Con este trabajo y entre otras cuestiones nos proponemos enmendar un doble equívoco. En el Museo Regional de Prehistoria y Arqueología de Cantabria se expuso desde su apertura en el año 1941 esta arma ciertamente singular tanto por su exclusividad en Cantabria (e incluso en Europa), como por el característico atractivo de unas formas que sin duda posee. Por ello, se le ha llegado a adjudicar un origen erróneo producto de una suma tanto de ancestrales como de acumulativos datos erróneos a lo largo del pasado siglo XX. En la mayor parte del cual, se carecía de los actuales soportes científicos (en forma de paralelos, estratigrafías, método, bibliografía...) para llevar a efecto un adecuado análisis de esta arma tan singular. Ha llegado incluso a evocar toda una serie de equívocas consideraciones de índole indígeno-regionalista en forma de inexactas imágenes.
Este artículo tiene un premeditado carácter de ensayo y una confesable finalidad: la difusión de una teoría apoyada sobre los avances logrados gracias a los sondeos realizados entre 2003 y 2005 por nuestro equipo en el yacimiento de Camesa-Rebolledo. Se nos ha invitado reiteradamente en medios locales a dar a conocer resultados pero nos hemos resistido hasta ahora porque estamos trabajando sobre una hipótesis a verificar.
La insistencia y los compromisos adquiridos motivan este artículo que profundiza en lo sugerido con motivo de la exposición que ya se ofrece en el arqueositio de El Conventón en Camesa-Rebolledo: hay ahora más argumentos para defender que luliobriga estaba en Camesa, que para mantener la atribución de Retortillo.
En este artículo de la serie "Toponimia Campurriana" trataremos de los nombres de lugar de la comarca campurriana relacionados con el agua; es decir, de los hidrotopónimos.
GENERALIDADES
Un sencillo derivado de agua es AGUAYO, a través del latín Aquarium (abrevadero, pila de agua) o del adjetivo Aquarius (relativo al agua), por ser lugar de abundantes arroyos. La evolución fonética del sufijo -ariu es de tipo italiano (acquaio), ya que la variante normal está representada por AGÜERO (o por el femenino AGÜERA) en la misma Cantabria.
Aunque se trata de un orónimo, es digno de mencionar aquí el Pico TRES MARES, antes llamado Pico TRES AGUAS (así figura p. ej. en el mapa escala 1/50 000 del I.G. Catastral n° 82, año 1931). Es bien sabido, aunque aún muchos lo ignoren, que de este singular trifinio hidrográfico proceden las aguas que vierten a los tres mares de la Península Ibérica.
Cada día más los estudios históricos se centran en conocer lo mejor posible la sociedad en cada lugar y en cada momento cultural e histórico, entendiendo la sociedad en el más amplio sentido y no limitada a los gobernantes y a una élite por lo general noble de la población. Sociedad y economía van íntimamente relacionadas a la hora de valorar la evolución histórica de una ciudad o de un territorio. Los estudios en los últimos años pretenden profundizar en la valoración porcentual en la balanza a la hora de juzgar la presencia de un arcaísmo y subdesarrollo o una economía de mercado así como el papel que juega el ámbito rural y el ámbito urbano, esto es, hasta qué punto las ciudades son productoras o consumidoras. Este debate nos lleva a poner en valor el papel que desempeñan las fuentes escritas y las arqueológicas.
El material que más abundantemente se recupera en el curso de las excavaciones arqueológicas realizadas sobre yacimientos romanos es la cerámica y, especialmente, fragmentos caracterizados por haber sido elaborados con técnicas muy sencillas y cuyo aspecto puede resultar, en ocasiones, tosco. Por ello, el conjunto de recipientes destinados a la elaboración, servicio, almacén y transporte de alimentos ha recibido el nombre de cerámica común.
La fundación de la ciudad y la organización del territorio
El significado del término Julióbriga, "ciudad fortificada de julio", como referencia a la familia del emperador romano Augusto y al lugar estratégico de su emplazamiento geográfico en la loma de Retortillo, nos familiariza con el planteamiento general existente en el norte de la Península Ibérica en la antigüedad, que nos sitúa en estos lugares la presencia de un poblamiento prerromano ubicado en asentamientos castreños.
En los últimos años el yacimiento arqueológico de Julióbriga ha sido el punto de partida de numerosas investigaciones que han visto la luz en diferentes publicaciones. Aprovechando el importante soporte que proporcionan las excavaciones, se han elaborado trabajos tanto de carácter arqueológico como histórico. Muchos de ellos se han documentado en las publicaciones anteriores a 1980, año en el que un equipo de profesores de la Universidad de Cantabria asumió la dirección de las excavaciones y retomó los trabajos de campo abandonados en los primeros años de la década de los sesenta. Con el presente artículo se pretende hacer un recorrido historiográfico por los diferentes hitos de las investigaciones, desde las teorías respecto a la ubicación de Julióbriga hasta las diferentes etapas en las que se desarrollan excavaciones arqueológicas.
I. EL YACIMIENTO DE REBOLLEDO DE VALDEOLEA (EL CONVENTÓN)
En nuestra comarca campurriana existen, además de las ruinas de Julióbriga, otros yacimientos arqueológicos de gran interés, pero olvidados poco tiempo después de su hallazgo.
Me refiero a los que están en Valdeolea, próximos a Mataporquera, un conjunto de restos romanos quizá identificables con la antigua Octaviolca, que, según cierto documento, estaba situada a diez millas al sur de Julióbriga. También han aparecido allí ruinas de una iglesia y una necrópolis medievales instaladas sobre uno de los yacimientos romanos, lo mismo que ocurre en Retortillo.
Los estudios y publicaciones relacionados con la ciudad romana de Julióbriga han proliferado desde la equivalencia realizada entre la ruinas de Retortillo y la ciudad romana por Flórez en su obra La Cantabria, publicada en el año 1768. Un papel relevante ha sido llevado a cabo por escritores campurrianos en el tránsito entre el siglo XIX y el siglo XX donde merecen una mención especial, entre otros, Ángel de los Ríos, G. de la Puente y, sobre todo Demetrio Duque y Merino el autor de la primera monografía sobre Julióbriga, Nuevas Antigüedades recién descubiertas en Juliobriga. Proyecto de un museo cántabro-iuliobrigense, publicada en 1885. Estos ensayos históricos globalizaban distintos datos, ya procedentes de los elementos materiales, especialmente arqueología, epigrafía y numismática, ya en relación con las informaciones, en su mayoría bastante confusas, de los escritores clásicos grecolatinos.
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