Juan José Guerrero Urreisti. Creador de la polifonía popular y del folclore campurriano

Rosa María Conde López

Juan Guerrero con su esposa Paula y sus dos hijos Pilar y Juan Antonio. 1946

    Este año se cumple el centenario del nacimiento del compositor Juan José Guerrero Urreisti, uno de los compositores más representativos de la música regional costumbrista de Cantabria. Fue un músico precoz, que cantó y describió magistralmente el espíritu de su "Tierruca" Campoo.

   Juan José Guerrero Urreisti nació en San Sebastián el 2 febrero de 1901, en el seno de una familia de músicos. Su padre, Mariano Guerrero Noriega, natural de Murcia, era músico militar. En 1898 le destinan a San Sebastián, ciudad en donde se casa con la joven Dolores Urreisti Linazasoro, oriunda de Motrico. El matrimonio tuvo cuatro hijos: Juan, María, Mariano y Victoria.
   En 1903 Mariano Guerrero Noriega es destinado a Santander, al Regimiento de Valencia. Llega en una época en la cual Santander y Cantabria viven de un modo muy especial el cambio de una sociedad tradicional, asentada en los valores costumbristas, a una nueva sociedad moderna, de nuevos gustos que trajo la empresa, el gran capital, la inversión extrajera y los primeros avances de la llamada segunda revolución industrial. Revolución que impulsó la economía de las principales villas de la región, entre las que sobresale Reinosa, gracias a creación de la Compañía Española Nacional de Construcción Naval, SA, La Naval creada en 1908 (1).
   Esta revolución industrial fomentó las actividades de ocio, especialmente el deporte y la música. Es la época en la que nacen las Sociedades Musicales; proliferan las tertulias en los cafés; se desarrolla el espíritu y el ingenio en la música popular a través de las coplas, las tonadillas escénicas y los sainetes; se ponen de moda los bailes campestres y de salón, los conciertos, la zarzuela, la ópera, el teatro y las veladas musicales en el Casino y en los Teatros. La música es una necesidad social y se va a convertir en el motor de la vida cultural en las ciudades.
 
 

ESTANCIA EN REINOSA
   El auge económico que vive Reinosa a principios del siglo XX y la existencia estable desde 1907 de la Banda de Música (2), son los dos factores que animan a Mariano Guerrero a abandonar el ejército y presentarse a la plaza de director de la Banda de Música de Reinosa. Así, el 10 de julio de 1910 la familia se instala en la villa Mª Pilar a las afueras de la ciudad. En ese mismo año Juan y su hermano Mariano ingresan en el Colegio San José, colegio en el que Juan a los 16 años dirige su primer coro.
   Paralelamente a los estudios generales, Juan y Mariano estudian música bajo el magisterio de su padre, que les enseña el oficio al estilo tradicional; teoría y práctica al tiempo. De su padre, Juan aprendió todo; desde los rudimentos del lenguaje musical, hasta la técnica de composición, armonía e interpretación; pero lo más importante fue el amor a la música. Con sólo 10 años Juan o "Juanito" como familiarmente se le conocía, tocaba el clarinete y el piano y asistía como educando a la Banda de Música, familiarizándose desde muy niño con el repertorio característico de las Bandas, marchas, pasodobles, preludios y canciones.
   Los frutos de esta sólida formación no se hicieron esperar, a los 11 años, en 1912, compone su primera obra, el vals de Boston para piano titulado Bella Sourire, obra sencilla en la que percibe ya su creatividad. A su mayoría de edad, 1919, tras finalizar sus estudios, se incorpora al mundo laboral, en un principio en el Ayuntamiento de Reinosa, y posteriormente en la fábrica La Naval en el departamento de "Jornales" (3), sin que ello le impida seguir componiendo; en este año estrena sus primeras obras para banda, la marcha fúnebre Jueves Santo y el pasodoble Ecos Taurinos.
   A finales de 1921, tras la jubilación de su padre, es nombrado director de la Banda de Música y se introduce en la composición de la música ligera, con obras para "orquestina" como: Fox-Trot y Tango (4). A pesar de su numerosas ocupaciones no abandona su formación, en 1922 se examina de Solfeo y Armonía en el Conservatorio de Madrid obteniendo altas calificaciones; año en el que se introduce en el mundo de la música folclórica, a través de la transcripción y armonización de cantos populares; fruto de ello es la canción A lo bajo bajuco. En este mismo año la Banda de Música de Reinosa bajo su batuta gana el tercer premio en las Fiestas de Santander. De este encuentro nació una gran amistad con D. Ramón Sáez de Adana, director de la Coral y Banda Municipal de Santander, al que dedica el pasodoble Pico Cordel.
 

