"No hubo andado una pequeña legua, cuando le deparó el camino en el cual descubrió una venta".La venta del camino real que avistó don Quijote quizá no sea tan diferente de su equivalente contemporáneo, esas gasolineras o estaciones de servicio donde nuestras monturas mecánicas (coches) y sus ocupantes nos detenemos para repostar combustible, comer algo o simplemente descansar. Y de eso trata este artículo, de las ventas que jalonaban más o menos espaciadamente los caminos campurrianos.
Algunas de estas ventas perviven aún en la actualidad, en el mismo lugar o en sus aledaños, convertidas en establecimientos hosteleros; muchas otras desaparecieron y no queda más que la huella cartográfica que recoge el nombre del mojón de la Venta en Valdeolea al límite con Palencia, o su presencia endémica en la toponimia: así en El Ventorrillo, núcleo de población menor del pequeño municipio de Pesquera, junto al Besaya, en el antiguo camino harinero y posterior trazado de la carretera nacional 611, o en la antigua denominación de un barrio (La Venta en Santiurde) o de un paraje o ruina (en Pozazal).
A falta de una investigación sistemática -que excede el ámbito de este artículo- se pretende mostrar un panorama general de las ventas en Campoo. Para ello se han recopilado datos en diversas fuentes primarias y secundarias (las más destacadas: las respuestas del catastro de Ensenada, del Madoz o la monografía que Agustín Rodríguez dedica a Los Carabeos en el que cita protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial de Cantabria -AHPC-) centrándome exclusivamente en la voz VENTA, dejando de lado otras aparentemente similares como mesones, posadas o tabernas (1). Y aún así, resultan insuficientes. Hace falta completar datos, rastrear y revisar mapas de diferentes periodos que aportan los nombres de otras ventas que -aquí y allá- salpican el paisaje del papel impreso.
VENTAS ¿DE QUÉ HABLAMOS?
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la acepción cuarta de venta es la que nos interesa:«casa establecida en los caminos y despoblados para hospedaje de los pasajeros» prosigue en la quinta que coloquialmente se denomina al«sitio descampado y expuesto a las injurias del tiempo, como lo suelen estar las ventas». Dos buenas pistas para situarnos. En cuanto a su uso como locución se dice que hacer venta es hacer posada; de igual modo ser una venta se aplica «para explicar lo caro que cobran en un lugar o tienda».
Ventorrillo sería un ventorro-venta u hospedaje pequeño o malo, una especie de bodegón en las afueras de una población. Joan Corominas fecha la palabra «ventorrillo» en 1739. (2)
Podemos establecer una jerarquía dentro del sector terciario o de servicios, que hoy llamaríamos hostelero. Si fijáramos una gradación, las ventas ofrecerían el servicio más modesto, en parte debido a su lejanía de los pueblos. Sánchez Rey apunta que «fuera del camino, las ventas del camino proporcionaban al viajero un lugar en el que reponer fuerzas y abastecerse para proseguir viaje». Citando a Fernández de Mesa «las voces Hospicio, Hospederías, Mesones, Posadas y Ventas, que son las más propias Castellanas y la voz Hostales, que se usa en algunas Leyes (...) suele confundirse; pero entre ellas hay alguna distinción, porque Venta es la que está puesta en el Campo, regularmente en los Caminos, cuyo nombre esta de averse (sic) introducido para vender los cosecheros sus frutos; o porque allí se va y viene». (3)
EMPLAZAMIENTO DE LAS VENTAS
La configuración del relieve determinó desde antiguo el trazado de los caminos. Los valles cantábricos paralelos y compartimentados, perpendiculares a la costa, desembocan en la zona campurriana en un área de relieve montañoso más suave. Los caminos procuraban seguir la media ladera hasta culminar el ascenso, en entornos poco humanizados donde campa una geografía más hostil, unas condiciones climáticas más severas. En este terreno compartimentado las vías de comunicación aportaban algo de cohesión. El trasiego desde antiguo de las gentes asentadas en las aldeas, peatones, pastores, comerciantes, monturas, carros... convirtió los pasos tradicionales en caminos con uso histórico continuado, necesario para un comercio de productos básicos. Se utilizaron de continuo las antiguas calzadas romanas, las sendas junto a los ríos Ebro, Besaya, Camesa; la trama medieval es la red básica que continua usándose hasta época moderna. A mediados del siglo XVIII se vuelca el tráfico hacia el camino real de Santander -más al Este-, dejando de lado las conexiones más antiguas que conectaban la costa con la meseta castellana por Palombera o el oeste de Valdeolea.
