Terminábamos el artículo anterior haciendo referencia a dos puntos importantes referente a nuestro folklore : la asignatura pendiente que tenemos los cántabros en general y los campurrianos en particular en cuanto a un estudio profundo y la confirmación de que realmente somos un pueblo cantarín.
Este segundo punto se confirma con los muchos grupos que en Reinosa han existido de coros, rondas, rondallas, grupos de baile etc.
Os hablo aquí del tiempo en que, siendo muchachos, íbamos a la escuela; del tiempo que querríamos volviese, pero que es imposible. De las ilusiones, de las esperanzas que llevábamos en el corazón; de nuestra inocencia; de las luciérnagas, que creíamos estrellas, porque era muy pequeño nuestro mundo y estaba muy bajo nuestro cielo.
Es muy común que todos conozcamos a nuestros padres, y también a nuestros abuelos; ya más rara es la referencia a los bisabuelos, y muy difícil la de tatarabuelos, sobre todo si ha de transmitirse por vía oral. Hasta aquí o más allá, la inutilidad aparente de toda búsqueda nos desanima y desinteresa sin más.
La fiesta es "diversión y regocijo", según versión oficial competente y es, también, día distinto del común. El calendario señala muchas fiestas en el transcurso del año, algunas, como la Navidad son propias de muchos pueblos y tienen cariz religioso como las conocidas bajo la advocación de un santo y otras solemnidades religiosas de carácter periódico, indicativas de las fiestas patronales de los pueblos.
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