Neandertales: los primeros habitantes de Campoo hasta ahora conocidos

Alonso Gutiérrez Morillo

 
"Ese destino es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los rincones secretos de los bosques con el aliento de tantos hombres y se atiborra el paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes. ¿Dónde está el matorral? Destruido. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Termina la vida y empieza la supervivencia". Carta del indio Sealth al presidente de los Estados Unidos (1855)
 
"¡Ya no nieva como antes!" (Dicho popular campurriano)
 
 
INTRODUCCIÓN
 
Las investigaciones sobre los habitantes paleolíticos de Campoo no son muy antiguas. Comenzaron a finales de la década de los años 80 del siglo pasado, cuando se pusieron en marcha las primeras campañas de prospección de las terrazas cuaternarias de los ríos campurrianos (foto 1).
 
Foto 1. Terraza cuaternaria del río Ebro en Nestares
 
Hasta ese momento se había defendido la hipótesis de la falta de ocupación humana paleolítica en Campoo, basándose en una supuesta imposibilidad climática. Cuestión esta que no se había demostrado en absoluto y que pensamos que no hacía mas que encubrir una falta de interés por la investigación arqueológica de la comarca, por varias razones: lejanía de los centros de investigación, basculamiento del esfuerzo hacia otros momentos con manifestaciones mucho más impactantes y secularmente abordadas como era el Paleolítico Superior y el Arte Rupestre, falta de cuevas en el entorno campurriano... De esta manera, únicamente, se habían efectuado trabajos en yacimientos clásicos como Iulobriga o en la cueva de los Hornucos de Suano, excavada por el P. Carballo, pero de la que no se hizo una publicación exhaustiva.

Pues bien, en el año 1988 se pidió el primer permiso de prospección de las terrazas cuaternarias del río Híjar a la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, comenzado una andadura, que con más o menos intensidad, ha llegado hasta el día de hoy y que ha reportado el descubrimiento de una red de yacimientos que nosotros hemos encuadrado en lo que se denomina Paleolítico Medio, periodo que podemos situar cronológicamente entre 200.000 y 35.000 años antes del presente y que son los años en que los hombres y las mujeres neandertales poblaron Europa y algunas zonas de Oriente Próximo. Pero principalmente Europa y en concreto la Península Ibérica, donde vieron anochecer los últimos neandertales, hace poco menos de 30.000 años.

Esta red de yacimientos, en la que nos detendremos más adelante (aunque debo advertir que no es el objeto de este trabajo analizarlos en profundidad, labor esta que ya se ha hecho en otras publicaciones), ocupa todo el curso del río Híjar, las terrazas del Guares y del Ebro (con respecto a este último río, el seguimiento de las obras de la carretera Pozazal-Carrales ha aportado una información importante, que ha venido a demostrar de manera inequívoca la ocupación de Valderredible durante el periodo de tiempo que nos ocupa) (foto 2).

Se han recuperado más de un millar de artefactos de piedra fabricados por aquellos hombres y mujeres, que los fueron dejando, a medida que los utilizaban, cerca de las márgenes de los ríos y que posteriormente fueron arrastrados por ellos, siendo depositados en los lugares donde nosotros los hemos encontrado en la actualidad. En estos casos, los arqueólogos hablamos de yacimientos en posición secundaria, es decir, yacimientos cuyos restos no se encuentran en el lugar donde fueron fabricados o utilizados y que han sido trasladados, en este caso por las corrientes de los ríos, desde su lugar de origen hasta donde se han encontrado.

Aunque esto es así, en los yacimientos campurrianos podemos decir que su viaje no puede haber sido muy largo y que en ningún caso estos utensilios han venido de fuera del valle, puesto que están fabricados en rocas locales y la propia configuración de la red fluvial no lo permite, como es el caso de otras redes de yacimientos como las de los sistemas fluviales del Tajo o del Duero donde los desplazamientos han sido mucho mayores.
 
