March 2016

El Cañón nº 27

Asociación Cultural El Cañón

Periódico trimestral de Reinosa y Campoo
Tercer y cuarto trimestre 2015
Dirección: Pilar Lorenzo Diéguez
Editor: Miguel Ángel Pérez Jorrín

El Cañón nº 28

Asociación Cultural El Cañón

Periódico trimestral de Reinosa y Campoo
Primer trimestre 2016
Dirección: Pilar Lorenzo Diéguez
Editor: Miguel Ángel Pérez Jorrín

Del artesano al remendón

Museo Etnográfico El Pajar

Casi una veintena de zapateros ejercían su oficio en la Merindad Campoo en el primer tercio del siglo pasado
 
En el Anuario de Santander perte­neciente al primer tercio del siglo XX figuran en la Merindad de Cam­poo casi una veintena de artesanos zapateros: en Reinosa, García (Viu­da de Nemesio) y Gutiérrez (Viu­da de Salceda Marcelino). En Matamorosa, Jesús Fernández; en Las Rozas de Valdearroyo, Francisco González; en Mataporquera, Lean­dro González; en Polientes, Deme­trio Salgado; en Bárcena de Ebro, Julián Alonso; en Rocamundo, Pa­cifico Corada; en Ruerrero, Maxi­mino Garrido y en San Martin de Elines, Tomás Herrero. También figuran como alpargateros en Pes­quera, Francisco González; en Ro­camundo, Joaquín Pérez; en San Martín de Elines, Hermógenes Alonso, Pedro Peña y Minervino Saiz, y en Villamoñico, Chicote y Hierro hijos.

Peregrinación y peleas de toros en Montesclaros

Museo Etnográfico El Pajar

Un rito necesario para comprobar la bravura de los sementales
 
El Concejo de Los Carabeos tenía como fecha de peregrinación vo­tiva a la Virgen de Montesclaros el día 7 de mayo. Esta fecha se tras­ladó después al 15 de mayo, festi­vidad de San Isidro Labrador. Ac­tualmente se celebra el domingo más próximo a esta fecha.
 
Cada año, uno de los tres ba­rrios que componen el concejo: San Andrés, Arroyal y Barruelo, era el anfitrión y portaba su estan­darte (pendón) y la cruz que pre­sidía la procesión. El estandarte lo portaba el mozo mayor y era acompañado por otros dos para su manejo, que guiaban los cordeles para mantenerlo en posición. Par­tían por la mañana todos los pere­grinos en procesión rezando el ro­sario, presidida por uno de los pá­rrocos del lugar. Cuando se termi­naba de rezar se deshacía la pro­cesión y al llegar al término deno­minado el Cañón, se volvía a for­mar caminando con cánticos de alabanza a la Virgen.