Lectura de la inscripción de Cartes

José Luis Gutiérrez Cebrecos

Blog de José Luis Gutiérrez Cebrecos

En este artículo presento la lectura de la famosa inscripción grabada en la clave de arco del portal nº 76 del Camino Real de la villa de Cartes (Cantabria) que se consideraba indescifrable. Véase aquí su reproducción.

Digo “lectura” (porque me limitaré a “leer” los trazos de la inscripción) y no “interpretación”, porque no tengo claros el sentido y el contexto de algunas expresiones. Por ello, dejaré esa tarea en manos de filólogos, historiadores y otros especialistas; sin embargo, aportaré datos y sugerencias que les ayuden a avanzar en el estudio de esta inscripción.

Paso ahora a exponer la transcripción del texto y, a continuación, la justificación detallada de mi lectura.                                                                   

Inscripción de Cartes

 

Transcripción literal                |                 Transcripción reconstruida                          


fortunauiciouelodios                  |                 Fortuna vicio veló Dios

:nrosenor    |     iorem:                |                  n(uest)ro Señor.- I(n hon)orem:

stoiouani     |     A V E               |                  S(anc)to Jovan(n)i.- Ave

mariaañomilccciii                      |                  María.- Año mil CCCIII.

susino:                                        |                  Su sino.

 

Fortuna vicio veló Dios nuestro Señor

“Fortuna” y “Dios nuestro Señor” se leen con facilidad; sin embargo, los demás trazos intermedios son confusos porque los tres primeros verticales pueden leerse como IN, NI, M, VI… y los dos curvos, como C, S o E.

No creo acertada en esta parte la lectura “m(an)sión s(ó)lo” en la que parece basarse una interpretación libre publicada en internet, pues, aparte de que estas dos palabras no encajan en el contexto, tales abreviaturas apenas abreviarían esas palabras. Tampoco me convence la lectura “vicio velo” = “vicio lo ve” por razones gramaticales, pues sería incorrecto decir: “Dios a la fortuna lo ve vicio”.

La lectura más aceptable a la que he llegado, aplicando la combinatoria, es la arriba indicada “vicio veló”, aunque ahora habrá que elegir entre los verbos “velar 1” del DRAE (procedente del latín vigilare) en su acepción 7 (“cuidar solícitamente de algo”) y “velar 2” (derivado de velo) en su acepción 1 (“cubrir, ocultar a medias algo, atenuarlo, disimilarlo”). Según el párrafo que sigue, esta última acepción parece la más conveniente.

Lo que en mi opinión confirma que la lectura “Fortuna vicio veló Dios nuestro Señor” (independientemente de su interpretación) ha de ser la correcta es el hecho, que no puede ser casual, de que las palabras “fortuna”, “vicio” y “velo” aparezcan en la misma frase de un texto del año 1664. Se trata del aforismo “Los vicios suele encubrir la pobreza; mas la fortuna les correrá el velo” (1), donde “correr el velo” significa “descubrir algo que estaba oscuro u oculto”, según el diccionario de la RAE s.v. “velo” (2). Creo que este aforismo ha de tomarse en consideración para interpretar esta parte de nuestra inscripción. ¿Puede tener mejor interpretación esta frase si intercalamos la conjunción “y” entre “fortuna” y “vicio”?   

           

In  honorem: Sancto Jovanni

Para justificar la lectura ”iorem” de la inscripción original (en la que no se podía asegurar la letra o letras representadas por los tres últimos trazos verticales), adjunto copia del fragmento de una página de misal en que aparecen claramente escritas las letras “iorem” (véase más abajo). Esta expresión ha de ser una abreviatura que probablemente signifique “in  honorem”.

Para confirmar esta hipótesis, habría que encontrar un misal más antiguo en que “in honorem” apareciese sin abreviar. A falta de ello, podemos suponer que, en este texto litúrgico latino (introito de la 3ª misa de Navidad), la expresión aislada “en honor (de)” se utilizaría como un formalismo equivalente a una dedicatoria, puesto que a “iorem” sigue la “Statio ad Sanctam Mariam Maiorem” (lugar de celebración en la basílica de Sta. María la Mayor de Roma), mientras que la 2º misa de Navidad se celebraba en la “estación” romana dedicada a Sta. Anastasia

Tenemos una prueba “lapidaria” de que la lectura “in honorem” no va descaminada como fórmula de dedicatoria. Se trata de la inscripción que figura en la fachada principal de la basílica de San Pedro en Roma, que comienza así: “In honorem Principis Apost(olorum) Paulus V…” = “En honor del Príncipe de los Apóstoles (i. e. San Pedro), Paulo V (el papa que dedica la obra) …”. Obsérvese que aquí el destinatario del honor o dedicatoria va en genitivo (Principis); sin embargo, en la inscripción de Cartes no se construye una frase, sino que se trata de un título (“Dedicatoria:”) y a continuación el nombre del destinatario (en este caso, San Juan) en dativo, porque la dedicatoria es “a” o “para” San Juan.

