasta ahora, mi investigación creo que ha discurrido por terreno seguro; en adelante me moveré por un terreno algo resbaladizo, es decir, basado en hipótesis; pero se trata de hipótesis razonables. Veamos:
 
Existen varias localidades llamadas FANO en Asturias (Gijón, Colunga, Parres, Ponga) más el aumentativo Fanón (Luarca); según Menéndez Pidal ("Oríg. del esp.", 41, 8 b), hay otro Fano en Vizcaya, que no he podido localizar. Es natural suponer que el adjetivo "fano" (ya estudiado) se sustantivase, como sucedió con "alto", "bajo", "llano", "somo", "claro", etc. o con "mojón fito" (docum. en 1100, del lat. fictus = hincado; comp. Pedrafita, Piedrahita, etc. = "piedra hincada"), que acabó simplificado en el sustantivo "hito". Primero se diría "el monte fano" y luego simplemente "el fano" = "el monte mocho"24. Esta hipótesis se confirma al comprobar que los topónimos "Fano" asturianos se encuentran al pie de sendas montañas25. M. Pidal (ibídem) hace derivar este Fano de Fanum. Es posible que se trate de una rara supervivencia del latín clásico, pero, por las razones antes aducidas, me parece más convincente la etimología que he expuesto: "Fano" = "monte recortado de alguna manera". Caso distinto es el Fano de Italia (en Las Marcas), ya que el nombre de esta población procede de Fanum Fortunae = templo dedicado a la diosa Fortuna.
 
Este sustantivo "fano" también está presente en la península de La Magdalena de Santander, donde existe el cabo de ANO y en cuya cumbre existió el castillo o fortín de (H)ANO, donde ahora está el palacio. La configuración de este montículo, también llamado "monte Hano" (funcionando aquí Hano como adjetivo), apoya una vez más el significado de "monte achatado".
 
Nueva etimología
 
Si aceptamos la etimología indicada para el topónimo Fano (= monte mocho), hemos de concluir que SOANO y SUANO significan "bajo el monte mocho" (o de cumbre recortada). De hecho, Soano se halla al pie de una montaña "llamada antes Fano o Hano"26 (actualmente El Cincho) y Suano, al pie del monte Mezuz. En el caso campurriano, se trata más bien de una loma, pero, vista de costado, presenta un perfil similar al de Montehano (como se ve en la fotografía). Para la formación con el prefijo so-, comp. Sopeña, Somonte, etc.
 
Sin embargo, el topónimo gallego SOÁN (Lugo), que parece el equivalente de Soano, ha de tener otro origen, pues en ese idioma se hubiese dicho *Sofán. En realidad, Soán es el equivalente del topónimo castellano Solano (Burgos y Huesca).
 
En cuanto a SOMOANO (apellido y sin duda microtopónimo), también hay que rechazar el étimo fanum, por las razones ya indicadas; además, si derivase de ahí, significaría "lo más alto del templo", lo cual no tiene sentido en un topónimo. Teniendo en cuenta que tanto "somo" como "hano", según hemos visto, pueden tener la función de sustantivos o de adjetivos, cabe interpretar este término como "somo mocho" (sust. + adj.) o como "lo más alto del hano" (adj. + sust.). Yo me inclino por lo segundo, ya que está en consonancia con otros topónimos como Somarriba, Somahoz, Somaconcha, Somaloma, Somballe... = lo más alto de la ribera, de la hoz, de la concha, de la loma, del valle..., respectivamente. Así pues, Somoano significa "lo más alto del hano" y Soano/Suano, lo opuesto: "debajo del hano".
 
Otros términos relacionados
 
Veamos ahora otros topónimos u orónimos que parecen estar relacionados con la raíz *fan(n)-, además de las arriba mencionadas Peña Jana y Sierra Jana: Existe un pico cerca de Saucelle (Sal.) llamado JANA. Seguramente se trata del femenino de Pico Jano, suponiendo que concuerda con el sustantivo implícito Peña o Montaña.
 
