Reinosa en 1930

Encarnación-Niceas Martínez Ruiz

Este artículo quiere mostrar una visión forzosamente genérica de Reinosa en 1930. ¿Por qué este año en concreto? Desde el punto de vista político dibuja un momento de transición, mudanza y "crisis" previo a la Segunda República. La ciudad vive por otro lado un periodo de pujanza; en este lapso de tiempo inician su actividad en nuestra ciudad la empresa Cenemesa, Alfa y los Padres Carmelitas, entre otras entidades significativas por diversos aspectos. Comenzó -al igual que el actual- con frío y abundantes nevadas, (1)
 
 
EL CONTEXTO POLÍTICO
 
  El año 1930 enmarca la etapa final del reinado de Alfonso XIII. Tiempo de inestabilidad y agitación social, el país y la comarca atraviesan una fase de actividad política en la que se acrecienta la tendencia republicana que se consolidará al año siguiente.
 
En el gobierno nacional, España vivía desde junio de 1923 el periodo conocido como dictadura Primo de Rivera que finalizó el 30 de enero de 1930 cuando el propio general Miguel Primo de Rivera presenta su dimisión al Rey. Le sucedió el gobierno del general Berenguer; la denominada "dictablanda" resultó ser una breve etapa de transición a la República que duró hasta el 14 de febrero de 1931. En esta fecha, el Rey nombró al Almirante Aznar jefe del Consejo de Ministros. Un par de meses más tarde, el 14 de abril -y tras la celebración de elecciones municipales el día 12- se proclamaría la Segunda República.
 
  El empuje republicano se plasmó el 17 de agosto de 1930 en el "Pacto de San Sebastián", que aunaba los intereses de los partidos contrarios al Gobierno y a la Monarquía, y propició la formación del Comité Revolucionario. A finales del año 1930 se produjo la acción de cambio político más sonada: el intento el 12 de diciembre de pronunciamiento republicano en Jaca por parte de los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, rápidamente controlado por el gobierno. Tuvo sin embargo una amplia repercusión. El eco de los llamamientos a la huelga general llegó también a Reinosa donde se prolongó del lunes 15 al jueves 18 de diciembre; en la provincia (salvo Torrelavega) finalizó antes. Aquí resulta determinante el peso industrial de ambas ciudades frente a las zonas agro-ganaderas predominantes en el resto de la provincia (en términos políticos y simplificando, podría decirse que en los núcleos urbanos se manifestaba el peso de la izquierda mientras que en los núcleos rurales, conservadores, sucedía lo propio con la derecha).
 
  En Reinosa, según La Voz de Cantabria del 19 de diciembre, el grado de participación y seguimiento de la huelga «desde el lunes por la mañana puede decirse que ha sido absoluto en toda la población». En general se mantuvo la tranquilidad y no hubo heridos aunque sí un ambiente tenso con coacciones al cierre de establecimientos, que se minimizan en la prensa: «registrándose algún pequeño incidente que otro, pero sin importancia ninguno de ellos». No hubo problemas graves de abastecimiento al coincidir el inicio de la huelga en lunes, día de mercado. El martes «el cierre y el paro fueron absolutos excepto en las panaderías y lecherías que permanecieron todo el día abiertas». El miércoles y jueves abrieron las tiendas de ultramarinos de nueve a doce, mientras el «resto del comercio permaneció absolutamente cerrado».
 
El gobierno envió tropas de Infantería del Regimiento de Andalucía y la compañía fusilera del regimiento San Marcial (con guarnición en Santoña y Burgos respectivamente) para vigilar la situación, y el miércoles 17 declaró en Reinosa el estado de guerra. «Fueron emplazadas ametralladoras a la entrada de la fábrica "La Naval', frente al Ayuntamiento y en las calles y lugares más céntricos de la población». El jueves 18 el comandante del regimiento San Marcial «colocó un bando en los sitios más concurridos ordenando al comercio que abriese mañana sus puertas y advirtiendo a los obreros que las puertas de las fábricas y talleres estaban abiertas para quien mañana quisiera reintegrarse al trabajo». Finalmente se practicaron varias detenciones, entre otras la del dirigente republicano y médico dentista Manuel Llano Rebanal, que sería elegido primer alcalde republicano en abril del año siguiente; los detenidos fueron recluidos en el salón de sesiones del Ayuntamiento. Por otro lado, la Casa del Pueblo fue clausurada y precintada. (2)
 
  Dentro de la administración local se reflejó de igual modo esa agitación política. Repasando la prensa se aprecia cómo a lo largo de 1930 diversos alcaldes se sucedieron en el gobierno municipal. A comienzos de año era alcalde Eduardo Alonso Gómez-Camaleño. En abril se constituyeron las nuevas corporaciones locales y es nombrado Eloy González de la Puente; más tarde, en junio ostentaba la alcaldía Dámaso Pérez Arenal -propietario, escritor y corresponsal de "El Cantábrico". En noviembre detenta la alcaldía el Sr. Martínez de León y a final de año firman como alcaldes José Martínez Marcos y Laureano Lucio.
 
