Desarrollo y evolución urbana en Reinosa

Javier Leonardo Martín

LOS ORÍGENES

Poco se sabe con exactitud del origen y fundación de Reinosa. Diversa documentación así como los restos arqueológicos encontrados en 1957 en el nº 16 de la calle de La Pelilla confirman la existencia de una aldea a finales del siglo VII o comienzos del siglo VIII.

Por el Becerro de Behetrías se conoce que en el siglo XIV, Reinosa tenía 30 solares, lo que permite hacernos una idea del tamaño de la aldea (en torno a 120 habitantes).

Torreones PLaza de EspañaNo será hasta el siglo XV cuando se configure la Merindad de Campoo con capitalidad en Reinosa.

De esta época datan los conocidos Torreones de la Plaza de España, situados junto al edificio del Ayuntamiento, que formarían parte de una línea de defensa constituida por la Torre de los Mioño, la torre de los Bravo y otras casa-torre , todas ellas en torno a la Plaza de España que constituiría el polo alrededor del cual creció la ciudad.

En esta hipótesis defensiva, el río Ebro constituiría una fuente de abastecimiento y una barrera natural de protección de la aldea inicial.

Ya en este siglo se tienen referencias sobre la celebración de mercado en Reinosa.

En el siglo XVI se instituye la Alhóndiga de Reinosa, en un edificio de la calle San Sebastián nº 6, conocido posteriormente como Colegio del Niño Jesús, Los escudos existentes en la fachada corresponden a las armas de los apellidos del donante.

Es en este siglo cuando se ejecuta la construcción de la iglesia de San Sebastián (posteriormente reformada en el siglo XVIII).

Otros elementos urbanos anteriores a este siglo son el Convento de Franciscanos, desamortizado por Mendizábal, que pasó a ser Casa de Caridad en 1.856 y que en la actualidad es la Residencia San Francisco; y la iglesia de San Esteban hoy desaparecida y que se encontraba en la ubicación del actual cementerio.

A pesar de esta aparente actividad la Villa no crece de forma exagerada pues no pasa de los 700 habitantes en el siglo XVII

 

EL ESPLENDOR: SIGLOS XVIII Y XIX

Es en el siglo XVIII cuando se produce el principal cambio en su estructura funcional: de núcleo rural ligado a actividades agrícolas y ganaderas se convierte en centro comercial al construirse por orden de Fernando VI el "Camino Real" entre Reinosa y Santander (también llamado el camino de las lanas) que conecta la Meseta con la costa y que pronto canalizó gran parte de las mercancías (principalmente harina) de Castilla al puerto de Santander, convirtiéndose en encrucijada de caminos: Palencia-Santander, Reinosa-Corconte y Reinosa-Cabezón de la Sal. Las obras de mejora del tramo Santander- Reinosa finalizan en 1753.

Puente de Carlos IIIEl núcleo urbano existente en esa época estaba lógicamente estructurado en torno a la plaza de España y la calle Mayor que tenía sus inicios en el puente sobre el río Ebro realizado en tiempos de Carlos III. Son los años en que se construyen la mayor parte de las casas señoriales que aún se conservan a lo largo de las avenidas de Castilla y Puente de Carlos III. Pero también es la época en la que se construye para atender las necesidades del transporte: molinos, almacenes, fondas, etc.

A partir de 1770 y hasta 1790 se acometen numerosas obras tanto de embellecimiento urbano como de casas de nueva planta, que después se arriendan a comerciantes vascos y castellanos.

De este periodo es el edificio conocido como la Casa de la Niña de Oro, quizás el mejor edificio de arquitectura civil de Reinosa.

Existe cierta confusión sobre su origen y construcción, Se sabe que en 1778, Luis de los Rios, construyó un proyecto dirigido por el maestro Gandarillas, pero su descripción nada tiene que ver con la casa que hoy se conserva ni tampoco con la habilidad de Gandarillas. Como sostiene Luis Sazatornil, el incendio provocado por los franceses en 1808 afectó a la casa que "tuvo que ser casi totalmente reestructurada, probablemente en torno a 1830, siguiendo un proyecto estrictamente académico". El arquitecto José de Peterrade (autor de la Casa Consistorial) era posiblemente la única persona capacitada en la zona para llevar a cabo dicho proyecto.

Pero como se puede intuir, la ocupación francesa ralentizará el progreso urbano de la ciudad y la desaparición de algunos edificios como la iglesia de San Esteban (en ruina desde 1690, se encontraba en el actual solar del cementerio, siendo destruida en 1808).

El siglo XIX trae consigo un cambio notable en el urbanismo. Frente a la homogeneidad del inmueble en el siglo XVIII empiezan aparecer edificios monumentales (ayuntamientos, plazas de abastos, etc.) y, en paralelo, el crecimiento a lo largo de calles todas iguales introduce la necesidad de elementos articuladores que rompan el esquema inicial. Así aparecen paseos, alamedas, plazas y kioscos.

Ejemplo claro es el proyecto academicista (de un latente neoclasicismo) que el arquitecto José de Peterrade realiza en 1829 para la Casa Consistorial (finalizado en 1832).