En la Sierra de Gata (zona en la que dialectal mente también se aspira la H) tenemos otro pico llamado JAÑONA (en la divisoria Sal.-Các.). Se tratará igualmente  de un derivado aumentativo de (Peña o Montaña) *Jaña; es decir, "gran peña mocha". En este caso, la raíz en que se basa este orónimo es *fann- (con dos enes), como en "fañar".
 
Sin embargo, el pueblo LA FANA (a unos 3 km de Gijón), aunque está cerca de un monte o peña (lo que podría justificar su significado de "despu­tada"), admite otra interpretación: una "fana" en Asturias es lo mismo que un "argayo" (desprendimiento de tierra y piedras por la ladera de un monte); para salir de dudas, habría que conocer el terreno. De todos modos, este segundo sentido se explica por la misma raíz *fan- que el primero27, pasando por la idea de "arrancar, desprender". Derivado de esta Fana será el topónimo también asturiano Fanes (pl. de Fana); sin embargo La Fañosa (Tineo) probablemente signifique lo mismo que La Fenosa (Cudillero): lugar abundante en heno (del latín fenum).
 
FAO (La Cor.), con pérdida de -n- simple, no se corresponde bien con los demás derivados gallegos procedentes de -nn-; ¿será adaptación del cast. ant. "fano"?
 
ANCILLO (Argoños y Soba) puede considerarse un diminutivo de Ano/Hano, es decir, "pequeño hano", formado como Soncillo = "pequeño somo" y de significado similar: "pequeña elevación del terreno"28 o "montículo aplanado"; de hecho, el Ancillo de Argoños ocupa un montículo que domina la marisma de Santoña y el de Soba se encuentra al pie de la Sierra del Hornijo29. El inconveniente de que la derivación en -cilio no sea la habitual en palabras terminadas en -o, se salva si tomamos como modelo excepciones como p. ej. mano > manilla y manecilla o llano > llanillo y llanecillo; en nuestro caso, el diminutivo de "Hano" sería primero *Hanecillo y luego Ancillo por síncopa. Sin duda se eligió este diminutivo irregular para evitar la homonimia con "anillo" (del lat. "anellus")30.
 
Desde luego es inaceptable la etimología que considera Ancillo como disimilación de *Anchillo, pues no se cumplirían las leyes estudiadas por M. Pidal para las disimilaciones de consonantes31. Por el mismo motivo, tampoco se puede aducir como modelo la supuesta etimología de Concilla (Cueto de la, Polaciones), puesto que Concilla no es disimilación de *Conchilla, sino que procede claramente de *Conc(h)ella, dimin. de Conc(h)a = concha32. Por otra parte, no se comprende bien el sentido que tendría "anchillo" aplicado a un pueblo.
 
ANERO (Ribamontán al Monte) puede ser también derivado de (h)ano, como "otero" es derivvdo del cast. ant. "oto" = alto. De hecho, el pueblo se encuentra también al pie de una montaña destacada o "hano". Esta etimología me parece más convincente que la basada en el gentilicio latino Anarius.
 