 
EL MEDIO FÍSICO EN CAMPOO EN EL PALEOLÍTICO MEDIO
 
Foto 2. Terraza cuaternaria del río Ebro en ValderredibleAunque algunos autores en trabajos, que hoy son clásicos y a los que necesariamente volvemos la mirada al abordar estos temas (Hernández Pacheco, 1944), quisieron ver en los restos glaciares de Campoo, los vestigios de las grandes glaciaciones clásicas del Cuatenario: Günz, Mindel, Riss y Würm; hoy sabemos que los procesos erosivos que se pusieron en marcha durante el último periodo glaciar (118.000-10.000 años B.P) (1), y que de manera clásica se ha venido denominando glaciación de Würm (denominación que nosotros mantendremos en este trabajo por ser la más conocida, aunque prefiramos la derivada de los estudios de los isótopos del oxígeno), desmantelaron los restos de glaciaciones anteriores (Serrano Cañadas y Gutiérrez Morillo, 2000 y 2002).
 
De esta forma los restos glaciares que hoy contemplamos en Cuenca Vitor, Cuenca Buzer, Cuenca Pepe, Brañavieja o La Señoruca, por citar algunos ejemplos, no se remontarían en el tiempo más allá de la fecha más antigua que hemos citado más arriba.
 
En este ciclo glaciar, que tuvo su momento de máximo frío entre 40.000 y 18.000 años B.P, las temperaturas descenderían una media de entre 7° y 9o y las masas de aguas frías se acercarían a la península ibérica con un desplazamiento del frente polar hacia el sur, con lo que glaciares como el de Brañavieja adquirieron una longitud de casi tres kilómetros bajando por debajo de los 1300 metros.
Pero hemos de entender que un ciclo glaciar no es un periodo en el que continuamente se dan las condiciones que hemos descrito en el párrafo anterior. En concreto, este último periodo glaciar presentó un primer momento, que se encuadra entre las fases isotópicas 5d-5a (118. 000 -71.000 años B.P.), en el que se comenzó a sentirse la bajada de las temperatura (subestadios 5d y 5b) aunque todavía fue, en sentido amplio, templado (subestadios 5c y 5a, más largos que los anteriores), siendo a partir de esta última fecha (71.000 B.P), cuando el clima comenzó a deteriorarse, para llegar al momento de máximo glaciar que hemos descrito, que comenzaría en el estadio isotópico 4 llegando a su máximo en el estadio isotópico 2.
 
Pero antes hemos dicho que el Paleolítico Medio ocupaba un espacio de tiempo que nos llevaba hasta los 200.000 años B.P. por tanto debemos lanzar nuestra vista un poco más atrás para poder entrever qué estaba ocurriendo con el clima y con los ecosistemas antes de que el frío hiciese acto de presencia.

Para el objeto de este trabajo y con en el fin de no complicar demasiado al paciente lector, o lectora, con fechas y nombres, vamos a describir el periodo que se ha denominado "Último Periodo Interglaciar" o Eemiense (128.000 -118.000 años B.P), por ser este momento en el que en la actualidad se admite que pudo producirse la generalización de la ocupación humana de la región cantábrica (Montes Barquín, 2003), sin que ello contradiga indicios anteriores (Rodríguez Asensio, 2000; Gutiérrez y Serrano, 2004) o que investigaciones en curso nos lleven a nuevas conclusiones.
 
El Eemiense (estadio isotópico 5e) supuso un aumento importante de las temperaturas con respecto al final del anterior periodo glaciar, lo que provocó un importante aumento del nivel del mar como consecuencia del deshielo de los frentes glaciares, que llegó a convertir la península Escandinava en una isla (Gamble, 2001) y que elevó el nivel del mar Cantábrico entre 5 y 6 metros (Montes Barquín, 2003). Lo que podemos denominar un cambio climático en toda regla, aunque natural, sin el desastroso e irresponsable protagonismo del ser humano, como en el que en la actualidad estamos sumidos y que no sabemos dónde nos llevará, aunque seguro que a nada bueno como no cambiemos de actitud.
 
