Reinosa en la obra periodística de Pick

José Manuel Pastor Martínez

Reinosa. Puente del Ebro. Nevada de 1911, de Jesús Otero


Pick era el seudónimo de José del Río Sáinz, un santanderino de 1884, marino de profesión y como tal navegante durante varios años, principalmente por los mares del Norte. En el otoño de 1907 hubo de desembarcar, herido a consecuencia de un fuerte temporal, y mientras convalecía le ofrecieron incorporarse a la redacción de La Atalaya (LA), lo que le varó para siempre en el periodismo.
 
Lo fundamental de su actividad periodística se plasmó en ese diario y en su prolongación empresarial e ideológica -el conservadurismo templado- La Voz de Cantabria (LVC), hasta que a finales de 1936 abandonó el Santander republicano que se le estaba haciendo irrespirable. Durante ese cuarto de siglo publicó casi cuatro mil artículos de variadísima temática (de lo local a lo universal y de lo social a lo político, pasando por lo cultural, lo económico etc.), de los cuales una veintena larga dedicados directamente a Reinosa y su comarca, que son la base de este trabajo. En ellos refleja su visión de tres momentos distintos de la vida local: uno, el del tránsito entre siglos, centrándolo en sus personajes representativos, y los otros dos. el pueblo de antes y de después de la instalación de la Naval, de contenido más sociológico.
 

LA GENERACIÓN FUERTE ENTRE SIGLOS

D. Ángel de los Ríos y RíosEl momento inicial es el que hace referencia a la generación fuerte de finales del siglo XIX en adelante qué brote de encinas humanas dieron los montes seculares!") (LVC 11-10-28) cuyo primer ejemplar sería Ángel de los Ríos, el sordo de Proaño, que repartía entre su pueblo natal y la venta de Tajahierro -entonces realmente solitaria y temible- su vida de "eremita absurdo", indómito e irascible (LVC 31-3-32), en la que alternaba los pleitos con los vecinos (solventado alguno a tiros) con sus admirables obras de erudición histórica y la labor de cronista de la provincia, mientras esperaba que Pereda "fuese a inmortalizarle en el objetivo fotográfico de "Peñas Arriba". Otro gran ejemplar fue Casimiro Sáinz, "el sublime loco" que volcaba en la pintura su única lucidez y paseaba por Reinosa con vestido estrafalario, tomando alguna copa de caña de La Habana que nunca pagaba al complacido tabernero (LVC 23-10-27). Demetrio Duque y Merino era el continuador campurriano del amable costumbrismo de Pereda, además de colaborador en publicaciones de Santander y Madrid y fundador de "El Ebro", un boletín literario en el que se iniciaron muchos jóvenes, como su discípulo Luis Mazorra. Este, tras estudiar en Madrid, vuelve a Reinosa "víctima de su fidelidad al paisaje" para escribir sus joyas costumbristas, que alcanzaron una cierta difusión al recogerse en el volumen "Narraciones de antaño" ((LVC 11-10-28).

En el ambiente de la comarca debió resultar exótica la figura dandy de Luis Bonafoux, quien llegó a Soto para dirigir la mina de cobre propiedad de su tío el marqués de Rojas: era hijo de francés y venezolana, había vivido de niño en Puerto Rico y estudiado en Salamanca y Madrid, donde cobró fama como apasionado anarquista literario y escandalizó por una ardiente diatriba contra Clarín. Tras casarse con la reinosana Ricarda Valenciaga siguió, siempre entre polémicas literarias y políticas, un azaroso peregrinaje (Puerto Rico, Cuba, Madrid, París) que terminó en Londres, donde en 1918 murió su mujer -algo que sintió como "una pedrada en un nido"- y él mismo pocos meses después (LVC 22-10-27). Pick le considera precursor de la generación del 98 (LVC 23-10-27) y en sus estancias en Reinosa se relacionaba con Ramón Sánchez Díaz el cual, antes de dedicarse a los negocios, cultivó en novelas y crónicas una literatura social (LVC 11-10-28) impregnada "del misticismo social y del pesimismo filosófico de los rusos" (LVC 23-10-27).

También por aquellos años iniciaba su carrera académica el antropólogo Luis Hoyos Sáinz, y algo después Luis Araquistain al que, pese a ser de Barcena de Pie de Concha, Pick adscribe un tanto arbitrariamente al personalísimo núcleo intelectual campurriano. Otros brotes de esa generación fuerte serían el obispo Adolfo Pérez Muñoz, de Soto, el periodista Nicanor Rodríguez de Celis, el financiero Valentín Ruiz Senén, oriundo de Requejo, y el reinosano Darío Díaz Vicario, que llegó a general tras batirse en Cuba y murió gloriosamente "bajo plomo rifeño" en 1909 (LVC 11-10-28).
 