Para completar el cuadro de esta familia de los derivados de la raíz *fan(n)-, sólo me resta apuntar la posibilidad de que algunos topónimos (y apellidos) vascos que contienen el componente ANO deriven también de esa raíz -bien por pérdida de la F- del fano original (lo que es normal en vasco) o bien por préstamo de la forma castellana "hano"-, ya que, según cierto autor (poco fiable, a juzgar por las numerosas etimologías erróneas que contiene su obra), Arguiñano p. ej. significaría "colina luminosa, vistosa". Teóricamente, no habría inconveniente en aceptarlo, pues p. ej. el doblete Otano/Otaño se correspondería con la doble forma de la raíz *fan-/ fann-: Otano < ote + ano y Otaño < ote + año = "colina de tojos o árgomas", similar a Otamendi = monte de tojos.
El problema está en que el diccionario vasco de Azkue no recoge este "ano" = colina, sino otro "ano" con el significado, entre otros, de "forraje". Por tanto, Anoeta (cerca de Tolosa, Guip.) no significaría "lugar de colinas" (igual que Anero, según mi hipótesis), sino "lugar de forraje, herrenal" (lo mismo que Reinosa o Renedo, según mi etimología de estos topónimos)33. Por otra parte, sorprende que tampoco se registren las variantes esperadas "fano" y "paño" (cf. fiko/piko/iko = higo). También existe la posibilidad de que, en otros casos, -ano/-año esté tomado del sufijo latino -anus/anius: Arguiñano = propiedad del cantero (?)34. Como se ve, el asunto es complejo y habría que estudiar caso por caso; por tanto, dejo en manos de los especialistas en vasco dilucidar esta cuestión.
 
 
QUINTANILLA DE AN
 
Podría pensarse que, en QUINTANILLA DE AN (Valderredible), este "An" también pertenece a la familia de la que venimos tratando, de la raíz *fan(n)- = "mocho" (referido a montes o picos); pero hay que descartar esa idea, por los siguientes motivos:
-- El monte del pueblo no tiene las características destacadas de los "fanos" estudiados en el apartado anterior.
-- La apócope (que en este caso sería Ano > An) no es normal en los nombres comunes castellanos terminados en -o; por eso, al tratar de Ancillo, no lo derivé de la supuesta forma apocopada An, sino de Hano, pasando por *Anecillo. En cambio los nombres propios de persona tienen otro tratamiento, como veremos más adelante.
-- La razón definitiva nos la proporciona la documentación antigua: este pueblo se menciona en el s. XIV como Quintana Hanne.
 
Por esta construcción, que es casi latina, se ve claramente que Hanne es evolución del genitivo Hanni o Fanni, siendo Hannus o Fannus > Hanno35 el nombre del poseedor de la quintana. Así pues, Quintanilla de An significa "pequeña quintana de Hanno". Compárese p. ej. con Quintanamanil = Quintana de Manilio36.
 
El nombre de persona antiguo Hanno, de origen prerromano, está documentado también con las variantes Anno, Anni, Fanne, Fann, Fan y, como apellido patronímico, con los derivados Hanniz, Fanniz y el moderno Fáñez (véanse las referencias de la nota 35).
 
Este nombre aparece también en los topónimos Villahán (Palencia) y Villafañe (León), procedentes de Villa Hanni/Fanni y no del latín más bien poético amnis = "río" (palabra que no pasó al romance) ni del nombre latino Annius ni del nombre árabe Hanna, como se ha afirmado, ya que las variantes con F- no son favorables a esos orígenes. Otro topónimo de la familia es Castillo-Alvaráñez = Álvar(o) Fáñez (Cuenca).
 
En el nombre moderno de Quintanilla de An, la forma "An" no deriva del genitivo latino Hanni (pues entonces sobraría la preposición "de"), sino del castellano antiguo Hanno apocopado. Es sabido que los nombres de pila terminados en -o normalmente se apocopaban en situación proclítica (antes del apellido): Román, Julián, Millán (de Emiliano), Per (de Pero < Pedro), etc., pero luego se generalizó la apócope en cualquier posición37. En nuestro caso, Hanno se redujo a An y por tanto, en la construcción ya castellana, se requería la preposición "de".
 
Ya es más aventurado relacionar este nombre propio con la raíz del adj. y sust. "fano" antes estudiado ; pero no parece descabellado intentarlo, ya que, siendo las dos raíces iguales y en ambos casos de origen prerromano, cabe preguntarse: ¿por qué no puede ser el nombre de persona un caso particu­lar de la raíz *fan(n)-? En ese supuesto, el nombre de varón Hanno/Fanno se aplicaría inicialmente a una persona chata, desorejada o con algún "recorte" similar38. Compárense los nombres latinos basados en defectos físicos: Claudius = cojo, Plautus = de pies planos, Balbius > Balbinus = tartamudo, etc.
 