En estas circunstancias, aunque debemos tener presente que también se produjeron importantes oscilaciones climáticas durante este periodo, los hipopótamos llegaron al Reino Unido, donde se han encontrado restos en el río Támesis e incluso más al norte, en la cueva Victoria de Yorkshire (Stringer y Gamble, 1996), pero también llegaron a Campoo, como demuestran los restos recuperados en Nestares (Gutiérrez Morillo, 2001), incluidos aquellos otros con los que se fotografió en 1927 don Domingo González (campurriano que se hizo famoso por haber disparado y causado lesiones a don Ángel de los Ríos en 1892) (Altuna, 1993) y que él atribuía a un mamut. Extremo este que dadas las condiciones climáticas que estamos describiendo es de todo punto imposible y que de ser de un elefante, sería mas bien de la especie encontrada en el yacimiento alemán de Gróbern o el resto de la cueva de El Castillo en Puente Viesgo (Aguirre, 1989), que un mamut, animal de clima estepario, mucho más frío y seco y que no aparecería en la escena peninsular hasta mucho después, ya en plena glaciación.
 
Pero ¿qué otras especies animales compartieron los espacios campurrianos con estos exóticos representantes? Pues bien, si aceptamos la presencia de hipopótamo y elefante en Campoo en la época que nos ocupa, debemos pensar en un ecosistema con zonas lagunares y fluviales de una importancia mayor que las que contemplamos en la actualidad, estas zonas estarían también frecuentadas por el uro (Bos primigenius), el caballo (Equus caballus), el ciervo (Cervus elaphus), el corzo (Capreolus capreolus) y en las montañas el rebeco (Rupricapra rupicapra) y cabra (Capra ibex), a los que se unirían los grandes depredadores como los leones (Panthera leo), los leopardos (Pantherapardus), el lobo (Canis lupus) y los neandertales (Homo neandertalensis) (pero de estos últimos vamos a hablar más largo en el siguiente epígrafe); creemos que el oso de las cavernas (Ursus spelaea), animal muy típico de estos momentos en Cantabria, no sería abundante en Campoo dada la escasez de cuevas de la zona (Aguirre, 1989; Montes Barquín, 2003; Gutiérrez Morillo, 2001).
 
Pues bien, éste sería el ecosistema en el que se moverían los hombres y la mujeres neandertales en Campoo: zonas lacustres y grandes ríos con llanuras herbáceas y bosques de caducifolias o marcescentes y en las montañas el abedul, y en este ambiente cazaron y nos dejaron sus utensilios, que los arqueólogos hemos recuperado y que han demostrado la ocupación humana de este valle en épocas tan antiguas.
 
 
¿CÓMO ERAN LOS NEANDERTALES?
 
Foto 3. Neandertales cazando. Imagen de BBCWorld.comEl Hombre de Neandertal será, probablemente, la especie humana sobre la que más se haya escrito, recibe su nombre de un esqueleto parcial descubierto en la cueva de Feldhofer, situada en el valle del río Neander, cerca de Dusseldorf (Alemania) en el año 1856. Aunque de manera rigurosa habría que decir que antes se habían producido hallazgos que no se tuvieron en cuenta como eran los cráneos de Engis (Bélgica, 1830) o de la cantera de Forbes (Gibraltar, 1848) (Sringer y Gamble, 1996).
 
Sea como fuere, en un principio, estos restos humanos fueron considerados más como productos de alguna degeneración o enfermedad que como restos de hombres, mujeres y niños que nos habían precedido en el tiempo y no será hasta 1864 cuando aparezca la denominación de Homo neandertalensis. (2)
 
De esta forma comenzó su andadura el hombre de neandertal que primero fue considerado una aberración, después un salvaje y hoy como una especie humana con las mismas grandezas y bajezas que nosotros mismos. Es más, en justicia, habría que decir que los neandertales son los primeros y verdaderos europeos, puesto que fueron la respuesta de este continente a la evolución de las especies humanas anteriores que poblaron Europa (no debemos olvidar que nuestra especie es de procedencia africana) (Arsuaga y Martínez, 1998) (foto 3).
 