Conviene recordar que estos caminos medievales -por "pasos" de montaña hacia los puertos como Fuentes, La Población de Suso, Bardal y otros- no eran caminos construidos, sino sendas que hacía falta acondicionar de vez en cuando para su conservación. Muchos viajeros se quejaban del estado penoso de los caminos, pareciéndoles una maravilla el camino Real. Su mantenimiento corría a cargo de los concejos pero en terreno señorial los señores podían exigir a los particulares determinados tributos -una especie de peaje- por su limpieza y mantenimiento. (4)
De este modo las ventas surgen de manera natural en los caminos para dar cobijo y atender a los viajeros y comerciantes con servicios más o menos básicos. Como señala Madoz refiriéndose a PALOMBERA «por este camino se conduce a Cabuérniga la mayor parte del vino y del trigo que en él se consume. De estos montes sacan los pueblos inmediatos maderas para toda clase de aperos de labranza que llevan a vender a Castilla...». (5)
Agustín Rodríguez escribe en su libro dedicado al concejo de Los Carabeos cómo «durante los siglos pasados los .caminos se vieron jalonados, de trecho en trecho en su recorrido, por casas-mesones y ventas, donde los arrieros y caminantes encontraban alimentos para sí mismos y sus recuas. Solamente desde Reinosa a Cabria, todas a la vera del camino real, nos encontramos con las casas-mesón de Matamorosa, Fombellida, ventas de Pozazal, Portalón de San Pablo, las Barandas (luego Venta Nueva), Mataporquera, etc. Poco más distantes, en el valle de Valdeolea, existieron otras dos ventas famosas: Mercadillo y Casasola. (...) todas guardaron relación con las gentes del lugar en sus desplazamientos a ferias y mercados o en el ejercicio de carreteros de temporada". (6)
Las rutas de caminos de posta usaron también las ventas para descanso de los correos y sus caballerías.
El cambio de trazado de caminos resultó decisivo para la vida de las ventas. Las ventas de Palombera se arruinaron con la apertura del camino real de Santander a mediados del siglo XVIII -eje harinero-, al igual que los nuevos trazados de autovía lo hacen con las antiguas carreteras nacionales. La apertura de las carreteras comarcales a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX y la expansión del automóvil impulsó la subsistencia de pequeñas ventas como por ejemplo la de Tajahierro.
La lejanía respecto a los núcleos de población explica el encarecimiento de los productos -por otro lado más bien escasos- que proporcionaban. En ocasiones se establecieron medidas de regulación de precios, pues era proverbial el abuso de precios que llegó a darse. Durante el reinado de los Reyes Católicos las leyes establecieron que los Alcaldes ordinarios de las Hermandades inspeccionaran el servicio que se presta en las ventas. (7)
¿Cómo eran las ventas?
Las ventas ofrecían un servicio ajustado a la demanda potencial de lo que hoy llamaríamos clientes. Y se adaptan al medio y a su tiempo. En general puede deducirse que cuanto más modernas, más amplias son las dependencias. Las ventas de montaña serían más reducidas y compactas que las localizadas en entornos más suaves. Serían edificaciones exentas en la línea de la construcción popular de la comarca; en algún caso, como Tajahierro, adosada en parte a elementos .naturales rocosos que le sirven de protección. Como se verá luego en las descripciones más pormenorizadas de las ventas de Pozazal, suelen tener corrales y alguna huerta para auto- abastecimiento, además de cuadra para el ganado. El pajar era básico para los animales, e incluso para los caminantes porque el dormitorio individual escaseaba. Como lugar de paso, el alojamiento estaría desprovisto de lujos. Cerca el pozo o fuente de agua. La zona de tienda si la había podría imaginarse similar a las cantinas de los pueblos; si no. la despensa y la fresquera provista de los productos curados resultantes de la matanza, provisiones seguras para los largos inviernos y periodos de aislamiento, y la cocina con la lumbre, serían focos básicos del edificio.