 
ANJANA
 
Dada su semejanza formal con Jano, incluyo aquí, a modo de apéndice, la etimología de "anjana", ya que, aunque es conocida, puede ser interesante divulgarla. Aquí tampoco interviene el dios Jano (como se ha llegado a decir) pero sí lo hace una diosa romana: Diana.
 
ANJANA, "ser mitológico (de Cantabria), especie de bruja inofensiva"39, proviene del nombre de la diosa Diana. Esta etimología ya la indicó Menéndez Pidal y la corroboró Joan Corominas (véase su Dicc. Etim. s. v. "xana"). El detalle de la evolución fonética es como sigue:
 
-- El latín Di-a-na (trisílabo) pasó a pronunciarse Dia-na (bisílabo) y luego Jana (pron. en cast. ant. con J francesa). La forma Jana está documentada en el latín vulgar de una glosa con la aclaración "dea silvarum" = diosa de los bosques. Esta evolución se produjo también p. ej. en lat. diurnum > ir. ant. jorn > ir. jour40.
-- La J sonora de Jana se ensordeció, dando Xana (pron. en cast. ant. con SH inglesa); esa es la grafía y la pronunciación del asturiano “xana” (hada o ninfa de las fuentes).
-- Xana pasó a pronunciarse Jana, con J del castellano moderno, según evolución fonética general de este idioma (cf. Quixote > Quijote). "Jana" se dice en León y en algunos lugares cántabros (según la Gran Enciclopedia de Cantabria s. v. "anjana").
-- Debido al empleo frecuente con artículo, la jana se transformó en l’ajana y luego en la ajana.
-- Finalmente, la ajana, y sobre todo una ajana, se convirtieron en la anjana y una anjana por propagación de la nasalidad (como en mazana > manzana).
 
Veamos ahora la evolución semántica: Diana (de la misma raíz que día) era otro nombre de la luna (de la misma raíz que luz); ambos términos significan "la luminosa" (de noche). Por ello a Diana, además de diosa de la caza y de los bosques, se la consideraba diosa de la noche41; de ahí sus connotaciones "nocturnas", ya que presidía los ritos mágicos. La diosa
griega equivalente a Diana era Artemia/Artemis/Artemisia, que llevaba un cortejo de ninfas. Todo esto dio como resultado que, más tarde, diana/jana se convirtiese en nombre común de las ninfas o de cualquier divinidad silvestre, sobre todo nocturna; de ahí a "hada" y "bruja" hay sólo un pequeño paso.
 
ONJANA es una variante de anjana "seguramente por cruce con ojáncano" (cíclope de la mitología cántabra), como dice J. Corominas (1. cit.).
 
La variante IJANA (así en el valle de Aras, según la Gran Encicl. de Cant.) puede explicarse, en mi opinión, si suponemos una forma intermedia la *ejana, por disimilación de la forma primitiva la ajana; de la *ejana se pasaría a la_ijana (con diptongo ai) y luego a la ijana, como en la eglesia (cast. ant.) > la iglesia. En la variante asturiana injana también se produjo propagación de la nasalidad.
 
Además de la "xana" asturiana y de las variantes cántabras mencionadas, hay otros equivalentes extranjeros a nuestra "anjana", todos procedentes de Diana: port. o (hada que hila por la noche) en el Algarbe/Algarve; fr. ant. gene, occ. ant. jana, rum. zina, etc. (éstos con el sentido de "hada" o "bruja").
 
 
CONCLUSIÓN
 
Siento haber desilusionado a muchos cántabros que aceptaban el origen "divino" (por el mitológico dios Jano), o la existencia de templos en lugares inverosímiles, para explicar algunos de los términos tratados en este artículo; pero la Lingüística es una ciencia y hay que seguir su metodología y acatar sus leyes. Por ello, confío en que mis razonamientos hayan convencido, al menos a los lingüistas, de que esas etimologías eran erróneas.
 