También es de esta época, pero fruto de la prohibición de efectuar enterramientos en el interior de los templos, el Cementerio, edificado en 1833.

Cuando Pascual Madoz realiza su Diccionario (1845-1850) existen en Reinosa dos pequeños paseos públicos: el de Las Columnas y el de Vista Alegre. En la segunda mitad del siglo se construirán los jardines de Cupido y el parque de Las Fuentes.

En este siglo la actual Plaza de España, antigua Plaza Mayor o de la Constitución, encontrará su forma definitiva y en ella encontrará acomodo uno de los elementos más significativos del urbanismo monumental: el kiosco de música.

En 1858, la llegada del ferrocarril Santander-Alar del Rey, donde conecta con el Canal de Castilla, permite enlazar directamente a Castilla con Santander, y desbanca al transporte por carretera. Este factor hace que Reinosa pierda la importancia adquirida en el siglo pasado con el consiguiente retraimiento en su actividad comercial, paulatinamente superado con la instalación de algunas pequeñas industrias, localizadas casi siempre en las proximidades de la vía del ferrocarril, al sur de la ciudad, en la zona de la Quimesa.

Mercado de AbastosEn 1871 se inauguraba junto a la estación del ferrocarril la fábrica de vidrio hueco de Santa Clara.

Esta capacidad de superación de la adversidad tiene su reflejo en la construcción de equipamientos públicos. Prueba de ello son las obras del Mercado de Abastos (1882), versión exacta del Mercado del Este de Santander, así como el Teatro Principal, inaugurado en 1893 y continuador de los existentes en 1867 (Teatro Reinosano y Liceo Artístico).

La Estación va a suponer un nuevo polo de atracción en el crecimiento de la ciudad, fomentando la aparición de casas y hotelitos en sus proximidades, con fachada al jardín de Cupido que es el elemento urbano fundamental en la nueva estructura de ciudad.

Aunque construido en la segunda década del siglo XX, el ensanche del Quintanal, con plano previo del arquitecto Rafael Pérez Valdés, que comprende las actuales calles del Marqués de Reinosa, Emilio Valle, Libertad y Torres Quevedo, está vinculado al urbanismo del siglo XIX.

 

EL SIGLO XX. LUCES Y SOMBRAS DEL PROCESO INDUSTRIALIZADOR

Con la implantación en 1918 de los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval la ciudad va a experimentar el mayor crecimiento demográfico y espacial de toda su historia.

El incremento de la población en el decenio 1920-1930 (unos 4.000 habitantes) obligará a la construcción de varios grupos de viviendas: Las Eras, La Remonta, Los Tinglados, Las Casas de Valle y Ciudad jardín, así como a un incremento en la altura o renovación de muchas de las edificaciones existentes en el casco antiguo, principalmente las de la calle Mayor.

Una evolución similar ha seguido la implantación de los equipamientos urbanos: colegio de Concha Espina, antiguo instituto en la calle de La Nevera y matadero.

Posteriormente, cuando se produce la colmatación del centro impidiendo la inserción en él de equipamientos que consumen gran cantidad de suelo, se procede a su localización en la periferia, al oeste de la ciudad sobre los terrenos del campo de San Francisco de propiedad municipal, que actúa como foco de atracción para el desarrollo residencial más reciente (bloques cooperativos Santa Ana, Nuestra Sra. de las Nieves, etc.).

Chalet frente al parque de CupidoComo se puede observar el crecimiento de la ciudad se ha visto poco limitado en la práctica por las barreras naturales: la topografía y el río Ebro no han constituido obstáculos insalvables y sólo el río Hijar ha sido en cierto modo una barrera al limitar los terrenos inundables comprendidos entre el río Hijar y el Izarilla (ocupados en su mayor parte por los talleres de la Naval) que ha determinado la realización de obras de canalización de este último. Tampoco las importantes vías de comunicación que confluyen en Reinosa (ferrocarril y carreteras nacionales y comarcales) han supuesto barreras en sí mismas si bien han condicionado la estructura espacial del núcleo al extenderse radialmente a lo largo de estas vías (con graves problemas de circulación en la ciudad principalmente, la travesía de la N-611 que se han solucionado con la construcción de la variante).

En el último año del siglo XX en la estructura urbana del núcleo edificado se pueden distinguir tres zonas genéricas: el casco antiguo, los ensanches del siglo XIX hasta mediados del siglo XX y las promociones de la periferia, y nuevos procesos de reordenación urbana.

1) Casco antiguo

Las 20 Has. del casco antiguo están ocupadas en su mayor parte por la edificación residencial, que coexiste con algunos de los principales equipamientos y servicios de la ciudad: Iglesia, Ayuntamiento, Casa de Cultura, Mercado de Abastos, Teatro Principal, etc. Constituye asimismo la zona donde se desarrolla la actividad cívico-comercial más intensa y se concentra el mayor número de edificios de mayor calidad arquitectónica de la ciudad.