La propiedad de las ventas era variada: señorial (mayorazgo de casa de los Ríos -Tajahierro-, de los Hoyos -. Casasola-), municipal o de simples particulares que las arrendaban por periodos pactados variables (dos o tres años por ejemplo) a los venteros o venteras que los regentaban.
VENTAS: RELACIÓN Y PEQUEÑA HISTORIA
A continuación vamos a repasar las referencias de las ventas localizadas siguiendo un criterio geográfico (de norte a sur). De alguna manera el peregrino Zuyer, en su Informe sobre el estado de la diócesis de 1660, realizó por nuestra comarca ese itinerario dentro del ámbito espacial que nos ocupa, con una distancia total de 4 leguas y media: desde la venta de Mostajo, Reinosa hasta la venta de Pozazal, de ahí por Bárcena de Ebro a la venta de Berzosilla, donde indicaba «el camino es muy penoso y difícil de encontrar». (8)
No obstante, en algún caso se ha optado por agrupar el listado mencionando la fuente donde se encuentran, por contener menciones breves pero abundante información sobre ventas. Un recordatorio: conviene tener en cuenta que el eje del Besaya y del Camino Real de Santander acoge las ventas más modernas.
En torno al Besaya, las obras del camino de Reinosa propician el asentamiento de nuevas ventas. Así en un mapa de caminos desde la ciudad de Burgos a la villa de Santander, hecho en Burgos en 1748 por Sebastian Rodolphe además de una venta a la altura de Pozazal, refleja otras dos entre Lantueno y Ventorrillo -una se correspondería con el barrio de La Venta en Santiurde mencionado por Madoz-. El propio Ventorrillo -vocablo que nace a mediados del S. XVIII- no deja de significar otra cosa que venta pequeña. (9)
De la venta de Aldueso tenemos noticias en 1783. Se reparan varios tramos del Camino Real de Santander al haberse rehundido las paredes laterales que lo sostienen y se comenta el material que hace falta (arena graniguda o piedra molida mezclado con tierra arcillosa o escoria de ferrería) en el trozo afectado de "doscientos diez y siete pies en línea"(...) "arrivado a la venta del Dueso", esto es Aldueso, en Campoo de Enmedio. (10)
Agrupo las ventas a que hace referencia a mediados del siglo XIX Pascual Madoz (junto a las de Tajahierro, Pozazal y Casasola que detallamos más tarde): (11)
- Uno de los dos barrios de SANTIURDE, el de La Venta, situado en una hondonada junto a la calzada que une Santander con Madrid.
- En el término de SOTO -indica- «se encuentran vestigios de unas ventas ant(iguas) denominadas Villaherrera»
- La VENTILLA, venta emplazada en el término de Reinosa y Fresno; «hay en sus inmediaciones un juego de bolos por lo que es bastante concurrida de gentes de la población».
- Venta de La Loma (en la voz CERVATOS señala que confina al Oeste con la venta de la Loma).
-En la voz NAVAMUEL señala que parten varios caminos -calificados a menudo de locales y malos-, «en uno de ellos se ve una venta titulada Barcena de Ebro».