Volviendo al interrogante del título, hemos visto que IANVS / JANO no está presente ni en la Bijanera ni en ningún pico de Cantabria. La única palabra relacionada con dicho dios que pervive en castellano es "enero", del latín vulgar ien(u)arius (latín clásico ianuarius), mes dedicado a Jano.
 
 
NOTAS
 
1 También han existido fiestas similares en Asturias, Maragatería y País vascofrancés.
2 Este influjo pudo deberse al viejo año o al personaje de la vieja que participa en estas fiestas.
3 Otro ejemplo: epíscopus dio en cast. ant. bispo (luego obispó). Existe un paralelismo con el prefijo apo-: de apotheca derivan bodega y botica, también con aféresis y sonorización.
4 Así está escrito en mapa del I. G. Catastral esc. 1/50 000 n° 58, ed. 1934, para reflejar,
incorrectamente, la pronunciación oída Cojiño.
5 En la edición de 2001 se ha eliminado la variante intermedia zaharí.
6 Un ejemplo comparable al de Epifanía es el del griego Akadémeia, que pasó al latín Aca­ demía (acentuación regular) y también a Academia (con la acentuación griega); ésta fue la variante que triunfó en castellano.
7 De la región italiana de Campania, lugar de origen de las campanas.
8 He tomado esta definición del "Dizionario Italiano" de la Biblioteca Universale Rizzoli. Otros diccionarios añaden, con distintas localizaciones: "Mítico personaje en forma de horrible vieja que pasa por la tierra del 1 al 6 de enero. Bruja que creían los niños que bajaba por la chimenea la noche de Reyes. Fantoche de trapos...".
9 Es comprensible que, cuando una palabra no se puede relacionar fácilmente con otras de la misma familia, o cuando se desconoce su etimología, la ortografía sea vacilante.
10 En algunos casos, el diptongo griego ei pasaba al latín como e larga: panákeia > panacea, mouseion > museum, etc
11 Recogí esta definición de unos apuntes mecanografiados del Duende de Campoo para su "Vocabulario campurriano".
12 Según el dicc. Espasa (s. v. "Janual"), Januales son las "fiestas en honor de Jano que se celebraban en la antigua Roma el 1º de enero. (...) Los amigos y parientes se enviaban mutuamente sus aguinaldos...".
13 Lo mismo puede decirse del carnaval o carnestolendas, fiesta de origen pagano, pero cuyo nombre alude a la Cuaresma que viene después. También el Hallowe'en (= víspera de los santos) tiene nombre cristiano, aunque su origen etnográfico sea celta.
14 Según J. Corominas, "probablemente de un derivado del árabe sahr = acción de burlarse o escarnecer" (Dicc. Crítico Etim. de la L. Cast. s. v. "zaharrón").
15 Ejemplos de -aco: libraco, pajarraco y, añadiéndolo al sufijo -arr-, tiparraco (= tipejo), bicharraco, etc.
16 Pueden verse estas y otras variantes en Corominas, ibídem.
17 El DRAE incluye indebidamente “fano” con la marca de “antiguo”, pero se trata de un cultismo aislado de latinistas. Sólo están en uso los cultismos fanático, profano y sus derivados.
18 La colina romana del Gianicolo sí estaba dedicada a Jano, pero en este caso su denominación se ha conservado ininterrumpidamente desde la época de la Roma antigua y ha evolucionado regularmente (< lat. laniculum). El Janículo del castellano es cultismo.
19 Tampoco existe un cultismo *fano tomado directamente del griego phanós= luz, antorcha.
20 Algunos dicen Pico Jana, pero se tratará de una modificación tardía debida al desconocimiento de ese adjetivo, tomándolo por sustantivo invariable. No creo que esta Jana sea el equivalente castellano del asturiano Xana = "anjana", de la que hablaremos más adelante.