CREACIÓN DE LA ASOCIACIÓN ARTÍSTICA REINOSANA
Juan con el uniforme de la Banda de Música de Reinosa. 1921   Reinosa vive en el primer cuarto de siglo un auge económico y demográfico excepcional, creado por una sociedad burguesa, nacida al amparo del desarrollo fabril (5), que imprime a la ciudad un carácter cosmopolita y abierto. Este esplendor económico exigía más actividades artísticas y sociedades culturales. Así surgió la "Agrupación Artística Reinosana". Agrupación, que nace bajo el espíritu creativo y emprendedor de Juan y de una serie de músicos e intelectuales reinosanos: D. Adolfo de la Peña, abogado y escritor costumbrista; D. Teodoro Pastor, concejal del ayuntamiento y D. Luis Mazorra, abogado, periodista y escritor costumbrista. Y con el fin de dar a conocer la cultura de Campoo en todas sus manifestaciones. Para ello Juan y su hermano Mariano crean diversos grupos artísticos: una orquesta de cámara de 12 músicos, una rondalla, un cuadro artístico para teatro y un coro de más de setenta voces: Coros Campurrianos.
   Para todos estos grupos Juan compone la mayoría de sus obras, buscando siempre que el repertorio no fuera ni rutinario ni anodino. Se centra en la investigación del folclores recopila, armoniza y compone música popular. En 1925 estrenan los Coros Campurrianos: Las Segadoras, La romería, Popurrí de aires campurrianos, Mozuca en la romería, Canción del pastor y su primera zarzuela de costumbres campurrianas: El indiano (6). En 1926 Marinero marinero, el Himno a Santander basado en un poema de José del Río Saiz "Pick" (7), y el Himno a la Montaña, que se estrenó el 20 de enero de 1927 en el Teatro de Reinosa por el Coro de la Agrupación Artística de Reinosa, y el 13 de febrero en Santander en el Teatro Pereda, por la Agrupación Artística de Reinosa y el Coro El sabor de la Tierruca, acompañados por la Banda Militar del Regimiento de Infantería de Valencia n°23.
Juan es un hombre abierto y amigo (le músicos como Lucio Lázaro Sáez de Adana, P. Prieto y de escritores costumbristas cántabros del momento, como José del Rio "Pick", L. Mazorra, Manuel Llano, con todos ellos colaboró en numerosos proyectos y actuaciones, como es el caso de la primera zarzuela de Manuel Llano Escenas invernales de costumbres Montañesas, que se estrenó en Reinosa el 30 de octubre de 1927 (8).
   Los años siguientes son muy especiales para Juan, en 1928 contrae matrimonio con la maestra Paula de la Sema Guadalupe en la casa solariega de La Lastra (Burgos), es jefe de la sección de "Aprovisionamiento" en La Naval y publica sus primeras obras (9). Todo ello sin olvidar la composición, en este año estrena la canción Síguela Manueluco y La escena campurriana: La romería de las Nieves. En 1929 nace su hija Mª Pilar y más tarde su hijo Juan Antonio, en 1931, año en que escribe una de las canciones más emotiva y expresiva Serenita cae la nieve, y estrena Tamtum ergo. En 1933 ingresa en el Cuerpo de Directores de Bandas Civiles, oposita a la dirección de la Banda de San Sebastián y funda la Orquesta "Goz Jazz".