Como comentaba, la cartografía aporta información adicional y complementa la documentación escrita. En el mapa del partido de Reinosa de Tomás López, fechado en Madrid en 1785, aparecen reflejadas como ventas las del Bardal (en Enmedio, donde también parece estar La Loma), Pozazal (en la Hermandad de Los Carabeos), del Conde y de Somahoz (en la Hermandad de Valdeolea), de Corconte (en la Hermandad de Yuso); también podemos considerar en este sentido el topónimo de Ventorrillo en Pesquera. (12)
VENTA DE TAJAHIERRO. Emplazada bajo dominio señorial, la venta era propiedad en 1595 del mayorazgo de la familia de los Ríos. (13)
A propósito de los precios que se observan en las ventas, la ordenanza n° 46 de la Hermandad de Campoo de Suso y Marquesado de 1589 refiere: «Otrosí ordenaron que los venteros de la Frontal de Tajahierro e Mostajo tengan pesos e pesas e medidas de vino e medio celemín que sean selladas por los Procuradores, e que tengan buenos pesebres altos e sanos e no rotos y lo cumplan así». Y se agrega en la n° 61: «Otrosí ordenaron que en cuanto a las ventas de Palomera que son la Venta Nueva y la Venta de Tajahierro e la Venta de Mostajo puedan vender el pan y vino y carne a más precio de lo que estuviera puesto por estar como están en los puertos y despoblados, en esta manera, que la Venta Nueva que llaman de la Frontal valga el vino un maravedí más, en la de Tajahierro dos, y en la de Mostajo tres, por azumbre, así mismo en cuanto al pan y carne, que en todas las tres ventas valga el cuartal de pan un maravedí más que en toda esta Hermandad.» (14)
A mediados del siglo XIX, Madoz habla de la venta de Tajahierro en las entradas correspondientes a las voces "PALOMBERA" y "TAJAHIERRO Y CASA DE NAVEDA" la presencia de varias ventas. Indica que por este terreno de Palombera «pasa el camino de Campó a Cabuerniga, tan frecuentado antes de abrirse el camino real de Santander; así es que están arruinadas las ventas de la Frontal, Tajahierro y Mostajo, subsistiendo solo la llamada del Movejo, sit. en el centro del puerto». Se trata de ventas situadas en terrenos del municipio actual de la Hermandad de Campoo de Suso y terrenos de la Mancomunidad Campoo Cabuérniga. La venta de Tajahierro, tan rústica pero con un escudo de piedra, se cierra y adapta a la dureza de los inviernos a más de mil metros de altitud en la ladera norte de Palombera, como muestra con elocuencia la foto de los venteros en medio de la nieve hacia 1930.
VENTAS DE POZAZAL. Debemos a Agustín Rodríguez una documentada y pormenorizada relación de las ventas emplazadas en Los Carabeos y sus cercanías, en los aledaños del puerto de POZAZAL.
En primer lugar, la genuina venta de Pozazal. Se ignora su fecha de construcción pero se sabe que ya existía en 1604, cuando Alonso de Soto se nombra "ventero en la venta de Poçaçal". Enclavada en el paraje que aún hoy se denomina La Venta -algo más al sur de las edificaciones abiertas hasta hace pocos años en el alto del puerto de Pozazal, establecimiento que cerró definitivamente con el cambio de trazado de la nueva N-611 convertida ahora en autovía- y «fue propiedad del cabildo de la colegiata de Cervatos. Junto a la venta existió una ermita, dedicada a San Bartolomé, propia también de los canónigos. En 1808 los franceses incendiaron la venta y la ermita, quedando ambas destruidas». Se reconstruye con posterioridad, pero cambia la propiedad: en 1823 pertenecía a Francisco Serrano, vecino de Cervatos.
Conocemos los nombres de algunos de los siguientes venteros, gracias a los protocolos notariales conservados en el Archivo Histórico Provincial de Cantabria (AHPC): Lucas Terán en 1710, el vecino de Los Carabeos Simón Serrano entre 1718-1723, Pedro de la Peña en 1779, Manuel Serrano 1780-1783, Plácida Zuloaga en 1823 y 1830, fecha en la que edifica un portalón. Los contratos de arrendamiento parecen renovarse cada tres años con una renta que no debió de ser despreciable, lo que denota que -al menos en la primera época- la actividad «debió ser considerable a juzgar por el importe de los encabezamientos para el pago de los impuestos reales». (15)
