¿Ha cambiado mucho la actividad profesional de los campurrianos desde mediados del siglo XVIII hasta nuestros días? Sin duda, las mayores transformaciones, aquí como en otras comarcas, se han producido a lo largo del siglo XX. Pero su quehacer cotidiano no se diferenciaría demasiado del de nuestros abuelos, a comienzos de siglo, salvo que éstos ya disfrutaban de nuevos adelantos técnicos como el ferrocarril o la incipiente energía eléctrica, por ejemplo.
El año 1910 aparece por vez primera la palabra marza, en un diccionario de la lengua española, que daba dos acepciones de la misma:
a) copla que en la Nochebuena, en el Año Nuevo y en la de los Santos Reyes, van cantando por las casas de las aldeas, por lo común en la corralada, unos cuantos mozos solteros.
b) obsequio de manteca, morcilla, etc., que se da en cada casa a los marzantes para cantar o para rezar.
Daniel Guerra de Viana y María Elena Marchena Ruiz
El presente trabajo trata de dar a conocer las pinturas murales góticas existentes en Mata de Hoz, La Loma y Las Henestrosas, en Valdeolea, uno de los pocos ejemplos de su estilo en Cantabria y que fueron descubiertas al desencalar los ábsides de las iglesias en la últimas décadas. La primera manifestación pictórica de esta época que se descubrió e investigó en la zona, no en tierras de Cantabria pero en relación directa con las de Valdeolea, fueron las representaciones murales de la iglesia de S. Felices de Castillería, en el norte de Palencia cuyo estudio hizo Miguel Angel García Guinea en 1951 y que ha servido de base para trabajos posteriores.
No cabe duda que uno de los factores que a lo largo de los siglos mayor daño ha hecho al patrimonio arqueológico, tanto a nivel nacional como internacional, han sido las grandes obras públicas. Pantanos, carreteras, autopistas, vías férreas, oleoductos, tendidos eléctricos... han dañado, en ocasiones de una manera irremediable, el patrimonio arqueológico. De ello tenemos muchos casos en nuestro país y en nuestra región.
EL POETA DEL PUEBLO:
APROXIMACIÓN A LA POESÍA DE RODRIGO DE REINOSA
A finales del siglo XV la invención de la imprenta y el consiguiente abaratamiento de la edición permiten que se impriman y distribuyan gran cantidad de libros y también que la literatura culta -hasta entonces difundida sobre todo entre la nobleza y el clero a través de los códices manuscritos- y la literatura popular -declamada por juglares y recitadores por plazas y pueblos- experimenten un cierto acercamiento.
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