   Son años de entusiasmo, que se van a eclipsar al año siguiente, en 1934, muere su padre Mariano Guerrero, al que le dedica su marcha fúnebre Mortus est "A la memoria de mi querido padre" y estalla la huelga general en La Naval, que afecta laboralmente a Juan y a muchos reinosanos. A pesar de ello, él sigue entregado a la composición y a la Agrupación Artística de Reinosa, forma la Rondalla, para la que escribe Rondalla de pueblo y estrena: Mi baturra está triste; Súbela, súbela; Tonadilla cántabra y el cuadro de costumbres Al amor de la lumbre. En ese mismo año finaliza los estudios de composición en el Conservatorio Superior de Madrid y al año siguiente (1935) de todos los cursos de Piano en el Conservatorio de Vizcaya.
Banda de Música de Reinosa. 1925   En 1935 la atmósfera política de Reinosa es confusa, el 1 de mayo Juan Guerrero es cesado como director de la Banda de Música, tras interpretar La Internacional en los jardines de Cupido. A comienzos de la guerra civil (1936), el 1 de agosto a Juan le detienen durante seis días; más tarde, el 17 de diciembre en La Naval le suspenden de empleo y sueldo, y el 19 del mismo mes, una bomba destruye su casa villa "Mª Pilar". Ante estos desastres, la familia se traslada a vivir temporalmente a Pesquera. Para salir adelante, su mujer Paula, se hace cargo de la escuela de Pesquera.
   En 1937, el 6 de junio, Juan es detenido, por intentar pasarse al campo Nacional, y trasladado a la Cárcel Provincial de Santander, hasta el 26 de agosto que entran las tropas de Franco en Santander. A pesar de estas vicisitudes, Juan no participó activamente en política, era un hombre conservador, tolerante y abierto, un trabajador infatigable en todas sus actividades. Tras la guerra, ingresa de nuevo en La Naval al tiempo que lleva la contabilidad de la imprenta Andrey.
   En estos años la actividad musical en Reinosa era nula, la Banda no existía, los instrumentos habían desaparecido y lo peor de todo, muchos de los músicos ya no estaban. Pero Juan no se rinde e intenta restablecer la vida musical, a finales de 1939 organiza nuevamente los "Coros Peñas Arriba". En 1941 es nombrado Delegado Comarcal de Educación y Descanso, y le restituyen como director de la Banda de Música y de la sección Coral de Reinosa. Este mismo año abandona Pesquera y se traslada a vivir a la Villa en la calle Presa, frente al ayuntamiento, al lado de la imprenta Andrey de la que pasa a ser el propietario.
   Un año más tarde, 1942, decide ampliar su carrera musical y literaria, se introducen en el mundo de periodismo musical madrileño, a través de la Revista Unión de Compositores y Escritores (UCE) que nació con la idea de ser punto de encuentro y lugar de publicaciones para escritores, compositores y artistas en general españoles (10). A partir de 1943 junto con J. L. Bustamante y Teodoro Pastor da un impulso espectacular al Día de Campoo.
 