En Valdeolea se localiza otra de las ventas de Pozazal, la venta del Portalón de San Pablo. En 1850 su propietario Juan del Nozal apalabra su arrendamiento con Plácido Cotero; al año siguiente «la arrienda, por dos años y medio, a Antonio de Rebanal»; en 1852 cambia de nuevo el ventero, en esta ocasión Lope Macho. (16) Esta venta la describe también Madoz, quien -en la entrada PORTALÓN DE SAN PEDRO- refiere: «Parador en la provincia de Santander, partido Judicial de Reinosa; este edificio se halla situado en una llanura sobre la carretera general de Santander a Palencia, término de Sotillo de San Vítores; es bastante capaz y con las comodidades necesarias para toda clase de viajeros; tiene una hermosa capilla dedicada a San Pablo, en que se dice misa los días festivos, y a sus inmediaciones un espacioso estanque con peces de todas clases, con especialidad truchas, tencas y de colores; su fábrica es del año 1837, mandada levantar por D. Simón Gutiérrez, su propietario». (17)
Años más tarde, podemos hacernos una idea aún más detallada de su aspecto gracias a la descripción de los locales que «nos ha llegado con la partición y tasación de uno de sus dueños, Simón Gutiérrez Carrera, efectuadas en 6 de marzo de 1862: "Casa del Portalón: una casa... titulada el Portalón de San Pablo, consta de vivienda en alto y bajo, con su torre, un oratorio pegante a ella, y además sus portales y cuadras para carros y bueyes, que todo reunido linda por regañón con la carretera nacional, por norte con tierra de la capellanía de D. Ángel Marcos del Río (cura de Hormiguera y albacea), ábrego con tierra perteneciente a dicha casa, y por solano tierra de la misma, valuada en diez y ocho mil reales». Señala Agustín Rodríguez que «a la muerte del ventero Simón Gutiérrez Carrera, heredó la venta su sobrina María Palacios Gutiérrez, que continuó en la venta casada con Tomás de la Peña Campo». La venta fue igualmente botica municipal, al menos desde el 26 de septiembre de 1879 hasta finales del siglo XIX. (18)
En Matarrepudio (Valdeolea) en 1851 Ignacio Garmendia construye de nueva planta la "Venta Nueva de las Barandas" que regenta hasta el fallecimiento de su esposa Teresa Gutiérrez Losilla, en 1864. Incidentalmente, hacia 1860, durante la segunda guerra carlista la venta fue «habilitada para fortín de una guarnición isabelina». Y cito de nuevo a Agustín Rodríguez: «A la muerte de su esposa (...) se liquidó la sociedad conyugal de los venteros con inventario y tasación de sus bienes, gracias a cuyas diligencias conocemos detalles de la casa-venta: "Un edificio destinado a casa habitación, establecimiento, cuadra y pajar, que mide treinta y seis pies de línea el frontis que da a la carretera nacional, y noventa y cuatro pies de fondo. Consta de piso bajo, destinado a establecimiento y cuadra, y otro en alto con destino a habitaciones y pajar. Contiguo a dicha casa existe un corral que mide ciento nueve pies de línea por la frontera de la carretera, por ciento treinta y uno de fondo; en este corral y pegante a la casa, se ha construido un almacén que tiene doce pies y medio de línea por el frontal a la carretera y treinta y nueve de fondo, o sea, pegante a la casa.
A la parte norte tiene ésta un portal y cuadra que mide ciento cuarenta y dos pies de línea su hueco y diez y ocho pies de fondo. Y a la parte del saliente tiene otro portal, formando escuadra con el anterior, que mide ciento treinta y seis pies de línea por diez y siete y medio de fondo su hueco. Entre este portal y la casa existe el expresado portal. (A la espalda de la casa y portal del norte, una huerta de medio celemín, cercada de pared)». (19)
A la orilla izquierda de la carretera, frente de esta venta pero en terreno del concejo de Hormiguera había existido antes otra, llamada "venta del Brezal de las Barandas" que se construyó en 1780. Propiedad del concejo de Hormiguera, «estaba distribuida en pajar y vivienda, está compuesta de cocina, sala y varias alcobas». (20)
La venta de Casasola es antigua; se sitúa junto a la antigua Casa Consistorial de la Hermandad de Valdeolea. Agustín Rodríguez nos indica que pertenecía a la casa de Hoyos. «En 1687 eran venteros Marcos Seco y Antonia Gutiérrez de Estrada, vecinos de Olea, quienes la arrendaron por cinco años. José Ortega la alquiló el año 1699, obligándose a pagar al señor de Hoyos, además de la renta anual, 768 maravedís en concepto de alcabalas y 262 en el de cientos» (es decir, como impuestos). A mediados del siglo XIX Madoz indica que CASASOLA se emplaza a orillas del camino real de Reinosa a Aguilar de Campoo en el valle de Olea y que confina al Norte con la venta de Somahoz, al Este con La Mata, al Sur con la Venta del Conde y al Oeste con Brañosera. Contaba entonces con 1 vecino y 3 almas. (21)