Dicho esto cabría hacerse las siguientes preguntas: ¿cuándo aparecieron los neandertales?, ¿qué aspecto físico tenían?, ¿cómo pensaban?, ¿cómo vivían? y ¿por qué no hay ahora neandertales?
Bien, voy a intentar responder sin alargarme demasiado a estas cuestiones y digo sin alargarme demasiado, porque los neandertales son en la actualidad uno de los temas preferidos de la paleoantropología y de la prehistoria, sobre los que constantemente se están haciendo nuevos descubrimientos e investigaciones.
 
Podemos decir que los primeros neandertales ya cazaban en las llanuras europeas hace 230.000 años, pero va ser el periodo cronológico que va desde los inicios del Eemiense (ver más arriba) hasta hace unos 35.000 años, el que contemple el esplendor de los neandertales, pudiendo ser los neandertales que vivieron en el barranco de Zafarraya (Málaga) hace unos 27.000 años de los últimos que contemplasen los cálidos atardeceres del sur de la península ibérica, dando fin así a una impresionante dinastía de grandes cazadores que dominaron Europa durante al menos 200.000 años (foto 4).
 
Foto 4. Pintura donada por Jay Mattermes al American Museum of Natural HistoryLos neandertales no eran muy altos, pero tampoco muy bajos, las estimaciones que hacen los distintos investigadores sobre su altura (Arsuaga y Martínez, 1998), nos dicen que debieron medir un promedio de 170 cm. los hombres y 160 cm. las mujeres, Pensemos en las medias de altura para los europeos de la Edad Media y nos haremos una idea de que los neandertales no eran bajitos.
 
Lo que sí está claro es que eran muy fuertes como demuestran las potentes inserciones de los músculos en los huesos recuperados, con un peso aproximado de 85 kg. o más, lo que unido a unos antebrazos y espinillas cortos y una gran cavidad nasal, conformarían un cuerpo adaptado a los ambientes frescos y en algunos casos muy fríos en los que se desarrolló la vida de estos grupos humanos. Si a esto unimos un cráneo con frente y barbilla achatadas, maxilar más fuerte que el de los humanos actuales, incisivos más grandes y cejas mucho más prominentes, tendremos la imagen de un neandertal.
 
Pero uno de los rasgos más fascinantes de los neandertales era el tamaño de su cerebro, que se situaría en una media de 1.300 cc para las mujeres y 1.600 cc para los hombres (Sringer y Gamble, 1996), lo que en términos generales nos vendría a dar una media de unos 1.500 cc frente a los 1.350 de los humanos actuales. Algunos autores han defendido la idea de que esto no es más que otro rasgo de la adaptación de los neandertales a ambientes fríos pero, y esto es lo más importante, no sabemos mucho de cómo estaría organizado ese cerebro y las distintas conexiones que se producirían entre sus partes, pero lo que si parece claro es que su estructura sería diferente a la de nuestro cerebro actual, lo que ha llevado a algún investigador a afirmar que: "En otras palabras, cuando los módulos mentales creadores de consciencia se aplicaban a áreas diferentes de aquellas para las que estaban destinados, no podían funcionar eficazmente. Esto dejó a los neandertales con una consciencia atenuada, momentánea y efímera acerca de su propio conocimiento y de sus ideas sobre la producción de útiles y la provisión de alimentos. No había introspección"(Mithen, 1998, pág. 159).
 