Las tres letras de la abreviatura STO. se presentan fusionadas en un único símbolo. La forma de la S es igual a la de las demás eses de esta inscripción; el trazo horizontal de la T (algo curvado) coincide con la parte superior de la S y de la O; su trazo vertical (del que parece haberse desprendido su parte central) se comparte con la mitad izquierda de la O; la curva final es la mitad derecha de la O.

La V de JOVANNI es antihiática (para evitar el hiato de JOANNI), como en el italiano Giovanni. Igual que en la palabra “Señor”, también aquí se ha prescindido de representar con tilde la 2ª N de JOVANNI.

En resumen, la traducción de esta parte del texto sería: “En honor de San Juan“ o “Dedicada (esta casa) a San Juan”. 

Detalle misal


 

Ave María

En este “Ave”, el grabador, que aquí disponía de más espacio, empleó para la A mayúscula (en forma de “V” invertida)  y para la V (forma mayúscula de la “u”)  letras de un estilo más sofisticado.

 

Año mil CCCIII (= 1265 d. C.)

Creo que el palote “I” colocado a continuación de “María” es la 1ª parte de la A de “Año”, que se completa con el trazo curvo siguiente. ¿Por qué en las otras aes del texto sólo se emplea la 2ª parte de la A?  Seguramente porque, aparte de la mayúscula de Ave, esas aes se encuentran a continuación del trazo vertical de la letra anterior, mientras que en este caso, además de ser inicial de palabra, la letra anterior (otra A) es de trazo curvo.                                                             

La 2ª parte de la A de Año y el resto de la palabra también se han fusionado en un símbolo especial: tras la A se forma la N con un primer trazo recto y otro curvado que comparte con la 1ª parte de la O siguiente; el trazo horizontal superior es la tilde de la Ñ; finalmente, un pequeño trazo vertical completa la O.

La M de “mil” está más desarrollada que las de “iorem” y ”maria” porque, si a los tres palotes de la M sencilla se sumasen los de la I y L siguientes, se dificultaría la lectura.

El año 1303 ha de ser de la era hispánica, correspondiente al año 1265 de la era cristiana, ya que este sistema de datación no se adoptó en Castilla hasta 1383 d. C.

 

Su sino

Este “sino” (variante antigua de “signo”) no es el destino marcado por el “signo” del zodíaco, sino el “sello“ (del latín sigillum, diminutivo de signum) o “signo” que acompaña a la firma en los documentos. Véase en DRAE la acepción nº 5 de “signo”.  En multitud de documentos medievales (cartas ejecutorias, privilegios, testamentos, etc.) aparecen al final del texto, antes de la firma, las expresiones “con mi signo” o “con su signo”, sea en latín, en castellano antiguo (“sino”) o en castellano actual.

Sin necesidad de acudir a ningún archivo, puede verse al aire libre (en el atril dispuesto en el extremo próximo a Correos de la lámina de agua existente en la plaza de la catedral de Santander) un ejemplo de empleo de esa expresión: “testimonio signado con su signo” (3).

En el caso que nos ocupa, en que obviamente no hay firma, ¿podría considerarse como “signo” la cruz grabada en el centro de la inscripción?

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Aquí acaba mi contribución al estudio “material” de este texto. Ahora serán otros investigadores los que revisen mis resultados, los aprueben o corrijan y aporten la interpretación “inmaterial” de la inscripción, respondiendo a los interrogantes que he planteado a lo largo de este artículo.

Reinosa, 30 de septiembre de 2020 

José Luis Gutiérrez Cebrecos

 

NOTAS


1)  Encontré esta frase en “Aforismos, o dictámenes espirituales y de perfección” , centuria séptima, década X, nº 91 (pág. 256), del padre Juan Eusebio Nieremberg S.J., tecleando en Google “fortuna vicio velo”. Actualmente ya no hay respuesta a esa entrada.

2) Esta locución verbal, con significado similar, ya está recogida en el “Diccionario de la lengua castellana en que se explica el verdadero sentido de las voces …” editado por la Real Academia Española, 2º tomo (año1729), pág. 613. Ahí se cita, como ejemplo de uso de “correr el velo” (o “correr la cortina”), precisamente el aforismo de Nieremberg.

3)  Se trata de la copia de un privilegio real de 1467 en el que Enrique IV de Castilla concede a la villa de Santander los títulos de “Noble y Leal”

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