INTRODUCCIÓN
El Santuario de Montesclaros es, sin duda, uno de los referentes importantes de la historia de Campoo desde la Edad Media. Si seguimos su desarrollo podemos ver cómo todas las épocas y vicisitudes políticas, económicas, culturales y religiosas han quedado reflejadas en el Santuario.
Alguien ha dicho que "La memoria es el alma de los pueblos". Esto se puede aplicar doblemente al Santuario, pues la memoria narrativa nos manifiesta los rasgos más característicos de la personalidad del pueblo campurriano: tenacidad, voluntad decidida y aguerrida, dispuestos siempre por conseguir o defender lo que creen justo o les pertenece. La simple contemplación del santuario levantado sobre roca en sus distintas épocas y edificios es bien revelador y algo que impresiona a todo visitante que llega hasta él. Por otra parte, por haber influido positivamente en desarrollar y fortalecer durante generaciones las más nobles virtudes del pueblo campurriano.
Se encuentra el Santuario de Montesclaros en el término de Los Carabeos, municipio de Valdeprado del Río, en la ladera este del monte Somaloma y sobre el río Ebro, a 17 kms. de Reinosa y a diez de la carretera nacional Palencia-Santander, en el puerto de Pozazal.
ORIGEN DEL SANTUARIO
La invasión árabe en el año 711 tiene su repercusión en toda la península Ibérica, y va a dar al territorio y pueblo de Campoo un protagonismo primordial y clave para su posterior historia y la del conjunto de España al acoger a los hispano-visigodos que huyen del sur y se refugian en las cabeceras del Ebro y sus montañas. Esto afectará a la comarca de Campoo en todos los aspectos: políticos, agrícolas, culturales y, de manera especial, en el campo religioso.
Los cristianos que huyen del sur y que sucesivamente van llegando a estas tierras a lo largo del siglo VIII traen consigo las imágenes más veneradas, tanto para evitar la profanación como para que les protejan a lo largo del destierro; quieren sentir que la Virgen y sus santos patronos caminan con ellos y, después, para que esa protección la ejerzan en la nueva vida que comienzan con dificultades y sobresaltos.
Por eso, a falta de iglesias y de tiempo para edificarlas, colocan las imágenes en lugares destacados y protegidos de los elementos atmosféricos que pueden deteriorarlas y de fácil referencia, a la vez que con un simbolismo religioso como son los montes y las rocas. "Levanto mis ojos a los montes. de donde me ha de venir mi socorro". Salmo 120. Esta antigua tradición bíblica pasa al cristianismo, máxime en tiempos y situaciones especiales como el que nos ocupa. Así encontramos Peñasacra, Monsagro, Montesclaros, en distintos lugares de la geografía española, por haberse encontrado en ellos imágenes.
En una cueva de uno de esos lugares destacados y simbólicos es depositada la imagen de la Virgen que se llamará de Montesclaros. Veamos cómo nos describe lo que acabamos de referir el historiador árabe Rasís, hablando de la persecución de Abderramán III. "Castigó extraordinariamente a los cristianos de España y no quedó ciudad o pueblo fortificado que pudiese salvarse de su poderío. Pero los moradores de las ciudades abandonadas se refugiaban en los montes de Asturias. Además destruyó todas las iglesias que encontraban en pie. Eran muchas y de noble y bella factura... Así hacía destruir por el fuego todos los cuerpos robados de las iglesias que los cristianos veneran y llaman santos.
Ante ello los cristianos, cada cual como podía, huían con estas cosas a los montes y lugares inaccesibles. Y así fueron trasladadas a las montañas de Asturias la mayor parte de las cosas que en España recibían culto religioso por la fe de los cristianos"
(1).
¿CUANDO LLEGA A CAMPOO LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE MONTESCLAROS?
Desearíamos tener la respuesta exacta a esta pregunta, Para ello necesitamos contar con documentos o referencias ciertas que no tenemos, principalmente porque creemos que no las hubo, lo cual puede ser ya un indicio; pero sí tenemos datos históricos que nos ofrecen conjeturas con cierta verosimilitud y, últimamente, son los hallazgos arqueológicos de 1966 que, a falta de documentos escritos, son verdaderos argumentos históricos.
