Como buen aficionado a la lingüística, desde que llegué a Reinosa empecé a interesarme por la etimología de este topónimo; pero como ninguna de las etimologías conocidas me convencía, acabé por desarrollar la mía propia, válida no sólo para Reinosa, sino también para Renedo y para una numerosa familia de palabras derivadas de la misma raíz.En este estudio monográfico refutaré primero las opiniones anteriores que han llegado a mi conocimiento y posteriormente trataré de demostrar que mi nueva etimología es, la más convincente de todas las propuestas o, al menos, la que mejor sigue la metodología exigible en toda investigación etimológica que quiera considerarse científica.
OPINIONES ANTERIORES
Lo primero que le dicen a uno al llegar a Reinosa es que su nombre significa "reino de osa". Del mismo modo, al preguntar en Reinoso de Cerrato (Palencia) por su etimología, me dijeron que significaba, naturalmente, "reino de oso". Podría detenerme en demostrar detalladamente la imposibilidad de esta etimología, basándome en razonamientos de carácter morfológico, fonético y, sobre todo, semántico; pero bastará decir que esta etimología no explica las variantes documentadas
Reinosa/Ranosa/Renosa ni las demás formas afines, que deben tener todas un étimo común. Aparte de esta etimología popular que me he visto obligado a mencionar, se han publicado en la prensa de Santander algunas etimologías de Reinosa y Renedo que, por carecer de rigor científico en su argumentación, sólo expondré someramente. Así, alguien pensaba en que
Renedo significaría "re-nacido = manantial, agua que vuelve a brotar" (sic). A pesar del francés
rené, esto no se sostiene en fonética castellana, ni puede admitirse un galicismo tan temprano y tan mal adaptado.Otro articulista, pensando sin duda en
el "panta rhei" de Heráclito, mezclaba esta raíz griega (de donde viene "reuma" = corriente) con el río
Rin (en alemán
Rhein) y con la ciudad de
Reims, llegando a la conclusión de que tanto
Reinosa como
Renedo significaban "lugar abundante en corrientes o ríos". En realidad, se sabe que la raíz indoeuropea de "rheuma" es
*sreu- (1), de donde no pueden venir ni Reinosa ni Renedo, Rin deriva del galo (celta)
Renos, con el significado de "flujo, corriente", aunque de una raíz diferente a la anterior; pero no es normal que los sufijos
-osa y -
edo, típicamente latinos, se añadiesen a una raíz sin uso en romance, En cuanto a Reims, no tiene nada que ver, pues procede del nombre de sus pobladores, a los que los latinos llamaban
Remi.Como refutación general, estas etimologías no explican la alternancia
e/a/ei ni las demás variantes del topónimo que luego veremos.Otra etimología, referida sólo a
Reinosa (otra vez el mismo error), supone que su origen es vasco: *errain-otza
(errain = tierra de pastos, otz = frío/a,
-a es el artículo)
(2).Esta etimología parece, a primera vista, irreprochable tanto desde el punto de vista morfológico como desde el semántico. Sin embargo, tiene un defecto de carácter fonético: el resultado hubiese sido
*Reinoça en castellano antiguo (pues entonces se pronunciaba la Ç como el vasco tz) y
*Reinoza en castellano moderno (compárense, por ejem
plo, Mendoza = el monte frío,
Iturrioz = Fonfría = fuente fría). Pero el defecto más grave de que adolece esta etimología "vasca" es que
errain no es palabra propiamente vascuence en este sentido (sólo significa
nuera), sino tomada del antecedente arcaico del castellano "herrén" que luego estudiaremos. Por tanto, no tiene sentido que el castellano tomase en préstamo del vasco una palabra a su vez prestada a éste, tratándose de un término entonces bien conocido en castellano.En esta misma línea de argumentación, también podría alguien proponer para
Reinosa una etimología con apariencia de perfecta: Vendría del catalán
reïnosa (con diéresis), que significa "resinosa". Pero claro está que aquí nunca se ha hablado catalán, ni esta zona se ha caracterizado por la producción de resina.La etimología de Reinosa, y también de Renedo, más autorizada es la debida al prestigioso lingüista Antonio Tovar. Según él, ("Cantabria Prerromana", 1955), los topónimos