MADRID Y LAS NUEVAS EXPERIENCIAS
Coro de la Agrupación Artística Reinosana. 1925   Juan era un hombre positivo, dinámico y muy emprendedor, el entusiasmo y la propia seguridad en sí mismo le permitían introducirse en nuevas aventuras. Así, en 1943 decide abrir una filial de la imprenta Andrey en Madrid, en el bajo del n°60 de la calle García Morato, instalando su residencia en el piso superior. Su vida a partir de ahora transcurría entre dos ciudades, Madrid y Reinosa, pero es el mundo de la Villa y Corte el que le atrae con más fuerza y al que dedica más tiempo.
   A partir de 1945 y hasta 1970 dirige y edita la revista Unión de Compositores y Escritores (UCE) desde su imprenta Gráficas Andrey (11). En ella publican compositores como: Joaquín Guerrero, Sainz de Adana, jesús Guridi, J. Calleja y Juan Guerrero que escribe artículos, entrevistas, edita sainetes como Las narraciones norteñas: Panchuco, pasodobles para banda Raza taurina, Mi amor e himnos como el de la propia revista ¡Sí, UCE triunfará! Muchas de estas composiciones las firma bajo seudónimos como Azur¡, Beneto, De la Serna y Guadalupe, los dos últimos los toma del nombre y apellido de su mujer, y los dos primeros por sufragio familiar.
   A esta labor editorial y compositiva de Juan en la revista, tenemos que añadir la periodística y crítica ante temas musicales importantes, como su interés por la situación de las Bandas de Músicas Civiles españolas, que le lleva a colaborar activamente en el Boletín del Colegio Oficial de Directores de Bandas de Música Civiles (12), y la preocupación por la enseñanza musical en España. En numerosos artículos refleja la apatía del sistema educativo y la aridez de los métodos vigentes, situación que le anima a editar la Cartilla del Solfeo Cantado, que como él mismo dice "sirve para iniciar en el aprendizaje del solfeo un nuevos sistema más ameno, que facilite la forma de ir adquiriendo los conocimientos musicales elementales, especialmente para poder cantar por medio del solfeo" (13). Según nos confiesa su hija Mª Pilar "con este sistema nos enseñó música a mi hermano y a mí, nos hacía solfear cantando".
   Ante esta notoria labor, en 1948 los miembros de la Sociedad Unión de Compositores y Escritores (UCE) le rinden un entrañable y cálido homenaje. Entre los numerosos asistentes se encuentra el maestro J. Guerrero, Corvado del Campo, I. Sanuy, el presidente de la Sociedad General de Autores (14). Amigos todos ellos que se reunían los domingos en la tertulia "Teatro Lara con Alforjas para la Poesía", en donde debatían sobre poesía, música y artes en general.
   En 1958 Juan se traslada definitivamente a Madrid, pero nunca abandona Reinosa, sus vacaciones y muchos fines de semana los pasa en su "tierruca", por lo menos hasta las fiestas de San Mateo; fiesta en la que colaboraba como organizador, como protagonista con sus grupos o como periodista y cronista (15).
Orquesta de la Agrupación Artística Reinosana. 1927   Los siguientes diez años son para Juan un periodo muy fructífero para su carrera musical, se dedica a componer, de esta época son las canciones: No le quiero que sea molinero; Dulce nombre de María; Castellana; Ávila monumental; Himno del ejército del aire; Cuando braman las olas; Himno de Chantas; Marinero sube al palo; la zarzuela A la sombra del henar y la comedia Era necesario un torrente. Y colabora con músicos, escritores y poetas Cántabros, con los cuales le unía una gran amistad que nunca perdió; ya que si su trabajo estaba en Madrid su corazón residía en Cantabria. Así, en 1969 le invitan a forma parte del jurado del VI Certamen de la Canción Marinera de San Vicente de la Barquera junto con E. Gurrutxaga, P. Luis Prieto, Mª Castañeda y Carlos Diego (16) y a componer la canción obligada del certamen, para lo cual escribe Cuando braman las olas.
   De la amistad con Gerardo Diego nació en 1971 el himno Pico tres mares, que dedicó a Isidoro Palacio, promotor del turismo en el Alto Campoo. En ese mismo año 1971 estrena con gran éxito la comedia Iparraguirre, en el Teatro Principal de San Sebastián, antología en la que Juan realiza una bella semblanza de la figura del poeta José Mª Iparraguirre en su aniversario.
   Juan estuvo trabajando hasta los últimos días de su vida, tenía entre manos el proyecto su primera ópera Colón, con el historiador A. Domínguez Ortíz. Pero murió demasiado pronto y de una manera gratuita y estéril, el 14 de abril de 1980 en Arroyo de las Fraguas (Guadalajara).
   Todos los que conocieron a Guerrero coinciden en calificarle como una persona humana, emprendedora, afectuosa, modesta y sobre todo muy trabajadora, que sentía una gran pasión por la "tierruca", a la que dedicó su tiempo y su obra, extensa y pródiga, compuso más de 160 piezas, de las cuales 48 son canciones para coro a capella, 26 para música de voz e instrumento, 20 obras para Banda, 15 composiciones para piano, 7 obras para agrupaciones instrumentales, 11 obras escénicas y 24 libretos de zarzuelas, comedias y estampas.
   Su labor no ha sido olvidada, son muchos los coros de Cantabria y de fuera de ella que cantan sus composiciones, pero tenemos que destacar especialmente a los "Coros Campurrianos Ecos del Ebro", bajo la excelente dirección de Ángel Manzano; a la "Banda de Música" bajo la batuta de Aniceto Argüeso; al "Coro Ronda Altamira" y a la "Coral del Carmen" de Reinosa.
 