LA VILLA HACIA 1915

D. Luis de Hoyos SainzEn 1915, por San Mateo, ("la fiesta clásica de la ganadería y del campo en la Montaña") el periodista visita Reinosa y escribe una serie consecutiva de artículos (LA 20 a 25-9-15) que ofrecen un panorama sinóptico de lo que en aquel momento era la villa. La visión general no puede ser más risueña: las calles son limpias y modernas, los paseos cuidados, los comercios lujosos y los edificios nuevos señoriles y relucientes; la vida es diáfana y equilibrada, con una actividad social amena y agradable, hay una pléyade intelectual brillante nacida al calor del prestigio literario de Sánchez Díaz, los semanarios de la prensa local se cuentan entre los mejor escritos de España y existe una juventud bizarra que actúa como elemento director en los asuntos comunes: tiene una floreciente riqueza ganadera y agrícola y un veraneo en auge, tiene una ambición noble y legítima y tiene un ideal, aún no cristalizado, que el periodista no nombra pero parece relacionar con la industria.

El auge veraniego que experimenta Reinosa en estos años queda reflejado en la relación que hace de más de cien "distinguidas familias" veraneantes, entre ellas las de un diputado nacional y un senador, varios marqueses, militares de alta graduación, jueces, médicos, ingenieros y hasta un obispo, destacando entre todos -por su entusiasmo contagioso y su magnanimidad el madrileño Ramiro Lezcano; el impacto de este tirón estival se traduce urbanísticamente en el conjunto de elegantes hotelitos construidos en el borde del paseo de Cupido y en algunos proyectos que se están considerando, como el de poner en funcionamiento un balneario en Fontibre y el de aprovechar la cordillera nevada para crear una estación de invierno que podría atraer a buen número de forasteros.

Son animados estos días de fiestas, que empiezan con una diana a cargo de la ''aceptable" banda municipal y de los dulzaineros de Frómista (animadores también de las veladas en la plaza Vieja) y con la invasión de las calles por una multitud alegre, entre la que pasan, con cierto riesgo, las manadas de potros cerriles que bajan de los puertos camino del ferial; por la noche, en la verbena, las muchachas de la "élite" -ataviadas con mantones- bailan a los acordes de un piano de manubrio. Entre los numerosos visitantes el periodista reconoce a muchos santanderinos de la burguesía alta (García Lomas, Solano, López Dóriga, Quijano, Francisco G. Camino, Cossío, Garnica) y los infantes don Alfonso y doña Beatriz atraviesan las calles en automóvil para dirigirse a la estación, donde, tras cenar con el alcalde y el señor Lezcano, toman el tren correo para Madrid.


D. Luis Bonafoux y QuinteroPero San Mateo es principalmente su feria de ganado, que tiene lugar en dos campas distintas para el caballar y el vacuno. El espectáculo del ferial es como una página viva de Pereda, con sus figones y las barracas de la farándula (hay una mujer-araña y cómicos que actúan al aire libre), con los aldeanos orgullosos de sus reses, los chalanes, los tratantes llegados de muy lejos y los curas de todos los pueblos del valle, que son según Pick "las columnas más firmes de la afición ganadera en esta parte de la Montaña". En la campa de las Fuentes se celebran los concursos de ganado caballar -con sementales de razas andaluza y bretona- y de vacuno, en el que abundan los sementales de la raza de Campoo y alguno suizo, aunque por lo que más se paga es por las mulas, muchas de las cuales se venden antes incluso de iniciarse oficialmente la feria. Es de especial interés en este año 1915 la presencia de militares, que vienen a comprar caballos de tiro para el arma de Artillería y, más importante, caballos del país para el Depósito de sementales y potros que el Ejército piensa establecer en Reinosa, en un gran edificio adquirido por el Ayuntamiento que está en proceso de adecuación y que se calcula empiece a funcionar en el plazo de unos meses, con una dotación de cien soldados más sus correspondientes mandos: algunos potros del Depósito ya pastan en las brañas de Lodar y se tiene la intención de que los sementales puedan ponerse a disposición de los particulares, en función del número de yeguas que posean; a este propósito, un general experto en cría caballar comenta al periodista lo negativo que es para el mantenimiento de la raza el hecho de que, en la Montaña, tres de cada cuatro yeguas se estén destinando a la procreación de mulas, por el beneficio inmediato que se obtiene de ello y sin tener en cuenta las consecuencias a más largo plazo.