Reinosa y Renedo significarían "lugar de ranas". Su punto de partida son las formas antiguas documentadas
Ranosa (1185) y
Ranedo (existente hasta la actualidad), que parecen obviamente derivadas de "rana la explicación que da para el cambio de la primera vocal es, en el caso de Renedo, por "asimilación"
(Ranedo >Renedo) y, en el caso de
Ranosa > Reínosa, por "introducción de una ennoblecedora referencia a la realeza". Estos "elementos fantásticos y estéticos" -según él- "han bastado para encubrir la etimología, basada en un humilde batracio".Es verdad que se dan casos de asimilación y que a veces tales elementos fantásticos y estéticos han producido cambios en topónimos, antropónimos,y otras palabras; pero parece que, en esta ocasión, Tovar se precipitó un poco en sus conclusiones, por los siguientes motivos:
a/. En el caso de
Reinosa, sin duda no conocía la forma antigua documentada
Renosa. De haberla conocido, hubiese comprobado que dicha variante no queda explicada por ninguno de los dos recursos aducidos: ni se relaciona con "rey", ni ha habido "asimilación" (pues el resultado hubiese sido
*Ronosa). Al contrario que Tovar, pienso que, lejos de pasarse del concepto de "rana" al de "rey", la forma fonéticamente más arcaica
, Reinosa, quizá se conservó para evitar una indebida asociación con las ranas que la forma
Ranosa podía sugerir
(3).
b/. En el caso de
Renedo, la asimilación
a > e podría aceptarse si se tratase de un topónimo aislado, pero de ninguna manera puede admitirse que un fenómeno lingüístico excepcional, como es ése, haya podido extenderse a la gran mayoría de los "Renedos" (al menos 15, por otra parte alejados entre sí) frente a la minoría de "Ranedos" (sólo 2), como se apreciará en la relación que más adelante se incluye. Este argumento estadístico me parece de bastante peso.
c/. Otra objeción que se puede hacer a la teoría "batracia" es que, si se hubiese querido buscar un topónimo para designar "lugar de ranas", se hubiese elegido el más natural, que es "ranero" (nombre común incluido en el diccionario) o "Ranera" (sobreentendido el sustantivo "tierra" o "villa"), y no la terminación
-edo u
-osa. En efecto, el sufijo
-ero/-era es el preferido para formar derivados de nombres de animales (como Cervera, Corvera, Lagartera, Tabanera, etc.), mientras que los sufijos
-edo/-eda, -oso/-osa, -al(es), -ar(es) se aplican preferentemente al reino vegetal.
d/. Como en las etimologías antes mencionadas, tampoco este étimo explica todas las variantes del topónimo evidentemente relacionadas,
e/. Finalmente, también es sospechoso que la distribución geográfica de los "Renedos" y similares (que sólo aparecen en Cantabria y en unas pocas provincias castellanas) no coincida con la amplia distribución de las ranas por la península. Luego no debe de haber relación entre los batracios y los topónimos que estamos estudiando.Una vez pasado este mal trago de enmendar al maestro, expondré el fruto de mi propia investigación. Como se verá, he procurado ser lo más exhaustivo posible, tanto en la recopilación de topónimos como en la comprobación de mi etimología, hasta asegurarme de que todo concuerda.
NUEVA ETIMOLOGÍA
Ante todo, hagamos una relación de los topónimos que supuestamente pertenecen a la familia en cuestión. Para ello he consultado el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, los mapas del Instituto Geográfico y Catastral, así como otras fuentes que han estado a mi alcance. Clasifico las distintas formas atendiendo primero a su radical, que puede ser REN-, RAN, o REIN-, y después a los diferentes sufijos con que se puede presentar (incluido el sufijo "cero"). Cuando indico el número de representantes de un topónimo, me refiero a toponimia mayor; indudablemente, se han de hallar muchos más casos en toponimia menor.