CAMPOO, MUSA DEL REGIONALISMO EN LA OBRA DE JUAN
   El origen del regionalismo cántabro se encuentra en el mundo literario y artístico más que en el campo político. En su primera etapa, finales del siglo XIX, se orienta hacia la protección de las tradiciones y las costumbres populares; escritores e intelectuales como José María de Pereda, Menéndez Pelayo, Laverde y Quintanilla abogaron por la defensa de las costumbres de la región e intentaron crear una escuela literaria regional, o más bien costumbrista, pero sin perder en ningún momento el amor a la patria.
   Pues bien, Juan Guerrero Urreisti es uno de los compositores más representativos de la música regional costumbrista de Cantabria. Campurriano por adopción y por formación, conocía a la perfección los sonidos, las melodías, el léxico y el paisaje de Campoo. Recorrió todos los rincones del valle tomando apuntes, recogiendo ritmos y cantos, que posteriormente armonizaba para las voces y las agrupaciones que él mismo dirigía. Campoo fue su musa, numen de sus composiciones y libretos, que describen magistralmente y con gran pureza el carácter y el léxico de sus paisanos, la atmósfera de las fiestas, los cantos tradicionales y las costumbres ancestrales.
   Guerrero continúa con la tradición costumbrista de finales del siglo XIX, bebe en las fuentes del folclore, pero añade la creación y la polifonía. El primer paso en el estudio del folclore es la investigación y la recopilación de los cantos existentes, paso dado ya por R. Calleja con Cantos de La Montaña y Sixto de Córdova con el Cancionero Popular de la Provincia de Santander. El segundo, es la adaptación o "modernización" de los cantos al sentir del pueblo en un momento determinado, en el siglo XX el canto dominante es el polifónico y no el monódico. Y el tercero y último, es la creación de nuevas cantos populares, cimentados en los elementos esenciales del folclore tradicional, ritmos, intervalos, cadencias, giros melódicos y las estructuras. Pues bien, la obra de Juan recorre los tres pasos, recopila, armoniza y crea nuevas composiciones populares, es decir armoniza el canto popular y crea folclore tradicional. Canciones que el pueblo canta como si fueran de toda la vida, como describe El duende de Campoo "el pueblo las hace suyas nada más oírlas una sola vez".
Pico Cordel. Pasodoble de aires campurrianos. 1924   Guerrero busca, en la armonización de cantos tradicionales, que la polifonía y la armonía no interrumpan ni enturbien la melodía, sino todo lo contrario, que ensalcen y subrayen su lirismo; su armonía es vertical, sencilla, clara y transparente. En sus propias canciones populares, combina a la perfección todos los elementos que configuran la estética popular, ritmo, cadencias y giros melódicos. Características que podemos apreciar en la canción Cuando braman las olas, y en los himnos: Himno a la Montaña, Himno a la Virgen Milagrosa y el Himno Charitas, en donde todos trasmiten el sentimiento y los símbolos de la comunidad; especialmente en el Himno a la Montaña, que desde 1987 es el Himno de Cantabria, en donde la música y la letra nos revelan valores que son nuestras señas de identidad.
   Pero es la obra escénica (zarzuela, sainetes, comedias, escenas) en donde Guerrero muestra su mayor vinculación con el costumbrismo literario teatral, y en donde mejor describe la expresión de sus gentes. En ellas recrea la realidad cotidiana de la aldea, aparecen los tipos, los personajes y el lenguaje de la comarca de Campoo, como en el caso de Las Escenas campurrianas: La romería de la Nieves, Día de boda, La vuelta a la cabaña, Noche de marzas, Ya se van los quintos madre.
   En la mayoría de las 35 obras escénicas catalogadas, la música está presente, bien a lo largo de toda la obra, como es en el caso de las zarzuelas, o bien se incluyen canciones a lo largo del texto, como ocurre en los sainetes, las escenas invernales, las estampas y las comedias. Estas canciones en unas ocasiones son composiciones creadas para la obra escénica, como es el caso de Las escenas invernales montañesas de Manuel Llano, y en otras, Juan inserta canciones populares o sus propias composiciones, como por ejemplo, en las Escenas invernales de Costumbre campurrianas, en donde introduce las canciones A lo pesado con rabel y el Baile a lo ligero.
   Este interés de Juan por las costumbres y la tradición popular le puso en contacto con numerosos escritores regionalistas contemporáneos como: Manuel Llano, Gerardo Martín, Jesús Pérez Arenal, Luis Mazorra, F. Cubría, Daniel G. Nuevo Zarracina y R. Rodríguez Pedraja, con todos ellos le unía gran amistad, pero es con Luis Mazorra, escritor costumbrista y periodista reinosano (17), con el que más colaboró, juntos escribieron el sainete lírico El indiano y la zarzuela La romería.
   A través de esta breve semblanza del músico Juan Guerrero Urreisti, hemos podido ver cómo su vida y su obra la dedica a sus tres grandes amores: la familia, la música y a su tierra, Campoo. Pero dejemos que sea la pluma amiga de José Calderón Escalada El "Duende de Campoo", el que ponga el colofón a esta semblanza: " Y todo esto, los que vivimos y los que recordamos, el Ochote "Ecos del Ebro" y los "Coros Campurrianos", gracias a la labor callada e inteligente del maestro Guerrero Urreisti, que, en largos años de paciente trabajo, ha recogido lo más y lo mejor del folklore campurriano, rico como pocos en esta espontánea manifestación de cultura popular. Y lo ha recogido con tan sincera lealtad y justeza de aciertos que sus composiciones musicales son tomadas por el pueblo como suyas, pues las asimila y las canta con oírlas una sola vez, prueba inequívoca de que Guerrero supo llegar al alma del pueblo e interpretarla como es,
sin exagerados requiebros artísticos que la desfiguren ni demasiadas concesiones populacheras que la rebajen" (18).