  Conviene recordar aunque sea de pasada que el procedimiento electoral se diferenciaba del actual en aspectos que nos pueden resultar chocantes ahora: las mujeres no tenían derecho al voto, por lo que el censo electoral estaba reservado a los varones que cumplieran con los requisitos de edad (mayores de 25 años), vecindad y residencia. Los mayores contribuyentes locales tenían su influencia en la política local. El sufragio no era pues tan universal, directo y secreto. La elaboración del censo de electores era discutida y tachada con frecuencia de arbitraria. La teórica obligatoriedad del voto no se reflejaba pues directamente, dada el peso de los pactos y acuerdos previos, el trasvase de apoyos y el sistema de turno de partidos. (3)
 
 
CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO: PICOS MÁXIMOS DE POBLACIÓN
 
  La vida de Reinosa no puede entenderse sin el impulso que le proporcionó la instalación en 1918 de los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN), conocida popularmente como La Naval. Desde entonces se convierte en el motor económico de Reinosa y su comarca. En 1930 -bajo la dirección de Juan de la Mota Velarde- la SECN es una gran factoría que cuenta con un total de 2.008 trabajadores. En 1931 llegó a emplear a 2.027 trabajadores (1882 operarios y 145 empleados), cifra máxima de plantilla que no se superará hasta 1951. (4)
  Ello implicó un notorio crecimiento demográfico: el censo pasó de 4.180 a 8.606 habitantes. Dicho de otra manera, en 1930 Reinosa tiene más del doble de habitantes que en 1920 y el triple de habitantes que en 1910. Eso oficialmente, porque periódicos como El Cantábrico difunden la sensación de que la población real debía superar los 10.000; El Diario Montañés habla de 10 a 12 mil habitantes, frente al recuento oficial. Eso significa -aparte de la crítica y contraste que debe hacerse a la prensa como fuente de información- que había una conciencia evidente del enorme flujo de población que se había asentado en Reinosa.
 
  El crecimiento de población se produce por dos causas: nacimiento o inmigración. Ambos aspectos se dieron en Reinosa en ese momento.
 
La ciudad recibió un gran número de gente que vino a vivir aquí y que se asentó también en el municipio de Enmedio. ¿De dónde procede esa población inmigrante? Por un lado el comienzo de las obras del Embalse del Ebro -de importante impacto en la comarca- obligaron a parte de los vecinos de esos municipios a desplazarse a otros lugares para rehacer sus vidas y procurarse un nuevo empleo. Coincide con el cierre de industrias y minas en Las Rozas, que afectaron a obreros con experiencia de trabajo industrial. Muchos de ellos se dirigieron a Reinosa.
 
  Otro cupo de población procedía de las provincias cercanas (vascos, palentinos), aunque también llegaron de regiones como Cataluña o incluso del extranjero. De hecho la colonia palentina tenía una clara entidad y las reseñas de su actividad aparecían con frecuencia en la prensa. Por ejemplo, el 19 de junio El Diario Montañés indica la entrega por la Diputación de Palencia de una bandera de esa provincia que se admiraba en los escaparates de la zapatería "Pi-Mi-Fran", junto al Puente del Ebro.
 
  Como se ha indicado, 1930 es uno de los años más notables de la estadística demográfica reinosana. Se registraron 365 nacimientos, 134 defunciones y se verificaron 80 matrimonios (El Cantábrico, 2 enero 1931). Reinosa manifestaba pues un crecimiento elevadísimo que la situaba entre los principales núcleos urbanos de la provincia de Santander, no sólo en el aspecto demográfico sino también por su relevancia socio-económica, (5)
 
  El perfil de la pirámide de población sería muy diferente al actual, con una base más amplia y joven debido a los muchos nacimientos -dado que las familias numerosas eran comunes- y al aporte de la población inmigrante. Claro que hay que señalar que ese gran número de hijos tenía que hacer frente a una esperanza de vida mucho menor que la actual y a una mayor mortalidad infantil.
 
  Los inmigrantes eran en su mayoría obreros, es decir, hombres jóvenes y solteros. Esto aumentó el desequilibrio entre la población, con un alto número de hombres y el relativamente bajo de mujeres, Lo que José del Río, "Pick", escribía en La Voz de Cantabria en 1927 seguía siendo válido: «Muchos de estos jóvenes han creado un hogar y tienen hijos. Otros se disponen a crearlo. Para todos ellos hay pocas muchachas en Reinosa. En la actualidad se casa toda la que quiere, y se pueden permitir el supremo y femenino gusto de escoger. Por todo esto, Reinosa es hoy un pueblo de excepción: es el verdadero "paraíso de las solteras".
 
Al paso por la calle Mayor, los grupos de trabajadores se cruzan con las muchachas de paseo o a compras. Hay "chicoleos" y un chispear de ojos. Alguna flecha salió ya de su aljaba y ha herido un corazón. Meses después, la herida recién abierta, ya no tendrá cura. Un nuevo Aguirregabeitia o un nuevo Stephenson quedarán incorporados en la genealogía campurriana. Reinosa, dentro de treinta años, será un curioso muestrario de apellidos vascos, catalanes e ingleses (...)». (6)
 
  Esa afluencia de forasteros tuvo seguramente consecuencias sociológicas: supuso un gran impacto, incluso un cierto choque cultural. Todo crecimiento masivo conlleva reajustes. Se pudieron manifestar también recelos y tensiones, reacciones de algunos sectores ante el cambio registrado en la localidad (endogamia frente a la movilidad geográfica, económica y social).
 
Se intuye el fin de una época, «adiós al romanticismo local, que desaparece bajo el bullicio de la nueva ciudad, que progresa, industrialmente, cada día más y que ve sus calles frecuentadas por grupos de hombres que con su traje azul de trabajo dan la nota característica de la ciudad casi diariamente». (7)
 
  Cambió sin duda el estilo de vida y de relación entre los vecinos. Ya no se conocía a la gente de toda la vida, llegaron muchos trabajadores foráneos que eran vistos quizá como "competencia" por la población masculina local. Diferente era la situación de los obreros provenientes de los municipios aledaños, que mantuvieron su vida familiar, costumbres y sus explotaciones agropecuarias, complementado de este modo sus ingresos.
 