REN-: Renedo 7 en Palencia, 4 en Cantabria, 2 en León, 1 en Burgos,1 en Valladolid (15 en total)
Renales 1 en Guadalajara, 1 en Toledo
Renosa forma documentada para la Reinosa cántabra Renera o Ranera: 1 en Guadalajara
Renero apellido, sin duda también topónimo
(La) Ren varios en toponimia menor
RAN-: Ranedo 1 en Burgos (muy próximo a Herrán), 1 en León
Raneda apellido, sin duda también topónimo
Ranosa forma documentada para la Reinosa cántabra
Ranera o Renera: 1 en Guadalajara
(La) Ran varios en toponimia menor
(4)
Ferrán 1 en Asturias
(La) Herrán 3 en Cantabria, 1 en Burgos, 1 en Vizcaya
Arranales apellido, sin duda también topónimo
Lajarrán 2 en Cantabria
(Ranero) 1 en cantabria, 1 en Vizcaya, 1 en León
(Raneros) 2 en León
(Ranera) 1 en Burgos, una sierra de Cuenca
REIN-: Reinosa 1 en Cantabria. (Reynosa en Méjico)
(5)
Reinosilla 1 en Cantabria
Reinoso 1 en Palencia, 1 en Burgos, 1 en Valladolid
Reinales o Reinares: 1 en La Rioja
(La) Rein varios en, toponimia menor
Herrín 1 en Valladolid
Lo primero que debe llamar nuestra atención es el hecho de que
una misma población presente varias formas:
Ranosa/Renosa/Reinosa o Ranera/Renera. Esto nos lleva a pensar que estamos ante distintas variantes fonéticas de
un mismo étimo, variantes que habrá que explicar. Por otra parte, observamos que los surijos colectivos utilizados, como dijimos antes, parecen corresponder al reino vegetal (compárense: Hinojedo/Hinojal(es)/Hinojar(es)/Hinojosa, Acebedo/La Acebeda/Acebal/ Acebosa, Argomedo / Argomeda / Argomal / Argomoso, etc.). Por tanto, lo lógico es buscar un étimo de significado vegetal y que además pueda explicar la triple variante
RAN-/REN-/REIN- más los topónimos afines que comienzan por FER-, HER- y AR-. Si, por añadidura, la raíz buscada perteneciese al vocabulario heredado del latín, que es lo natural (dado que tales localidades no se citan como prerromanas), estaríamos en el buen camino. ¿Existirá una palabra que cumpla todas estas condiciones?Pues bien, esa palabra existe... y además figura en el diccionario como nombre común, aunque poco usado en la actualidad. Se trata de
"herrén", que significa "forraje de avena, cebada, trigo, centeno y otras semillas que se da al ganado". También existen los derivados "herrenal/herreñal" ("terreno en que se siembra el herrén") y "herrenar" ("alimentar el ganado con herrén"). "Herrén" proviene del latín vulgar
"ferrago/ferráginis" y éste a su vez del latín clásico "farrago/farráginis", que significa "mezcla de varios granos para alimento del ganado".Lo más importante para nuestra demostración es que el latín vulgar
ferrágine evolucionó primero a
ferraíne (forma documentada en el año 865) y luego, divergentemente, a
ferrén/ferrán/ferréin (que no son formas hipotéticas, sino también documentadas). Esta divergencia se explica por la rareza del sufijo latino
-ágine, que también dio por resultado el doblete "sartén/sartán" (forma esta última del aragonés antiguo) procedente del latín "sartago/-áginis"
(6). Como es bien sabido, estas variantes con
f- evolucionaron en castellano a
herrén/herrán/herréin, respectivamente. Evolución diferente han sufrido
herraña, las herrañes, que se encuentran en toponimia menor
(7). Por otra parte, en las zonas donde la h aspirada se conservó más tiempo, la aspiración se reforzó en forma de