Agustín Rodríguez habla de la venta de Mercadillo y la localiza en lo que hoy es un descampado próximo a Cuena donde cada 24 de agosto, festividad de San Bartolomé, se celebra una feria de ganado. ¿Es la misma venta que figura en Cuena en el catastro de Ensenada? En todo caso, la venta de Mercadillo pertenecía al señorío de Hoyos. «El 7 de mayo de 1680 Antonio de Mogrovejo y Antonia de Viaña Ríos, su mujer, vecinos de Oreña, tomaron a renta, del señor de Hoyos, D. Pedro de Hoyos Bravo Solórzano, la venta de Mercadillo y prados a ella contiguos, durante dos años, por 600 reales anuales». Emplazada en el camino que conduce a la Meseta, hacia Aguilar de Campoo, la actividad comercial de la venta en el primer tercio del siglo XVIII fue notable; eso de deduce del pago de impuestos que registra entre 1734-1737 (encabezamiento de alcabalas, cientos y millones). (22)
A mediados del siglo XVIII -hacia 1750- el Catastro Marqués de la Ensenada apenas menciona ventas expresadas como tales. Se citan únicamente las siguientes: Castrillo del Haya (a cargo de una ventera, por 400 maravedís al año); Cuena (2 venteros y mesoneros, María Rodríguez 930 reales de vellón y Fernando Méndez 600 reales de vellón); Bárcena de Ebro(l tabernero que también es ventero, 365 reales de vellón) y Polientes (1 molinero ventero). Queda claro en todo caso que los oficios se simultaneaban; la actividad de ventero o ventera era compatible con la actividad agrícola-ganadera y otras.
CONCLUSIONES
Emplazadas en lugares de paso (caminos históricos utilizados desde antiguo hacia los puertos de montaña -más antiguas, como Tajahierro-, junto a los ríos y vías de comunicación) dependían fuertemente del trazado de las comunicaciones. La apertura el camino real de Santander a mediados del siglo XVIII supuso un cambio de eje y los nuevos medios de transporte (en el siglo XIX, el ferrocarril). En gran medida alejadas de núcleos de población, servían de cobijo a caminantes, arrieros, comerciantes y sus monturas: algo de alimento y reposo. Las ventas viven del tránsito de mercancías y viajeros; de hecho, la recaudación de impuestos públicos también se beneficia de su emplazamiento en lugares especialmente activos. Con el tiempo se abrieron nuevas ventas que repetían prácticamente el emplazamiento de anteriores establecimientos ya arruinados (Pozazal, Las Barandas). Muchas aparecen en los municipios de Valdeolea, Enmedio y alineadas a lo largo del Camino real. Su tamaño y la calidad de los servicios prestados era desigual: las hubo más o menos modestas. A nadie se le escapa que el invierno apretaba y mediatizaba mucho más que ahora la vida cotidiana. De la crudeza del de Palombera da cuenta el aspecto robusto de la venta de Tajahierro, cercano a un refugio; mientras que por Pozazal o Valdeolea algunas de las ventas descritas -de época más tardía- se muestran más espaciosas y disfrutaban de más servicios (corrales, habitaciones, provisión de pescado fresco, huerta...).
NOTAS
(1) Como curiosidad, el referido catastro del marqués de la Ensenada menciona TABERNAS en: Bustamante-Quintanilla Polledo (tabernero, del concejo), Quintamanil, Villasuso, términos del actual Campoo de Yuso. En Enmedio en Aradillos, Cervatos, Fombellida, Fresno del Río, Cañeda y Nestares (tabernero-panadero-obligado de carnes). En lo que sería la Hermandad de Campoo de Suso había taberna en Abiada, Izara (cuyo tabernero es zirujano de Reinosa), Salces y Suano. Reinosa dispone de 1 abacería, 2 tabernas, 2 mesones en casas de particulares que no pagan a la villa y 1 carnicería. Lantueno disponía de 1 tabernero y 1 mesonero. En Valdeolea: Mataporquera, Quintanillas. En Valdeprado: Los Carabeos y Reocín de los Molinos. En Valderredible: Cubillo de Ebro, Polientes y La Puente del Valle (un tabernero en arriendo), Quintanilla de An, Rocamundo, San Martín de Elines, Susilla y Villamoñico.
