Los escritores que se han ocupado del tema de la caza, sobre todo si a la vez que investigadores son aficionados a este deporte, suelen ser indulgentes al tratar el tema de los cazadores furtivos, que, como dice Hoyos Sainz, "son los cazadores primitivos y naturales, el enemigo admirado y envidiado por el cazador de alcurnia". De ellos se ocupó el Conde Yebes en su obra Veinte años de caza mayor y el poeta Villalón les dedicó un poema.
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