Las primeras historias sobre Montesclaros no se escriben hasta la llegada de los Dominicos. La primera, que no llegó a imprimirse, es del P. Pedro Guillén en el año 1711. Posteriormente la del P. José de Santa María y la del P. María del Rosario. Todas ellas recogen datos muy valiosos y tradiciones, incluso bajo juramento tomado por la autoridad competente, pero se refieren a curaciones milagrosas y a hechos relativamente recientes en esas fechas, pues los documentos que había en la casa del ermitaño desaparecieron en sucesivos incendios, el último en el mes de junio de 1613. La historia más crítica y documentada con carácter investigador es la escrita por el P. Pérez y Pando en el año 1904.
Partiendo de la tradición de que se habían encontrado junto a la imagen unas reliquias que el P. José de Santa María nos señala diciendo que eran "un hueso de San Alejandro Mártir, de San Lorenzo una muela y cabellos de Sta. Casilda"
(2), y teniendo en cuenta que ésta fallece a finales del siglo XI o, según algún autor, en 1125, la llegada de la imagen a Montesclaros no podía ser anterior a esa fecha sino posterior y, con motivo de algún fuerte contratiempo en los enfrentamientos con los árabes, lleva al P. Pérez y Pando a suponer que la llegada a la península de los almohades en el año 1144 que recrudecieron fuertemente la persecución contra los cristianos hiciese que algunos buscasen refugio en Toledo y, posteriormente, tras la importante derrota del Alfonso VIII en la batalla de Alarcos en 1195, no considerando seguro a Toledo, buscasen refugio en estas montañas, trayendo consigo la imagen de nuestra devoción.
Ninguno de estos historiadores conoció la capilla primitiva que hoy, después de hallazgos arqueológicos de 1966, a los que ya hicimos referencia y que trataremos más detenidamente, nos permite dar una fecha mucho más verosímil y con garantía de proximidad.
Tengamos en cuenta que cuando se da la batalla de Alarcos en 1195, finales ya del siglo XII, las emigraciones no eran, al menos significativamente, del sur al norte, sino del norte hacia la repoblación y fortalecimiento de la meseta que había dejado de ser el llamado "desierto estratégico". Para esas fechas los foramontanos, salidos de nuestros montes y valles, hacía tiempo que habían hecho que Castilla dejase de ser lo que señalaba el poema de Fernán González: "Eran entonces Castilla un pequeño rincón, cuando Amaya era Cabeza y Fitero mojón..."
(3).
La derrota de Alarcos trajo como consecuencia el envalentonamiento de los almohades que, decididos a evitar el avance cristiano, saquean algunos castillos y pueblos de la zona y llegan a sitiar Toledo en los veranos de 1196 y 1197, pero esta ciudad no corre peligro y la frontera, ahora en el Tajo, ya no sufrirá retroceso; más bien el desafío almohade hace que Alfonso VIII, consiga con sus gestiones diplomáticas la unión de los reinos peninsulares, incluso extranjeros, logrando reunir un gran ejército que tendrá como resultado la decisiva victoria cristiana de Las Navas de Tolosa, en 1212. Así, pues, los posibles fugitivos de Alarcos no necesitan pensar en las montañas del norte para su seguridad, ni es razonable que escogieran éstas para emprender una nueva vida.
LOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS DE 1966
A falta de documentos escritos, la historia encuentra en los monumentos arqueológicos la principal y segura fuente de datos para poder determinar una fecha o emitir un juicio. En Montesclaros, la arqueología sí que nos ofrece datos verdaderamente importantes y valiosos, no sólo para determinar unas fechas, sino para sentir la satisfacción de contar entre nosotros con un monumento tan significativo y singular que enriquece el ya valioso patrimonio arquitectónico-artístico de Cantabria.
Veamos cómo nos da la noticia de las primeras excavaciones la "Hojita de Montesclaros": "Un Tesoro en Montesclaros. ¿No te has enterado ... ? ¡En la iglesia de Montesclaros los frailes se han encontrado un tesoro!"