 
EXPANSIÓN URBANÍSTICA
 
  La población que se asienta en Reinosa necesita viviendas. Se crearon nuevos barrios, orientados sobre todo al alojamiento de obreros: durante la década de 1920 se construyó en La Remonta, Los Tinglados (en la salida hacia Santander del antiguo Camino Real y carretera Nacional), las Casas de Valle -con precarias condiciones de habitabilidad, cercanas al gran complejo industrial (en la Avenida de la Naval)-, las Eras (detrás de la iglesia parroquial) dentro de la política estatal de Casas Baratas. Igualmente en esos años nació el barrio Mallorca. Por lo tanto, el campo, las afueras estaban muy cerca del centro urbano, en espacios hoy urbanizados: la carretera a Campoo desde la iglesia parroquial, pozo Pozmeo, al norte de las Eras, etc. (8)
 
  En otra zona de la ciudad -El Quintanal- surge el ensanche urbano de tono más burgués (clase media, mandos de las fábricas). Desde 1928 la Naval vende a particulares terrenos que había conseguido en condiciones muy ventajosas al instalarse la fábrica. En ellos se ejecutaron planes parciales de promoción privada; hacia 1930 se edifica la Ciudad Jardín, influenciada por el urbanismo europeo. Arquitectos como Lavín del Noval firman viviendas como el edificio de la zapatería Pi-mi-fran, junto al puente del Ebro, o la Casa de Peña.
 
El ayuntamiento acometió la remodelación de la plaza -antigua Plaza de las Acacias y entonces de la Constitución-que no parece convencer a todos. Este año se sigue hablando del proyecto urbanístico que pretendía acabar con la casa tapón del callejón del Ciego, problema finalmente solventado por los bombardeos en la Guerra Civil. Por otro lado la construcción de la carretera que une Reinosa con Barruelo de Santullán recibió un definitivo impulso.
 
  No hay todavía grandes aumentos de volumen en las viviendas del centro urbano, constituido básicamente en hilera a lo largo del antiguo Camino Real-carretera nacional que unía Santander con Palencia. Los periódicos se hacían eco del abandono de espacios como el Paseo de la Barcenilla. También era malo el estado de los viales, como ocurría frente a los «lindos hoteles y bonitos jardines» de la calle Canalejas y el paseo del Quintanal «frente al hotel del Sr. Valle donde se abre la calle llena de fango y baches». (9)
 
El fortísimo crecimiento de población supuso el deterioro de los servicios municipales (abastecimiento de agua, matadero, alcantarillado, pavimentación). Y eso que en 1927 se había inaugurado la traída de aguas. No obstante se siguen utilizando las fuentes y lavaderos públicos, pero algunos están en mal estado -como se denuncia en caso del lavadero de la Pelilla-, Abundan los apagones de luz y el Ayuntamiento contrae un crédito para afrontar el suministro eléctrico. Una curiosidad: desde 1926 había teléfono.
 
 
LA INDUSTRIA: LOS GRANDES EMPLEADORES
 
  Como se ha dicho, La NAVAL era con diferencia la gran industria de la comarca. Disponía además de su propia Escuela de Aprendices que aseguraba la formación profesional de sus futuros trabajadores. Pero, ¿qué fabricaba? Acero en lingotes, aceros especiales, laminaciones, forjas y fundición de piezas para armamento: bombas de aviación, cañones y piezas para el Ejército, la Armada y baterías de la costa. En los años 30 su prestigio ya era reconocido y recibía multitud de pedidos.
 
  Claro que fabricar cañones originaba ciertos inconvenientes al vecindario. Lo que hoy llamaríamos impacto ambiental por el ruido. Dados los problemas que causaban las pruebas de los cañones «varios vecinos de Reinosa dirigieron un escrito a don Juán de la Mota, Director de la Constructora Naval, suplicándole el traslado del Probadero de Cañones a las afueras de la población.
 
  Decían que no se podía seguir admitiendo pacientemente el lugar de emplazamiento del probadero de cañones y que no bastaba que la Naval abonara los vidrios que se rompían al estallar los formidables estampidos, sino que había que evitar por todos los medios que los enormes sustos y sobresaltos que producían los cañonazos dejaran de ser una constante pesadilla, sobre todo, a las mujeres y niños de corta edad.
 
  Por si fuera poco, la rotura de cristales, sustos, hendiduras de tabiques, etc., uno de los días llegó a cundir el pánico cuando se corrió el rumor alarmante del escape de un proyectil por arriba del túnel receptor». (10)
 
  En ese mismo año de 1930 se instalan otras dos empresas. El 9 de julio El Diario Montañés califica de noticia de gran interés la llegada de la Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica -CENEMESA-. Son socios la SECN -que aporta los terrenos- junto con el Banco de Bilbao y Westinghouse Electric; contaba con doce millones de pesetas de capital inicial. Se especializó en la fabricación a «gran escala industrial de generadores, motores, transformadores y otros aparatos y material eléctrico». Sería su director el de la empresa Vidrieras Cántabras Unidas, Leonardo López Rodríguez, y luego Federico Olano Emparán.
 
  De igual modo en 1930 se constituyó en Reinosa la Sociedad Anónima Cementos ALFA, para la fabricación de cementos Portland artificial, que se instalará en Mataporquera. Otras empresas tenían aquí su sede social: es el caso de la "S.A. Montañesa de Electricidad" o de las "Vidrieras Cantábricas Reunidas S.A.".
 
