Con la finalización del siglo XX no sólo terminó la vigésima centuria de nuestra era sino que, además, certificó lo que se iba produciendo en los últimos años: la desaparición de formas de vida, actividades y oficios en el medio rural de la comarca de Campoo. Es el caso de los herreros: ya no quedan en los pueblos ni en Reinosa. Unos abandonaron la profesión por otra mejor remunerada en la industria; otros se jubilaron y, en todos los casos, principalmente porque a partir de la mecanización del campo y la decantación mayoritaria por la ganadería en todos los municipios, el oficio de herrero se hizo prescindible.
Sin embargo, el herrero a lo largo de la historia ha sido necesario en la vida tradicional de los pueblos porque de él dependía la reparación y la fabricación de herramientas y utensilios para la actividad doméstica y productiva.
El herrero de los pueblos era también cerrajero y herrador: por eso junto a la fragua era frecuente hallar el herradero necesario para calzar con callos (bueyes y vacas) y herraduras (caballos y yeguas) a los animales de labor.
Este artículo tiene un premeditado carácter de ensayo y una confesable finalidad: la difusión de una teoría apoyada sobre los avances logrados gracias a los sondeos realizados entre 2003 y 2005 por nuestro equipo en el yacimiento de Camesa-Rebolledo. Se nos ha invitado reiteradamente en medios locales a dar a conocer resultados pero nos hemos resistido hasta ahora porque estamos trabajando sobre una hipótesis a verificar.
La insistencia y los compromisos adquiridos motivan este artículo que profundiza en lo sugerido con motivo de la exposición que ya se ofrece en el arqueositio de El Conventón en Camesa-Rebolledo: hay ahora más argumentos para defender que luliobriga estaba en Camesa, que para mantener la atribución de Retortillo.
La vocación eminentemente industrial de Reinosa parte del año 1917, en que se instaló La S.E. de C. Naval por razones estratégicas para la fabricación de armamento, estando la actividad local anterior basada más en el mercadeo, al ser Reinosa paso obligado desde Castilla al mar, para el movimiento de grano entre la meseta y la costa.
FUNDACIÓN
La actual fábrica de Cantarey Reinosa S.A. inició su andadura el día 18 de junio de 1930 bajo la denominación social de Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica S.A., en siglas CENEMESA. Se fundaba esta sociedad en Madrid con un capital de 12 millones de pesetas, aportado en un 30,6% por SECEM, Sociedad Española de Construcciones Electromecánicas, que además aportó igualmente los terrenos sobre los que se asentó la fábrica construida en Córdoba. La Sociedad Española de Construcción Naval (actualmente propiedad del grupo Vasco Sidenor), aportó el terreno en que actualmente se encuentra Cantarey Reinosa S.A. junto con un 22,2% del capital suscrito. Con el mismo porcentaje accionarial participó el Banco de Bilbao (actualmente Banco de Bilbao Vizcaya Argentaría). La participación tecnológica corrió a cargo de Westinghouse Electric Corporation además del 16,7% del capital, junto con la de Le Materiel Electrique con un 8,3%. Ambas aportaron sus patentes y asistencia técnica.
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