Excmo. Sr. Don Fernando Calderón Collantes. Primer Marqués de Reinosa

Teodoro Pastor Martínez

 
Reinosa, la hidalga ciudad campurriana, con casonas de fachadas señoriales y dorados blasones, puede enorgullecerse de haber sido cuna de ilustres y esclarecidos varones, que brilla­ron con luz propia en sus tra­yectorias profesionales y políti­cas, como la judicatura, la polí­tica o la milicia. Tales como D. Francisco de Güemes y Horcasitas -Primer Conde de Revilla Gigedo- que fue capitán gene­ral, Gobernador de Cuba y Vi­rrey de Méjico. Don Manuel Negrete de la Torre -Segundo Con­de de Campo Alanje-, también capitán general y hábil diplomá­tico. Don Saturnino Calderón Collantes, hombre de leyes, di­plomático y político avezado. Don Darío Diez Vicario -valero­so militar que fue general del Ejército y murió heroicamente en la Guerra de África. Entre otros que podíamos enumerar.
 
Fernando Calderón Collantes
 
Y Don Fernando Calderón Collantes -Marqués de Reinosa- ilustre jurista y destacado político, a quien nos vamos a referir seguidamente en este artículo.

El fútbol en Reinosa en el siglo XX

Florencio Casuso Charterina

LOS INICIOS
 
El fútbol ha sido el deporte rey, tanto a escala na­cional como comarcal, el que más se ha practica­do desde que llegó procedente de Inglaterra, ex­tendiéndose rápidamente por nuestra península. Los marineros ingleses y los jóvenes españoles que cursaban sus estudios en Inglaterra fueron los que introdujeron el gusanillo de este de­porte en la sociedad española.

Aproximación al estudio de una familia de Cuena (Valdeolea) en el siglo XVIII

Irene Bohigas Brígido

ANTECEDENTES
 
Desde mediados de los años ochenta mi familia ha sido depositaría de la copia de un testamento, datable en el siglo XVIII por las características orto­gráficas y lingüísticas del documento.
 
Las personas causantes y beneficiarías guardaban relación con el pueblo de Cuena, perteneciente al Valle de Valdeolea, perteneciente desde 1833 a la provincia de Santander, actual­mente Cantabria; en el siglo XVIII se incluía en los territorios go­bernados desde la ciudad de Burgos, como se refleja en la do­cumentación complementaria.
 

Toponimia campurriana: El relieve

José Luis Gutiérrez Cebrecos

En este capítulo de la serie "Toponimia campurriana" trata­remos de los topónimos que aluden al relieve o configuración del terreno: montes, valles y llanos.
 
Virgen de Montesclaros
 
MONEGRO Y MONTESCLAROS
 
Empezando por los montes, tenemos en Campoo de Yuso el pueblo de MONEGRO. Su significado es claro: "Monte Negro". Fonéticamente ha se­guido una evolución bastante normal: se trata de una apócope, Mont Negro (docum. en 1183) > Monnegro (docum. en 1352) - como en santo > sant > san-, seguida de la simplificación de las dos enes (ya Monegro en el s. XV). La misma reducción fonética se da en Fonte-Negra > Fonegra (Noja). Más evolucionado es Muñegro (microtopónimo del valle de Aras), en que la n doble de Monnegro pasó a pronunciarse ñ (como en annus > año).
 

Don Ángel de los Ríos: el sordo de Proaño

Jesús Martín de los Ríos

 
Cuando me pidieron hablar de D. Ángel de los Ríos, me preguntaba cómo un hombre que murió hace 107 años está todavía en la memoria de muchos campurrianos y montañeses, encontrando tres condicionantes que han contribuido a este recuerdo. El primero, la novela "Peñas Arri­ba" donde D. José María de Pereda le retrató magistralmente co­mo el "Sordo de Provedaño"; el segundo condicionante es su cultura y erudición, y el tercero, sobre todo en los campurrianos, su carácter.
 
Es difícil y me ha sido prácticamente imposible describir el carácter de Ángel, ya que he encontrado tantas contradicciones en su vida, que no sé cuál aspecto de su carácter prevalece. Se­rio, adusto, sensible, muy sensible, gran amigo de sus escasos amigos, siempre preocupado de servir a su país, pero con gran genio ante lo que él consideraba injusticias. En resumen, yo di­ría que fue un hombre bueno, esencialmente bueno, con un pronto o genio terriblemente duro.
 