Catastro de Ensenada: "Copias de las Respuestas dadas a las preguntas generales por los nombrados en dicha villa (de Reinosa, provincia de Toro), para la Operación de única Contribución". Originales en el Archivo General de Simancas (fotocopias en la Casa de Cultura Sánchez Díaz, Reinosa, edificio La Casona).
(2) Venta: «1206, del lat. VENDITA, participio fem. De vendere, que en lat. Vg tomó el sentido de "venta"; ventero, 1495; venteril; ventorro y ventorrillo, 1739». COROMINAS, Joan (1994).
(3) SÁNCHEZ REY, Agustín, «De las ventas del camino a las «áreas de servicio», en Caminería Hispánica: actas del V Congreso Internacional de Caminería Hispánica celebrado en Valencia (España), julio 2000/coord. por Manuel Criado del Val, Vol I, 2002, pp. 379-392.
(4) En 1494, Hernando de Mira, alcalde de la fortaleza de Argüeso había puesto una imposición (seis maravedís por bestia de carga) en el puesto de Palombera «so pretexto de haber abierto un camino que pasa por dicho puerto, cerrado en invierno por la nieve». AGS, Registro General del Sello, vol. XI, fol. 91. En SOLÓRZANO TELECHEA, Jesús Ángel (1999), Pp. 163 (documento 816).
(5) MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico, estadístico e histórico. Santander, Valladolid, 1984. (facsímil de la edición de 1845-1850).
(6) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín (1979), pp. 235.
(7) SÁNCHEZ REY, Agustín Op. Cit.
(8) En LÓPEZ GARCÍA, Dámaso, Cinco siglos de viajes por Santander y Cantabria. Santander, 2000.
(9) Mapa ideal en que se demuestran los caminos desde la ciudad de Burgos a las villas de Laredo, Santoña y Santander, con distinción de los pueblos que se encuentran en ellos, distancias que hay de unos a otros, y significación de sus terrenos. Escala de tres leguas. Burgos 14 de septiembre de 1748, Dn Sebastián Rodolphe.
(10) "Remates y condiciones de las obras y reparos del Camino Real de Santander..." en AHPC, Protocolos, legajo 4163, fol. 80v, 1783, Burgos.
(11) MADOZ, P.Op. Cit.
(12) Mapa geográfico del Partido de Reynosa, uno de los tres de la provincia de Toro.- Comprehende las Hermandades, el Valle Real de Valderredible y Concejos por Don Tomás López, Geógrafo de los Dominios de S. M. de sus Reales Academias de la Historia de San Fernando, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Bascongada. Madrid año de 1785.
(13) AHPC, Protocolos, leg. 3859. fol. 28-29. De hecho, entre 1521-1541 Juan de los Ríos, vecino de Paracuelles y Naveda, entabla un pleito civil contra "Juana de Bustamante, vecina de Espinilla, sobre restitución de la venta de Tajahierro, en el puerto de «Palomera», con un prado junto a ella" (y otros bienes raíces como la torre de Espinilla..) "que el demandante se obligó a darle para vestidos, joyas y atavíos por su matrimonio con Gómez de los Ríos, del que se ha divorciado". Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Pleitos Civiiles, en base de datos Dohiscan de la Fundación Marcelino Botín citado por MARCHENA RUIZ, Eduardo J., Fuentes para la historia de Campoo en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Base de datos Dohiscan, en Cuadernos de Campoo n° 35
(14) Ordenanzas de la Hermandad de Campoo de Suso y Marquesado, confirmadas por el Supremo Consejo (1589) recogidas en CALDERÓN ESCALADA, José (1971). pp. 220 y 222.