Esta era la noticia que, de boca en boca, fue recorriendo los valles y pueblos: ¡En Montesclaros ha aparecido un tesoro!... Y ha sido cierto. La prensa lo ha dicho: Hallazgo en Montesclaros de unos sarcófagos de piedra primorosamente labrados. Unas piedras encontradas debajo del altar de la Virgen, dan fe de su antigüedad.
Peritos, amantes del arte y curiosos van pasando por este risco de espiritualidad ancestral para contemplar unas tumbas de piedra labradas con primor de orfebre.
... Empezaron las obras. Se levantó el entarimado de madera y apareció un espacio relleno de tierra arenisca (roca deshecha procedente de las excavaciones para construir la iglesia actual).
Junto con la arena y con los huesos aparecieron unos muros de piedra de sillería que se adentraban. ¿Qué habrá debajo de todo esto? Quitar todo aquello era una obra de titanes. ... (los estudiantes dominicos de Filosofía de las Caldas de Besaya pasan en Montesclaros los meses de verano). Ellos lo hicieron. Empezaron a quitar huesos, tierra y piedras... De pronto, apareció el tesoro: un sepulcro de piedra tallada con adornos sencillos, rameados, cruces, escudos y una inscripción que le hacían suponer muy antiguo.
El entusiasmo cundió entre todos: frailes, veraneantes... -Parece que es de estilo visigótico, decía uno. - No, no, es románico.. es gótico... Cuando se enteren de este descubrimiento seguramente que se lo llevan a un museo ... íEsto es un tesoro!... Ahora sí que va ser famoso Montesclaros ... !
Se siguió quitando tierra. Fueron descubriéndose los muros que se vio pertenecían a una iglesia anterior a la actual
(4). Al terminar las excavaciones aparece un pequeño pero precioso templo prerrománico, de buena factura, ábside cuadrado, columnas cuadradas y con una ventana en forma de aspillera en el centro primorosamente labrada. Especialmente significativo es el altar de piedra cara al pueblo, con dibujos tallados, principalmente el sogueado que tiene a los lados y conocido como ornamentación del ramirense, por darse en los edificios del rey Ramiro, de Asturias, a mediados del siglo IX.
La Gran Enciclopedia de Cantabria lo recoge así: En el nivel superior de la gruta se ha descubierto una capilla anterior a la actual, claramente prerrománica, de ábside cuadrado, que recibe luz por una ventana estrecha y alargada en el centro de éste, con altar de piedra cara al pueblo, de ornamentación sogueada en clara correspondencia con el prerrománico asturiano
(5).
Digamos que esta iglesia primitiva, aunque pequeña, es de gran factura. Edificada con piedra de sillería y resistentes muros, su ábside mide tres metros de largo por 3,5 de ancho, lo mismo que el ábside de la iglesia románica y actual parroquia del vecino pueblo de Bustasur; lo que reafirma que su construcción no fue obra de una simple y bien intencionada piedad de algún devoto, sino algo con mucho más carácter e intención, levantado por verdaderos maestros profesionales de su época.
Las iglesias vecinas de Barruelo de Los Carabeos, término al que pertenece Monstesclaros; Bustasur, a menos de dos kilómetros del Santuario, y Cervatos, por citar sólo las más cercanas, son de comienzos del siglo XII. "Si la iglesia de Cervatos la hemos situado siempre en el principio del siglo XII, con fecha de 1129, es manifiesta la coincidencia con la fecha de la de Bustasur que dice "ERA MCL", es decir, año 1112
(6).
Por lo tanto es impensable que si a comienzos del siglo XII las iglesias de su alrededor son joyas del románico, un siglo más tarde , como sería el caso del hallazgo de la imagen y la posterior edificación de la ermita primitiva, estuviesen relacionados con la citada batalla de Alarcos y se construya una iglesia o ermita que ya vimos tenía su entidad de estilo prerrománico.