Esto no impediría que los neandertales efectuaran acciones que se elevaban por encima de los que podemos llamar consciencia animal, puesto que cuidaron a sus enfermos e incluso enterraron a sus muertos, lo que nos lleva a defender que los neandertales tenían una estructura social en la que el grupo estaba fuertemente cohesionado y que, además, poseían una cierta conciencia de la muerte.
Los neandertales fueron cazadores de grandes presas, como los ya mencionados uro, bisonte o caballo, pero no poseían armas arrojadizas lo que necesariamente hacía que tuviesen que acercarse mucho a sus presas para cobrarlas. Teniendo en cuenta la potencia de estos animales, incluso utilizando trampas que permitiesen la inmovilización parcial de la presa, su caza sería muy peligrosa y en ella debía estar presente la colaboración como requisito necesario.
 
Foto 5. Canto trabajado de las terrazas cuaternarias del río Hijar en MatamorosaComparar las fracturas de los huesos de los neandertales con practicantes actuales de actividades físicas de alto riesgo como son los jinetes participantes en los rodeos de Estados Unidos nos puede dar una idea de lo peligrosa que podría ser esta actividad venatoria. De este modo, los neandertales presentarían más fracturas en los pies, en las piernas, en la pelvis y en el tronco, menos en la mano y en la cabeza y, prácticamente las mismas, en los brazos (Gore, 2000).
 
Restos paleontológicos de neandertales no se han encontrado en Campoo y son muy escasos en la actual Cantabria (se reducen a alguna pieza dentaria aislada recuperada en la cueva de El Castillo, Puente Viesgo), aunque no perdemos la esperanza de encontrarlos algún día (nosotros o algún otro investigador que continúe con esta tarea). Pero sí se han encontrado en el norte de España, como demuestran los restos de la cueva del Sidrón (Asturias) (Montes Barquín, 2003). Axlor y Lezetxiki (País Vasco) (Ríos, González y José, 2003) o en la provincia de Burgos los tenemos en la cueva de Valdegoba (Huérmeces) (Ortega, 2001).
 
Por último, ¿por qué desaparecieron los neandertales? Éste es uno de los debates más actuales y sugerentes de la investigación prehistórica y paleontológica.
 
Los neandertales convivieron con los humanos modernos en Europa durante más de diez mil años y mucho antes lo habían hecho en Oriente Próximo. En un principio su tecnología y sus formas de hábitat no se diferenciaban en gran medida, pero sabemos que genéticamente los neandertales y nosotros no somos más que primos y que los Homo sapiens sapiens no proceden de los neandertales sino que nacimos en África hace unos 120.000 años (Gore, 2000).
 
Foto 6. Canto trabajado delas terrazas cuaternarias del río Guares en Abiada¿Qué fue, por tanto, lo que hizo desaparecer a los neandertales? Pues en la actualidad no se sabe con seguridad, aunque yo soy de la opinión de que no hay una sola causa, y entre ellas cabría citar (las enumero con interrogaciones por la sencilla razón de que ninguna está suficientemente probada y todas pudieron darse a la vez): ¿una mayor capacidad de cooperación y versatilidad de los humanos actuales ligada a un lenguaje vocal mucho más sofisticado?, ¿la aparición de nuevas enfermedades traídas por los humanos modernos a las que los neandertales no eran inmunes?, ¿enfrentamientos violentos en los que una tecnología más avanzada acabó por superar a una mayor fuerza física? No lo sabemos con certeza; el caso es que los neandertales del norte de la Península Ibérica vieron llegar a los humanos actuales hace unos 40.000 años e instalarse en la cueva de El Castillo y desaparecieron hace unos 30.000 en el sur de la Península Ibérica.
 
 
LOS NEANDERTALES EN CAMPOO
 
Foto 7. Punta levallois de las terrazas cuaternarias del río Ebro en NestaresLos neandertales ocuparon Campoo, casi con seguridad, desde el último periodo interglaciar (Eemiense), aunque hay indicios relacionados con el yacimiento de Espinilla, que podrían retrotraer esta ocupación a momentos anteriores.
 