T  odas estas factorías contribuyeron a la creación de empleo directo e indirecto en las industrias auxiliares y a la revitalización de la comarca: hostelería (fondas, bares, cafés), comercio, etc.
 
 
COMERCIO Y ACTIVIDAD MERCANTIL
 
Precios  Reinosa -dice El Cantábrico- «es el centro comarcal e industrial de toda la comarca, a donde acuden, en sus ferias y mercados, miles de vecinos de los Ayuntamiento limítrofes». La ciudad vive una edad de oro, la segunda se podría decir, tras la apertura del Camino Real a mediados del siglo XVIII. Cuenta con un núcleo urbano con abundantes servicios y comercios, que ejerce un alto grado de atracción económica, gracias a las oportunidades de empleo generadas por la industria. Todavía gran parte de la fiscalidad se basaba en el consumo, por cierto: un 35% del presupuesto de ingresos (cifrado en 433.095,49 pesetas) procede del Arbitrio sobre artículos destinados al consumo (153-000 pesetas).
 
Aquí cada lunes se encuentran las gentes de la comarca por ser día de mercado semanal y se abastecen de los productos básicos, de gran peso en la cesta de la compra (de ahí la inquietud que provoca la subida del precio del pan en noviembre). Repasemos algunos precios de enero -en pesetas-, teniendo en cuenta las lógicas variaciones a lo largo del año: la leche 0,60 (su adulteración parece ser una práctica bastante común): la docena de huevos del país (3 pesetas); kilo de manzanas, 0,50; las patatas a 0,20 el kilo; repollo 0,60; lechugas a 1,20; pollo grande 8 ptas.; sardinas a 0,80; pescadilla a 2,50. La ración de pan valía por término medio en la provincia 0,45 ptas. (precio de octubre).
 
  Releyendo la prensa se puede intentar rehacer una somera guía comercial, que corre el seguro riesgo de resultar incompleta (¡no todos los negocios se anunciaban!, y no se dispone de registro de matrícula industrial).
 
  En la hostelería abundaban los bares. En el recuento aparecen: el Mundial, España o Español (que anuncia el consumo de manzanilla de Argüeso), Montañés, Piquío, Tomate, Americano, Royalty, El Centro o Central y el Puerta del Sol. Dentro de los cafés figuran El Ebro (recién reformado) y el clásico café-bar Vitoria. Para hospedarse los hoteles Valenciaga, San Sebastián y las diversas pensiones y fondas, como las situadas junto a la Estación.
 
  Las compras diarias podían efectuarse en los ultramarinos Benito, La Negra, Niceas, Ernesto o Vda. de Nicolás G. Castañeda -almacenista de coloniales-, Pero sin duda existían otras pequeñas tiendas de barrio que, junto a los puestos de la plaza, abastecían de carne y otros productos.
 
  Dentro del segmento fabril agroalimentario destaca la marca Galletas Hierro - La Concha (propiedad de D. Ángel Hierro Fernández), dedicada a la fabricación y exportación de galletas, pan, pantortillas, etc. Herederos de la transformación harinera persisten molinos y fábricas de harina (Obeso, La Húngara, Amor...).
 
  El pequeño comercio comprende tiendas como Doña Elena, Casa Rodenas, casa Ridruejo; telas y panas La Pasiega; los calzados de La Imperial o Pi-mi-Fran. Se contaba con varias relojerías (Altuna; Sra. Vda. de Fernández; relojería y platería Casa Suárez) y podían comprar muebles en la casa Ruiz Duque o en la de Aurelio Fernández Vega. El aseo de los caballeros podía completarse en la barbería Angelín, o cortarse un traje en la sastrería Casa Paisán. Para proveerse de material de oficina estaba la papelería El Lápiz de Oro o la imprenta Andrey. Había sucursales de los bancos Mercantil (calle Canalejas 33) y del Banco de Santander. Federico Imhof regentaba la Agencia Ford y ya se podía ir en el coche de línea del Carloto. Junto a la fuente de La Aurora podían aprovisionarse de carbón en el almacén de Ciriaco Ibáñez. (11)
 
 
PARTIDOS POLÍTICOS Y SINDICATOS
 
  Reinosa tenía una intensa vida política, que sobrepasa lo meramente local. Había diversos sectores e intereses ideológicos y políticos: por un lado los propietarios tradicionales (la burguesía local, comerciantes, incluso nobleza) y por otro una creciente masa de obreros en los que se implanta un alto grado de afiliación a los partidos de izquierda (como sucedía en Torrelavega).
 
  El índice de afiliación a la Agrupación Socialista de Reinosa -creada en 1926- era seis veces superior al del resto del país, contando en 1931 con 160 afiliados; en 1930 se crearon las Juventudes Socialistas. En sus locales funcionaba un activo centro obrero que impartía cursos de dibujo, salón de actos y biblioteca. Precisamente en 1930 la Casa del Pueblo se instala en su sede actual, al comprar la UGT la casa-hotel Miralvalle.
 
  El peso industrial de la ciudad explica también que el número de militantes del partido Comunista en Reinosa fuera el más alto de la provincia de Santander. Por su parte "La Unión Campurriana", grupo de presión formado por parte de los industriales y propietarios de tierras perjudicados por el proyecto de embalse del Ebro, promovió una activa campaña de difusión de sus intereses en la prensa regional.
 
