A Julio García de la Puente se le conocía en nuestra comarca por su guía de "Reinosa y el Valle de Campoo" y por sus colecciones de tarjetas postales con paisajes y escenas de costumbres campurrianas, pero no se sabía, a nivel popular, de la trascendencia de ésta su obra fotográfica, tanto en su aspecto técnico como artístico.
Comentando la importancia de su obra, en el libro "Cien años de Fotografía en Cantabria" se dice que en estas sus colecciones "se resaltan los valores folklóricos de Cantabria, obra del excelente artista Julio García de la Puente, infatigable estudioso del folklore tanto con la cámara como con la pluma ". Bien puede decirse que fue incansable en la divulgación de los valores de la que él consideraba su tierra, aunque no naciera en ella.
Ya en su primer trabajo como escritor, "La Colegiata de Cervatos", editado en 1.915, dice De la Puente que se propone dar a conocer en folletos los monumentos más importantes de la provincia de Santander que," si orgullosa puede estar por ser cuna de gran número de varones ilustres, célebres en las ciencias, las artes y las armas, (...) notable es también la antigua Cantabria por encerrar monumentos de reconocido valor artístico ...". Se queja del deplorable estado en que se encuentran algunos de estos edificios y del desconocimiento que existe sobre este tema entre la población.
Rebasó con mucho este proyecto pues lo que realmente publicó seguidamente, en 1916, fue el libro al que nos referíamos al comienzo, obra que durante muchos años ha detentado la exclusiva como
"guía" de nuestra comarca campurriana. En su introducción nos refiere el autor las dificultades que hubo de vencer hasta reunir los datos precisos al encontrarse con faltas de exactitud. Dice que las guías "suelen prescindir o tratar de manera muy sucinta y deficiente materias a las cuales damos alguna extensión".
Aun cuando su propósito fuera "facilitar al turista cuantos datos precise para hacerse grata su estancia en nuestra tierra", no se conforma con una simple guía al estilo de las que todos hemos venido soportando, pues cuanto su autor escribió al respecto merece más alta calificación. Basta con enumerar las materias que comprende: historia, economía, etnografía y hasta una amplia reseña biográfica de campurrianos ilustres , con la particularidad de que todos los temas están tratados con la seriedad y exactitud que él echaba en falta en varias de las obras que consultó.
Importa destacar, si queremos tratar sobre la personalidad de García de la Puente, la mesura y acierto que demuestra en la presentación de los documentos de que se sirvió, pareja a la técnica empleada para desarrollar su labor en el arte fotográfico.
La descripción que hace de la Colegiata de Cervatos, concisa y estricta, es lo suficiente para ilustrar a turistas y a personal cualificado; las fotografías completan la información muy cabalmente , pues han sido bien seleccionadas y presentan el detalle necesario. Elogia la obra de restauración realizada por Don Manuel Aníbal Álvarez, entre los años 1.901 y 1.904, destacando el acierto en la presentación de los valores tradicionales.
Su obra sobre Reinosa y el Valle de Campoo es importante en cuanto a las transcripciones o comentarios publicados sobre documentos ya perdidos , que existían en el archivo municipal, hasta el incendio de 1.932, como los relacionados con algunos edificios antiguos, crónicas y otros muchos viejos papeles que él pudo consultar.
No es menos importante el capítulo "Costumbres Campurrianas", que recoge una parte de lo que, en forma más concluyente, presenta en sus fotografías, como veremos más adelante. En "Campurrianos ilustres" incluye las biografías de diecisiete personajes.
Su otro libro "Torrelavega y Santillana del Mar" tiene características similares al de Reinosa: historia, vida social, costumbres y un plantel de biografiados ilustres de la comarca de Torrelavega. La parte destinada a Santillana recoge los aspectos más significativos de la Colegiata: portada, interior de la iglesia, claustro, reliquias y museo. Según manifiesta al final de la obra, se queda con las ganas de hacer un estudio mas exhaustivo, aunque se enorgullece de haber sido el primero en reunir los datos que presenta.
