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José Aja

José Aja

El desollamiento de Marsias I 1998. Colección Ministerio de Industria, Madrid.José Aja ha derivado desde una pintura abstrac­ta gestual hasta una poderosa determinación figurativa en la que mantiene un mismo tono violento: " [...] desde sus pinturas muertas (dead painting), abandonadas en el caldo primigenio de la indiferenciación, por medio del sacrificio del fauno, de la tensión con lo dionisíaco, a este renacer de un principio ordenador como esencia de lo vital". Se pasa de una comprensión de la pintura como cuerpo que se deshace en la serie inspirada en el desollamiento de Marsias de Tiziano, a una figu­ración cruda, gracias a la recuperación de la experiencia de su entorno, esto es, en un proceso ele­mental pero complejo que supone aprender a mirar lo cercano y, al mismo tiempo, tratar de emplazar los acontecimientos con los que los mass-media nos bombardean. El tema funciona como impulso de la pintura, como detonante de un gesto nuevo. Ángel Gabilondo señaló, en torno a la pintura de José Aja, que pintar es un acto peligroso, "un gesto aún raro, extremo, una violencia que para empezar, se ejerce sobre uno mismo. Se trata más bien de un sumergirse en esa línea en la que necesariamente se juegan la muerte y la vida, la razón y la locura, una línea en la que uno se halla ya implicado".

Chelo Matesanz

Chelo Matesanz - Juan Carlos Román

La mariposa ahogada en el tintero (.. cómo sobrevivir en la penumbra cultural)

... Bajó el bachiller Botelus por la rúa de los Balcones, saludando a diestro y siniestro, abriendo las blancas manos sobre el pecho por si alguien salía a admirárselas, sil­bándole a un perro, canturreando ejemplos de Quintiliano, a veces la flor latina del retórico interrumpida por un regüeldo aguado y áspero del conejo en salmorrillo del almuerzo...
(A. Cunqueiro, de "Vida y fugas de Fanto Fantini")
 
Recientemente visité una exposición en un cono­cido y cercano centro de arte. Era un proyecto de un prestigioso comisario, y similar a otras muestras que podemos ver en espacios artísticos de catego­ría parecida. No se si porque me acerqué a alguna de las obras con ciertos prejuicios basados ya en la experiencia, o por qué, pero la cuestión es que me sentí cansada (la verdad) y hastiada de ver lo mismo una vez más (aunque reconozco que para estas cosas, cada vez voy teniendo más sentido del humor). En una sala estaba prohibido entrar, tenías que descalzarte para llegar a contemplar algo al fondo, en otra había que pedir un permiso y lue­go te prestabas a un juego "muy divertido" en el que el "portero" (que creía también formar parte de la obra) te podía cerrar la puerta en diferentes habitaciones. Si eras admitida, debías prestarte a ser encerrada... No acepté las reglas, ya que las ex­periencias que "otro" tiene del arte o de la vida, no deseo "sentirlas" físicamente en mi propia carne. No quiero subirme a una noria para saber lo que es el vértigo, ni quitarme el aire para saber lo que es morir ahogada, y sobre todo sin que sirva para nada.

Julián Santamaría

VV. AA.

 
Cuando uno conoce a Julián Santamaría le re­sulta abrumador el bombardeo constante de datos, citas, enumeración de amistades, críti­cas, reseñas y alabanzas que se suceden en un au­tomatismo frenético como incontestable carta de presentación sobre su obra. Son tantas y tan rele­vantes las personas de las que habla, que al final acaba pareciendo normal que te cuente, por ejem­plo, que una vez coincidió con Julio Cortázar en una fiesta y que éste le felicitó por el diseño de uno de sus carteles que, por supuesto, conocía. Así, como si nada.

Celestino Cuevas, un pintor de ida y vuelta

José Aja

"El fantasma del espejo arrastra mi carne hacia fuera, y al mismo tiempo,
todo lo invisible de mi cuerpo es capaz de investir a los otros cuerpos que veo".
Merleau- Ponty
 
     Artista inquieto, inconformista y siempre bus­cando nuevas formas dentro del lenguaje pictórico, Celestino Cuevas ha sabido man­tenerse en la línea de fuego de la vanguardia del arte. Siempre atento y a la intemperie, nos ha ido dejando una obra de una calidad excepcional, rica en todos y para todos los sentidos. Esa inquietud le ha llevado a estar en contacto con las vanguardias internacionales, en unos años donde era muy difícil el acceso a lo que sucedía al otro lado de nuestras fronteras.