  Dentro del sindicalismo, los socialistas controlaban la mayoría de las secciones sindicales -ligados a UGT- como el Sindicato Metalúrgico Montañés, el Sindicato Nacional Ferroviario, Sindicatos de Oficios Varios; empleados del Municipio; Artes Blancas de la Alimentación (obreros panaderos y confiteros), Barberos y peluqueros, Trabajadores del Comercio. Precisamente el 14 de agosto se crea el sindicato de Obreros de la Construcción.
 
  Existían otros sindicatos menores, como el "Católico de Oficios Varios", controlado por los tradicionalistas; la mayoría de sus afiliados trabajaban en La Naval.
 
  De gran peso en la ciudad, la Sección de Reinosa del Sindicato Metalúrgico (socialista) celebró en junio su Asamblea Extraordinaria, con la intervención de Bruno Alonso. Solicitaron el ingreso nada menos que 900 personas. Lamentaban las condiciones de vida de la clase trabajadora, la carestía de la vida (de hecho el pan, producto de primera necesidad, subirá en noviembre 10 céntimos el kilo) y el bajo tipo de los jornales, a la vez que abogaban por el reconocimiento de los contratos de trabajo (El Cantábrico, 19 de junio de 1930). En 1933 los salarios vigentes para un oficial eran de 10,80 pesetas y para un peón 8 ptas.
 
  Las condiciones higiénicas eran precarias: no había cuartos de aseos ni duchas; la calefacción procedía de los braseros sin salida exterior de humos. En periodos de crisis o falta de pedidos se procedía al despido de obreros y en estos momentos -recuerdo- no existía el seguro de desempleo. (12)
 
 
SANIDAD Y ASISTENCIA SOCIAL
 
  La Sanidad constituía también entonces un problema recurrente. Hay que tener en cuenta que el concepto de hospital moderno como la Casa de Salud Valdecilla apenas acababa de inaugurarse en 1929. Desde hacía tiempo se reclamaba en la prensa regional la necesidad de una Casa de Socorro y Servicios en Reinosa, pero el Centro de Higiene de Ciudad Jardín no se abrió hasta 1932. Mientras tanto en caso de accidentes se recurría a los médicos particulares o al de Beneficencia. La ciudad contaba además con un buen surtido de farmacias (Laboratorio Alonso, Arenal, de los Ríos, Martín).
  Dada la ausencia de cobertura pública (sanitaria, desempleo) los obreros habían ido creando mutualidades, montepíos o socorros mutuos, organismos que proporcionaban una red de asistencia social y cierto sostenimiento en caso de necesidad.
 
El Asilo y Casa de Caridad se mantenía como institución municipal, aunque nada tenía que ver con el concepto e imagen actuales de una residencia de ancianos. Recogía tanto a ancianos como a niños, bajo el cuidado de la congregación religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
 
  Las donaciones particulares contribuían a financiar el asilo y a sostener otros actos sociales benéfico-caritativos, como la Cabalgata de Reyes para los niños pobres (El Cantábrico publica la detallada relación de donantes y las cuantías respectivas de lo recaudado) o la velada a beneficio de las familias de las víctimas de la catástrofe de Barruelo, celebrada en el Teatro Principal y que reseña El Diario Montañés de 19 de junio.
 
 
EDUCACIÓN Y ESCOLARIZACIÓN
 
  Como hemos visto, la población infantil en Reinosa era abundante, lo que agudizaba el notorio déficit de infraestructuras educativas públicas. En 1924 según el censo escolar había 1.600 niños y sólo unos 150 en las escuelas públicas (la escuela de niñas -junto a la Fuente La Aurora- y la de niños). A la escuela se asistía hasta que se incorporaban a la vida laboral, y hay que tener en cuenta que el trabajo comenzaba a edades tempranas. En 1928 se iniciaron las obras de construcción de las Escuelas de la Villa, actual colegio Concha Espina. En 1930 se hizo la recepción provisional de las obras y se corrigieron las humedades detectadas, pero no se inaugurará hasta el año siguiente. Tenía prevista una capacidad de 300 alumnos.
 
  Por su parte el colegio San José, regido por la congregación de Hermanos de la Instrucción Cristiana (Menesianos), recibía en sus aulas a este gran número de alumnos como se puede apreciar en las fotos de la época.
 
El colegio asilo de las Hijas de la Caridad atendía a párvulos y a niñas. Según El Diario Montañés de 13 de agosto de 1929 acogía «300 alumnas divididas en 6 grados o secciones, de ellas 100 eran gratuitas y el resto de pago».
 
  En 1927 desapareció el colegio San Sebastián -heredero del colegio municipal- que impartía primera y segunda enseñanza y preparaba para los estudios secundarios de Magisterio y Comercio. Mediante un acuerdo con el Ayuntamiento se impartía la Segunda Enseñanza en el colegio San José, dentro del Patronato del Colegio San Sebastián. En estos estudios el número de estudiantes era bastante más reducido, alrededor de 15 chicos. (13)
 
 
DEPORTE
 
  El interés de los aficionados se centraba en el fútbol. El C.D. Naval fundado en 1928 es el equipo de fútbol local, patrocinado por la Constructora Naval. El cambio de nombre genera cierta polémica al tomar «la denominación industrial que más distingue a nuestra ciudad» frente a la anterior denominación del Reinosa F.C. Por cierto, el 27 de julio de 1930 el Naval culmina la temporada 1929-1930 ascendiendo a la 2ª Categoría Regional al vencer por 9-0 al Tetuán F.C., segundo clasificado.
 
  También tiene amplia incidencia la práctica de la pelota vasca. Hay encuentros (tanto a pala como a mano) de diversas categorías en el frontón de los Campos Deportivos; el Colegio San José también disponía de frontón. Se debe tener en cuenta la pujanza de este deporte en el País Vasco y Castilla, de donde son originarios muchos trabajadores y directivos de la Naval.
 