Manuela Alonso Laza, en su trabajo editado por Historias de Cantabria "Julio de la Puente, la recuperación de un fotógrafo pictorialista", dice que De la Puente hacía arte de la fotografía y no fotografía con arte. Parece ser que es esta la definición que podría darse al pictorialismo, versión estética de la técnica fotográfica, calificándolo de expresión artística, aunque para ello fuera necesario introducir nuevas técnicas, como la utilización de bromoleo, la goma bicromada o el carbón pigmentario. "Cien años de fotografía en Cantabria", de Bernardo Riego y Ángel de la Hoz, hace un estudio de las distintas corrientes del arte fotográfico y describe sucintamente esta forma de hacer de carácter artesano. Así, la utilización del carbón pigmentario consiste en un sistema de transferencia de la imagen al papel, siguiendo un procedimiento de impresión. Añaden que en Cantabria lo utilizó De la Puente con buenos resultados. Tanto a este uso como al de la goma bicromada o el bromoleo se los califica de "impresiones nobles". Se insiste en que es una actividad artesanal muy trabajosa pero de excelentes resultados.
El dominio de su técnica en los procesos pigmentarios le lleva a la publicación de un tratado de carácter manual titulado "Positivas en papel Charbon-Velours Artigue", según Alonso Laza,
es un trabajo práctico y teórico a la vez para quienes quieran seguir uno de los procesos pigmentarios más utilizados a primeros de siglo.
Julio García de la Puente fue más que oriundo de Campoo, pues se sintió siempre ligado a la tierra de sus mayores. Nació en Madrid, pero desde muy joven visitaba el pueblo de Naveda, en Campoo de Suso y Reinosa, donde tenía familiares. En Campoo es habitual el apellido Puente, sin añadidos, y ,también, con "de la" o formando un sólo vocablo, Delapuente. Este es el caso de Fernando Delapuente, ingeniero industrial y pintor, residente en París, por los años cincuenta, que se dirigió a la revista FONTIBRE haciendo constar que era descendiente de Reinosa; en Abril de 1.957, presentó una interesante colección de óleos en nuestra Casa de Cultura.
Durante su última etapa de residencia en Reinosa, que suponemos durara unos quince años, mantuvo abierto un estudio, en la calle Mayor, donde ejercía sus trabajos de laboratorio y hacía fotografías de carácter privado; pero lo más importante fue la labor con pretensiones artísticas que hemos apuntado. Conocedor del paisaje campurriano y de sus gentes, supo sacar partido del trato con sus convecinos y de su afición al estudio de costumbres populares que concretó en magníficas colecciones de fotografías, que siguen estando de actualidad tanto en su aspecto artístico como en el comercial.
Una gran parte de los personajes de sus postales, que aún hoy se siguen identificando por tradición, pertenecían a familias conocidas, tanto de Reinosa como de los pueblos circundantes; a todos los preparaba concienzudamente, nuestro artista para impresionar las escenas que figuran en las fotografías.
Por mencionar algunos de los títulos de las celebradas postales,
La vuelta de la romería, Sus favoritas, Feliz encuentro, Espadando, cardando e hilando o Peinando el carro, son muestras de escenas felizmente realizadas y de un anecdotario que refleja con fidelidad una gran parte de las costumbres de Campoo.
Nueve colecciones de tarjetas llego a publicar, de las que aun se continua haciendo nuevas impresiones en nuestros días: Reinosa, La Montaña, De Cantabria, Peñas Arriba, Torrelavega, Rincones Montañeses, Valladolid artística, El Sabor de la Tierruca y Reinosa en Invierno.
Varias de sus obras de este tipo fueron premiadas en exposiciones de caracter nacional, obteniendo Medalla de Oro, - Madrid, 1903- , Medalla de Oro -Vitoria, 1904-, de Bronce, -Bilbao, 1905-, Plata, -Valencia, 1906 , Premio de Honor de Santander, 1906 y Medalla de Oro en Murcia, 1908.