21 En castellano se habría dicho *fañeca, por las dos enes de la raíz.
22 Obsérvese que este “Fano” aparece un siglo antes de la introducción del italianismo “fanal” y, por tanto, es anterior al supuesto “fano = faro”.
23 Debo la información que me condujo a esta aparentemente "nueva" etimología al Dicc. Etim. de J. Corominas s. v. "fanático" (nota 1) y "faneca" q. v.
24 En el mapa del I. G. Catastral esc. 1/50 000 n° 83 aparecen dos microtopónimos, Braña de Jano y Braña de Ano, que parecen indicar que (J)ANO ya se ha sustantivado para referirse al Pico Jano.
25 Es de suponer que, al caer en desuso el adj. "fano", se olvidaría su significado y, consiguientemente, el del sust. "fano". Por ello, no puede extrañar que, en algún caso, se llamase "fano/hano/ano" a cualquier montaña destacada, aunque no tuviese la típica forma de Montehano.
26 Así lo afirma Alberto González Rodríguez en su "Dicc. etim. de la toponimia mayor de Cantabria"(ESTVDIO, 1999). De este autor he tomado también las variantes antiguas y fechas de documentación de Soano y Suano.
27 Así opinaba J. Corominas. Véase su Dicc. Etim. s. v. "fanático".
28 Ya expuse esta etimología de Soncillo en mi art. "El relieve" en "Cuadernos de Campoo" n° 49, pág. 32. Si Soncillo viene de *Sum(mi)- cellu, Ancillo vendría de *Fan(ni)cellu.
29 Hablando de elevaciones del terreno, aprovecho para proponer mi etimología de Liendo (munic. cánt. que se eleva desde la costa hasta el alto de Guriezo), ya que nadie ha propuesto otra. Se trataría de una variante de leudo (ant. liebdo) del lat. vg. *lévitus = levantado (como Somo). Generalmente este adj. se aplica a la masa elevada por la levadura. Véase Dicc. Etim. de Corominas s. v. "leve", nota 6.
30 En la microtoponimia de Carmona de Cabuérniga también hay un "Prado del Ancilio".
31 "Manual de Gram. Hist. Esp.", 66, 2, final. En este caso, la -ch- es explosiva apoyada en la consonante precedente y va en sílaba acentuada; luego no puede ser ésta la consonante disimilada.
32 Véase "Cuad. de Campoo" n° 49, págs. 31-32.
33 Véase "Cuad. de Campoo" n° 2, págs. 16-22.
34 Algunos Interpretan Echano como dimin. de etxe = casa; pero no he podido confirmar la existencia de ese sufijo -no. El dicc. de Azkue no lo recoge.
35 M. Pidal creía que la forma original era Hanno, siendo Fanno ultracorrección (o sustitución, por equivalencia acústica) de la H ("Oríg. del esp.", 41, 2, nota 4); en cambio J. Corominas ("Dicc. Etim." s. v. "fanático") consideraba la posibilidad de que el nombre propio tuviese relación con la raíz *fan(n)~ de "fañar".
36 Véase "Cuad. de Campoo" n° 16, págs. 18-19.
37 Véase M. Pidal, "Oríg. del esp.", 36, 1.
38 Todavía en gallego se llama fanado al "mellado" (falto de uno o más dientes), part. pas. del verbo fanar mencionado en el apartado “Pico Jano y Montehano”.
39 Esta es la definición de García Lomas para la variante "onjana". El DRAE no incluye ninguna de las variantes.
40 Otro ejemplo: El latín diaria (plural de diarium) dio en castellano jera/hiera (en DRAE) y yera (grafía no incluida en DRAE, a pesar de ser la etimológicamente correcta) = "tierra de labor arada en un día"; probablemente de aquí proceda el topónimo Yera (Vega de Pas).
41 Según la Enciclopedia Espasa, "las xanas se ocultan al salir el sol".