j; de ahí procede la variante cántabra jerrán.Otra rareza de esta familia de palabras es la vacilación que presenta su género. En latín era femenino (de ahí el castellano medieval "la herrén" y los topónimos "La Herrán"), aunque después se generalizó el masculino "el herrén"
(8).El paso siguiente es justificar la pérdida de la sílaba inicial
he(r)- que apreciamos en la mayoría de los topónimos arriba catalogados. Ello se explica, en primer lugar, porque, al añadir los distintos sufijos (-osa, -edo, etc.) resulta una palabra más larga, que tiende a abreviarse suprimiendo una sílaba átona. Así, junto al Herrán burgalés tenemos (pasando
por *herranedo) Ranedo; igualmente, herranes> Ranes, herrenales> Renales, etc. (Compárese: Emilio> Emiliano> Millán). Pero esta razón no es la más importante, pues vemos que, por aglutinación y posterior desaglutinación del artículo,
La Herrán (pasando por
l'arrán) se ha reducido a
La Ran. Del mismo modo, en toponimia menor o como apelativos, también encontramos
ren y rein con el significado de "finca que queda entre las casas del pueblo o cerca de él, generalmente cercada" o "herrenal"
(9). La aféresis, que sin duda ha mantenido oculta esta etimología tanto tiempo, se justifica sobre todo por la fonética sintáctica en frases como "Soy de *Herreinosa, vengo de *Herrenedo", que acabarían por simplificarse en "Soy de Reinosa, vengo de Renedo",Otros ejemplos de este fenómeno son Emérita> Mérida, enebro> enebreda> Nebreda, etc.; pero el ejemplo más ilustrativo, por su perfecto paralelismo y por su proximidad a Reinosa, lo tenemos en "Villanueva
de Henares" y "Quintanilla
de Henares (Palencia), que en el mapa de D. Tomás López (año 1774) figuran como
"de Nares es decir:
Fenares> Henares> Nares, del mismo modo que
ferrenales> herrenales> Renales... y así los demás topónimos derivados de
ferrágine.Con lo que llevamos visto, ya hemos explicado la mayoría de los topónimos arriba citados. En el caso
aislado de
Arranales no hubo aféresis, sino asimilación a partir de
*herranales (compárese p. ej. Herranz > Arranz). Lo mismo sucedería con
Las Arrañas y Las Arrañejas mencionadas en la nota 7. En
La Jarrán hubo también asimilación (de
jerrán) y, además, paso de
h- a
j-. Herrín se explica como reducción de
Herréin (compárense "serrín", que M. Pidal incluye entre los descendientes de
-ágíne, y vulgarismos como "tenís" en lugar de "tenéis").En cuanto a los
Raneros y Raneras que en la relación he incluido entre paréntesis, podrían pertenecer a la familia de
herrán (compárense: Trigueros, en Huelva; Esparraguera, en Barcelona; etc.); pero por lo dicho al hablar de las "ranas", es posible que deriven de los batracios. Sin embargo,
el Ranera de Guadalajara, conocido también como
Renera, sólo puede proceder de
herrán/herrén. Para decidir sobre los demás casos, habría que disponer de la pertinente documentación antigua o conocer realmente el terreno.Puede extrañar que, en el caso de Reinosa, se hayan documentado nada menos que tres variantes. Ello puede considerarse normal en una época en la que el castellano aún estaba en formación y coexistían diversas tendencias de evolución fonética. Así, es curioso señalar que, en documentos precisamente de Campoo y pertenecientes ambos a la primera mitad del s. XIII, aparecen
ferréin (antecedente de
Reinosa) y
ferrén (antecedente de
Renosa); quizá
ferrán (que había originado la forma
Ranosa) ya no se utilizara entonces. A veces, incluso en un mismo escrito aparecen en esa época diversas formas de una misma palabra.
