El crecimiento de la población por la llegada de La Naval revolucionó el sector
A principios del siglo XX había un dicho popular sobre Reinosa que decía que sus lugareños comían pan de Hierro, carne de Gato y bebían vino de Pozo. Estos eran los apellidos de tres prestigiosos comerciantes de los muchos que se iban instalando en la floreciente villa, que se encontraba en pleno desarrollo por la creciente industrialización propiciada por pequeñas fábricas y artesanos.
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