Los resultados actuales de la investigación nos llevan a hablar de una ocupación continuada, teniendo en cuenta el estilo de vida nómada de estos grupos humanos, que se moverían siguiendo los flujos migratorios de las grandes manadas de ungulados, que como ha ocurrido hasta no hace mucho (aunque ahora guiadas por los humanos modernos) se movían según las estaciones desde la costa al interior y viceversa.
 
Esta ocupación se relacionaría con los cursos fluviales, donde en terrazas se han encontrado los utensilios que fabricaron y abandonaron (terrazas cuaternarias).
 
Se han encontrado yacimientos en el río Híjar, desde Riaño hasta su desembocadura en el Ebro; en el Ebro, ya sea en los arroyos que vierten a él, como es el caso de Nestares o en su propio cauce como ocurre en todo Valderredible (los restos recuperados en Valderredible al hacer el seguimiento de las obras de la carretera Pozazal-Carrales han venido a demostrar la ocupación neandertal de este valle, que hasta ese momento se desconocía) y en el Guares.
 
En conjunto, como ya hemos indicado, los restos recuperados ascienden a más de un millar de utensilios de piedra. En algunos casos toscamente tallados, lo que demuestra su utilización inmediata y su abandono posterior, son los llamados cantos trabajados (fotos 5 y 6) o hendedores, en otros la factura de la talla demuestra una complejidad propia de esquemas muy elaborados, como son las puntas y lascas levallois (fotos 7 y 8) y en cualquier caso, con bifaces muy escasos (ésta es una de las características más típicas de la industria del Paleolítico Medio de Campoo).
 
En los últimos tiempos, la investigación de los neandertales en Campoo nos está llevando a entrever un esquema de la ocupación del valle mucho más complejo de lo que pensábamos en un primer momento y que habíamos expuesto en otros trabajos. Así, defendíamos que los neandertales actuaban únicamente en el valle, pero algunos indicios descubiertos últimamente, nos están llevando a plantearnos la hipótesis de que los neandertales ya organizaban expediciones de caza a la alta montaña, persiguiendo los grupos de rebecos o cabras que casi con toda seguridad poblaban estas cumbres; nos basamos para plantear esta cuestión en unos pocos utensilios encontrados en zonas de alta montaña: los bifaces de Cuenca Pepe y El Culero y la raedera recuperada en La Señoruca.
 
Foto 8. Lasca levallois de las terrazas del río Hijar en MatamorosaDe este modo, podríamos aventurar la idea de que los neandertales que ocupaban preferentemente los cursos de los grandes ríos campurrianos, siguiendo las grandes manadas de herbívoros y cazándolos cuando iban a beber o carroñeando sus restos cuando morían por causas naturales o por depredación de grandes carnívoros, también organizaban, en aquellos momentos del año que el tiempo lo permitía, expediciones de caza a la alta montaña, con lo que se producía una explotación más o menos intensa, de los distintos ecosistemas del valle y que a través del río Ebro, enlazarían con la Meseta. Por tanto el movimiento de estos grupos humanos sería de enormes dimensiones puesto que ocuparía, tanto la zona costera de la cornisa cantábrica como los altos valles interiores y la submeseta norte.
 
Dicho todo esto y a manera de resumen que nos permita enlazar con el título de estas líneas, en justicia los neandertales fueron los primeros habitantes de Campoo que hasta ahora se conocen y por tanto del mismo modo que se les reconoce su "status" de primeros europeos, les debemos reconocer, también, el de primeros campurrianos y vallucos, con miles de años de diferencia, aunque por desgracia no quede ninguno de ellos para reivindicar su protagonismo.
 

BIBLIOGRAFÍA
 
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NOTAS
 
(1) B.P.: significa "antes del presente", tomando como referencia 1950.
(2) Esta denominación fue propuesta por el anatomista irlandés Willian King. Orígenes del Hombre. National Geographic. Edición Especial.
 
Alonso Gutiérrez Morillo
Director del proyecto de Arqueología Prehistórica de Campoo