Durante estos días Pick realiza un par de visitas por la zona. La primera a las fuentes del Ebro, el paisaje que inundó el temperamento y la sensibilidad de Casimiro "el Grande"; a través de las callejas de Fontibre se acerca con unción al barranco donde nace "el padre Ebro, el río sagrado de Iberia" y se asombra de que ''esta mansa agua embalsada" llegue a ser el río caudaloso de Zaragoza y el que se funde en Tortosa "con la inmensa lámina azul del Mediterráneo"; en el río cree ver el símbolo de "nuestra raza", nacida "en la aspereza de estos mismos montes'' y vertida "en el océano del orbe" tras pasar "con estrépitos épicos bajo los puentes trágicos de la historia"; y tanta emoción le produce el lugar del nacimiento que con aquella "agua santa" se bautiza en su "fe española". En un poema publicado años después, "Padre Ebro", reitera esta visión del río como "camino histórico... que desde las cántabras montañas Dios baja", y como "brazo que va de mar a mar" haciendo fecundas 'las tierras ubérrimas de cultivo y labranza". La otra visita es a Matamorosa, tras la huella de Casimiro Sáinz que adivina en la niebla que envuelve la mañana. probablemente la misma niebla que el pintor plasmó, con rasgo genial, en un cuadrito exhibido en el Ateneo de Santander que impresionó al periodista; y al contemplar el cementerio del pueblo al que se quieren trasladar sus restos, pequeño y lleno de maleza, pide que no sea agrandado para recibirle y se respete la "augusta sencillez" del lugar que él soñó como reposo definitivo, reservando para algún gran paseo de Reinosa "la conmemoración de piedra o bronce''.


Paisaje del Ebro, tras una nevada en 1911Para conocer la problemática reinosana conversa con dos personajes de la vida local, el catedrático Luis Hoyos Sáinz y el alcalde Antonino Rodríguez, del partido conservador. Hoyos Sáinz le explica a grandes rasgos la desaparición de algunas industrias tradicionales (las harineras por la pérdida de las colonias americanas y las de vidrio por haberse desplazado de Reinosa) y el declive de otras, como la quesera, que no ha respondido a las expectativas anunciadas, mientras ve posible su sustitución por el desarrollo turístico, que está yendo a más y podría convertirse en el porvenir de los reinosanos: es muy crítico, por otro lado, con el proyecto del pantano de la Virga, gigantesca obra que se prevé pueda llegar a embalsar seiscientos millones de metros cúbicos de agua, ocupando un área de veinte quilómetros cuadrados cuya cola llegaría a las inmediaciones de Reinosa: según él es una obra que interesa a Burgos y a Bilbao -por la producción eléctrica- y a Aragón -por los riegos-, pero no a Campoo, que sufrirá un quebranto en su riqueza ganadera al ser inundados muchos pueblos y terrenos comunales, que desaparecerán sin indemnización alguna. El alcalde, por contra, es un entusiasta del proyecto, en el que no ve sino ventajas desde el punto de vista del turismo y las comunicaciones (pues obligará a desviar el ferrocarril de la Robla, que podría así pasar por Reinosa), al tiempo que minimiza la dificultad de reubicar a los vecinos desalojados en otros pueblos de la comarca, que están deshabitados por emigración a América de sus anteriores moradores. También le comenta el alcalde que la Vidriera Reinosana (con establecimientos en Arroyo y en Las Rozas) ha sido absorbida por la empresa Saint Govain, dueña de la fábrica de Arija, y cómo esta última tiene una serie de proyectos ambiciosos, como poner en explotación los yacimientos de lignito que la Vidriera posee en Arroyo, reabrir la antigua fábrica de Reinosa para la producción de vidrio tallado y acometer la construcción de un ramal ferroviario entre Reinosa y Las Rozas si no lo hace la Compañía del Ferrocarril de La Robla. La relativa proximidad a Reinosa de este ferrocarril ("subvencionado por la Diputación de Vizcaya a fin de que sea Bilbao el puerto más económico de esta región"), unido a los malos horarios y altas tarifas establecidos por la Compañía del Norte para el trayecto hasta Santander, más la intervención de los bilbaínos en varias industrias locales, hacen que muchas familias reinosanas tengan mayores relaciones comerciales y particulares con la capital vizcaina que con la montañesa, máxime cuando -como señala Hoyos Sáinz- la despreocupación por Campoo de las Corporaciones oficiales santanderinas tiene por resultado que los lazos interregionales se estén aflojando.