Luego, lógicamente, tenemos que concluir que la edificación de la iglesia o ermita primitiva tuvo que ser, a más tardar, a finales del siglo X o comienzos del XI, y el hallazgo de la imagen de la Virgen de Montesclaros anterior, siendo traída y guardada por los primeros hispano-visigodos que buscaron refugio en estas montañas cántabras con motivo de la invasión árabe en el siglo VIII o, a todo lo más, durante la primera mitad del siglo X, época en la que se produjo la fuerte persecución de Abderraman III como vimos relatado por el historiador árabe Rasís.
Así pues, con las referencias históricas y los hallazgos arqueológicos de que disponemos, podemos decir que la Virgen de Montesclaros se encuentra entre nosotros desde los primeros momentos de la difusión y organización del cristianismo y que, como en los primeros tiempos apostólicos, es mantenedora y animadora de la fe, suscitando en el pueblo esa fuerza que ayuda a superar los momentos adversos con renovada ilusión y esperanza.
"Sin embargo, cuando el cristianismo tuvo su éxito pleno en Cantabria, cediendo definitivamente ante él los reductos de las antiguas religiones del país, debió de ser en el siglo VIII, con motivo del repliegue masivo de elementos hispano-visigodos tras las cordillera con motivo de la invasión musulmana"
(7).
Qué bien intuyó y expresó uno de nuestros geniales poetas y folcloristas esta presencia de la Virgen de Montesclaros en Campoo:
"Y entavía me preguntas por el tiempu, que Nuestra Señora andó soterrada en el horacu ande el novillu la vio ... Pos a ti cuenta que Jué ... Dende la predicación de San Pedru u San Pablu ... U pué dende el Redentor ...
(8).
Queda la objeción de la reliquia con los cabellos de Santa Casilda, que se encontraban todavía en el santuario en 1904, pero creemos que tiene fácil explicación. Santa Casilda pasa los últimos años de su vida como ermitaña en los montes cercanos a Briviesca (Burgos), donde fallece a finales del siglo XI o principios del XII, y donde se conserva su Santuario hasta nuestros días abierto al culto y recibiendo numerosas y fervorosas peregrinaciones.
En las fechas en que acaece su muerte no es factible que reliquias del norte de la península fueran llevadas a comunidades cristianas del sur, sencillamente porque no había comunicación y porque los acontecimientos manifestaban que las reliquias e imágenes de los santos eran objeto de persecución y profanaciones, provocando la huida a los lugares seguros del norte, como el ya citado historiador árabe Rasís tan gráficamente describe.
El que llegasen a Montesclaros cabellos de Santa Casilda como reliquia, obedece a la costumbre, común en aquella época, de que alguno de los señores encargados de los Santuarios o benefactores o capellanes reales donasen al santuario la reliquia de una Santa de la zona. A partir de esta costumbre y pasando el tiempo sin documento escrito alguno ni memoria reciente, parece lógico que se empezase a pensar que los cabellos se encontraban en el Santuario desde el hallazgo de la imagen, pues el primer escrito que hace referencia a las reliquias es una declaración jurada de Juan de Salinas de 1613, en la que afirma haber oído a los mayores que se habían encontrado juntamente con la Virgen. Lo que nos indica que se trata de una memoria narrativa que se pierde en tiempos remotos e indefinidos.
NOTAS
(1) P. Flórez. España Sagrada. Tomo 5º, pág. 314 (Traducción).
(2) Conf. Pérez y Pando, Joaquín. Historia de la imagen y Santuario de Nuestra Señora de Montesclaros.
(3) Codón, José María. Cantabria en Castilla. Pág. 43. Burgos, 1983.
(4) Bañas, Fray Tomás de la Cruz. Hojita de Montesclaros, nº 87. 1966.
(5) Gran Enciclopedia de Cantabria. Tomo 6º pág. 23. 1986.
(6) García Guinea, Miguel Ángel. Románico en Cantabria, pág. 310. Estudio. Santander, 1996.
(7) González Echegaray, Joaquín. Cantabria a través de su historia, pág. 173. Institución Cultural de Cantabria. Santander, 1979.
(8) Martínez González, Justo. Monólogos y Estampas de Costumbres Campurriano-Montañesas, pág. 277. Gráficas Sergu. Aguilar de Campoo, 1969.
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