NOTAS

(1) En la que participaron grandes industriales y financieros españoles (Altos Hornos de Vizcaya, Metalúrgica Duro Felguera, Española de Construcciones Metálicas, La Basconia, Talleres de Deusto, Cía. Transatlántica, B. Bilbao, B. Mercantil, B Vizcaya y otros accionistas), que aportaron el 60% del capital y tres sociedades inglesas que tenían el 40% restante.
(2) R. Rodríguez Cantón "El Día de Campoo: orígenes y evolución", Cuadernos de Campoo n ° 1, septiembre 1995, p.11.
(3) Época de expansión de la factoría gracias al Plan Miranda, de 1915, en la que se aprueba crear una gran fábrica mecano siderúrgica, fábrica que se instaló en Reinosa por razones climáticas: la disposición de agua era importante, las buenas comunicaciones, la lejanía de la costa y la disposición de mano de obra abundante y adiestrada. Así, en 1918 comienzan a levantarse los nuevos talleres y la nueva gama de productos.
(4) Composición para instrumentos de cuerda y viento de madera.
(5) La Naval y las industrias de pasta y galletas Gómez Cuétara.
(6) Zarzuela en prosa de L. Mazorra, en dos actos divididos en tres cuadros.
(7) José del Río Tick". escritor, poeta y periodista y redactor jefe del periódico "La Atalaya".
(8) Zarzuela en dos cuadros líricos y en prosa. En la actualidad se conserva la sección musical.
(9) Una de la primera fue El Himno a la Montaña.
(10) La revista es de tirada trimestral y contiene artículos, entrevistas, concursos, conciertos, certámenes musicales, críticas, poesía, fragmentos de novelas y noticias nacionales e internacionales de musicales.
(11) J Torres, Prensa y Revistas Musicales Españolas, desde 1880 a 1990. UCM de Madrid, p. 799.
(12) J Torres, Prensa y Revistas Musicales Españolas, desde 1880 a 1990. UCM de Madrid, p. 255.
(13) Revista UCE, n° 31 julio septiembre 1946, p. 36.
(14) Revista UCE, n° 39 julio septiembre 1948, p. 25.
(15) En el periódico Alerta, septiembre 1967.
(16) J. Gotzon, Historia del Ochote en Cantabria. Santander, 2000, p. 83.
(17) Fundador de "la Montaña"; director de "El Porvenir"; corresponsal de "La Voz de Cantabria", y autor de la colección de cuentos de costumbres campurrianas "Narraciones de antaño".
(18) Artículo escrito por José Calderón en junio de 1955, con motivo de la presentación del Ochote "Ecos del Ebro".