Por último el periodista subraya la buena situación en que se encuentra la agrupación conservadora campurriana (más nutrida y compacta que cuando se produjo la escisión maurista) en la que forman viejos militantes "llenos de servicios al partido" y una juventud brillante "que se ha sumado a nuestra política atraidos por el prestigio del diputado a Cortes Juan José Ruano"; entre los conservadores, que se reúnen en el Café Español -propiedad de un correligionario-, cita al ex-alcalde Gonzalo Diez de los Ríos y a Antonino Rodríguez, al abogado y escritor Emilio Macho Quevedo, a los hermanos Pérez Arenal, del comercio (aunque el mayor, Dámaso, hace protestas de independencia política) y al joven diputado Fidel Diez de los Ríos cuyo despacho, en el que cuelgan dos estupendos "casimiros", es el lugar de trabajo de Pick durante su estancia en Reinosa.
 

Fábrica de Santa Clara

 
 
CIUDAD E INDUSTRIAL

José del Río Saínz, "Pick"Pasados más de diez años Pick vuelve a ocuparse extensamente de Campoo. En el intervalo se ha producido el hecho trascendente de la apertura en 1918 de la factoría de la Naval, que con sus 1300 trabajadores modifica todos los parámetros de la comarca, y se está en puertas de que se reconozca a Reinosa el título de ciudad (LVC 18-11-27), símbolo en cierto sentido de la metamorfosis que experimenta.

El periodista visita la fábrica y queda impresionado por sus enormes grúas, puentes, prensas y tornos, entre cuyos complicados mecanismos el obrero es sólo un resorte inteligente que los dirige y ordena: el cauce de ese nuevo río de riqueza corre paralelo al curso melancólico del Híjar, y por sus márgenes se desplazan hombres vestidos de un "azul mecánico" salpicado por la grasa de las máquinas, mientras las chimeneas alzan sus ''cipreses de humos".

A impulso de la fábrica se modifica todo, la economía, la civilización y las costumbres (LVC 20-9-31).

El pueblo antiguo, agrupado alrededor de la plaza, se desborda en barriadas que ya cubren el inmediato municipio de Enmedio; la población se triplica, según estima el párroco Santos Carrera, por la llegada de un aluvión de obreros sobrios y honrados, jóvenes en su mayoría y pronto identificados con su nuevo lugar; por ello hay más varones que mujeres, los matrimonios son numerosos y se esperan proles vigorosas "de la mejor calidad" (LYC 25-10-2"). La industria añade así un eslabón nuevo de progreso a la "cadena de siglos" que empieza en Cervatos y acaba en la gran forja de la Naval, haciendo gravitar cada vez más en torno a Campoo a los valles próximos de Valdeolea y Valderredible y a las zonas colindantes de Palencia, como Aguilar y las cuencas mineras de Orbó y Barruelo (LVC 5-11-27). Precisamente con estas cuencas hay el proyecto de un nuevo trazado de carretera que reducirá a 18 Km. su distancia con Reinosa -frente a los 50 Km. previos-, lo que favorecerá las relaciones comerciales y romperá el semiaislamiento de Barruelo; en esta localidad se quejan porque la Compañía del Norte ha tendido hasta allí un ramal ferroviario pensando sólo en el carbón, y no en la gente, que se ve obligada a viajar en el mismo convoy que el mineral y en vagones similares (LVC 8-11-27).

Esta noticia se la explica al periodista Federico Olano, un vascongado llegado con la Naval pero plenamente integrado en la vida de Campoo, hasta el punto de ser concejal, diputado provincial e intermediario entre la Unión Campurriana y la Comisión Hidrológica respecto a las diferencias que ambas entidades mantienen sobre la cuestión del pantano del Ebro; además Olano cuenta con que, por el pantano, la línea de La Robla termine pasando por Reinosa, y ve inevitable la solución Cidad-Reinosa para el problema del Santander-Mediterráneo (*), lo que convertirá a la capital campurriana en un nudo estratégico de comunicaciones ferroviarias. Con independencia de este futurible, la estación existente ya resulta pequeña para el progresivo tráfico de pasajeros y de mercancías que soporta, y sus instalaciones no son acordes con su importancia real ni con los horizontes que parecen abrirse; Pick, siempre obsesionado con el puerto de Santander -por el que se aprovisiona la Naval-, entiende que los santanderinos no deberían permanecer indiferentes en cuanto al tema del acercamiento por tren entre Reinosa y Bilbao (LVC 18-11-27).


