En esta nuestra revista y en su número 15, se publicaba un estudio de Don José Calderón Escalada titulado “Lenguaje popular de la Merindad de Campoo”, hasta entonces inédito.
En Campoo, como en la mayor parte de las regiones de España, se han venido practicando estos ritos desde la más remota antigüedad, en fechas que podían cambiar de unas a otras, aunque no tuvieran en todas la misma duración, pues en algunas comarcas el tiempo previsto se reducía a la noche precedente a la festividad de San Juan en la que se trataba de recoger cuantas manifestaciones conocemos a este propósito.
Una de las manifestaciones más interesantes entre las costumbres de Cantabria, está reflejada en las reuniones que tenían lugar en las cocinas de nuestros pueblos bien acogiéndose a la buena disposición de ciertas familias acreditadas o a la de algunos vecinos con posibilidades para hacer este tipo de recepciones y aguante suficiente para cargar con las molestias de rigor.
Los usos y costumbres populares en la Merindad de Campoo han experimentado en la segunda mitad de este siglo una transformación tan profunda, que a las nuevas generaciones se les hace difícil imaginar los aspectos más representativos de la vida tradicional rural.
Sólo las personas que sobrepasan los setenta años han conocido y experimentado vivencias similares a las que se producían en nuestros pueblos a lo largo de la pasada centuria.
En el libro de sesiones del Excmo. Ayuntamiento de Reinosa, correspondiente al año de 1879, que, milagrosamente, persistió tras el incendio de 1932, se recoge un informe del Alcalde acerca de las gestiones realizadas, en relación con las ya inmediatas Ferias y Fiestas de San Mateo, refiriéndose a los fuegos artificiales que había encargado a Palencia (no Valencia) y al contrato pendiente con los dulzaineros de Frómista “por si quieren venir a tocar a dicha Feria por la retribución de sesenta pesetas".
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