En conclusión, nuestra etimología no sólo explica la triple variante Reinosa/Ranosa/Renosa, sino todas las demás formas emparentadas (expresadas en singular, plural o con surijo colectivo/abundantivo), Todos estos topónimos tienen el significado de herrén o de herrenal, es decir, (tierra o villa) forrajera
CONFIRMACION DE LA ETIMOLOGÍA
Al llegar a este punto, es preciso reconocer que, para que la etimología expuesta quedase plenamente demostrada, habría que presentar pruebas documentales de las formas intermedias *Herreínosa, *Herrenedo, *Herraneda, etc. que hemos dado como supuestas. Tales formas no han aparecido, pues la primera mención que se hace de Reinosa es ya en el siglo XI y la evolución fonética que hemos detallado ya se había consumado; es decir, ya había desaparecido la sílaba inicial. Esto puede explicarse porque en el norte de Castilla ya hay ejemplos de f- perdida desde el siglo IX. Por tanto, a pesar del "eslabón perdido", la etimología que defiendo sigue siendo posible. Pero no sólo es posible, sino que es muy probable, dado el cúmulo de "pruebas circunstanciales" que le son favorables, como veremos a continuación.a/. El amplio y coherente conjunto de variantes de este topónimo que hemos recogido, y que se desarrollan por combinación de tres radicales con diversos sufijos, indica que debe tratarse de distintos derivados de un único nombre común relativo al terreno, que más tarde pasaría a nombre propio de la población asentada sobre él. Pues bien, el étimo que hemos supuesto es el único que explica todas estas variantes ... y además las explica, no por procesos excepcionales, sino de acuerdo con la evolución fonética normal del castellano.b/. Para las formas abreviadas Ren, Ran, Reín, Renales y Reinales no hay eslabón perdido, pues existen documentadas las respectivas formas sin aféresis herrén, herrán, herréín, herrenales y ferreinales. Luego no resulta nada aventurado suponer que también las demás variantes, al formar un bloque inseparable con las citadas, han tenido un antecedente con la sílaba inicial Fe(r)- o He(r)-, pero que, por la razón antes apuntada, no han llegado hasta nosotros. Es más, hasta podría prescindirse de esas formas intermedias y suponer que Renedo, Ranosa, Reinosa, etc. se derivaron directamente de las formas ya abreviadas ren, ran y rein,c/. La variante más frecuente es Renedo, justamente la forma que teóricamente cabría esperar: radical más frecuente Ren- con sufijo colectivo más frecuente para vegetales -edo. En general, los topónimos en REN- son los más numerosos; le siguen en frecuencia los en RAN- y, finalmente, los escasos en REIN-. Este reparto de variantes se corresponde con la frecuencia relativa de sus antecedentes herrén (forma más generalizada, con la misma evolución que "sartén"), herrán (forma menos frecuente, como el caso de "sartán") y la más arcaica y rara herréin (no ha quedado ningún ejemplo de *sartéin). Esto no puede ser una coincidencia; más bien indicará que estamos en la buena pista: esta que podríamos llamar "confirmación estadística" nos convence de que el étimo tiene que ser de la forma -ágine, como "ferrágine". Es decir, no sólo no hemos encontrado un étimo común para todas las variantes, sino que las variantes del étimo se reparten en la misma proporción que la de sus respectivos derivados.
d/. Confirmación geográfica: Todas las formas incluidas en nuestra relación, empiecen por H- o por R-, están localizadas en un área donde la F- latina pasó a H- aspirada y posteriormente a H- muda (o a J-). Por el contrario, en los extremos oriental y occidental de la península (donde se conserva la F inicial) no existen topónimos de esta familia que comiencen por H o por R. Como no hay nada parecido a "Renedo" en Galicia ni en Cataluña, hemos de deducir que los que existen en Castilla se deben a un fenómeno fonético característico del castellano, como el que hemos explicado
(10).
e/. Ya en el aspecto semántico, observamos que el área geográfica abarcada por nuestro topónimo en sus múltiples variantes se corresponde muy bien con el significado de "herrenal". En efecto, pude comprobar en la descripción que de todos estos topónimos hace a mediados del siglo pasado el Diccionario de Madoz que, indefectiblemente, en todos ellos se habla de "prados y/o cereales" entre sus producciones
(11). También son muy significativos los topónimos casi tautológicos de "La Mies de la
Ran" y "Praderías de
Ranes" (ambos en Cantabria), los cuales nos confirman el significado de "herrén" de estas formas abreviadas. Sin duda cuando se fraguaron esas expresiones ya se había olvidado lo que dicha
ran significaba. En el mismo caso está "Renedo de (la) Inera " (Palencia), pues
Inera ha de ser derivado de
heno: La Henera > La Inera
(12); es decir, también "forrajera".Por las razones expuestas, confío en que esta nueva etimología, que a mí me parece suficientemente fundada, sea también aceptada por los lectores y en especial por mis conciudadanos reinosanos.