Arqueología e historia antigua en la Hermandad de Campoo de Suso

Alicia Ruiz Gutiérrez

El término municipal de Hermandad de Campoo de Suso se encuentra en el centro del territorio que habitaron los antiguos cántabros, cuyos lími­tes geográficos eran considerablemente más amplios que los de la actual Comunidad Autónoma de Cantabria. Como ya es­pecificó el padre Enrique Flórez en el siglo XVIII (1), el solar de los Cantabri al que se refieren los autores de la Antigüedad se localizaba en el sector central de la Cordillera Cantábrica y coincidía, más o menos, con la región natural que desde la Edad Media se conoce con el nombre de "La Montaña".
 

Campoo en los albores del Estado liberal (aproximación a la trayectoria político-administrativa de un territorio de frontera)

Manuel Estrada Sánchez

 
El 30 de noviembre de 1833, merced al decreto im­pulsado por quien a la sazón ejercía las funciones de Secretario del Despacho del Fomento General del Reino, cul­minaba la, en no pocas ocasiones pretendida y reiteradamente fracasada, racional vertebración de la estructura territorial de la monarquía, quedando España dividida en cuarenta y nueve pro­vincias. Un número de circunscripciones que se ha mantenido prácticamente inalterable hasta la actualidad, en tanto a esa ya lejana división promovida por Javier de Burgos solo se le ha ope­rado la modificación de 1927 por la que la única provincia ca­naria fue fraccionada en dos (1). Y, como es obvio, a este com­plejo proceso no fue ajena la nueva circunscripción montañesa.
 
Fue la de Santander una provincia que en su mayor parte, aunque en modo alguno en su totalidad, se asentó sobre el te­rritorio que en el Antiguo Régimen estaba encuadrado en un ám­bito geográfico conocido con acepciones diversas como podían ser las de Montañas Bajas de Burgos, Peñas a la Mar o Montañas de Santander.
 

Poder y nobleza en la región cantábrica: la formación de la élite política en Campoo en la Baja Edad Media

Jesús Ángel Solórzano Telechea

INTRODUCCIÓN
 
En el territorio de Campoo, durante los siglos XIV y XV tuvo lugar un importante proceso, que fue el re­sultado de la formación del Corregimiento de Cam­poo con sus hermandades y de una red de alianzas nobiliarias, basada en los enlaces matrimoniales. Para explicar este proceso es necesario, en primer lugar, exponer los distintos escenarios en que se desarrollaron los diversos ámbitos competenciales en el territorio campurriano entre los siglos X al XV; en segundo lu­gar, se atenderá a la forma en que se distribuyeron territorialmente los titulares de esos ámbitos de poder y los conflictos que suscitaron. En tercer lugar, las personas físicas y jurídicas que ejercieron distintas competencias en el territorio produjeron, en última instancia, la individualización de Campoo, así como de los diversos marcos de encuadramiento social (1).

Costumbres propias de Campoo en el siglo XVII

Carlos Argüeso Seco

Este artículo, dedicado a la Virgen de Montesclaros, patrona de la Merindad de Campoo, obtuvo el Primer Premio de Investigación en el Concurso "Julio Montes Sáiz " de 2006
 
INTRODUCCIÓN
 
La actual comarca de Campoo-Los Valles se compone de más de 150 localidades distribuidas en 11 munici­pios: Reinosa, Hermandad de Campoo de Suso, Cam­poo de Enmedio, Campoo de Yuso, Las Rozas de Valdearroyo, Valdeolea, Valdeprado del Río, Valderredible, San Miguel de Aguayo, Pesquera y Santiurde de Reinosa, con una extensión total aproximada de 1.000 kilómetros cuadrados y una pobla­ción aproximada de 25.000 habitantes. La altura varía desde los 850 metros sobre el nivel del mar de Reinosa a los más de 2.200 metros en las altas cumbres de Alto Campoo (estación de esquí). Limita al sur con las provincias de Palencia y Burgos, por lo que presenta unas características físicas intermedias entre la meseta castellana y las abruptas y verdes montañas cántabras, siendo su clima frío, especialmente en el invierno.

Bolos en Campoo

Miguel Ángel Sáiz Barrio

INTRODUCCIÓN
 
Seguramente la principal manifestación lúdica, de cualquier civilización conocida, se ha expresado a través del juego. Individual o colectivamente, sus in­dividuos, valiéndose de los elementos y espacios más simples encontrados a su alcance, se las han ingeniado para transfor­marlos en diversos artilugios y campos para su divertimento.
 
El primer humano que arrojó un canto, con la intención de ejercitar su puntería sobre un tronco, palo, piedra, etc., puso en marcha un entretenimiento que con el devenir de los tiempos, derivaría en las diversas modalidades bolísticas.
 
En las aldeas de la Merindad de Campoo, este primitivo es­parcimiento orientó a sus moradores, fundamentalmente hacia dos fórmulas de práctica del juego de los bolos: el pasabolo-tablón y, en especial, el predominante bolo palma o montañés.
 

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