La estructura del casco antiguo experimenta a partir de 1960 un proceso intensivo de transformación tipológica. El modelo anterior de ciudad se caracterizaba por su relativa baja densidad (inferior a las 50 viv./Ha.), que ha permitido un crecimiento posterior por medio de transformaciones internas: desaparición de jardines privados, derribo de edificios de notable calidad arquitectónica y un incremento en la altura de las edificaciones. Este incremento fue favorecido desde el propio planeamiento, primero con las Ordenanzas del Plan General de 1957 (hasta 6 plantas ó 19 m. en calles de 14 m. de ancho mínimo) y acentuado posteriormente con las Ordenanzas del Plan General de 1978 (hasta 7 plantas ó 23,50 m. en calles de 14 m.).

El resultado de las transformaciones operadas fue la densificación hasta límites inadmisibles (más de 75 viv./Ha.) para las infraestructuras existentes, así como un aumento en el tamaño de las parcelas con el objeto de obtener solares que permitiesen actuaciones más rentables (mayor número de viviendas), siendo precisamente en las manzanas próximas a la Plaza Díez Vicario donde se realizaron este tipo de acciones, favorecidas además por el mayor tamaño de las propiedades existentes.

2) Los ensanches

Viviendas de Las ErasEl ensanche, o mejor dicho los ensanches parciales, desarrollados fundamentalmente en el periodo 1920-1940, presentan en muchas partes una estructura urbana semejante a la del casco antiguo si bien algunas zonas contienen características específicas, morfológicas y funcionales (Ciudad jardín, colonia de viviendas próxima a Las Eras, hotelitos de los jardines de Cupido, etc.) que los diferencian tanto del casco antiguo como de los desarrollos urbanos más recientes.

3) Promociones de la periferia

El desarrollo de las promociones de vivienda (desde 1960 a 1980) ha configurado una corona discontinua y, en cierto modo, caótica, apoyada en los bordes del núcleo consolidado y en los caminos rurales existentes, excepto los bloques de la zona de los Encuentros, frente al Hotel Vejo, que han surgido como paquete aislado de la trama urbana.

Las primeras promociones de los años sesenta se realizaron sobre vacíos urbanos, en el borde del núcleo edificado y próximas a la mayor parte de equipamientos existentes en ese momento (zona de Mallorca). Las últimas promociones (posteriores a 1970) se han localizado principalmente en el borde del núcleo edificado, próximas a la última concentración de equipamientos sobre el Campo de San Francisco.

Todas estas promociones de viviendas se materializan en un aprovechamiento intensivo del suelo que no contemplaba las necesidades de equipamientos colectivos exigidos por la Ley del Suelo para actuaciones en suelo urbano, apoyándose por tanto en las dotaciones ofrecidas por la Administración en terrenos de propiedad municipal y cediendo solamente como zona verde (más bien al servicio de la propia unidad residencial) el 10% de la superficie total ordenada en el Estudio de Detalle que era preceptivo redactar según el Plan General de 1978 en las zonas urbanas que no constituían solares.

Plano de Reinosa en 1808, según los franceses

4) Nuevos procesos de reordenación urbana

La última crisis industrial golpeó a Reinosa produciéndose una considerable paralización de la actividad constructiva. Sin embargo, la acción combinada de las administraciones públicas así como las determinaciones del Plan General posibilitaron la aparición de los siguientes procesos.

a) Consolidación como espacio industrial de la vega de los ríos Híjar e Izarilla. El proceso de construcción del polígono industrial de La Vega consolida un modelo de espacio industrial a largo plazo, colmatando el territorio municipal en su límite oriental.

b) Consolidación del entorno del actual cementerio como área de equipamientos. Al norte (Campo de San Francisco) se sitúan los principales equipamientos escolares y deportivos al aire libre. Al sur (Prado de Los Obesos) se dispone la piscina cubierta y el recinto ferial.

c) Proceso de rehabilitación de la edificación y reducción de la densidad del casco antiguo. Se llevan a cabo numerosas actuaciones de rehabilitación de edificios antiguos frente al proceso anterior de sustitución. Además las nuevas construcciones realizadas en el casco antiguo se ejecutan con parámetros notablemente inferiores a los permitidos hasta 1985, que encajan mejor con la edificación histórica.

d) Crecimiento de la ciudad hacia el oeste. Tanto para usos residenciales (Quintanal, finca de Cosío, área del Cuartel de la Guardia Civil, etc.) como para equipamientos (centro de salud, piscina cubierta, etc.) la ciudad crece en dirección oeste, abandonando el crecimiento en torno a las carreteras.

e) Definición del río Ebro como nuevo eje de actividad urbana. El nuevo papel asignado al río Ebro, como vertebrador de la actividad urbana, se va consolidando poco a poco. Prueba de lo dicho es: la rehabilitación del molino de Obesos, el parque en el Campo Colorado, el nuevo paseo en el Quintanal, área ferial en los Obesos, etc. La superposición de estos procesos crea una estructura menos radial y más compacta que su predecesora. Además se revitaliza el casco antiguo tanto para lugar de residencia como para actividades de servicios.


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