Sin olvidar, claro está, que se juega a los bolos en las boleras de Máximo del Real (C/Duque y Merino) o en Las Fuentes. (14)
 
 
CICLO ANUAL DE FERIAS Y FIESTAS
 
  Dentro de las fiestas civiles, está extendida la celebración de los carnavales o las marzas, con elementos más o menos populares o elitistas. En este sentido la prensa relata las Marzas del Orfeón Reinosano en el Hotel San Sebastián. Lo mismo sucede con el Carnaval: El Diario Montañés del 12 de marzo ofrece la Crónica del Carnaval Oficial en el teatro Principal, con el baile de Piñata y concurso de trajes de época en el que resultó ganadora la Srta. Victoria Lara.
 
  A lo largo del año se suceden las ferias ganaderas-, en las Eras (o Heras como también aparece) tenía lugar una todos primeros lunes de cada mes; luego estaban las de Pentecostés -instituida unos pocos años antes por el alcalde Dámaso María Bustamante-, Santiago y San Mateo, la más destacada. Aquí el volumen de negocio era importante; se llega a pagar hasta 500 pesetas por animales en cuadra. Las ventas ganaderas salían con destinos variados: La Mancha, Valencia, Levante, Extremadura.
 
  Así lo comenta S.A. (¿Santiago Arenal?) en El Cantábrico del 21 septiembre: «De todos los valles de la región vienen las carretas campurrianas con sus cargamentos, y se celebran las ferias mensuales de ganado vacuno del país muy concurridas, haciéndose transacciones de consideración. Pero el mercado importante es este de San Mateo, que constituye, además, algo así como la gran fiesta de la región campesina, pues hasta de los más apartados rincones montañosos de la misma vienen los labradores a la villa, como la llaman y la seguirán llamando durante mucho tiempo. [Recuerdo que desde el 22 de noviembre de 1927 ostenta el título de Ciudad.]
 
  Esa nota campesina apenas ha cambiado. Es la misma estampa de los hombres con los trajes pardos cabalgando sobre sus yeguas con grandes alforjas y estacionados en el ferial guardando sus mulas. (...)»
  San Mateo lleva aparejada una amplia gama de festejos. Quedaron atrás «los bailes de antaño en el Liceo, en la gran corona del Puente» o aquellas otras fiestas en las casas particulares en las que los bailes constituían un acontecimiento. Prosigue diciendo: "desaparecieron las fiestas íntimas, de tono familiar, y el pueblo se hizo grande, casi se triplicó, y aquellas fueron sustituidas por el cine y el teatro se puede decir que a diario. En vez de carreras de cintas en bicicletas y a caballo se organizan novilladas y becerradas y hasta se acaricia la perspectiva de abrir un cabaret".
 
  No faltaba el chupinazo y los fuegos artificiales, los conciertos de la banda municipal y militar, junto a las dulzainas, panderetas, pito y tamboril. En el teatro se podía asistir a las actuaciones especiales contratadas para la ocasión. Como espectáculo extraordinario por las Fiestas de San Mateo se instala una plaza de toros portátil en los terrenos del Sr. Errazti en el Quintanal. Se anuncian dos corridas de novillos y una becerrada regional y charlotada. Hay igualmente tiro al plato y al pichón; se registran varios accidentes por perdigonazos debidos a la participación incontrolada de furtivos.
 
  Al hilo del calendario litúrgico discurren las festividades y celebraciones religiosas. Se inicia el año con la celebración del patrón San Sebastián en la iglesia parroquial (aunque parece haber decaído) a cargo del cura párroco D. Santos Carrera; la Semana Santa (con tradiciones gastronómicas, como la de los Cebones de Pascua); El Corpus, con su procesión. Durante el verano se festeja la tradicional romería de Santa Ana en la campa de Fresno del Río. Al acercarse noviembre, el magistral de la catedral de Burgos predicó durante la Novena de Ánimas oficiada en la iglesia parroquial de San Sebastián, ya que Reinosa dependía entonces del Arzobispado de Burgos. El día de la Inmaculada las autoridades -encabezadas por el ahora alcalde y ex secretario Laureano Lucio- acudieron a la parroquia a escuchar el "Sermón de la peseta" provistos de su "vela de a libra". La predicación corrió a cargo del dominico alemán José María Wolfo O.P., quien «dijo la plática en correcto y buen castellano»-, a continuación almorzaron en el Hotel Valenciaga. Los "gremios" y profesiones festejan sus patrones respectivos, como las modistillas el día de Santa Lucía.
 
  Por otro lado cabe remarcar que desde el mes de febrero se funda en Reinosa una casa de la orden de los Carmelitas Descalzos. El 21 de febrero llega una avanzadilla, aunque no se constituyeron hasta el mes de marzo. El Diario Montañés del 3 de Abril la prensa regional se hace eco de la llegada de los Padres Carmelitas a Reinosa y señala las conferencias previstas en la Iglesia Parroquial a cargo del prior Padre José Miguel de la Virgen del Carmen «dedicadas especialmente al elemento obrero». Se les asigna como lugar de culto la capilla de San Roque, entonces en desuso. Durante esta etapa inicial la comunidad compuesta por cinco carmelitas vivió "en un chalet, en el alto de San Roque, cómodo y agradable, pero un tanto aislado lo que provocó en aquel tiempo aciago que algunas veces los obreros comunistas tirasen piedras a las ventanas y molestasen a los religiosos". Es el suceso al que se refiere el mismo periódico el 5 de julio al informar que "han sido rotos a pedrada limpia, la noche pasada, numerosos cristales de las ventanas de la casa residencia de los Padres Carmelitas". (15)
 
 
OCIO: ¿A QUÉ DEDICAN EL TIEMPO LIBRE?
 
