La venta por los caminos de Castilla en un carro de vacas
Lantueno, a la vera del Camino Real de Castilla a Santander y con estación de tren desde la construcción del ferrocarril de Isabel II, fue un lugar de residencia de carreteros y gentes dedicadas a la venta ambulante, los viejos buhoneros.
Sus mercaderías eran variadas. La garauja y el laurel venían a venderlos los artesanos montañeses, principalmente de los pueblos de Los Tojos, Bárcena Mayor, Saja y Cabuérniga. Los carpanchos y garrotes se les compraba a los vecinos de Santiurde, los cestos con asas para sembradura y garrotas a los de Somballe, las albarcas a los de Rioseco y Santiurde de Reinosa, los palillos para mangos de escoba se hacían en Lantueno. la piedra de sal se compraba en la mina de Cabezón, las patatas campurrianas se adquirían en el mercado de los lunes y la paja en Castilla. Estas fueron las principales mercancías a vender.
Santiago Delgado Rodríguez - Julio Manuel de Luis Ruiz
Aguas de manantial, minerales y minero medicinales en la comarca de Campoo
Introducción
Con la publicación de este artículo se pretende dar continuidad a la serie de artículos publicados por Cuadernos de Campoo dedicada a analizar las diferentes actividades mineras que se han desarrollado en la comarca, y que se iniciaba en el mes de septiembre de 2003 con el artículo titulado La Minería en Campoo (I)en el que se hacía una breve descripción de la evolución del conjunto de la actividad minera que históricamente se ha desarrollado en la comarca de Campoo. La serie continuó posteriormente en el mes de diciembre de 2004, cuando se publicó el artículo titulado La Minería en Campoo (II) en el cual se desarrollaron las características concretas y particulares que originaron y posteriormente posibilitaron la explotación del yacimiento de las minas de cobre de Soto, situadas en el municipio de la Hermandad de Campoo de Suso.
El Realismo costumbrista español del último tercio del siglo XIX, como cualquier otro movimiento literario, aporta a la Historia de la Literatura Española un conjunto de nombres sobradamente reconocidos.
Su más significado referente, José María de Pereda, se consolida como uno de los escritores representativos del siglo y obligado es reconocer su participación en el nacimiento de la novela realista y regionalista decimonónica, con un papel muy destacado en la recreación del paisaje de Cantabria. Muchos de los textos seleccionados para el presente estudio huelen a Pereda y su estilo tan característico y significativo.
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