Antes de que Julio de la Puente practicara la fotografía en Reinosa, el ingeniero inglés William Atkinson, llegado a Cantabria con motivo de la construcción del Ferrocarril Isabel II, de cuyos avatares nos habla Angel de los Ríos, dejó señaladas muestras de su afición a este arte, que alternaba con sus trabajos como técnico en las mencionadas obras. Realizó una serie de fotografías que recogen varias zonas del recorrido del ferrocarril entre Alar del Rey y Reinosa, con vistas generales y parciales de la Villa, entre las que destacamos por su interés histórico: Diligencia "La Cibeles", que hacía la línea Santander-Valladolid. Preparada para salir del Parador de Reinosa. 1857. Según el pie que reproducimos y que figura en la obra, "Cien años de fotografía en Cantabria". El parador fotografiado corresponde al número 12 de la calle del Puente, que aun conserva el balcón y el escudo a la altura del primer piso.
Es muy posible que De la Puente conociera la obra de W. Atkinson, aunque no coincidieran en el tiempo, pues su afición le llevó a establecer contactos con varios artistas contemporáneos de Cantabria, como Claudio Gómez del que se dice que llegó a París como barquillero y volvió de fotógrafo, con quien mantuvo buena amistad.
En 1886, Redón, fotógrafo montañés, que trabajó por toda Cantabria, publicaba una colección de doce vistas fotográficas "en tamaño de tarjeta americana", con temas de nuestra comarca: la Plaza de Reinosa, la Iglesia, El Espolón, Cupido, varias calles y la obligada en estos casos que era el nacimiento del Ebro. Su precio, según anunciaba nuestro semanario reinosano EL EBRO, era de cincuenta reales la colección completa y cinco cada tarjeta, que para aquellos tiempos era ya un buen regalo. Más tarjetas se han venido publicando, aún después de las que son objeto de este trabajo. Entre 1917 y 1918, EL PUEBLO CANTABRO, presentó al público nuevas colecciones dedicadas a la región campurriana, entre las que destaca la serie de Reinosa con nieve.
Además de las series de postales publicadas, Julio G. de la Puente colaboró en revistas nacionales y extranjeras con fotografías sobre temas regionales, de Campoo especialmente. Siguiendo a Alonso Laza vemos que hace una observación digna de tenerse en cuenta , cuando dice que "los paisajistas campurrianos están presentes en toda su obra". Su intuición junto con su cultivada sensibilidad le llevan a la creación de obras con alto contenido artístico.
Apenas si conocemos datos de su vida desde que salió de Reinosa, como no sea a través de sus obras, pues De la Puente debió ser hombre discreto, poco dado a salir de sus cauces normales y muy entregado a la vida familiar. Sabemos que, tras residir en Reinosa, pasó a Vitoria y más tarde a Valladolid, donde falleció en 1957.
La revista FONTIBRE, en su número 12-13, correspondiente a Agosto-Septiembre de dicho año, nos da la noticia al inaugurar su nueva sección de Campurrianos Ilustres: "Queremos dedicar un recuerdo al gran campurriano Julio G. de la Puente, recientemente fallecido, admirable artista y erudito en temas locales, autor de la "Guía de Reinosa y el Valle de Campoo", en la que se incluye un estudio completo sobre este mismo tema, con gran acopio de datos que revelan su laboriosidad y la honradez con que llevó a cabo este meritísimo trabajo".
Un año antes, se había dirigido a nuestra revista evocando las grandes nevadas de Campoo, haciendo referencia al semanario reinosano EL EBRO que describe la célebre nevada de 1888. Seguidamente hace unas sentidas consideraciones sobre sus funestas consecuencias para los hermanos necesitados, observación razonable y muy de acuerdo con la labor generosa que venía.
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