  El cine constituía uno de los principales elementos de ocio. Casi a diario se proyectaban películas en el Teatro Principal y Salón Madrid. De vez en cuando se contratan otros espectáculos, como compañías teatrales, ventrílocuos, etc. En el Salón Madrid se diseñaba sobre temas variados. Algunos nos pueden resultar de plena actualidad: así tenemos en 1928 una conferencia sobre el feminismo y en 1929 otra sobre los comités paritarios.
 
  En la ciudad, que «es punto veraniego, y muy recomendado por su excelente clima de altura», se observan variados y separados escenarios de ocio: el de la empresa, la burguesía y comerciantes, y el de los obreros. El chalet Txiqui Enea -situado frente a la actual iglesia de los Padres Carmelitas- era en 1930 el Casino de La Naval. La Sociedad de Recreo la Unión disponía de local propio; un ambiente más popular se respiraría en los frecuentados salones de bailes de "El Alcázar" en la calle Las Eras, o en "La Camelia".
 
  La orquesta de baile de la Agrupación Artística de Reinosa, bajo la dirección de Juan Guerrero Urreisti, animaba parte de esa activa vida social y actuaba sobre todo en el Casino y en algunos cafés y salones; además la Agrupación tenía una sección de rondallas y un cuadro artístico. Otro ejemplo de asociacionismo y dedicación musical la ofrecían grupos corales como El Sabor de la Tierruca o los Coros Campurrianos.
 
  La Banda de Música municipal amenizaba los domingos con actuaciones en el templete-quiosco instalado en la Plaza, también dirigida por Juan Guerrero. Festejaba las fiestas locales y nacionales, interpretaba música de bailes durante el verano a la vez que ofrecía algún que otro concierto benéfico.
 
  Un clásico de la ciudad era la ruta del paseo desde el Cañón a la Fuente la Aurora, ida y vuelta (rutina urbana que recoge la posterior película de Bardem "Calle Mayor"). Sin duda los jardines de Cupido o las calles serían lugares frecuentes de juegos de los niños.
 
La lectura de la prensa era mucho más minoritaria que en la actualidad. No obstante existía una notable actividad. De hecho en 1930 se editan dos periódicos locales: El Ebro en su III época (semanario republicano dirigido por Manuel Llano Rebanal) de breve existencia -tira su primer número 9 de agosto 1930-, y La Voz de Campoo (del 25 de mayo de 1930 a 20 de febrero de 1932), publicación semanal independiente a cargo de Mateo Rubio de la Filera.
 
  Entre los periódicos provinciales La Voz de Cantabria, La Región (que suele traer escasas noticias locales), El Diario Montañés -con la sección "Reinosa al día" que firmaba Rodolfo White- y el diario El Cantábrico donde Santiago Arenal publica ese año una serie de artículos con el título "Las aspiraciones del país campurriano", centradas en la reivindicación crítica del entorno afectado por las obras del embalse del Ebro. (16)
 

BIBLIOGRAFÍA
 
La Voz de Cantabria; El Cantábrico; El Diario Montañés. Boletín Oficial de la Provincia de Santander. ALTUNA, Paco. Del Reinosa y Campoo de ayer. Reinosa: Ayuntamiento, 1994.
BASTANTE SOMAZA, Fernando. "Los movimientos sociales" en Historia General de Cantabria siglo. XX (2). Santander: Tantín, 1988.
CASUSO CHARTERINA, Florencio. 75 años de historia del Club Deportivo Naval (1928-2003). Santander: Gráficas Calima, 2003, pp. 26.
GUTIÉRREZ FLORES, Jesús. "La vida política en la Reinosa de los años 20", pp. 10-19 en Cuadernos de Campoo, n° 30, diciembre 2002.
LLANO DIAZ, Ángel. "Modernización escolar de Reinosa: el grupo escolar Concha Espina (1927-1931)", pp. 30-34 en Cuadernos de Campoo, n° 37, septiembre 2004.
ORTEGA, Pedro (O.C.D). Los Carmelitas Descalzos en Reinosa (1930-1999). Burgos: Monte Carmelo, 1999.
PASTOR MARTÍNEZ, Teodoro. "La imprenta y la prensa en Reinosa. Historia y relación" pp. 26-30 en Cuadernos de Campoo, n° 6, diciembre 1996.
PASTOR MARTÍNEZ, Teodoro y CONDE LÓPEZ, Rosa María. "Agrupaciones musicales reinosanas", pp. 27-38 en Cuadernos de Campoo, n° 39, marzo 2005.
PÉREZ SÁNCHEZ, J. L. et al. Catálogo monumental de Reinosa. Reinosa: Ayuntamiento, 1995.
SINDICATO Metalúrgico Montañés. Contrato de trabajo de las secciones de Santander; Astillero, Torrelavega, Nueva Montaña, Los Corrales de Buelna, Reinosa y Ramales. Santander: Talleres Tipográficos J. Martínez, 1933.
 