(15) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ. Agustín, op. cit., pp. 236-237. Cito sus fuentes: AHPC, Protocolos, leg. 4369, f. 162 (1604); leg. 4122, f. 185 (1779); leg. 4082, f. 307 (1779); leg. 4002, f. 185-186 (1734); leg. 4031, f. 26 (1760); leg. 4178. f. 55 (1823); leg. 4282, f. 207 (1830).
(16) Cerca de una estación de servicio de gasolina también hoy en desuso. RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp. 237- 238. Cito sus fuentes: AHPC, Protocolos, leg. 4305, f. 9 (1850); leg. 4313, f. 30 (1851); leg. 4216, f. 26 (1852).
(17) MADOZ, P. Op. Cit. Abreviaturas prov., part. Jud., y sit., desarrolladas para una mejor lectura.
(18) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp. 238. AHPC, Protocolos, leg. 4234, f. 125-134.
(19) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp. 239. AHPC, Protocolos, leg. 4336, f. 386-427 (1864); leg. 4338, f. 601- 602 (1860).
(20) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp. 239-2340. AHPC, Protocolos, leg. 4122, f. 273-274 y 296-297 (1780).
(21) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp 240-241. AHPC, Protocolos, leg. 3929 (fase, de 1687); leg. 3939 (fase, de 1699: alcabalas y cientos). MADOZ, P. Op. cit.
(22) RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín, op. cit., pp. 240. Cito sus fuentes: AHPC, Protocolos, leg. 3927, f. 95 (1735); leg. 4002, f. 177-178 (1735); leg. 4003, f. 226-227 (1739).
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
AHPC, Protocolos, legajo 4163, fol. 80v, 1783, Burgos. Catastro de Ensenada: "Copias de las Respuestas dadas a las preguntas generales por los nombrados en dicha villa (de Reinosa, provincia de Toro), para la Operación de única Contribución". Originales en el Archivo General de Simancas (fotocopias en la Casa de Cultura Sánchez Díaz, Reinosa, edificio La Casona).
CALDERÓN ESCALADA, José. Campoo: Panorama histórico y etnográfico de un valle. Santander: Institución Cultural de Cantabria, 1971, pp. 220-222, Ordenanzas de la Hermandad de Campoo de Suso y Marquesado, confirmadas por el Supremo Consejo (1589).
COROMINAS, Joan. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Madrid: Gredos, 1994.
LÓPEZ GARCÍA, Dámaso. Cinco siglos de viajes por Santander y Cantabria. Santander, 2000
MADOZ, Pascual. Diccionario geográfico, estadístico e histórico. Santander, Valladolid, 1984. (facsímil de la edición de 1845- 1850).
Mapa geográfico del Partido de Reynosa, uno de los tres de la provincia de Toro: Comprehende las Hermandades, el Valle Real de Valderredible y Concejos / por Don Tomás López, Geógrafo de los Dominios de S. M. de sus Reales Academias de la Historia de San Fernando, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Bascongada. Madrid año de 1785.
Mapa ideal en que se demuestran los caminos desde la ciudad de Burgos a las villas de Laredo, Santoña y Santander, con distinción de los pueblos que se encuentran en ellos, distancias que hay de unos a otros, y significación de sús terrenos. Escala de tres leguas. Burgos 14 de septiembre de 1748 / Dn Sebastián Rodolphe.
MARCHENA RUIZ, Eduardo J., "Fuentes para la historia de Campoo en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Base de datos Dohiscan", en Cuadernos de Campoo n° 35.
RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ, Agustín. Los Carabeos: Historia, economía y sociedad en un concejo rural de la Merindad de Campoo. Santander: Centro de Estudios Montañeses; Institución Cultural de Cantabria, 1979, pp. 235 y ss.
SÁNCHEZ REY, Agustín. 'De las ventas del camino a las "áreas de servicio»; en Caminería Hispánica: actas del V Congreso Internacional de Caminería Hispánica celebrado en Valencia (España), julio 2000/ coord. por Manuel Criado del Val, Voll, 2002, pp. 379-392.
SOLÓRZANO TELECHEA, Jesús Ángel. Catálogo del patrimonio documental de Cantabria Archivo General de Simancas, Registro General del Sello, Documentación Medieval. Santander: Consejería de Cultura y Deporte, 1999.
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