Para finalizar este "farragoso" artículo, quiero aclarar a los no versados en esta materia que "forraje", a pesar del parecido fonético y semántica, no está relacionado etimológicamente con
ferrágíne o farrago, sino que está tomado del francés
fourrage (que a la vez es un derivado del fráncico *
fôdar=alimento emparentado con el inglés
fodder = forraje y con
food = alimento). El galicismo "forraje" se introdujo en castellano inicialmente sólo como término militar (al igual que "furriel", del mismo origen), pero posteriormente fue desplazando al autóctono "herrén"
(13). En cuanto al latín "farrago", tiene la misma raíz que
farina > harina, mercancía ésta muy ligada a la historia económica de Reinosa.
NOTAS
(1) J. Pokorny,
Indogermanisches Etymologiscbes Wörterbuch, tomo I, p. 1.003.
(2) Esta etimología la recoge Ramón R. Cantón en su
Reinosa y la Merindad de Campoo, Santander 1992, sin citar a su autor.
(3) Sin embargo, sí está relacionada con "rana" (por el aspecto de la piel) la variedad de manzana "reineta pero no por fonética castellana, sino por préstamo del francés
reinette = ranilla (derivado del fr. ant,
raine = rana).
(4) Compuestos de
"Ran + nombre de poseedor" han de
ser: Rampalay (Burgos) =
(Her)ran de Pelayo" (y no "Rey Pelayo", como cree la etimología popular local)
y Rampáez (Toledo) =
"(Her)ran de Páez" (o Peláez). No es probable que se trate del nombre propio (Her)ran(d'), pues tal reducción en un nombre tan conocido resultaría demasiado forzada.
(5) La variante
Reynosa, que aparece en la documentación de los siglos XV al XVIII aplicada a la ciudad cántabra, carece de interés para la etimología, ya que es una variante meramente ortográfica (usual en la época en que también se escribía
reyno). En cuanto al
Reynosa de Méjico, trasplantado desde España, sólo se ha vuelto a escribir así oficialmente (ver Enciclopedia Espasa) desde 1920. (Se trata de un capricho arcaizante cómo el que ha hecho perdurar alli la antigua grafía
México, pronunciada con sonido de "jota")
(6) Siguen la evolución fonética normal para el sufijo
-ágíne "llantén", "andén" y "borrén". Los demás son cultismos con distintos tratamientos: vorágine, imagen, fárrago (mala acentuación del nominativo farrago mencionado), etc.
(7) Creo que
raña, en la acepción cántabra de "segundo
forraje de un prado" (y que posiblemente haya significado también
herrenal), ha de ser aféresis de este
herraña. Me baso en que, según "Toponimia de Valdeolea" (por G. Delgado y Moreno L., Reinosa 1993), en ese municipio cántabro existen numerosos
La Raña junto con dos
Las Arrañas y un
Las Arrañejas, aunque reconozco que otras "rañas" pueden tener otras acepciones y distinto origen (ver Corominas, DCEC s.v. "arañar").
(8) Del mismo modo, el femenino "sartágine", dio, además del castellano "la sartén", el español de América "el sartén".
(9) En el País Vasco y zonas limítrofes influidas por la fonética vasca, aún encontramos topónimos como
Rain y el supuesto vasco
"errain" antes citado, herederos de la forma arcaica
ferraine. También existen formas aglutinadas como
Larráín (quizá por su similitud con el vasco "larra" = prado)
y Larréín.
(10) Los términos para "herrén/herrenal" son en gall.
ferrán/ferraña/ferraia, en port.
.ferrâ/ferragem y en cat.
Ferratge/farratge y
farraginar/fregínal. En Asturias, donde también se conserva la
f-, tenemos
Ferrán.
(11) Como ejemplo significativo (por el término empleado), al describir
Herrín de Campos dice: "Tiene algunos
herreñales y produce cereales".
(12) Esta evolución fonética es similar a la de "La Iruela", procedente de "La Eruela" (diminutivo de "La Era").
(13) De hecho, el Diccionario "de uso" de María Moliner ya no incluye "herrén". Sin embargo, está incluido, como palabra aún viva, en el Vocabulario Campurriano de D. José Calderón Escalada, "El Duende de Campoo".
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