Reinosa: forja artística

José Antonio Gutiérrez Delgado

INTRODUCCIÓN
 
Comenzaremos delimitando el tema sobre el que va a tratar el presente artículo, ya que el título puede pare­cer un poco pretencioso. No se trata de estudiar toda la producción que exhiben los edificios de Reinosa de elementos arquitectónicos de hierro, sino de fijarnos en lo más representati­vo que son las rejas y los balcones. Sin embargo, es necesario enu­merar los diferentes trabajos de forja que se hallan distribuidos por la ciudad. De modo general se pueden observar bastantes "ver­jas" que cierran sobre los muros bajos los jardines de casas y cha­lés, así como las correspondientes puertas de acceso. Entre los nu­merosos ejemplos se puede citar el cierre de los jardines del edi­ficio de Hacienda y los existentes a lo largo de la calle Castilla. En ocasiones también hay puertas de hierro aisladas, como la que cie­rra el antiguo cementerio, en el paseo de San Francisco.

Agrupaciones musicales reinosanas (II): la educación y la difusión musical en Reinosa y Campoo

Rosa Conde López - Teodoro Pastor Martínez

Continuando con el estudio de la música en Reinosa y Campoo que habíamos emprendido en el artículo an­terior "Agrupaciones musicales reinosanas" (1) hoy queremos reflejar brevemente el proceso que dio origen a la for­mación musical; la difusión musical en Reinosa, basada en sus intérpretes y en sus grabaciones; los espacios musicales, donde proponemos una ruta musical por Campoo, y finalmente reco­gemos las semblanzas de los principales protagonistas de la mú­sica en Campoo.
 

Música medieval en Campoo: fragmentos litúrgico-musicales. Siglos XIII-XVI

Rosa María Conde López

Gradual siglo XV. Sotillo

Entre los muchos temas musicales que todavía quedan por investigar quizás sean los manuscritos musicales utilizados como cubiertas de encuadernación uno de los más ricos y de los menos estudiados. Su importancia reside, en que son los únicos documentos que nos permiten conocer la penetración y la implantación del canto gregoriano en Cantabria y en Campoo.
 

Los pintores campurrianos

Isabel Portilla Arroyo

A falta de un estudio pormenorizado, intentaremos trazar, a través de estas líneas, tan sólo unos apuntes que ayuden a conocer de manera muy global el ambiente y las figuras más destacadas del panorama artístico de Reinosa y su comarca. En cualquier caso, trataremos de aquellos pintores que tienen una trayectoria consolidada en el campo de las artes plásticas a nivel regional, haciendo mayor hincapié en los pintores finiseculares, por considerar que forman parte ya de la historia de nuestra pintura, circunstancia por la cual hemos sido más generosos, aun a sabiendas de que muchos de ellos sólo tuvieron notoriedad en el panorama artístico local. Punto de partida obligada son, por tanto, los años finales del s. XIX, centrándonos a continuación en el siglo XX, inmediatamente después de que la enorme figura de Casimiro Sainz, ya apagada su vida, ejerciera sobre prácticamente todos ellos una influencia incuestionable y aún perceptible hoy día. En esta línea y más con el fin de que sirva de hilo conductor que con intención clasificadora, surgen de forma natural tres grandes grupos convencionales no porque existan en la pintura campurriana.

Las pinturas murales de Santa María de Hoyos

Enrique Campuzano Ruiz

La comarca de Valdeolea ha sido una de las más ricas en cuanto a patrimonio artístico del sur de Cantabria. Su pertenencia hasta 1956 al obispado de Palencia ha propiciado una relación muy intensa con la vida y el arte castellano, por lo que hasta ella se han extendido las corrientes más significativas del mismo, especialmente desde la época bajomedieval hasta el barroco.
 

Pinturas Góticas en Valdeolea

Daniel Guerra de Viana y María Elena Marchena Ruiz

El presente trabajo trata de dar a conocer las pinturas murales góticas existentes en Mata de Hoz, La Loma y Las Henestrosas, en Valdeolea, uno de los pocos ejemplos de su estilo en Cantabria y que fueron descubiertas al desencalar los ábsides de las iglesias en la últimas décadas. La primera manifestación pictórica de esta época que se descubrió e investigó en la zona, no en tierras de Cantabria pero en relación directa con las de Valdeolea, fueron las representaciones murales de la iglesia de S. Felices de Castillería, en el norte de Palencia cuyo estudio hizo Miguel Angel García Guinea en 1951 y que ha servido de base para trabajos posteriores.
 

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