Única fotografía que se conserva de Casimiro SainzLa posible incorporación de Reinosa al área económica vizcaína, en detrimento de Santander, ya había sido motivo de comentario alarmado por el periodista unos meses antes (LA 26-11-26) en función de dos tipos de datos: la creciente influencia bilbaína en la zona de Campoo (por las inversiones en banca e industria y por unas comunicaciones ferroviarias cada vez más ventajosas) y la "apatía suicida" de la capital montañesa, que sólo gesticula y grita cuando los males no tienen remedio. El vespertino "La Región" se hace eco de la existencia en Reinosa de un movimiento antimontañesista y vizcaitarra similar al habido unos años antes en Castro Urdíales, y Pick piensa que Dámaso Pérez Arenal podría ser el señor Ocharan de esta coyuntura (LA 29-1-27). El Ayuntamiento reinosano rechaza la acusación de vizcainizantes que se les hace y proclama su convicción montañesa, si bien quejándose del nulo eco que en Santander encuentran sus reclamaciones (la última en relación con el tranvía que muere en Barcena).

Y cómo para determinadas gestiones, como la de la estación de La Robla, no les queda otro remedio que dirigirse a Bilbao (LA 17-2-27). Dado que si esa unión directa por vía férrea se hace realidad las consecuencias serán muy negativas para Santander -y más en la perspectiva del fuerte crecimiento que está experimentando Reinosa-, la única solución que Pick vislumbra es la de mejorar la comunicación entre ambas localidades de la provincia, consiguiendo que por fin se revisen las onerosas tarifas del trayecto Alar-Santander y que se electrifique la subida de Barcena (LVC 30-10-27).

(Una jornada de caza)

Entre tanta vicisitud de la vida material remite como a otro mundo la jornada que nos relata (LVC 28-10-27) dedicada a la caza del oso por los altos de Palombera, en la que todo le resulta sugestivo: la pericia de los monteros (dirigidos por Aurelio, el de Saja) para advertir el paso del oso en la hierba aplastada o en la corteza de los arbustos, el madrugar, el brillo de los cañones "a la luz malva del día incierto", las traillas con los perros impacientes, la distribución de los puestos, la comida en la venta de Tajahierro (edificada "con su propio esfuerzo" por el sordo de Proaño a partir de una pared de roca viva) y la personalidad de los dos cazadores a los que acompaña, Gregorio Obeso y Pedro Pérez Lemaur, ansioso por cazar el primero e incrédulo Lemaur respecto al oso, pero culto y magnífico conversador. De este ya había trazado previamente (LA 11-12-24) un perfil en el que aparecía como profundo conocedor de todas las brañas y de todos los osos de la provincia, a los que sólo disparaba, entre resignado y contrariado, cuando le resultaba inevitable.
 

Reinosa. Plaza de Díez Vicario
 

(Crisis de trabajo)

Con la apertura de la Naval Reinosa pasa a depender acusadamente de la industria, y por tanto queda al albur de circunstancias que no controla. Tras la proclamación de la República , el nuevo Gobierno tiene unas prioridades económicas que no pasan por las inversiones en los "costosísimos juguetes" de los ejércitos (LVC 10-3-32), y dado que las principales producciones de la Naval eran precisamente cañones y piezas para barcos de guerra, parece probable que tenga que cerrar o restringir su actividad, con el correlato de despidos de personal obrero. Ante tan grave problema Pick dice que la provincia no puede quedar indiferente, y plantea que, pues el Gobierno pretende poner en marcha un gran plan hidráulico e intensificar los cultivos agrarios, las modernas instalaciones de la fábrica se orienten a producir maquinaria de obras públicas y aparataje para el campo; asimismo pide a la Diputación que convoque una asamblea con todos los interesados para debatir la situación y ver qué soluciones pueden articularse. Tres años después la paralización de la empresa y el paro son ya una realidad dramática en la zona (LVC 5-1-35), lo que da pie al periodista para hacer una divagación genérica sobre los bienes que la industria ha aportado al mundo (como sacar del atraso y la miseria a grandes capas de población), pero también de sus inconvenientes, entre los que destaca el haber terminado con la artesanía tradicional, que era el recurso de muchos en tiempos difíciles, recurso imposible para el obrero fabril especializado en labores muy concretas e ignorante del resto

Reinosa. Maquinas espalando estación

 
 

(*) Por los problemas técnicos y económicos que planteaba el paso de la cordillera entre Cidad y Ontaneda, y por los intereses en juego, algunos estaban proponiendo desviar el ferrocarril de Cidad a Mataporquera para desde allí, por la línea de Alar, acceder a Santander. Esta solución era rechazada por los santanderinos -muy vehementemente por Pick- debido a las tarifas abusivas que la Compañía del Norte (de capital vizcaíno y dueña del ferrocarril de Alar) tenía establecidas para esa línea.