NOTAS
 
(1)Aunque con modificaciones, la base de este artículo sirvió de texto para la conferencia impartida el 26 de mayo de 2005 dentro del ciclo organizado por los Padres Carmelitas de Reinosa con motivo del 75 aniversario de su llegada a nuestra ciudad.
(2) GUTIÉRREZ FLORES, Jesús. "La vida política en la Reinosa de los años 20", pp. 10-19 en Cuadernos de Campoo, n° 30, diciembre 2002.
(3) Grosso modo en Reinosa tenían derecho al voto unas 300 personas (menos del 5% de la población). El Boletín Oficial de la Provincia de Santander del 6 de octubre 1930, pp. 12-13, recoge los incluidos por la Junta Municipal del Censo; figuran los que disponen de cédula personal, constan en el padrón de arbitrios o repartimientos de impuestos municipales. Ángel Hierro Fernández, Elías Martínez Ridruejo, Emilio Valle Goecheaga, Manuel Caballero Sánchez, David de la Vega Gómez, Eduardo Álvarez Mier y Eloy González Puente encabezaban el listado de los mayores contribuyentes locales. Boletín Oficial de la Provincia de Santander 17 de marzo de 1930, pp. 6-7. Sobre el sistema electoral, v. Aurora GARRIDO MARTÍN, Favor e indiferencia: caciquismo y vida política en Cantabria (1902-1923). Santander: Universidad de Cantabria: Asamblea Regional de Cantabria, 1988.
(4) El SIGLO de los cambios: 1898 Cantabria 1998. Santander: Caja Cantabria, 1989, pp. 85.
(5) Cabe comentar que los nacimientos tenían lugar efectivamente en Reinosa, porque los niños nacían todavía en sus casas. La mortalidad se señala como relativamente baja en relación al número total de población. En 1929 se contabilizaron 324 nacimientos, 131 defunciones y 65 matrimonios.
(6) Chicoleo: "Dicho o donaire de que se usa con las mujeres por galantería". ALTUNA, Paco. Del Reinosa y Campoo de ayer. Reinosa: Ayuntamiento, 1994, pp. 205.
(7) S. A. ¿Santiago Arenal?, El Cantábrico, 21 septiembre 1930, p.6.
(8) El periódico El Cantábrico de 13 de marzo 1930 refiere que el Ministerio de Trabajo y Previsión por Real Orden de 6 de diciembre de 1929 aprobó el expediente incoado por "La Cántabra, Cooperativa de Casas Baratas", clasificando los terrenos aptos para la construcción de un proyecto de ciento setenta y un casas familiares en el paraje denominado El Quintanal y ochenta y ocho en el denominado Los Tinglados, dentro de la política oficial de vivienda y que contarían con alquiler máximo limitado. No se llevó a cabo.
(9) PÉREZ SÁNCHEZ, J. L. et al. Catálogo monumental de Reinosa. Reinosa: Ayuntamiento, 1995.
(10) ALTUNA, Paco. Del Reinosa y Campoo de ayer. Reinosa: Ayuntamiento, 1994, pp. 243.
(11) Idem, pp. 238-239 y otras; junto a prensa regional, para los comercios existentes. Para los precios: Boletín Oficial de la Provincia de Santander 1 de enero de 1930 (Estado de los artículos de consumo corriente...). El Diario Montañés del 12 de marzo de 1930 (mercado). Precios medios de los suministros en la provincia en octubre: la ración de pan 0,45 ptas.; la de cebada 1,64; la de paja 0,73; el litro de aceite 2,07; el de petróleo 1,13; el kilo de carbón 0,25; el de leña 0,09; el de carne 2,52 y el litro de vino 6í céntimos. (Boletín Oficial de la Provincia de Santander 12 de diciembre). La Voz de Cantabria 25 de noviembre, el presupuesto. Todavía tenemos fresca la equivalencia, pero por si acaso recuerdo que 1 Euro = 166,386 pesetas.
(12) Para 1933 el Sindicato Metalúrgico Montañés propone un "Contrato de trabajo entre la Sociedad Española de Construcción Naval y sus obreros de los talleres de Reinosa", V. Sindicato Metalúrgico Montañés. Contrato de trabajo de las secciones de (...) Reinosa. Santander: Talleres Tipográficos J. Martínez, 1933- Pp. 95-103. BASTANTE SOMAZA, Fernando. "Los movimientos sociales" en Historia General de Cantabria siglo XX (2). Santander: Tantín, 1988. Pp. 130.
(13) LLANO DÍAZ, Ángel. "Modernización escolar de Reinosa: el grupo escolar Concha Espina (1927-1931)", pp. 30-34 en Cuadernos de Campoo, n° 37, septiembre de 2004. El Diario Montañés 9 de julio de 1930, Los Alumnos del Colegio San Sebastián.
(14) CASUSO CHARTERINA, Florencio. 75 años de historia del Club Deportivo Naval (1928-2003). Santander: Gráficas Calima, 2003, pp. 26.
(15) ORTEGA, Pedro (O.C.D), Los Carmelitas Descalzos en Reinosa (1930-1999). Burgos: Monte Carmelo, 1999. Pp. 8-11. Combinan labor pastoral y su propia actividad: crean la Cofradía del Carmen y otras asociaciones religiosas. En diciembre de ese mismo año inician los trámites para la compra de un terreno con el fin de edificar una nueva iglesia y convento.
(16) Bien entendido que el concepto de ocio difería bastante del actual. PASTOR MARTÍNEZ, Teodoro y CONDE LÓPEZ, Rosa María, "Agrupaciones musicales reinosanas", pp. 27-38 en Cuadernos de Campoo n° 39, marzo de 2005. PASTOR MARTÍNEZ, Teodoro. "La imprenta y la prensa en Reinosa. Historia y relación" pp. 26-30 en Cuadernos de Campoo, n° 6, diciembre 1996.